Día 15 (28/04/2017) - Cayo Caulker

Cayo Caulker

Teníamos dos días por delante para disfrutar y relajarnos en este pequeño pedazo de paraíso. Pero tampoco lo íbamos a perder durmiendo. Aunque no demasiado, nos levantamos pronto y fuimos a desayunar. Cerca del hotel había un gran número de restaurantes, pero nos decantamos por el restaurante La Cubana. Acertamos con nuestra elección, hacían un desayuno que constaba de tostadas con mantequilla y mermelada, huevos y fruta. Era uno de los sitios que la relación calidad precio nos pareció mejor y no dudamos en que volveríamos en algún otro momento.

 

Desayuno

Desayuno

 

Indudablemente, el mayor atractivo de la isla era bañarse en el mar o realizar alguna actividad acuática. Pero como buenos viajeros, teníamos la inquietud de ver como era el interior de la isla. Cayo Caulker está formado por dos porciones de tierra, la norte es una reserva natural y solo se puede visitar realizando un tour guiado. La isla sur, donde nos encontrábamos, tenía dos zonas diferenciadas. La zona más estrecha con hoteles, restaurantes y las casas de la gente que vive allí. La zona más ancha estaba ocupada por un pequeño aeropuerto. Con todo esto, el territorio que se podía visitar no era muy grande, de todos modos nos pusimos en marcha para inspeccionar.

 

Cayo Caulker 2

Cayo Caulker

 

La zona estrecha de Cayo Caulker, apenas tendría unos 200 o 300 metros de costa a costa. En este espacio se concentraban 4 o 5 calles que recorrían la isla de norte a sur, hasta llegar cerca del aeropuerto. La zona habitada de la isla estaba prácticamente dedicada al turismo. Mientras paseábamos por la isla, vimos que casi todo eran hoteles o restaurantes. Aunque la zona es pequeña encontramos que tenía un gran encanto. Para empezar, como en Hopkins, las calles no están asfaltadas. La gente se movilizaba caminando, en moto, en bicicleta o incluso en carritos de golf.

 

Cayo Caulker 3

Cayo Caulker

 

Cayo Caulker 4

Cayo Caulker

 

Sin duda lo mejor de la isla se encontraba a orillas del mar, donde había un gran número de muelles. Algunos servían para los water taxi que venían de Ciudad del Belice, otros para los pescadores y otros para las barcas que hacían tours para los turistas. En su conjunto estaba todo bastante explotado, pero encontramos que habían mantenido parte de la autenticidad de la isla.

 

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Cayo Caulker - Muelle

 

Cayo Caulker 6

Cayo Caulker - Muelle

 

El paseo por la isla no nos llevó mucho, algo más de una hora. Por el camino vimos algunas cosas curiosas, pero en general pudimos concluir que vivir en esta isla era ir a otro ritmo. El lema de "Go Slow", aquí se llevaba a su máximo exponente. La gente de la isla parecía vivir sin mirar el reloj. Sin llegar hasta el aeropuerto, acabamos de dar la vuelta por la zona habitable. Volvimos al hotel a dejar la cámara y coger las toallas para ir a la playa.

 

Cayo Caulker 7

Cayo Caulker

 

Pasamos el resto de la mañana en la misma zona que el día anterior. No teníamos mucho más que hacer el resto del día. Solo teníamos que estar tumbados al sol y bañarnos en el agua transparente del mar. Volvimos a encontrarnos a Leire y Andrea. Hicimos tiempo hasta la hora de comer con unas cervezas y charlando.

A la hora de comer fuimos paseando por la que parecía ser la calle principal. En esta calle había una gran oferta de restaurante y todos parecían tener buena pinta. Acabamos entrando en uno con vistas al mar, llamado Brisas del Mar. Pedimos de nuevo platos con pescado y gambas, teníamos que aprovechar que en la isla no era excesivamente caro. Como vimos que era habitual en Belice, el pescado venía acompañado con verduras y arroz. Habíamos vuelto a acertar con el lugar, la comida estaba muy buena.

 

Comida 1

Comida

 

Comida 2

Comida

 

Después de comer nos encontramos a Katy. Por la mañana había hecho el tour para hacer snorkeling. El tiempo había estado un poco movido, pero habían podido salir y ver algunos peces. Nos recomendó la agencia que ella había encontrado, por el trato que tenían con la fauna marina. El día anterior habíamos visto que los precios eran más o menos los mismos en todas las agencias. Pensamos que sería buena idea buscar la agencia que nos recomendó Katy.

Nos costó un poco encontrar la agencia pero al final lo conseguimos. A diferencia del resto, esta agencia no estaba en primera línea de mar. El señor que lleva la agencia es muy simpático y bromista. Nos explicó como hacía los tours y que a diferencia del resto no maltrataba a los animales. Acabó por convenceros y contratamos el tour de 4 horas para la mañana siguiente. Le dijimos que si había más sitio en la barca, después vendríamos con unos amigos que también estaban interesados.

Algo que nos gusta mucho de los países tropicales es la fruta. En estas latitudes las frutas tienen mucho más sabor. Habíamos visto a un chico que vendía cocos y no dudamos en pasar a comprar uno. Parece una tontería, pero esto es algo económico y fantástico, además de saludable.

 

Coco 1

Coco

 

Cerca había una pequeña tienda montada al aire libre, que consistía en unas pocas mesas de madera. Vendían muchos tipos de colgantes y pendientes, hechas con conchas marinas. Estuvimos mirando y acabamos comprando un par de colgantes.

 

Cayo Caulker 8

Tienda

 

Dedicamos el resto de la tarde a volver a la playa y relajarnos. En general el viaje no había sido físicamente cansado, pero sí que habíamos tenido algunos momentos de estrés y pasado muchas horas incomodas en minivan. Pasar unos pocos días en un rinconcito como esta isla era toda una maravilla y algo espectacular para acabar un gran viaje. Sin duda queríamos exprimir al máximo el privilegio de estar en Cayo Caulker.

Antes del atardecer nos reencontramos con Leire y Andrea. Les explicamos lo del tour del día siguiente para hacer snorkeling. Volvimos a la agencia y contrataron el tour para ir con nosotros. El señor nos dijo que había posibilidad de no salir. El tiempo estaba empeorando, si hacía mucho viento y olas seguramente se cancelaría el tour. Hasta la mañana siguiente no lo sabríamos, lo mejor era no preocuparse y ya veríamos que pasaba. Pasamos más tiempo del esperado en la agencia y no pudimos ir a ver el atardecer al final de la isla, tuvimos que conformarnos con verla mientras paseábamos.

 

Atardecer 1

Atardecer

 

Tanto el día anterior como esta tarde, en el restaurante La Cubana, habíamos visto algo que nos llamó la atención. Por la tarde, estaban como 3 o 4 horas con un fuego en el suelo y una gran pieza de carne, dando vueltas para hacerla a fuego lento. La noche anterior Sergio se había quedado con las ganas, pero esta noche sin dudarlo optamos por cenar en este restaurante. La carne estaba súper tierna y sabrosa. Claramente, en esta isla se comía bien en cualquier restaurante. Después de cenar no había mucho que hacer y volvimos a la habitación.

 

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