Día 3 (24/01/2020) - Lisboa ➞ Sintra ➞ Lisboa
Lisboa
Empezamos el día pronto por varios motivos, por un lado Liam se despertó para comer y por otro, queríamos ir a visitar Sintra. Preparamos todo para pasar el día fuera y bajamos a la calle a desayunar. Como el día anterior, fuimos a la plaza da Figueira pero en esta ocasión decidimos probar otro bar y entramos en la pastelería a Tentaçao. A diferencia del bar de ayer, éste era un poco más estrecho y con el carrito no estuvimos tan cómodos. Además, había más gente y el desayuno fue un poco más caro, pagamos 10,5€ en total. Si teníamos que repetir bar para desayunar sería el del día anterior.
Después de desayunar cruzamos la plaza Rossio para llegar a la estación con el mismo nombre. Para llegar a Sintra teníamos que subir al tren, que con la Lisboa Card era gratuito. También aprovechamos para preguntar sobre el tren para ir Oporto que necesitaríamos en un par de días. Nos dijeron que ese tren se cogía desde otra estación y no nos supieron decir como comprar los billetes por adelantado. No queríamos perder el tren así que ya preguntaríamos más tarde como ir a Oporto. Fuimos al andén para subir en el que sería el primer tren de Liam y ponernos en dirección a Sintra, un trayecto que dura unos 40 minutos.
Estación de Rossio
Sintra
Al llegar a Sintra lo primero que hicimos fue ir a buscar el autobús. Habíamos visto que las visitas turísticas están bastante alejadas de la estación y que la mejor manera de moverse era el autobús. Una señora quiso vendernos uno privado diciéndonos que con el carro iríamos mejor que en el público. Comparamos precios y decidimos subir al público que por 15€ por personas podíamos subir todas las veces que quisiéramos, mientras que el privado eran 18€ por persona.
El pueblo de Sintra está situada a escasos 25 kilómetros de la capital portuguesa. Durante el siglo XIX las familias adineradas de la ciudad se fueron a esta localidad y construyeron sus palacios y castillos. Hoy en día es uno de los lugares más turísticos del país. Entre las visitas más importantes se encuentra el Palacio da Pena, la Quinta da Regaleira, el Palacio de Monserrate, el Palacio Nacional de Sintra y el Castelo dos Mouros. Sabíamos que en un día era imposible hacer todas estas visitas, así que nos centramos en las dos primeras por ser las más importantes.
Palacio da Pena
Empezamos por el Palacio da Pena por ser el que está más alejado del centro del pueblo. La carretera que lleva hasta la entrada es toda subida, estrecha y con muchas curvas, además cruza un frondoso bosque, no parecía que tuviésemos que llegar hasta un palacio. Al llegar a la entrada bajamos del autobús y fuimos a las taquillas. Había entrada para el palacio y otra para los jardines, decidimos que solo haríamos la visita al edificio principal y pagamos 25,2€.
Construido a mediados del siglo XIX por orden del rey Fernando II de Portugal, fue una de las principales residencias de la realeza portuguesa. Al cruzar la entrada accedimos a la parte baja de los jardines, para llegar hasta el palacio había que recorrer un camino que era todo de subida. No habíamos tenido mucha suerte y el día había amanecido nublado. Conforme íbamos llegando al palacio empezamos a ver parte del edificio, escondido entre la vegetación y la niebla. Subimos hasta una puerta de estilo medieval que da acceso al recinto.
Palacio da Pena
Palacio da Pena
Antes de entrar para recorrer el interior decidimos sacar algunas fotos del exterior. El edificio es muy original, además de la arquitectura los colores son muy llamativos. El palacio está compuesto por zonas amarillas, rojas y otra con la fachada llena de azulejos. Había mucha niebla que no dejaba ver bien el edificio, así que decidimos entrar, pensamos que con el paso de los minutos el cielo se iría despejando.
Palacio da Pena
Palacio da Pena
Al acceder al interior dejamos el carrito y llevamos a Liam en la mochila de porteo. Empezamos a recorrer las múltiples salas que componen este grandioso palacio. Pasamos por habitaciones, comedores y salas de estar entre otras. En ellas había muebles, cuadros, vajillas y cuberterías de la época. Por desgracia, no dejan sacar fotos en el interior y no pudimos llevarnos ninguna instantánea de recuerdo.
