Día 5 (18/04/2017) - Antigua
Antigua
Tuvimos un día más para poder disfrutar de la ciudad de Antigua. Bajamos a desayunar y descubrimos que había otros dos chicos alojados en la guest house. Uno de los dos chicos era de Dinamarca y estaba en Antigua para aprender español. La señora de la casa nos preparó el desayuno, que consistió en leche con cereales y fruta, además de un café. Ya estábamos preparados para volver a recorrer las calles de Antigua. Teníamos pensado visitar algunos monumentos de Antigua y por la tarde queríamos visitar el volcán Pacaya.
Iglesia de la Merced
De camino al centro de la ciudad pasamos de nuevo por la iglesia de la Merced. Esta vez con más tiempo y a la luz del día, pudimos contemplar mejor esta iglesia. Aunque estaba bien conservada, no encontramos nada de especial y decidimos continuar.
Iglesia de la Merced
Iglesia de la Merced
Antes de realizar nuevas visitas, pasamos por la agencia donde habíamos contratado el tour de Chichicastenango. Era donde habíamos encontrado mejores precios y queríamos preguntar por otros tours. Contratamos para la tarde el tour al volcán Pacaya, por 230 quetzales los dos. Para el día siguiente, contratamos el transporte para ir a Lanquín, para ver Semuc Champey. También contratamos el transporte para ir de Lanquín hasta Flores. Pedimos una rebaja, ya que, habíamos contratado todo con ellos y nos hicieron un pequeño descuento, pagamos 1.680Q por el tour de 3 días los 2.
Convento de Santa Clara
La primera visita que hicimos fue el convento de Santa Clara. Mejor dicho, las ruinas del convento de Santa Clara. Debido a los terremotos que ha sufrido Antigua desde que se construyó el edificio, estaba bastante en ruinas. Por lo que vimos, este edificio ya no hace las funciones de convento, pero no lo han abandonado totalmente. Pudimos ver como en varias zonas del recinto estaban realizando obras de reconstrucción. Además, el lugar tiene varias zonas ajardinadas y todas estaban bien cuidadas. Incluso en uno de los jardines vimos a un jardinero cuidando de las plantas.
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
El convento de Santa Clara es más pequeño que el de las Capuchinas. Además, por lo que pudimos ver, recibía a menos turistas. Durante nuestra visita estuvimos prácticamente solos. Del convento se conservaba la estructura principal, que sirvió para hacernos una idea de como fue el edificio original. Por otro lado, estaban las zonas ajardinadas que incluían algunas fuentes. Finalmente, el recinto contaba con una iglesia donde seguramente las monjas realizaban sus rezos. Acabamos de recorrer las zonas habilitadas antes de salir del convento.
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Antigua
De nuevo en las calles de Antigua nos pusimos a pasear por estas calles que daban la sensación de estar en el pasado. No es de extrañar que la ciudad de Antigua fuese nombrada Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Antigua
Hotel Museo Casa Santo Domingo
Algunos edificios que queríamos visitar estaban cerrados. No pudimos visitar, por ejemplo, el cuartel de los capitanes generales porque no coincidió su horario de apertura con nuestra estancia en la ciudad. Pero sí podríamos visitar el hotel museo Casa Santo Domingo. Tal como indica su nombre, el lugar es un hotel y un museo a la vez. La zona que se puede visitar está separada del hotel, aunque en algún punto pudimos comprobar que se unen.
Tuvimos que preguntar donde estaba la entrada, ya que no quedaba muy claro la diferencia entre entrar al hotel y entrar al museo. Lo primero que nos encontramos al entrar fue una sala con una maqueta de la ciudad, donde pudimos identificar algunos de los edificios. También había vitrinas con ropas y utensilios de la época.
Hotel Museo Casa Santo Domingo
Como vimos en los conventos que habíamos visitado, el recinto había quedado en ruinas como consecuencia de los terremotos. Pero este nos pareció que estaba mejor conservado que los anteriores. Seguramente se debía a que parte del recinto era un hotel en funcionamiento. También vimos que los jardines estaban mejor cuidados y tenían muchas más plantas. En general este lugar nos gustó más que los anteriores.
