Día 2 (05/05/2022) - Keflavík ➞ Gardur ➞ Gunnuhver ➞ Seltún ➞ Hveragerdi
Keflavík
La primera noche en Islandia habíamos podido descansar en la cama del BB Hotel. Un descanso necesario para empezar con fuerzas nuestro recorrido por toda la isla. Empezamos la mañana por ir al comedor del hotel y tomar el desayuno que venía incluido con el alojamiento. Para desayunar había fruta, yogur, cereales, pan y embutido, mientras que para beber había agua, zumo y café. A los pocos minutos y con el estómago lleno volvimos a la habitación a recoger nuestras maletas. Venían a buscarnos a las 9 al hotel y unos minutos antes estábamos preparados en la puerta. El chico que venía a buscarnos con una de las furgonetas de la misma empresa de alquiler, tardó un poco porque venía del aeropuerto de recoger también a otros viajeros. Una vez nos recogió, fuimos con otras seis personas hasta la oficina de Happy Campers.
Tuvimos que esperar a que otros de nuestros acompañantes de la furgoneta hicieran los trámites de alquiler para que nos atendieran. Una vez que nos tocó a nosotros, la chica que nos atendió nos hizo las explicaciones necesarias sobre como funcionaba el alquiler, que cubría el seguro y nos pidió que eligiéramos todos los extras que quisiéramos. Aprovechamos para preguntar algunas dudas que teníamos. También nos dieron una Tablet con GPS para poder orientarnos durante nuestro viaje. En un rincón tenían algunos productos, la mayoría de comida, que otros viajeros habían dejado en la camper al devolverla y podíamos coger lo que quisiéramos. No lo dudamos y cogimos algunas cosas que sabíamos que necesitaríamos, como sal o aceite de oliva, eso que nos ahorrábamos de comprar.
El alquiler de la camper nos costaba por estos 14 días un total de 2.906€, pero había una forma de ahorrarse algo de dinero. Happy Campers tiene un reto llamado Happy Challenge, el cual consiste en hacer fotos en unos lugares en concreto que ellos dicen. En total hay 20 localizaciones repartidas por toda Islandia. Hacen un descuento u otro en función del número de estos lugares al que les haces fotos y subes a tus redes sociales. En nuestro caso conseguimos hacer 10 y nos aplicaron un 10% sobre el precio base del alquiler, quedando el precio final en 2.700€. La diferencia de precio del descuento la devuelven a los pocos días de finalizar el viaje, una vez verifican tus redes sociales.
Con todas las explicaciones hechas y todos los extras elegidos, solo tuvimos que meter todo en la camper para empezar con nuestra aventura. Justo cuando estábamos empezando a meter todo en el vehículo vimos que empezaba a llover y a hacer viento. El clima que habíamos encontrado la noche anterior y que nos había sorprendido, estaba empezando a cambiar. Acabamos de meter todo y dejarlo más o menos ordenado antes de ponernos en marcha.
Camper
Cuando preparamos el viaje, tuvimos en cuenta que perderíamos esta primera mañana entre recoger la camper y hacer la compra. Teníamos la experiencia de nuestro viaje a Nueva Zelanda, que también hicimos en camper y sabíamos que entre una cosa y otra se pierde casi medio día. De este modo, fuimos a buscar un supermercado Bonus, habíamos leído que eran los más económicos. Encontramos uno no muy lejos para hacer nuestra primera compra en Islandia y tener comida para estos primeros días.
En la misma zona donde estaba el supermercado había algunos locales de comida rápida. Viendo la hora que era, decidimos que lo mejor sería comer en uno de estos lugares y acabamos entrando en un Subway. Pedimos dos bocadillos con bebida y un menú infantil para Liam. Pagamos un total de 34,54€ por la comida, nos pareció un poco caro para lo que era pero no para ser Islandia. Ahora, sí, estábamos listos para emprender nuestra aventura islandesa.
Gardur
Sabiendo que perderíamos la mañana entre recoger la camper y hacer la compra, para este primer día nos habíamos propuesto recorrer la península de Reykjanes. Empezamos por ir hasta el faro de Gardur, que se encuentra a unos veinte minutos de Keflavík. El pueblo de Gardur es muy pequeño aunque vimos que tenía mucho encanto. De todos modos a nosotros nos interesaba llegar hasta el faro que se encuentra fuera del pueblo.
