Día 10 (08/04/2019) - Áqaba ➞ Jerusalén

De Áqaba a Jerusalén

Eran las 5:30 cuando sonó el despertador por última vez para nosotros en Jordania. Tomamos una ducha rápida y acabamos de recoger antes de irnos. Bajamos y Husein ya estaba esperando en la puerta. Tardamos apenas 5 minutos en llegar a un primer control, donde unos militares nos dejaron pasar sin más. Unos pocos metros más adelante nos detuvimos porque habíamos llegado a la frontera. Pagamos a Husein y nos dijo que seguiríamos en contacto por WhatsApp.

Caminando con nuestras mochilas a cuestas pasamos por una caseta donde unos militares nos pidieron el pasaporte. Continuamos por el único camino posible y llegamos a un edificio, donde tuvimos que enseñar de nuevo los pasaportes para que nos pusieran el sello de salida de Jordania. Abandonábamos este país que tanto nos había sorprendido para bien, por las visitas que habíamos realizado pero sobre todo por la amabilidad y hospitalidad de su gente.

Seguimos el recorrido por esa zona de nadie que hay desde que salimos de un país y llegamos al otro. Accedimos a otro edificio ahora ya en tierras israelíes y empezamos a ver diferencias entre ambos países. Pasamos un control donde tuvimos que dejar las mochilas para que las revisasen. Nos hicieron algunas preguntas rutinarias sobre que relación había entre nosotros, que habíamos hecho en Jordania o que queríamos hacer en Israel. Eran muy serios pero en pocos minutos pudimos continuar.

Después de este control tuvimos que ir hasta una ventanilla para que nos dieran el sello de entrada al país. A diferencia del resto del mundo, Israel no estampa un sello en el pasaporte sino que te da unos tickets de entrada y salida al país. Esto se debe a que muchos países no te dejan entrar si ven un sello israelí en tu pasaporte. Nos habían dicho que a veces ponen muchos problemas para cruzar la frontera y que se puede tardar bastante en cruzar. Nosotros apenas tardamos unos 25 minutos y no tuvimos grandes problemas.

 

Cruce frontera Jordania Israel

Frontera entre Jordania e Israel

 

Hasta aquí todo había ido bien, ahora solo teníamos que llegar a Eilat para subir al autobús que lleva a Jerusalén. Cogimos un taxi y le pedimos que nos llevase a la estación de autobuses. Por el camino el taxista nos preguntó si teníamos billete reservado y le dijimos que no. Entonces se detuvo y nos dijo que ir a Eilat era perder el tiempo, porque normalmente esos autobuses se llenan solo con las reservas anticipadas. Hizo una llamada por teléfono y nos lo pasó. Estuvimos hablando con un chico que nos dijo que el primer autobús con dos plazas libres salía al día siguiente.

El taxista nos dijo que teníamos la opción de que nos llevase él mismo hasta el Mar Muerto. Desde allí había más autobuses que iban hasta Jerusalén, pero que hasta el Mar Muerto era todo desierto y solo había una línea que funcionase por ese lugar. Nos dijo que eran 900ILS (Shequel israelí), que al cambio eran unos 290€. Le dijimos que no teníamos tanto dinero y que se nos iba mucho de nuestro presupuesto. La otra opción era reservar el bus para el día siguiente y pagar una noche de hotel en la ciudad perdiendo la que teníamos en Jerusalén. La diferencia de precio no sería tanta ya que los hoteles en Israel no son baratos. Además, también perderíamos un día para visitar la capital israelita. Lo meditamos unos minutos y le dijimos al taxista que habíamos cambiado de opinión. A nuestro pesar, que nos llevase en taxi hasta el Mar Muerto era la mejor opción. En ningún sitio habíamos leído que fuera necesario reservar autobús con antelación de Eilat a Jerusalén, así que aquí os dejamos este consejo para que no os pase lo que a nosotros.

El trayecto hasta el Mar Muerto duró más de tres horas. Por suerte el taxista era muy simpático y estuvo todo el camino hablando con nosotros, contando anécdotas y dándonos algunos consejos. También hicimos una parada en una estación de servicio en medio del desierto. Tuvimos que dar nuestro nombre para que después nos llamasen para darnos el café. Cuando Sergio dijo el suyo, el chico de la cafetería le dijo que se llamaba como el profesor de "La casa de papel". Nos sorprendió ver que la serie había llegado hasta aquí y decían su nombre en español. Fue una anécdota divertida, que nos hizo olvidarnos un poco de lo que nos iba a encarecer el presupuesto el no haber tenido reservado el autobús.

