Día 4 (28/10/2020) - Las Palmas de Gran Canaria ➞ Telde
Bahía Feliz
Cuando despertamos lo primero que hicimos fue mirar el cielo. Como el día anterior, vimos que estaba nublado y no podríamos ir a la playa. Miramos entre las visitas que teníamos pendientes y decidimos que visitaríamos Las Palmas de Gran Canaria y si daba tiempo Telde. Tomamos el desayuno en nuestro apartamento y preparamos las cosas para pasar el día fuera. La capital de Gran Canaria se encuentra a poco más de media hora desde nuestro alojamiento. Fuimos a buscar el coche y ponernos en dirección a Las Palmas de Gran Canaria.
Las Palmas de Gran Canaria
La capital de la isla de Gran Canaria es muy grande y no podíamos recorrerla toda a pie. Decidimos empezar por los barrios de Vegueta y Triana, situados en al sur de la ciudad. Son de los más antiguos, con más historia y de los más visitados. Cuando llegamos cerca de Las Palmas de Gran Canaria, vimos que había mucho más tráfico que en el resto de la isla. También tuvimos problemas para aparcar y tuvimos que dejar el coche en un parking de pago que hay cerca del mercado de Vegueta.
Caminamos hacia el sur para llegar a uno de los edificios más importantes del barrio de Vegueta. Fuimos paseando por las calles más antiguas de la ciudad hasta llegar a la Catedral de Santa Ana. Rodeamos el edificio para llegar a la parte frontal y ver la plaza de Santa Ana y las Casas Consistoriales de Las Palmas de Gran Canaria.
La Catedral de Santa Ana empezó a construirse en el año 1497 por orden de los reyes católicos, pero en 1570 se detuvieron las obras por falta de fondos. En el siglo XVIII se retomaron las obras para finalizar su construcción. Debido a esto hay dos estilos diferenciados en su arquitectura. El interior es de estilo gótico tardío y el exterior es de estilo neoclásico.
Catedral de Santa Ana
Catedral de Santa Ana
Vimos la catedral desde el exterior y el interior, después decidimos subir a su mirador. Pagamos 1,5€ por persona y subimos al ascensor que lleva hasta la cima. Desde aquí pudimos contemplar casi por completo la capital de Gran Canaria. Pudimos ver como la ciudad está construida a lo largo de varios montes y solo la zona más cercana a la playa es plana.
Vistas desde la Catedral de Santa Ana
A continuación, fuimos a la Casa museo de Colón. Se supone que aquí vivía el gobernador y que Cristóbal Colón lo visitó en su primer viaje. El exterior de la casa llama la atención por su fachada, la cual no pudimos resistirnos a fotografiar y contemplar durante varios minutos.
Casa Museo de Colón
Pagamos 4€ por persona para entrar al museo. En el interior pueden verse maquetas de los barcos que llevaron a Colón a América, la Niña, la Pinta y Santa María. Incluso uno de las habitaciones es una réplica del camarote de Colón. También hay mapas donde se marcan las rutas que hizo durante sus diferentes viajes. Hay explicaciones de como se hicieron estos viajes y la importancia de Canarias en ellos, así como objetos traídos de América.
Casa Museo de Colón – Réplica del camarote de Colón
Casa Museo de Colón – Mapa con las rutas de los viajes
Seguimos paseando por las calles de Vegueta en dirección norte para llegar al barrio de Triana. Enseguida notamos un cambio tanto en las calles como en las casas. Sobre todo llegando a la Calle Mayor, una de las más comerciales de la ciudad. A lo largo de toda la calle había tiendas, pero mirando hacia arriba también pudimos ver que todas las casas eran muy bonitas y tenían el típico estilo canario.
Barrio de Triana
Barrio de Triana
Dimos una vuelta por el barrio hasta llegar frente al castillo de Mata. Desde fuera vimos que estaba bastante en ruinas y con el carrito de Liam no sería nada fácil recorrerlo. Aunque la entrada era gratuita decidimos no entrar, además se nos estaba haciendo tarde para hacer otras visitas. De vuelta al barrio de Vegueta pasamos por el edificio del Gabinete Literario, uno de los edificios más bonitos de la ciudad.
