Día 6 (23/11/2016) - Sen Monorom
Bunong Elephant Project
Hoy íbamos a pasar un día con elefantes y nos despertamos con muchas ganas. Apenas tuvimos tiempo de desayunar que Thon vino a buscarnos. En el 4x4 ya había 3 personas más que vendrían con nosotros a pasar el día. Pocos minutos después de ponernos en marcha paramos en un pequeño poblado de la tribu Bunong, donde otra pareja que vendría con nosotros había pasado la noche. Pudimos ver que el poblado apenas constaba de algo más de 10 casitas y tenían varios animales sueltos, entre ellos gallinas y cerdos. En total iríamos a ver a los elefantes 7 personas, con nosotros venían un chico francés, dos chicas suizas y una pareja alemana. Subimos como pudimos al 4x4, con las dos chicas suizas en la parte trasera, donde también estaban las mochilas y nos pusimos rumbo a la selva.
Poblado Bunong
Poblado Bunong
Una media hora más de camino fue suficiente para llegar al límite de la selva y aparcar el coche. Cogimos nuestras mochilas y Thon nos dio agua para nosotros y comida para los elefantes, caña de azúcar y plátanos. Con todo lo necesarios empezamos a adentrarnos en la selva. Por el camino Thon hizo un par de paradas, para explicarnos como viven en las aldeas Bunong que hay en la selva. Estas aldeas cultivan su propia comida y tienen sus propios animales para alimentarse. El camino no fue muy complicado, aunque en alguna parte tuvimos que ir con cuidado ya que había bastante pendiente de bajada. Incluso tenían hechos escalones en la propia tierra del suelo. El paisaje era cada vez más frondoso y bonito, a pesar de que duró más de media hora, no se nos hizo largo en ningún momento.
Paseando por la selva
Llegamos a una zona donde desaparecía la espesura de la selva y había cuatro casitas de una aldea Bunong. Este sería nuestro campamento base. Thon tenía una de esas casitas y nos hizo pasar para poder dejar las mochilas y coger solo lo imprescindible. Dentro de la casita, nos empezó a explicar como sería nuestro encuentro con los elefantes, que podíamos y no podíamos hacer. Con las instrucciones de Thon, la comida para los elefantes y nuestra cámara, salimos de la casita con ganas de ver a los elefantes.
Aldea Bunong
Casa en aldea Bunong
Para llegar a la zona donde vivían los elefantes del Bunong Elephant Project, tuvimos que caminar un poco más, incluso cruzar un río sobre un tronco de madera. Poco después de cruzar el río, Thon nos dijo que nos detuviéramos. A los pocos minutos vimos aparecer a dos elefantes, un macho y una hembra, cada uno con su guardián correspondiente. Cada elefante tiene su guardián, que lo educa y lo cuida. En este lugar hay 5 elefantes, pero solo vimos a estos dos. Thon ya nos había advertido que veríamos a un macho y una hembra, aunque había 3 hembras más.
Elefantes
Elefantes
Llegó uno de los momentos más divertidos del día, darle de comer a los elefantes. Éramos 7, así que, tuvimos que esperar nuestro turno. Esto no era problema, ya que, los elefantes seguro que se lo iban a comer todo. Les dimos las cañas de azúcar, partiéndolas en 3 o 4 trozos previamente. También les dimos los plátanos, primero con la mano y después nos dijeron que intentáramos dárselos con la boca. Lo intentamos un par de veces cada uno, pero cuando el elefante acercaba la trompa a nuestra cara, daba mucha impresión y soltábamos el plátano, antes de que lo agarrara con la trompa y caía al suelo.
Dando de comer a los elefantes
Dando de comer a los elefantes
Cuando acabamos de darles de comer, dejaron que los elefantes pasearan por la zona. Mientras Thon nos guiaba a otro lugar donde había algunos troncos en el suelo para poder sentarnos. En esta ocasión nos explicó como consiguió alquilar toda esta zona de la selva para llevar a cabo su proyecto, el cual consistía en coger elefantes que habían sido explotados trabajando y los traía aquí para cuidarlos. Para poder mantener esto, hacía estos tours y tenía a la gente de la aldea para que cuidara a los elefantes. A cambio, del dinero que ganaba con los tours daba una parte a la gente de la aldea. Además, sacaba dinero para mantener su parte de selva y a los elefantes. Obviamente, también quedaría una parte para él. Nos pareció muy interesante, como alguien había montado aquello para ayudar a los elefantes.
