Día 13 (16/05/2022) - Hellissandur ➞ Djúpalónssandur ➞ Arnarstapi ➞ Ytri Tunga ➞ Reykholt
Hellissandur
El día hoy amaneció despejado y nosotros despertamos con muchas ganas de seguir recorriendo la península de Snaefellsnes. Aprovechamos las instalaciones para preparar el desayuno y la comida de hoy. Nos habíamos despertado temprano y estuvimos solos en la cocina mientras desayunábamos. También aprovechamos las duchas que estaban muy bien y Liam pudo jugar un rato en el parque infantil. Cuando tuvimos todo listo nos dispusimos a empezar con las visitas de hoy, que consistirían en la playa de Djúpalónssandur, el pueblo de Arnarstapi y la playa de Ytri Tunga, además de otras visitas secundarias.
Camping de Hellissandur
Cráter Saxhóll
En pocos minutos llegamos al oeste de la península y aparcamos junto al cráter Saxhóll. Desde el parking se veía una montaña que parecía de arena de color rojiza, pero en realidad era un antiguo volcán que ahora se encuentra inactivo. El cráter tiene una altitud de unos 100 metros y hay unas escaleras metálicas para poder llegar a la cima en unos diez minutos.
Cráter Saxhóll
Una vez en la cima vimos que las vistas son espectaculares. Por un lado había una zona bastante llana que llega hasta el mar. Por el otro lado, daba al volcán Snaefellsjökull y se veía una zona montañosa con picos nevados. Además, se podía rodear parte del agujero del cráter que se veía tapado. El centro estaba lleno de rocas volcánicas cubierto por una capa de musgo verde.
Cráter Saxhóll
Desde el cráter se podía ver el volcán Snaefellsjökull y lo continuamos viendo durante gran parte del día, ya que se veía desde cualquier punto de la zona oeste de la península. Este volcán era la entrada al centro de La Tierra que eligió Julio Verne para su novela. No nos extraña que eligiera este lugar ya que es una zona increíble con unas vistas muy bonitas.
Snaefellsjökull
Djúpalónssandur beach
Seguimos la carretera hasta llegar a la playa Djúpalóssandur. Junto al parking hay un mirador y lo primero fue ir a divisar las vistas. Desde aquí arriba se contemplaba toda la orilla y la arena negra de la playa. Las vistas eran muy bonitas y queríamos pasear un poco por la playa. De modo que bajamos junto a las escaleras que hay junto al mirador para llegar hasta la playa. Mientras descendíamos pudimos ver que toda la zona estaba llena de curiosas rocas volcánicas, algunas con formas muy singulares.
Djúpalónssandur beach
Djúpalónssandur beach
Al llegar abajo vimos que había muchas piedras de diferentes tamaños y restos de barcos hundidos. En esta costa se han hundido varios barcos y algunos de sus restos quedaron diseminados por la playa. Había que ir con un poco de cuidado para no pisar ninguno de los restos. Antes de ir junto al mar giramos a la derecha para ir a una de sus lagunas. Uno de los motivos de detenernos en esta playa, era sacar una foto de las dos lagunas que hay formadas junto a la playa para el Happy Challenge. El entorno de las dos lagunas es muy bonito y pasamos unos minutos disfrutando de las vistas. Además, Liam estuvo un rato jugando lanzando piedras al agua.
Djúpalónssandur beach
Después fuimos hasta la orilla de la playa para ver la arena negra. En realidad eran más bien pequeñas piedras negras. La playa tiene unos cuantos metros de ancho, aunque no lo recorrimos por completo. Tan solo fuimos hasta uno de sus extremos para contemplar de cerca las curiosas formaciones rocosas. Jugamos un poco más con Liam a lanzar piedras al mar, hasta que decidimos que era momento de ponernos otra vez en marcha.
Djúpalónssandur beach
Camino de Arnarstapi
El siguiente lugar que queríamos visitar era el pueblo de Arnarstapi y de camino nos detuvimos en más de una ocasión. La primera parada fue para ver el faro de Malarrif, construido en el año 1946 y de 24 metros de altura. Lo vimos desde el parking que hay junto a la carretera. Hay un camino que lleva hasta el faro pero no era tan importante como para recorrerlo. Seguimos un poco más para llegar a la formación rocosa de Lóndrangar. Se trata de dos rocas de forma singular, una de 75 metros y la otra 61 metros de alto. Nos acercamos hasta el mirador y además de ver la formación rocosa, vimos que había un gran número de aves.
Faro de Malarrif
Lóndrangar
Antes de llegar a Arnarstapi encontramos un merendero y viendo la hora que era decidimos parar a comer. Desde aquí había unas fantásticas vistas del volcán Snaefellsjökull, así que de nuevo volvíamos a comer con unas muy buenas vistas en este viaje. Por la mañana habíamos dejado la comida preparada, de modo que solo tuvimos que calentarla con el fogón portátil. Además, con el sol que hacía hoy no teníamos mucho frío en la calle y comimos tranquilamente en el merendero.
Comiendo con vistas a Snaefellsjökull
Arnarstapi
Cuando llegamos a Arnarstapi aparcamos en un parking que hay cerca de la entrada. Justo al lado estaba el monumento a Julio Verne y fue la primera visita que hicimos en este pueblo. Pasamos junto a unas turf houses y encontramos el monumento justo detrás. La verdad es que el monumento nos decepcionó bastante. Se trataba de un tronco de madera clavado en el suelo, representando la entrada hacia el centro de La Tierra. Junto al monumento había dos paneles informativos sobre el autor.
