Día 8 (21/04/2017) - Lanquín ➞ Flores
De Lanquín a Flores
Hoy nos tocaba de nuevo volver a la carretera a recorrer un montón de kilómetros. Antes de ponernos en marcha fuimos a la zona del restaurante a tomar el desayuno. Durante el desayuno vimos a León, que se dirigía a Flores como nosotros, pero no sabíamos si íbamos en el mismo vehículo. Tomamos el desayuno y fuimos a buscar las mochilas. Junto con León esperamos que la furgoneta nos llevase al centro de la ciudad de Lanquín, desde donde salían las minivans.
Cuando llegamos a Lanquín había unas cuantas minivans. Algunas iban a Flores, pero otras iban a Ciudad de Guatemala y otras a Río Dulce, en el sureste del país. Mientras descubríamos cual era nuestra minivan, el padre de la familia de los israelitas se puso a hablar con Sergio. El día anterior apenas había hablado con nosotros, hoy en cambio parecía nuestro amigo. Nos dijo que iban a Río Dulce y se despidió dándole la mano a Sergio muy amigablemente. Finalmente, descubrimos cual era nuestra minivan y para nuestra sorpresa en ella iban León y Endika. Por lo menos tendríamos un viaje entretenido aunque sería largo.
Esta zona del país no es tan montañosa como la que habíamos atravesado para llegar a Lanquín. El camino era largo, pero se podía circular a mayor velocidad que en recorridos anteriores. Aun así, estuvimos cerca de ocho horas para llegar a Flores. Primero tuvimos que volver a Cobán, donde paramos de nuevo en el McDonald's, como dos días atrás. En esta ocasión era muy temprano y ya habíamos desayunado. En frente del McDonald's, había un centro comercial y entramos para buscar un cajero. León y Endika aprovecharon para comprar la entrada a Tikal, ya que ellos iban directamente al hotel que hay en las ruinas, para poder pasar al hotel hay que comprar la entrada al parque. Aprovechamos para comprar algo de comida para el camino.
De Lanquín a Flores
Volvimos a la minivan y seguimos el camino a Flores. Estuvimos unas pocas horas seguidas hasta que la minivan se detuvo de nuevo. Esta vez paró en una tienda-restaurante de carretera. Entramos para ver que tenían para comer, pero nos pareció muy caro para lo que tenían. Compramos algo en la tienda y comimos mientras esperábamos para continuar nuestro camino.
Por el camino pudimos hablar con León y Endika, de este modo el tiempo se pasó más deprisa. Aun así el paisaje era bastante monótono y el calor tampoco ayudaba. Tuvimos dos momentos algo interesantes antes de despedirnos de ellos. Primero fue cuando llegamos a la región de Flores. Un guardia nos preguntó si llevábamos comida. Por nuestra parte llevábamos manzanas y nos dijo que no había problema. Una señora norteamericana llevaba mango y se lo requisaron. Hay una mosca, llamada mosca mediterránea, que es una plaga. En Flores han conseguido erradicarla, pero no quieren que vuelva a entrar. Por este motivo controlan la comida que entra en la región y por lo visto el mango es uno de los alimentos prohibidos.
El segundo momento interesante fue cuando llegamos a Sayachxé. Había que cruzar un río no muy ancho, pero en el cual no había puente. En esta pequeña localidad tienen una plataforma que va de una orilla a otra. Los vehículos han de pagar en función del tipo para poder cruzar el río. Tuvimos que hacer un poco de cola para poder subir a la plataforma y cruzar el río.
De Lanquín a Flores
Poco antes de llegar a Flores, la minivan volvió a detenerse. Endika y León debían bajarse y subir a otro vehículo para llegar a Tikal, los demás seguiríamos en la minivan. Nos despedimos de nuestros amigos, esperando encontrarnos al día siguiente en las ruinas.
Flores
Después de más de ocho horas de camino llegamos finalmente a Flores. La ciudad de Flores tiene una pequeña isla, unida al resto de la ciudad por un puente. La zona más turística es precisamente esta pequeña isla, donde nos hospedamos. Por norma general los turistas se quedan en esta isla dedicada totalmente al turismo. La minivan nos dejó directamente en la isla.
Por el camino habíamos reservado una noche en el hostal "Los Estudiantes". En total pasaríamos 3 noches en esta ciudad, pero habíamos reservado solo por una noche por si el hostal no nos convencía. Entramos y cuando vimos la habitación ya vimos que no nos íbamos a quedar las otras 2 noches que nos quedaban. Dejamos nuestras mochilas y volvimos a la calle para situarnos en la ciudad de Flores.
En los próximos dos días queríamos visitar Tikal y Yaxhá. Fuimos a buscar agencias por los alrededores para ver que ofertas encontrábamos. Justo al doblar la esquina encontramos una pequeña agencia, preguntamos los precios y nos pareció aceptable. De todos modos decidimos ir a ver otras agencias, por si encontrábamos mejores ofertas. Después de pasar por otras 3, descubrimos que la primera que habíamos visitado era la que tenía mejores ofertas.
Antes de volver a la primera agencia, cruzamos el puente para ir a la ciudad de Flores. Nada más cruzar el puente había un centro comercial, donde había un banco. Las entradas para Tikal, solo se venden en los bancos y faltaba apenas media hora para que cerrasen, tuvimos suerte porque en la agencia nos avisaron de la hora del cierre y teníamos que comprar las entradas si queríamos visitar Tikal al día siguiente. En el banco había mucha cola. Mientras esperábamos, estuvimos hablando con algunas personas que estaban en la cola. Nos preguntaron de donde éramos o de que equipo de futbol éramos. Nosotros nos interesamos en como era posible que hubiera tanta cola, nos explicaron que tienen que ir al banco a pagar los recibos. En Guatemala no tienen domiciliados los pagos y han de ir personalmente a pagar. Después de una media hora de cola pudimos comprar nuestras entradas a Tikal, 500Q los dos.
Compramos el tour para visitar Tikal al día siguiente y para visitar Yaxhá dos días más tarde, nos costó 440Q para los dos sitios en total para 2 personas. Nuestra idea inicial era hacerlo al revés, dejando para el final Tikal porque son las mejores ruinas mayas de Guatemala. El señor de la agencia nos dijo que si lo hacíamos como queríamos nosotros, visitaríamos Tikal en sábado y había mucha más gente que si lo hacíamos al revés. Decidimos hacer caso a las recomendaciones del señor de la agencia y cambiar de orden nuestros planes iniciales.
Cuando salimos de la agencia ya era de noche, de modo que decidimos ir a tomar algo antes de cenar. La calle que daba al lago estaba llena de bares y restaurantes, por algo esta isla estaba dedicada al turismo. Nos sentamos en una terraza que hacían 2x1 en cócteles. Habíamos pasado casi todo el día encerrados en una minivan, nos merecíamos tomar un buen cóctel.
Habíamos leído que por esta zona ponían unas paraditas donde los locales van a comer. Solo tuvimos que andar unos pasos para encontrar este lugar. Se trataba de unas 3 o 4 paraditas, donde más o menos en todas tenían lo mismo. Tenían tortillas y varias cosas para elegir el relleno y salsas. También tenían otros platos ya listos para comer y pasteles de postre. Pedimos algunas tortillas con diferentes rellenos para probar. Estaban buenas y eran muy económicas.
Cena
Cena
Después de cenar fuimos directamente a dormir, al día siguiente vendrían a buscarnos a las 5 de la mañana. El tour en Tikal incluía ver el amanecer dentro del parque, aunque se paga a parte de la entrada general, así que nos tocaba madrugar.
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