Día 11 (14/05/2022) - Akureyri ➞ Hofsós ➞ Hólar ➞ Glaumbaer ➞ Hvítserkur ➞ Búdardalur
Camping de Akureyri
Cuando despertamos lo primero que hicimos fue volver a aparcar cerca de la entrada del camping para ir a desayunar. Aprovechamos que había suficiente espacio en el comedor para desayunar con tranquilidad y repasar el itinerario del día. Para hoy teníamos planeado llegar lo más cerca posible de la península de Snaefellsnes. Por el camino, queríamos pasar por los pueblos de Hofsós, Hólar y Glaumbaer, además de ver la curiosa roca de Hvítserkur. En total serían unos 400 kilómetros de carretera. Antes de abandonar el camping, aprovechamos su situación elevada para sacar algunas fotos de las vistas de los alrededores.
Vistas desde el camping de Akureyri
Carretera de Akureyri a Hofsós
El primer tramo del trayecto de hoy era por la ya conocida Ring Road. Estábamos recorriendo esta carretera en prácticamente su totalidad, de hecho al final del viaje podemos decir que solo nos quedaron por recorrer unos pocos kilómetros de los más de 1.200 kilómetros que la completan. Seguíamos conduciendo por el norte del país y todavía notábamos la nevada de estos últimos días. Aunque hoy el sol había vuelto a hacer acto de presencia, todavía se veían las montañas blancas.
Carretera de Akureyri a Hofsós
El primer tramo de hoy era de unos 130 kilómetros, demasiada distancia para hacerla seguida. Sobre todo con los paisajes que teníamos a nuestro alrededor. Como hemos dicho en varias ocasiones, los paisajes eran parte del viaje y por eso no nos importaba perder unos minutos para disfrutarlos y sacar algunas fotos. Cuando llegamos a la carretera 76, nos desviamos para ponernos en dirección norte y así llegar hasta Hofsós.
Carretera de Akureyri a Hofsós
Hofsós
El pueblo de Hofsós es muy pequeño y el motivo de llegar hasta aquí era de nuevo una foto del Happy Challenge. Aunque gracias a este reto descubrimos un pueblo muy bonito. El pueblo lo componen unas cuantas casas distribuidas en unas pocas calles. Destaca su pequeña iglesia que se encuentra en una zona un tanto aislada a la entrada del pueblo. También pudimos ver unos paisajes espectaculares.
Hofsós
Hofsós
Aparcamos junto a los baños termales del pueblo, del que teníamos que sacar una foto para el reto. Hasta el momento habíamos estado en dos de los mejores baños termales del país, que además son de los más caros. En esta ocasión estábamos frente a uno de los baños que hay en casi todos los pueblos de Islandia. Pensamos que ya que habíamos venido hasta aquí porque no darnos un baño caliente. Pagamos 2180ISK por la entrada, de nuevo no pagamos por Liam, mucho menos de los que habíamos pagado por la Secret Lagoon o los Mývatn Nature Baths.
Una vez en el exterior vimos una piscina grande y una pequeña. La grande estaba a una temperatura más fresquita, mientras que la pequeña estaba muy caliente. Primero fuimos a la grande y los islandeses que estaban en la pequeña nos miraron un poco raro. En la grande solo había unos pocos niños jugando, pero los adultos estaban todos en la pequeña. Se notaba que éramos extranjeros nada más entrar en la piscina. Después de un rato en la piscina grande, pasamos a la pequeña donde notamos que estaba mucho más caliente. Pasamos más de media hora en las piscinas hasta, que decidimos volver a los vestuarios y continuar con los muchos kilómetros que teníamos para hoy.
Piscina de Hofsós
BBQ en la carretera de Hofsós a Hólar
De vuelta a la Ring Road queríamos hacer otra parada. Había que tomar una carretera secundaria para llegar al pueblo de Hólar. Deshicimos parte del camino que habíamos hecho para llegar a Hofsós hasta que encontramos el desvío. Al poco de tomar esta nueva carretera secundaria encontramos una zona donde poder parar. Era mediodía y pensamos que era un buen lugar donde comer. Aprovechando que hoy había salido el sol y no hacía demasiado frío, quisimos utilizar la barbacoa que llevábamos en la furgoneta. Sacamos la mesa y las sillas y cocinamos en la calle unas hamburguesas con patatas. Una de las ventajas de ir en camper era poder comer en lugares privilegiados como este.