Al llegar al Mar Muerto nos detuvimos en un centro comercial. Tuvimos que dar algunas vueltas hasta encontrar un ATM que funcionase, probamos hasta en 3 diferentes para poder sacar dinero y pagar al taxista. Nos dijo que en la parada que había justo delante pasaban autobuses cada hora hacia Jerusalén y se despidió de nosotros. No teníamos muy claro que línea teníamos que coger, así que cuando se acercó un mini bus y nos dijo que nos llevaba hasta Jerusalén subimos sin pensarlo. Por el momento íbamos solos en el vehículo y el señor se puso a dar vueltas por las 3 o 4 paradas que había a lo largo del complejo buscando más clientes. Al rato se cansó y nos dijo que no podía llevarnos porque no encontraba más pasajeros. Nos dejó de nuevo en la parada y a los pocos minutos llegó el autobús de línea regular que lleva hasta Jerusalén.

Subimos y pagamos 75ILS para ir hasta la capital. Teníamos ganas de llegar al hotel y olvidarnos de esta parte del viaje. El trayecto duró unas dos horas. Un tramo del camino discurría por territorio palestino y vimos que el número de militares iba aumentando. Poco a poco empezamos a ver pueblos y cuando llegamos a Jerusalén cada vez había más gente y más tráfico. Más tarde de lo previsto y gastando mucho más de lo esperado, acabamos llegando a la estación central de Jerusalén. Estábamos dispuestos a compensar lo de esta mañana con las visitas a la ciudad.

Jerusalén

Al llegar a la estación central fuimos a buscar como comprar la tarjeta KAV. Con ésta se pueden utilizar los transportes públicos del país así que, nos serviría tanto para Jerusalén como para Tel Aviv. Tuvimos que dar varias vueltas por la estación y hacer varias preguntas. Primero tuvimos que ir a un extremo del edificio para conseguir la tarjeta, que dan de forma gratuita al enseñar el pasaporte. Después volvimos cerca de la entrada para encontrar las taquillas y poder recargarla. Pusimos 30ILS en cada una para empezar y ya recargaríamos en caso necesario.

De este modo pudimos subir al tranvía que llevaba hasta el centro de la ciudad. El MAX hotel estaba cerca de la ciudad vieja y no tardamos mucho en llegar desde la estación central. Era un poco tarde y no nos entretuvimos mucho haciendo el check-in, pagamos los 1.300,88ILS de las 4 noches y fuimos a buscar un lugar donde comer. En Jordania habíamos comido muy bien, ahora queríamos ver que tal se comía en el país vecino.

Volvimos a la calle principal por donde pasa el tranvía y comprobamos que estaba muy animada y llena de locales. La verdad es que nos sorprendió mucho ver el centro de la ciudad, no esperábamos que fuera así. No tardamos mucho en ver que teníamos muchas opciones y acabamos entrando en The Coffee Bean & Tea Leaf. Comimos unos bocadillos rellenos de una mezcla de atún, verduras y mayonesa. Era tarde y no queríamos perder mucho tiempo con la comida. Pagamos 95ILS por los dos bocadillos y nos pusimos en dirección a la ciudad vieja.

 

Jerusalem 1

Jerusalén

 

Jerusalem 2

Jerusalén

 

Seguimos la calle hasta que empezamos a ver las murallas de la ciudad vieja de Jerusalén. Tras estas se concentran la mayoría de las visitas turísticas de la ciudad. Es un lugar de apenas un kilómetro cuadrado, donde conviven las tres religiones monoteístas más importantes del mundo occidental. Antes de llegar a las murallas pasamos por un letrero de "I love Jerusalén" y no pudimos evitar hacer la turistada de sacarnos unas fotos.

 

Jerusalem 3

Jerusalén

 

Muralla de Jerusalem

Muralla de Jerusalén

Ciudad Vieja de Jerusalén

Nos acercamos por Jaffa Gate, una de las siete puertas que dan acceso al interior. Ésta es una de las más transitadas porque es una de las más cercanas al centro de la ciudad nueva. Nada más entrar vimos que las calles son muy estrechas y es todo mucho más caótico que en el exterior. Dentro de las murallas la vida es completamente diferente. Tuvimos que andar pocos metros para encontrar una oficina de turismo. Preguntamos por los lugares más importantes y nos dieron un mapa de la ciudad vieja.

