Día 17 (31/08/2018) - Francistown ➞ Johannesburgo
Francistown
A las 5 de la mañana nos despertamos para ponernos en marcha. Acabamos de recoger las mochilas y preparamos unos sándwiches para el camino. Metimos todo en nuestro vehículo que estaba aparcado en el patio interior del hostal. La señora se despertó únicamente para abrirnos la puerta y que pudiéramos salir. La zona no debe de ser muy segura por la noche y cierran todo para no tener problemas.
Hoy tocaba pasar el día en la carretera, por suerte ya sería el último. No eran ni las 6 de la mañana y ya estábamos en marcha. Íbamos dirección sur para cruzar la frontera por Martin's Drift, por donde suele cruzar más gente.
El paisaje continuaba siendo parecido al del día anterior, éste apenas cambiaba a lo largo de las carreteras de este país. Como el día anterior, tuvimos que detenernos en un par de ocasiones en controles de alimentos y pasar por las alfombrillas con líquido desinfectante.
De Francistown a Johannesburgo
Antes de mediodía conseguimos llegar a Martin's Drift para cruzar a Sudáfrica. Habíamos pasado dos semanas recorriendo Botsuana, visitando sus parques y viendo miles de animales. Apenas nos quedaba la espinita de no haber visto al rinoceronte, pero ya sabíamos que era de los más complicados. En general, la experiencia había sido muy positiva. Ahora tocaba volver al país donde habíamos aterrizado y desde donde salía nuestro avión al día siguiente.
Para cruzar la frontera estuvimos aproximadamente una hora. Primero tuvimos que entrar en el edificio del lado de Botsuana para que nos pusieran el sello de salida. Tuvimos que rellenar un pequeño formulario, tal como hicimos para entrar. Después tuvimos que conducir unos metros para llegar al edificio del lado de Sudáfrica. Aquí fueron más rápidos para ponernos de nuevo el sello de entrada al país.
Frontera - Martin's Drift
Johannesburgo
Al salir de la frontera vimos que había gran cantidad de camiones que hacían cola para entrar en Botsuana. El paisaje no parecía cambiar mucho, aunque vimos que había algo más de vegetación. Pero en esencia el paisaje era muy parecido al que acabábamos de dejar atrás en Botsuana. En realidad es fascinante como tanta extensión tiene el mismo entorno.
Frontera - Groblersbrug
A las afueras de Pretoria buscamos un restaurante donde comer. Íbamos bien de tiempo y ya era hora de comer. Además, apenas habíamos desayunado un par de sándwiches por el camino. Encontramos el Toureiro House of Prawns que estaba muy bien y que además tenían pescado.
Toureiro House of Prawns
Tenían un plato que combinaba un pescado con calamarcitos y gambas, además el precio no estaba nada mal. No habíamos comido prácticamente nada de pescado desde que habíamos salido de casa. Optamos por probar el que parecía ser uno de sus platos estrella y la verdad es que acertamos porque estaba muy bueno.
Comida
Después de comer fuimos directos a la agencia de Bushlore, donde habíamos empezado la aventura. Paramos a repostar justo antes de llegar, ya que teníamos que devolver el depósito lleno. Cuando llegamos sacamos todo del vehículo y en ese momento tuvimos la sensación de que el viaje había llegado a su final.
Le entregamos las llaves a los dueños y esperamos a que revisasen que estaba todo. La fianza que habíamos dejado todavía no nos la devolverían, tendríamos que esperar unos días hasta que revisasen que todo estaba correcto. Hemos de decir que unos días más tarde recibimos el dinero. Habíamos hecho algunas ralladas, pero los problemas de los cojinetes y la batería de la nevera habían sido bastante perores.
Entre una cosa y otra era la hora de que cerrasen. Como tenían que llevarnos hasta la guest house donde nos hospedaríamos esta noche, esperamos y así también llevaban a algunos compañeros a su casa. Tardamos un buen rato en cruzar la ciudad para llegar a nuestro destino.
Cuando vimos la guest house que habíamos reservado no nos lo podíamos creer. Waverley Guest House es enorme, consta de un gran patio y varias casas. Estaba el edificio principal donde había una estancia común y otras pocas casitas más donde se alojaban los huéspedes. Además la señora de la casa era súper simpática. Nos enseñó cual era nuestro apartamento y nos dijo que cualquier cosa que necesitásemos que se lo dijéramos. Todavía no sabíamos hasta que punto nos ayudaría.
Waverley Guest House
Waverley Guest House
Teníamos que comprar algo para cenar y desayunar al día siguiente. Después de dejar todo en nuestras respectivas habitaciones fuimos a la zona común. Aquí tenían Wi-Fi y buscamos donde había un supermercado. Mientras mirábamos las diferentes opciones, la dueña de la casa nos preguntó si queríamos tomar algo. Le pedimos algo para beber y nos trajo unos refrescos y una cerveza. Pensábamos que seguramente nos cobraría las bebidas, pero no, era muy hospitalaria.
El supermercado más cercano estaba algo lejos para llegar andando. La señora de la casa nos dijo que podíamos contratar un Uber para que nos llevase, pero no teníamos la aplicación descargada y nunca la habíamos utilizado. Estábamos mirando como funcionaba cuando nos dijo que ella tenía que ir también a comprar y que si queríamos podíamos ir con ella. No lo dudamos y aceptamos el ofrecimiento.
Al llegar al centro comercial fuimos al supermercado para hacer la compra rápido. No queríamos que la señora además de traernos tuviera que esperarnos para volver. Compramos lo justo para cenar hoy y desayunar al día siguiente. Volvimos a la guest house y le agradecimos a la señora que nos llevase a hacer la compra.
Estuvimos un rato más en el edificio principal aprovechando la conexión Wi-Fi. Hicimos tiempo hasta la hora de cenar mientras nos poníamos al día. Estábamos en una zona residencial de Johannesburgo y no había nada para hacer por los alrededores. Al rato fuimos a dejar preparadas las mochilas, al día siguiente salía nuestro avión. Después preparamos la cena y nos fuimos a dormir. Al día siguiente no tendríamos que levantarnos muy pronto, pero estábamos cansados del madrugón de esa mañana.
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