Hotel Museo Casa Santo Domingo
La zona propiamente del museo estaba situada en el centro del recinto. Constaba de una gran sala donde podía verse un poco la historia de la ciudad. Había herramientas antiguas, representaciones de la gente de la época colonial, ropas o armas entre otros objetos. Después de visitar esta sala volvimos al exterior, pero todavía quedaban cosas por visitar.
Encontramos unas escaleras que descendían y llevaban a unas catacumbas. En esta parte vimos que había calaveras y otros huesos. También había algunos esqueletos completos y hasta la representación de una persona muerta.
Hotel Museo Casa Santo Domingo
Salimos de nuevo a la superficie y en una zona con más encanto vimos que estaban preparando una boda. Había un montón de sillas ordenadas y con funda blanca, muchas flores, telas blancas y demás decoración.
Antes de acabar la visita subimos a una zona elevada para tener una vista global de todo el recinto. Desde aquí pudimos ver toda la parte de las ruinas que estábamos visitando, pero también se veía la piscina del hotel, con varias personas disfrutando de las instalaciones. Para salir tuvimos que pasar por un jardín donde había mucha gente, que parecían los invitados a la boda. Finalmente, tuvimos que cruzar unos pasillos del hotel para salir de nuevo a la calle.
Hotel Museo Casa Santo Domingo
Comida
No nos sobraba demasiado tiempo. Volvimos a la guest house y nos cambiamos para el ascenso al volcán que teníamos para la tarde. También preparamos una mochila pequeña con algo de ropa, agua y un cargador extra para la cámara. Nos pasaban a buscar por la agencia, de modo que, fuimos a buscar un restaurante por las cercanías.
Ya teníamos pensado ir a un restaurante llamado Rincón Típico, que habíamos visto alguna recomendación. Como su nombre indica es un restaurante típico de Guatemala. Para comer tenían para elegir entre 4 o 5 platos. Pedimos un chile relleno y carne adobada. Ambos platos venían con una salsa y acompañados con un poco de ensalada y patata. Los dos platos estaban muy buenos y nos darían energía para la caminata que teníamos en un par de horas. Para beber tenían un zumo de flores que estaba muy dulce, es agua de flor de Jamaica o hibisco, pero que no estaba mal del todo. Cuando acabamos de comer fuimos a la agencia a esperar que vinieran a buscarnos.
Comida - Chile relleno
Comida - Carne adobada
Volcán Pacaya
El trayecto desde Antigua hasta la base del volcán Pacaya, duró alrededor de una hora. Fuimos en una minivan con otro grupo de personas, que como nosotros, querían disfrutar del ascenso al volcán. Cuando llegamos a la entrada conocimos al chico que sería nuestro guía. Antes de entrar tuvimos que rellenar un formulario, con datos personales y algunas preguntas para la estadística, como por ejemplo, porque queríamos subir al volcán. Después de rellenar el formulario y comprar agua, como consejo del guía, nos pusimos en marcha.
No éramos los únicos que subíamos al Pacaya. Había unos cuantos grupos que iban a hacer el ascenso al volcán. Los guías fueron parando o avanzando a su grupo para ir por separado y poder subir mejor. El primer tramo del ascenso fue bastante sencillo, esta parte no tenía pendientes muy grandes. Aun así, algunas personas incluyendo algunas de nuestro grupo, pidieron un caballo para subir. Sí, tienen caballos que utilizan para que la gente pueda realizar el ascenso sobre ellos. De hecho, el señor que llevaba a los caballos que nos seguían, era el padre de nuestro guía.