Arnarstapi - Monumento a Julio Verne
Cruzamos la calle y solo tuvimos que caminar unos metros para encontrarnos con la estatua de Bárdur. La estatua es muy grande y llama mucho la atención. Nos acercamos y comprobamos que estaba construida con piedras. El personaje de Bárdur Snaefellsás es conocido por aparecer en las sagas islandesas, siendo mitad humano y mitad troll.
Arnarstapi – Estatua de Bárdur
Seguimos el paseo que discurre junto a los acantilados para llegar hasta Gatklettur. Se trata de otra curiosa formación rocosa situada cerca de los acantilados islandeses, en los últimos días estábamos viendo unas cuantas. En esta ocasión se trataba de un gran arco rocoso natural sobre el nivel mar. El camino continuaba y seguimos paseando para ver muchas más rocas que salían del mar. También encontramos un gran agujero en el suelo que llegaba hasta el agua y del que había un gran número de aves. Aunque nos hubiera gustado seguir paseando por el pueblo, todavía teníamos varias visitas por hacer y muchos kilómetros por recorrer, de modo que volvimos a la camper.
Arnarstapi - Gatklettur
Garganta Raudfeldsgjá
A las afueras de Arnarstapi paramos para visitar la garganta Raudfeldsgjá. El parking se encuentra un poco lejos de la entrada y tuvimos que caminar unos minutos para llegar. Por el camino fuimos encontrando multitud de pequeños montículos hechos de piedras, algo que nos pareció curioso. De lejos ya empezamos a ver que había una abertura en la pared de la montaña, justo allí era a donde nos dirigíamos.
Garganta Raudfeldsgjá
La entrada no es muy amplia y como nos pasó en nuestra visita a Gljufrafoss, tuvimos que saltar de roca en roca para poder entrar. El agua bajaba rápida y estamos seguros de que estaba muy fría, por si acaso no quisimos comprobarlo metiendo por error el pie en el agua. Una vez dentro, el espacio tampoco es muy grande y no estábamos solos, había otras dos familias. Aquí se podía ver como el agua salía con fuerza de entre las rocas para continuar río abajo.
Garganta Raudfeldsgjá
Garganta Raudfeldsgjá
Después de unos minutos, volvimos a salir al exterior de nuevo con mucho cuidado para no mojarnos. Al salir descubrimos que había unas magníficas vistas. Se podía ver la costa y como las montañas no estaban muy lejos del mar. Descendimos hasta la furgoneta para continuar con las visitas de hoy.
Garganta Raudfeldsgjá
Búdakirkja
En pocos minutos llegamos a la siguiente parada. La iglesia Búdakirkja se encuentra prácticamente aislada, y junto a esta, solo se encuentra un cementerio. Se trata de una iglesia luterana perteneciente al pueblo de Búdir. Lo más llamativo es el contraste de la iglesia con el paisaje que la rodea, convirtiéndola en una iglesia muy fotogénica.
Búdakirkja
Búdakirkja
Vimos que junto a la iglesia había un camino y decidimos ir a investigar. Caminamos un poco para llegar una playa de arena fina y llena de rocas negras volcánicas. Recorrimos una parte de la playa y Liam se puso a jugar de nuevo lanzando piedras al agua. Dejamos que se divirtiera unos pocos minutos antes de continuar.
Búda beach
Bjarnarfoss
Mientras nos dirigíamos a la última parada de hoy, vimos una cascada que nos llamó la atención. Nos detuvimos en el parking de la cascada Bjarnarfoss y nos acercamos por el camino marcado. De lejos ya vimos que el ascenso era complicado y decidimos contemplarla desde la distancia. Aunque la subida no era sencilla, vimos a un grupo de personas que lo intentaban, incluso vimos que algunos conseguían acercarse bastante. Por nuestra parte nos contentamos con las vistas desde lejos.
Bjarnarfoss
Ytri Tunga
La última parada del día era para ver la playa de Ytri Tunga. Era la última posibilidad que tendríamos de ver focas en Islandia y esperábamos tener suerte. Al acercarnos a la playa vimos que había mucha gente concentrada en una misma zona y supimos que las focas estaban cerca de la orilla. Fuimos acornándonos a donde estaba la gente y enseguida vimos a unas pocas focas jugando entre ellas. Iban sacando la cabeza de vez en cuando y se volvían a esconder. Era un poco difícil poder sacar buenas fotos y pasamos un buen rato intentándolo, además de disfrutar del momento. Había sido la última oportunidad del viaje de ver focas y habíamos tenido suerte, así que pasamos todo el tiempo que quisimos.
Ytri Tunga - Focas
Cuando nos íbamos descubrimos la última sorpresa del día. Vimos que había unos huesos y nos acercamos para verlas de cerca. Se trataba de la columna vertebral de una ballena y su cráneo. Los huesos eran realmente grandes y lo corroboramos cuando Liam se acercó al cráneo de la ballena. Por hoy habíamos acabado las visitas, pero todavía teníamos que conducir hasta donde queríamos pasar la noche.
Ytri Tunga – Huesos de ballena
Ytri Tunga – Huesos de ballena
Reykholt
Al día siguiente queríamos visitar la zona de Húsafell y buscamos un camping en los alrededores. Desde Ytri Tunga teníamos más de 100 kilómetros. Por el camino fuimos mirando en la Tablet y vimos que había un camping en Reykholt. Aunque no tenía cocina era el único que veíamos abierto en la zona. El camping estaba junto a un restaurante, de hecho la recepción era el propio restaurante. El espacio del parking era amplio y pudimos sacar la mesa para cocinar y cenar en el exterior. Después de cenar solo nos quedaba preparar la cama y descansar.
