Día 21 (01/05/2015) - Lima ➞ Miami
Huaca Pucllana
Para despedirnos de Perú queríamos dar un paseo por el barrio de Barranco, el único barrio turístico que no habíamos podido visitar el primer día. Antes de dirigirnos hacía este barrio pasamos por la Huaca Pucllana, un lugar arqueológico que estaba en el barrio de Miraflores. Estos restos arqueológicos pertenecieron a la cultura lima que se desarrolló en este lugar aproximadamente entre el 200 d.c. y el 700 d.c. Lamentablemente era el día del trabajador y en Perú también se celebra, de modo que estaba cerrado. Tuvimos que contentarnos con hacer algunas fotos desde fuera.
Huaca Pucllana
Huaca Pucllana
Puente de los suspiros
El barrio de Barranco estaba un poco lejos y cogimos un autobús para llegar hasta este distrito. No sabíamos muy bien en que parada teníamos que bajarnos de modo que cuando nos pareció que ya estábamos en Barranco bajamos. No nos habíamos bajado en la zona turística del barrio y tuvimos que caminar un poco para llegar al primero de nuestros destinos. Llegamos al puente de los suspiros después de preguntar a una policía. Se dice que hay que pedir un deseo y cruzar el puente con los ojos cerrados para que se cumpla. Había bastante gente cruzando y no hicimos el ritual de cruzarlo con los ojos cerrados. Junto al puente había un parque en el que había muchas flores y algunas estatuas.
Puente de los suspiros
Puente de los suspiros
Playa de Barranco
Hay un pequeño paseo que pasa por debajo del puente de los suspiros y desde el cual se puede llegar hasta la playa. Para poder llegar hasta ésta hay que cruzar una gran carretera que pasa bordeando la playa. Cruzamos al otro lado de la carretera pasando por un puente elevado. Desde aquí pudimos ver claramente de donde proviene el nombre de este barrio. Hay un gran barranco desde la zona donde habíamos estado apenas unos minutos antes y la playa. Esta playa la bañan las aguas del océano pacífico y son unas aguas bastante frías. No había nadie bañándose y apenas había algún surfista que se aventuraba a probar las olas que llegaban a la orilla. Caminamos un poco por el paseo que hay al lado de la playa antes de volver a subir de nuevo hacía el puente de los suspiros.
Playa de Barranco
Playa de Barranco
Barranco
Continuamos paseando por este barrio y llegamos al parque de Barranco. Éste era la plaza principal y donde vimos más cantidad de gente paseando. También había varias cadenas de bares y restaurantes por los alrededores de esta plaza, como por ejemplo un Starbucks.
Parque de Barranco
Se acercaba la hora de comer y empezamos a buscar un restaurante. Pasamos por varias calles típicas y eran realmente pintorescas. La mayoría de ellas eran estrechas con casas pequeñas y coloridas. A diferencia del parque de Barranco por donde había bastante tráfico, por estas calles pequeñas apenas encontramos algún coche.
Barranco
Para comer entramos en un restaurante chifa, que no es más que un restaurante chino pero adaptado para los peruanos. A los peruanos les encanta este tipo de restaurante y en concreto encontramos uno que nos había recomendado nuestro amigo Thierry. Para comer pedimos un tipo de arroz 3 delicias y un plato con ternera y verduras. Los platos eran parecidos a los típicos chinos que hay en España pero con algunas diferencias. La comida chifa nos gustó, aunque con la gran variedad culinaria que tienen los peruanos, nos quedamos con sus platos típicos.
Comida en un restaurante chifa
Al salir del restaurante buscamos un lugar donde probar algún postre típico peruano, Thierry nos había dicho que no podíamos irnos de Perú sin probar el suspiro a la limeña. Después de caminar durante varios minutos entramos en un restaurante y pedimos un suspiro a la limeña y un trozo de tarta de guayaba. Ambos postres estaban buenos aunque eran muy dulces.
Suspiro a la limeña
Paseo de Barranco a Miraflores
Todavía nos quedaban varias horas para ir al aeropuerto y ya habíamos disfrutado del barrio de Barranco. Teníamos que volver a nuestro hostal en Miraflores y como vimos que teníamos tiempo fuimos caminando por el paseo que bordeaba el barranco. Este paseo estaba muy bien cuidado y estaba lleno de pequeñas zonas verdes. Durante el paseo pudimos ver el perfil de la costa limeña que combina la playa con una carretera grande y barrancos con altos edificios en la parte de arriba.
Paseo de Barranco a Miraflores
Por el camino fuimos viendo como iban cambiando los edificios conforme íbamos entrando en el barrio de Miraflores, donde vivía la gente de clase alta. Habíamos pasado de ver casas pequeñas en Barranco a ver bloques de pisos más altos y mucho más modernos. Esto no nos sorprendió, ya que, en la zona donde habíamos dormido la primera noche en Miraflores, estaba llena de casas grandes y se notaba que el nivel de vida era más alto en esta zona.
Edificios de Miraflores
Llegamos al centro comercial Larcomar, uno de los más grandes de Lima. Dimos una vuelta y vimos que la ropa en Perú era muy cara. El precio de la ropa era parecido o incluso superior al de España y eso teniendo en cuenta que el sueldo medio peruano estaba bastante por debajo del español. Fuimos a tomar algo, teníamos mucha sed después de un paseo de más de dos horas. Finalmente, cuando vimos que se acercaba la hora de ir al aeropuerto volvimos al hostal a buscar las mochilas.
Vistas desde el centro comercial Larcomar
De Lima a Miami
Habíamos pasado tres semanas en Perú y habíamos recorrido casi todo el país o por lo menos las zonas más turísticas. Habíamos disfrutado de un país que contiene zonas muy diferenciadas como son la costa, la montaña y la selva. Nos habíamos enriquecido de experiencias tan diferentes como eran pasear por el desierto en buggy, subir al Wayna Picchu o pasear en barca por el río Amazonas. Durante estas tres semanas habíamos disfrutado de la naturaleza en su forma más pura. Habíamos conocido mucho acerca de la gran cultura inca que un día domino gran parte de América del Sur, pero también habíamos aprendido que el pasado de Perú era mucho más que los incas, otras civilizaciones pasaron antes por este país. También habíamos hecho muchos amigos durante estos 20 días y con algunos de ellos seguiríamos en contacto. Había sido nuestro primer viaje en plan "mochilero" y la experiencia nos había gustado muchísimo. Lamentablemente, como todo gran viaje éste llegaba a su fin y sin poder hacer más que intentar conservar todos estos recuerdos nos dirigimos al aeropuerto. Antes de volver a casa teníamos una última parada, teníamos una escala de cerca de 14 horas en Miami y aprovecharíamos para visitar esta ciudad.