Para hacer la subida más llevadera, nuestro guía fue haciendo paradas para descansar. En todas ellas nos fue explicando cosas relacionadas con el volcán y el pueblo San Vicente Pacaya. Este pueblo se encuentra a los pies del volcán. Durante su historia ha sufrido varias desgracias derivadas de la erupción del volcán. Nuestro guía nos explicó que en 2010 hubo una fuerte erupción y el pueblo tuvo que ser evacuado, él vive en San Vicente Pacaya y vivió lo sucedido.
Volcán Pacaya - Ascenso
En otra de las paradas durante el ascenso, paramos frente a un mirador. Desde aquí pudimos ver un pequeño lago situado en la falda del volcán. En otro mirador pudimos ver las poblaciones de alrededor. En total hicimos unas 5 o 6 paradas. El terreno cada vez era más empinado y hacía que nos cansáramos más.
Volcán Pacaya - Mirador
Finalmente, con un poco de esfuerzo y algo cansados, llegamos a la cima. Realmente, no era la cima del volcán, ya que este se encuentra activo. Llegamos a una cima situada frente al volcán y un poco más baja que el Pacaya. Desde aquí tuvimos una vista privilegiada del volcán. Estuvimos unos 15 minutos disfrutando de la recompensa al esfuerzo del ascenso. En esta zona las vistas eran espectaculares, tanto del volcán como de los alrededores. Además, no hacía tanto calor como abajo y esto se agradecía.
Volcán Pacaya - Cima
Pero la excursión no había llegado todavía a su fin. Continuamos caminando y esta vez bajamos por un pequeño camino. Este nos llevó a una zona donde había restos solidificados de la lava de la última erupción que hubo en 2015. En este lugar solo había piedras volcánicas y se notaba más calor que en la cima, donde habíamos estado hacía apenas unos minutos. El terreno todavía mantenía el calor. Aunque las piedras de la capa superior estaban frías, las situadas en las capas inferiores todavía estaban calientes. Encontramos un agujero que los guías habían realizado, donde podían tocarse piedras de la capa inferior. Dentro del agujero hacía mucho calor y las piedras quemaban un poco.
Volcán Pacaya
Volcán Pacaya
Seguimos paseando hasta otro agujero que tenían preparado. En este segundo agujero, el guía sacó unos palos y una bolsa de marsmallows, o nubes como conocemos en España. Aquí hicimos un poco la turistada de la excursión. Aprovechando el calor de las piedras, pusimos las nubes en los palos y las calentamos como hacen en las películas americanas con una hoguera. Tenemos que decir que las nubes calientes estaban buenas y fue una buena dosis de azúcar para el esfuerzo del ascenso.
Volcán Pacaya
Para acabar la excursión, volvimos a subir a la cima por otro camino. Esta vez la subida era muy empinada, pero las vistas valieron la pena. Desde arriba pudimos ver un magnífico atardecer. En esta zona de la montaña teníamos no solo visión directa del Pacaya, sino que también pudimos ver los volcanes de Fuego, de Agua y Acatenango. Mientras disfrutábamos del atardecer, vimos que estábamos literalmente por encima de las nubes, que nos tapaban un poco las vistas. No quedaban muchos minutos de luz y nuestro guía nos dijo que era hora de empezar el descenso.
Volcán Pacaya - Atardecer
El descenso fue más ligero que la subida y bastante más rápido. Cuando estábamos llegando abajo era casi de noche. El guía nos estaba esperando en un lugar desde donde se ve la cima del volcán. Pudimos ver como en repetidas ocasiones salía lava del cráter del Pacaya, pequeñas erupciones que hacía unos días se iban sucediendo pero que no se ve a menudo. Después de unos minutos, subimos a la minivan que nos había traído.
Noche en Antigua
Volvimos a Antigua más tarde de lo esperado. Habíamos quedado con la señora de la guest house, para que nos preparasen la cena. Cuando llegamos la cena ya estaba fría. Nos habían preparado un plato típico guatemalteco, a base de judías, arroz y huevo. Al día siguiente salíamos hacía Lanquín y fuimos a la habitación a preparar las mochilas.
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