Barrio de Triana – Castillo de Mata
Barrio de Triana – Gabinete Literario
Antes de volver al coche entramos en el mercado de Vegueta. Estos lugares siempre nos llaman mucho la atención en nuestros viajes. Aquí pudimos ver la gran variedad de futas y verduras que se cultivan en la isla. Hay productos tan normales como la lechuga hasta tan exóticos como la pitahaya, también conocida como fruta del dragón. Incluso vimos algunas frutas que desconocíamos como son el melón kiwano, el tuno indio y el tamarindo. Nos recordó un poco a otros viajes que hemos hecho a países tropicales como Sri Lanka o Perú.
Mercado de Vegueta
A continuación, fuimos hacia el norte de la ciudad, concretamente cerca de la playa de las Canteras. De nuevo tuvimos que buscar un parking para dejar el coche. Era mediodía y lo primero que hicimos fue ir a buscar donde comer. Entramos en el restaurante Hermanos García, el local no era muy bonito pero había mucha gente. Pedimos el menú que estaba bastante bueno y pagamos en total 22€.
Después de comer fuimos a dar una vuelta por esta zona de la ciudad. Empezamos por el parque de Santa Catalina que estaba justo al lado de donde habíamos comido. En este parque hay gran cantidad de vegetación, con muchos árboles y flores. También hay muchos locales en uno de sus laterales y cada uno tenía una terraza en el parque.
Las Palmas de Gran Canaria – Parque de Santa Catalina
Cuando llegamos al otro extremo del parque decidimos ir hacia el muelle. De este modo pasamos por otra zona verde con una carabela y cruzamos la carretera para ver la gran cantidad de barcos que había en el puerto. Justo al lado, hay un gran centro comercial pero decidimos no entrar y dimos la vuelta. Antes de irnos de esta zona vimos que había un gran letrero con el nombre de la ciudad, lo curioso es que las letras estaban formadas por plantas.
Las Palmas de Gran Canaria
Volvimos sobre nuestros pasos hasta el parque de Santa Catalina y desde aquí fuimos hasta la playa de las Canteras, la más popular de la ciudad. El día no acompañaba demasiado y solo dimos un paseo para comprobar que esta playa es bastante larga. Caminamos un poco más por los alrededores, pero ya habíamos visto todo lo que teníamos en nuestra lista de visitas y volvimos a buscar el coche.
Playa de las Canteras
Telde
Habíamos pasada más de mediodía visitando la capital de la isla, todavía teníamos algunas horas para hacer otras visitas. Fuimos hasta el pueblo de Telde, pero primero hicimos una parada en el bufadero de la Garita. Se trata de una playa rocosa en la que el agua entra por debajo de las rocas con la olas y sale por alguno de los orificios de la superficie. La presión provoca que el agua salga con fuerza y genere un ruido parecido a un bufido. Vimos en varias ocasiones este efecto mientras recorríamos la zona, hasta que nos dimos cuenta que se hacía tarde.
Bufadero de la Garita
Bufadero de la Garita
Cuando llegamos a Telde faltaba poco para que llegase el atardecer. Lo primero que vimos cuando conseguimos aparcar fue la Basílica de San Juan, que se encuentra en la plaza con el mismo nombre. El barrio de San Juan es el núcleo fundacional del pueblo de Telde, que se construyó junto a la iglesia y al torreón defensivo. El edificio original se derrumbó y a finales del siglo XV se construyó la actual basílica.
Telde – Basílica de San Juan
Telde – Plaza de San Juan
Fuimos paseando por el pueblo y cruzamos por una calle muy curiosa. Consiste en un puente que une dos zonas del pueblo y tiene arcos en uno de sus laterales. Llegamos a la ermita de San Francisco que se encuentra en el barrio con el mismo nombre. Lo más curioso de este barrio fue que en muchas de sus calles hay unas cruces grandes en la pared de algunas casas. No entendimos el motivo de tener tantas cruces repartidas por el barrio, pero nos pareció algo muy curioso. Cuando volvimos al coche se había hecho tarde y decidimos volver a nuestro alojamiento.
Telde – Barrio de San Francisco
Telde – Barrio de San Francisco
Bahía Feliz
Al llegar al apartamento vimos que se había hecho un poco tarde y estábamos un poco cansados. Decidimos cenar en el restaurante del hotel, aunque sabíamos que seguramente sería un poco más caro. Pedimos para cenar un pollo tikka masala y un magret de pato, para Liam pedimos una hamburguesa. La cena estaba más buena de lo que esperábamos y pagamos en total 42,8€ contando las bebidas. Sin tiempo para más, volvimos a la habitación a descansar esperando que al día siguiente, por fin, hiciera buen día.
Cena en El Sultán - Pollo tikka masala
Cena en El Sultán - Magret de pato