BBQ en la carretera de Hofsós a Hólar
Hólar
Poco después de comer llegamos al pequeño pueblo de Hólar. En realidad son unas pocas casas al pie de una montaña nevada, que lo convierten en uno de los pueblos más bonitos de Islandia. Nos detuvimos pocos metros antes de llegar para verlo desde fuera y contemplarlo en su totalidad junto con el paisaje que lo envuelve.
Hólar
El motivo de llegar hasta este pueblecito islandés era ver sus casas con los tejados de césped, conocidas como turf houses. A diferencia de las que habíamos visto hasta ahora, en estas casas tradicionales se podía entrar. Las casas son bajitas y había que agacharse un poco para poder entrar. El interior de cada una de las casas no es muy amplio, con estancias pequeñas. No hay prácticamente nada en el interior de las casas, apenas algunos cuadros explicativos y unos pocos bancos. Con esta corta visita, volvimos a la furgoneta para hacer el segundo tramo largo del día.
Hólar
Hólar
Glaumbaer
El norte del país no tiene muchas visitas importantes, aunque los paisajes son impresionantes. De camino a Glaumbaer no pudimos evitar detenernos en varias ocasiones para seguir disfrutando de las vistas. Durante el día de hoy íbamos bordeando la costa, entrando en parte en algunas de las penínsulas del norte del país. La combinación de montañas nevadas con el mar hacía que el paisaje fuera muy bonito.
Carretera de Hólar a Glaumbaer
Nos detuvimos en el pueblo de Glaumbaer donde también tenían unas pocas casas tradicionales con el tejado de césped. En esta ocasión no tuvimos suerte y llegamos cuando ya habían cerrado. Aunque es posible entrar en las casas nosotros no pudimos porque no sabíamos el horario. De todos modos, pudimos hacer un pequeño recorrido por el exterior para ver como era este pueblo antiguamente.
Glaumbaer
Glaumbaer
Hvítserkur
El resto del día lo dedicamos para visitar la formación rocosa de Hvítserkur y buscar donde pasar la noche. Lo primero fue continuar por la Ring Road donde encontramos unas curiosas figuras. A lo largo del viaje lo vimos en tres o cuatro ocasiones y esta fue la primera de ellas. Eran unas piedras puestas de manera que formaban dos personas.
Carretera de Glaumbaer a Hvítserkur
Tuvimos que desviarnos por la carretera 716 que era de grava. Al principio estuvimos dudando si podríamos llegar con las condiciones de este camino hasta nuestro destino, pero poco a poco pudimos llegar. Antes de llegar a Hvítserkur pasamos por la antigua fortaleza de Borgarvirki. Aprovechando la altitud de un montículo crearon una zona fortificada que sirvió como defensa de la zona. Actualmente lo único que se ve es un pequeño muro en forma circular y bastante deteriorado. No es una visita que valga mucho la pena, pero si se va a Hvítserkur se puede parar unos minutos para verlo.
Borgarvirki
Tardando más de lo esperado debido al camino de grava llegamos a Hvítserkur. Aparcamos la furgoneta y tuvimos que caminar unos minutos para llegar desde el parking hasta la formación rocosa. Nos impresionó por un lado la forma curiosa de la roca, y por otro, como aguanta con la base que tiene. A nosotros nos constó un poco verlo, pero se dice que con los dos huecos que hay en la base, la forma de la roca parece la de un dragón bebiendo agua. Disfrutamos un rato de las vistas y sacando fotos que también nos serviría para el Happy Challenge. Pasados unos minutos decidimos volver a la camper, se empezaba a hacer tarde y no sabíamos donde dormiríamos.
Hvítserkur
Hvítserkur
Búdardalur
La idea para hoy era dormir lo más cerca posible de la península de Snaefellsnes. Empezamos a mirar en la Tablet de la camper y vimos que en el camino había tres campings. Estuvimos mirando de que disponía cada uno de ellos. Descartamos uno de los campings y fuimos hasta el primero que venía de camino. Cuando llegamos vimos que estaba cerrado y no nos quedó más remedio que llegar hasta el siguiente.
Llegamos al camping de Búdardalur cruzando los dedos para que estuviese abierto. El camping era pequeño y solo había unas pocas plazas de parking. Además, solo disponía de baños, duchas y lavadora. Estacionamos la furgoneta en una de las pocas plazas disponibles. Al rato de aparcar apareció la dueña y le pagamos los 3000ISK por pasar la noche. Para lo que tenía el camping nos pareció algo caro, pero tampoco teníamos otra alternativa. Cenamos en el poco espacio que teníamos en el interior y no tardamos en irnos a dormir. Hoy habíamos conducido muchos kilómetros y estábamos cansados.