Durante el día hace mucho calor y normalmente el sol es abrasador. Para protegerse, los elefantes se cubren de barro y esto fue lo siguiente que vimos. Nos acercamos a la orilla de un pequeño río, donde los elefantes cogían el barro de la orilla, para después con su trompa tirárselo por la espalda. Tuvimos que ir con cuidado, en alguna ocasión tuvimos que apartarnos para que no nos bañaran con el barro. Una de las chicas suizas no tuvo suficientes reflejos en una de estas ocasiones y acabó con unas cuantas manchas en la ropa.
Elefantes bañándose con barro
Habíamos pasado la mañana entre llegar a la selva y estar con elefantes, sin darnos cuenta había llegado la hora de comer. Volvimos a la aldea Bunong donde delante de la casita que tiene Thon, había una mesa grande donde nos sentamos para comer. Las mujeres de la aldea habían cocinado la comida para nosotros y estaba todo muy bueno. Había diferentes platos, calabaza con huevo, cerdo, arroz blanco y un caldo con legumbres y verduras picantes. Al principio Thon y los dos guardianes se sentaron cada uno en una roca para comer, pero les dijimos que se sentaran con nosotros y nos acompañaron. De postre nos dieron fruta de la pasión, sandía y plátanos.
Comida
Después de comer Thon nos dio media hora para que echáramos la siesta o lo que quisiéramos. Nosotros estuvimos este rato hablando con Florian, el chico francés y que viajaba solo. Mientras descansábamos empezó a llover y nos metimos todos en la casita de Thon, donde continuó explicándonos el funcionamiento del proyecto, las dificultades que había tenido para montarlo y las dificultades que tenía ahora para mantenerlo.
Todavía no había parado de llover, pero Thon dijo que nos pusiéramos los bañadores para ir al río. Al principio dudamos, pero en definitiva hacía calor y más nos íbamos a mojar en el río. Nos cambiamos todos y salimos. Llegamos al río y los elefantes ya estaban bañándose, poco a poco todos nos fuimos metiendo. La corriente del río era bastante fuerte, lo que dificultaba quedarse quieto en un punto. Además, el suelo del río era fangoso lo cual no ayudaba. Con estas dificultades intentamos acercarnos a los elefantes y tocarlos. En una ocasión Sergio tocó la pata trasera a uno de los elefantes y este movió la cola como apartando a una mosca. Para esta actividad veníamos preparados y traíamos nuestra cámara deportiva con protector. También traíamos una funda impermeable para el móvil. Pasamos un rato muy divertido en el agua con los elefantes y nuestros compañeros del tour.
Baño con elefantes
Habíamos pasado todo el día en la selva viendo como viven los elefantes, pero ya no quedaba mucho para que se hiciera de noche y todavía teníamos que hacer el camino de vuelta por la selva. El tour nos costó 70$ en total, pero había valido la pena. Pasamos unos minutos más con los elefantes para despedirnos, antes de volver por última vez a la casita de Thon para cambiarnos y hacer el camino de vuelta al coche.
Despedida de los elefantes
Despedida de la aldea Bunong
Indigenous People lodge
Llegamos al lodge bajo una intensa lluvia y con muchas ganas de pegarnos una ducha después de bañarnos en un río de aguas marrones. Después de la reconfortante ducha, esperamos a que la lluvia aflojase para ir al comedor. Era de noche y el lodge estaba a las afueras de Sen Monorom, con lo que no podíamos hacer otra cosa, que ir a pasar el rato al comedor con una cerveza fresquita. Cuando se acercaba la hora de cerrar la cocina pedimos la cena y estuvimos un rato más antes de volver a la habitación. Al día siguiente tocaba ponerse de nuevo en marcha, esta vez para ir a Kratie, así que antes de ir a dormir dejamos las mochilas preparadas para el día siguiente.
Indigenous People lodge
Cena
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