 

Jaffa Gate

Jaffa Gate

 

Ciudad vieja

Ciudad vieja

 

Habíamos llegado un poco tarde y muchos lugares ya no podían visitarse. Como era el caso de la Torre de David que se encuentra junto a Jaffa Gate. Tan solo pudimos hacer una foto de la entrada, pero ya tendríamos ocasión de visitarla, puesto que, teníamos otros tres días para visitar la ciudad.

 

Torre de David

Torre de David

 

La ciudad antigua de Jerusalén está dividida en cuatro barrios. El más pequeño es el barrio armenio, le sigue el judío, después el cristiano y por último el más grande es el musulmán. Decidimos empezar por el armenio por ser el más pequeño y porque no había ningún edificio importante que visitar. De este modo podíamos tener un primer contacto con esta ciudad tan antigua y con tanta historia. Nos perdimos un poco por las pocas calles que se pueden recorrer del barrio armenio. Apenas encontramos gente y las paredes parecían muros. En los próximos días entenderíamos porque esta zona de la ciudad es así.

 

Barrio armenio 1

Barrio armenio

 

Barrio armenio 2

Barrio armenio

 

Fuimos a parar al barrio judío por el lado donde se encuentra El Cardo, la calle que los romanos construían en todas sus ciudades y que la atraviesa de norte a sur. Bajamos por unas escaleras para poder recorrerla y ver los restos de las antiguas columnas que delimitaban la calzada. También hay una zona llena de tiendas de souvenires. Encontramos un cuadro muy curioso que muestra como era El Cardo en la época romana. Se veía muy animado con gente que iba a comprar al mercado, pero con un detalle muy curioso, hay un niño vestido como en la actualidad con un pantalón, camiseta, gorra y mochila.

 

El cardo 1

El Cardo

 

El cardo 2

El Cardo

 

Aprovechando que estábamos en el barrio judío, decidimos buscar uno de los lugares más emblemáticos de Tierra Santa, que no es otro que el Muro de las Lamentaciones. Uno de los lugares donde van a rezar los judíos. Lo vimos desde una zona elevada y tuvimos que descender por unas escaleras y pasar por un control de metales para poder acceder al recinto.

 

Muro de las lamentaciones 1

Muro de las lamentaciones

 

Una vez pasado el control nos acercamos y comprobamos como había dos zonas separadas para el rezo, una para las mujeres y otra para los hombres. Primero Miriam fue al de las mujeres para acercarse al muro como hacían las demás. No es necesario ser judía para poder acercarse, con ser mujer y vestir con decoro es suficiente. Después fue el turno de Sergio, que para poder acercarse al muro fue necesario ponerse una kipá, por suerte en la entrada hay una caja llena y se pueden coger libremente. Pasamos un rato frente al muro viendo como la gente reza con gran devoción. Después de un rato decidimos que era hora de seguir paseando.

 

Muro de las lamentaciones 2

Muro de las lamentaciones

 

Muro de las lamentaciones 3

Muro de las lamentaciones

 

Empezaba a caer la tarde y decidimos seguir hasta la sinagoga Hurva, junto a una plaza dentro del barrio judío. Faltaba poco para que cerrasen y había que pagar entrada, optamos por dejar la visita para otro de los días que estaríamos en la ciudad. Frente al edifico se encuentra una menorá muy grande encerrada en una vitrina para protegerla.

 

Sinagoga Hurva 1

Sinagoga Hurva

 

Sinagoga Hurva 2

Sinagoga Hurva - Menorá

 

Entramos en uno de los bares de la plaza a tomar algo. La camarera que nos atendió era brasileña y sabía algo de español, de modo que no tuvimos muchos problemas para hacernos entender. Aquí descubrimos que la cerveza y otras bebidas son especialmente caras. Pagamos por una cerveza y un batido 54ILS, algo menos de 14€ al cambio. Cuando salimos ya era de noche y volvimos al hotel.

 

Ciudad vieja noche

Ciudad vieja de noche

 

Había sido un día muy largo, empezando por levantarnos muy pronto en Áqaba para cruzar la frontera y después habíamos tenido problemas para ir desde Eilat a Jerusalén. Fuimos a buscar comida para llevar al Jahnun Bar, compramos dos shawarmas por 50ILS y nos los comimos en el hotel. No había sido el mejor día del viaje y solo teníamos ganas de descansar y esperar que mañana fuera otro día.

 

Día 9Día 11

 

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