Después de cruzar el pueblo, apenas tardamos un par de minutos hasta que llegamos a nuestro destino. Nada más bajar de nuestra casa con ruedas notamos que hacía muchísimo aire y que la temperatura había bajado. Caminamos los metros que nos separaban del faro. Cuando llegamos al edificio nos metimos en una pequeña abertura que hay en uno de sus laterales para cubrirnos del aire. Hacía tanto aire que casi no nos escuchábamos al hablar entre nosotros. El faro antiguo de Gardur fue construido en el año 1897 y en los últimos años se ha utilizado como centro de estudio de aves. Actualmente, hay un nuevo faro situado a unos metros del antiguo aunque el viejo es más llamativo. En la zona no hay nada más por ver, así que después de sacar unas pocas fotos del faro y teniendo en cuenta lo molesto que era el viento, decidimos volver a la camper y seguir con el recorrido de hoy.
Faro de Gardur
Puente entre Europa y América
Seguimos bordeando la península de Reykjanes, en esta ocasión dirigiéndonos al sur para llegar al puente entre Europa y América. Tardamos una media hora en llegar a este nuevo destino, mientras conducíamos íbamos notando como el viento nos dificultaba la conducción. Por el camino empezamos a comentar que probablemente nos habíamos equivocado al no vestirnos hoy con ropa térmica. Viendo la temperatura al llegar la noche anterior, pensamos que no sería necesario, pero estábamos viendo que la temperatura de hoy, no tenía nada que ver con la de ayer cuando llegamos.
El parking se encuentra junto al puente, nos abrigamos bien y salimos del vehículo para esta segunda visita. Islandia se encuentra entre las placas euroasiática y norteamericana, lo que implica que la gran falla cruza el país. En este punto construyeron este puente entre dos continentes que ahora nos disponíamos a cruzar. El puente en si no es nada llamativo, pero saber que a un lado hay una placa tectónica y otra placa al otro lado es algo que impresiona.
Puente entre Europa y América
Puente entre Europa y América
También es posible cruzar caminando justo por la arena que hay sobre la falla. Desde aquí se puede ver la separación que hay entre los dos lados y que crece unos milímetros cada año. La zona es rocosa y solo el terreno que está justo sobre la falla es arena, es casi como si caminásemos por la playa. Cuando volvíamos al coche, vimos que el cielo se había nublado en los pocos minutos que llevábamos y notamos que empezaba a llover. Al entrar en el vehículo vimos que no era lluvia, era granizo. En pocos minutos habíamos pasado de tener un cielo despejado a nublarse y caer granizo. Empezábamos a entender que el tiempo en Islandia es un poco inestable y loco, algo que en los próximos días veríamos en varias ocasiones. La granizada solo duro unos pocos minutos y pudimos reemprender la marcha.
Puente entre Europa y América
Área geotérmica de Gunnuhver
Seguimos hacia el sur para llegar al extremo más al suroeste de la península de Reykjanes. Apenas fueron unos diez minutos recorriendo una zona que vimos muy desértica, solo se veía un paisaje rocoso sin apenas vegetación. Llegamos al área geotérmica de Gunnuhver, en el país hay unas cuantas y esta solo sería la primera que veríamos. De nuevo, el parking estaba a escasos minutos de lo que habíamos venido a ver. Nos abrigamos bien y salimos a la calle donde continuamos teniendo un aire muy fuerte. Caminamos unos cinco minutos para llegar a una fumarola.
Cuando nos acercamos comprobamos que de un agujero del suelo salía agua acompañado de una gran nube de humo. El olor característico a huevos podridos producido por el azufre nos acompañó durante el tiempo que pasamos en esta área geotérmica. Pasamos unos pocos minutos sacando fotos y vimos que parecía que el camino continuaba, aunque no estábamos muy seguros.
Área geotérmica de Gunnuhver
Área geotérmica de Gunnuhver
Mientras pensábamos si seguir caminando o volver a la camper, notamos que empezaba a caer un poco de granizo y deshicimos el camino. Al principio fuimos caminando, pero enseguida notamos que el granizo se fue intensificando y decidimos correr para llegar a nuestra casa con ruedas. Esperamos un poco a que parase de granizar para poder continuar. Por ahora, a Liam no le estaba gustando nada el clima del país y nos lo hizo saber diciendo que no quería volver a salir. Esperábamos que el clima mejorase un poco en los próximos días para que Liam también disfrutase del viaje.
Área geotérmica de Seltún
Todavía nos quedaba una última visita y para ello fuimos hacia el este. De este modo, también empezábamos a acercarnos a la zona donde queríamos hacer noche. Nuestro siguiente destino fue otra área geotérmica, en este caso la de Seltún. Vimos que las nubes no nos habían abandonado del todo y temíamos que nos volviera a caer granizo. Aun así salimos a la calle y en esta ocasión nos costó un poco sacar a Liam.
Esta área geotérmica nos gustó más que la anterior. En la de Gunnuhver solo habíamos visto una fumarola. En cambio en la de Seltún pudimos ver como había pequeños ríos de agua muy caliente, tanto que veíamos salir humo de ellos. En realidad el área geotérmica de Seltún pertenece a un área mucho más grande llamada Krýsuvík, pero nosotros nos centramos en Seltún.
Área geotérmica de Seltún
Hay una pasarela que marca el camino y con Liam en la mochila de porteo nos dispusimos a recorrerla. A diferencia de las otras visitas del día, en este lugar nos cruzamos con unos cuantos turistas. Mientras recorríamos la pasarela, fuimos viendo que en esta zona hay carteles que informan que el agua estaba alrededor de 90ºC y que había que tener cuidado. El final de la pasarela se encuentra en una zona elevada. Desde aquí arriba pudimos ver una imagen bastante completa de toda el área geotérmica y como el agua iba bajando sacando humo debido a la alta temperatura. Después de sacar unas cuantas fotos fuimos volviendo a la furgoneta, las nubes seguían amenazantes y no queríamos que nos volviese a granizar.
Área geotérmica de Seltún
Área geotérmica de Seltún
Lago Kleifarvatn
Hoy queríamos hacer noche lo más cerca posible del Parque Nacional de Thingvellir, donde empezaríamos las visitas al día siguiente. Desde el área geotérmica de Seltún, apenas había unos pocos minutos hasta el lago Kleifarvatn, la primera localización que podíamos encontrar para el Happy Challenge. No dejamos perder la oportunidad y fuimos hasta este lago para sacar unas fotos que nos servirían para el descuento del alquiler de la camper. Además, este lago nos sorprendió ya que las vistas eran mejores de lo que habíamos pensado. Empezaba a hacerse un poco tarde y solo tuvimos tiempo de sacar unas pocas fotos y disfrutar unos minutos del paisaje.
Lago Kleifarvatn
Lago Kleifarvatn
Hveragerdi
Mientras nos dirigíamos hacia el este, fuimos mirando los campings que había por la zona. En el GPS que nos habían dejado en Happy Campers, indicaban los servicios que tenían cada uno de ellos y así fuimos eligiendo donde dormir durante todo el viaje. Además, en casa ya habíamos mirado más o menos donde podíamos dormir. También teniendo en cuenta que en esta época muchos no están abiertos, la mayoría solo abren en verano. Después de unos minutos mirando las tres opciones que teníamos para hoy, acabamos por decidirnos ir al camping de Hveragerdi.
Tardamos algo menos de una hora en llegar y cuando lo hicimos todavía era de día. Aparcamos en una de las muchas plazas libres que había y fuimos a la recepción. El precio por noche sin usar electricidad para dos adultos, Liam no pagaba, eran 3.500ISK (corona islandesa) que al cambio eran 25,47€. En este camping teníamos lavabos, duchas y cocina, que eran los servicios que nos interesaban, aunque también tenían alguno más como lavandería. Cogimos todo lo necesario para hacer la cena y fuimos a la cocina, para nuestra sorpresa no estaba del todo cerrada y hacía bastante frío. Hicimos la cena y en el tiempo que estuvimos apenas aparecieron un par de chicos. Aunque había otras autocaravanas en el camping, pudimos cenar prácticamente solos.
Después de cenar volvimos a nuestra casa con ruedas y preparamos por primera vez la cama. Para ello tuvimos que desmontar la silla de Liam, que había que quitar y poner cada día, de este modo pudimos mover los asientos de atrás y convertirlos en cama. También encendimos la calefacción Webasto que se cargaba durante el día con una placa solar. Con la calefacción que dejamos encendida hasta que nos fuimos a dormir y los sacos de dormir no pasamos frío. Al día siguiente teníamos unas visitas importantes, de modo que nos fuimos a dormir todos lo antes posible.