El recorrido acaba en el otro extremo del palacio y en el segundo nivel. Aprovechamos que estábamos en esta zona para sacar unas cuantas fotos. Desde aquí pudimos ver mejor todos los detalles arquitectónicos del palacio.
Palacio da Pena
Palacio da Pena
La parte por la que se accede es bastante ancha, pero también hay un pasillo más estrecho que acaba de rodear al palacio. Fuimos recorriendo este camino desde el que debería haber muy buenas vistas en un día despejado. Nosotros tuvimos que conformarnos con ver algunas partes del edificio. Aunque, también pudimos ver parte de las ruinas del Castelo dos Mouros.
Palacio da Pena
Palacio da Pena
Al final de este paso estrecho llegamos a otra zona cerca de la entrada. A la que también se puede acceder por una puerta que da al acceso principal. Habíamos recorrido todo el recinto, pero antes de irnos quisimos pasar un rato sacando fotos de esta última zona. En la parte exterior había un muro con arcos para poder contemplar los jardines, hoy solo se veía la espesa niebla. También se veía la parte trasera del edificio, con la torre del reloj en lo alto.
Palacio da Pena
Palacio da Pena
Volvimos a la entrada del interior del palacio a recoger el carrito de Liam. Empezaba a hacerse un poco tarde y pensamos que viendo lo lejos que estábamos del pueblo, lo mejor sería comer en el restaurante del palacio. Fuimos a ver el precio del menú y vimos que no era muy caro para estar en una de las mayores atracciones turísticas del país. Entramos y pedimos una lasaña de espinacas y un bacalao con espinacas. Con un caldo de primero y las bebidas en total la comida nos costó 20,7€.
Comida – Bacalao con espinacas
Después de comer empezamos a desandar el camino de bajada que lleva a la entrada. No pudimos evitar sacar unas últimas fotos desde la puerta de estilo medieval con el palacio de fondo. Pese a la niebla, había sido una gran primera visita para el día de hoy. A los pocos minutos volvimos a subir al autobús para ir hasta el centro del pueblo.
Palacio da Pena
Sintra
El trayecto hasta el centro de Sintra no duró mucho. Hay otra línea de autobús que lleva hasta nuestro próximo destino, pero preferimos ir caminando. Pasamos por delante del Palacio Nacional de Sintra, pero no tendríamos tiempo para visitarlo. Cruzamos el pueblo por sus estrechas y adoquinadas calles. Sintra es bastante acogedor y muy animado, hay muchas tiendas, pastelerías y bares.
Sintra
Sintra
Quinta da Regaleira
Después de cruzar el pueblo y recorrer una calle con algunas subidas llegamos a la Quinta da Regaleira en apenas unos diez minutos. El recinto es muy grande y su edificio principal es el Palacio da Regaleira, también llamado Palacio do Monteiro dos Milhoes. La historia del lugar empieza a finales del siglo XVII, pero tal como se la conoce hoy en día es de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando fue adquirida por Antonio Carvalho Monteiro. Éste mandó construir el actual edificio a Luigi Manini. El recinto incluye el palacio, un lago, varios torreones, una pequeña capilla, un pozo de iniciación y un gran jardín.
Para poder acceder pagamos 8€ por persona, quedaban menos de dos horas para el cierre y el espacio era muy grande. La visita empieza desde la parte alta y fuimos descendiendo hasta acercarnos al palacio. Dejamos por ahora visitar el interior y decidimos empezar por recorrer los jardines. Primero pasamos por la zona donde están los torreones y subimos a uno de ellos, desde donde puede verse gran parte del lugar.
Quinta da Regaleira - Palacio
Quinta da Regaleira - Torreón
La parte que más ganas teníamos de ver era el pozo iniciático, para ello teníamos que llegar a la zona más alta del recinto. Fuimos siguiendo el camino pasando un poco rápido por otras zonas que ya veríamos de bajada. Llegamos primero al pozo inacabado pensando que era el iniciático, pero al verlo vimos que no se parecía al que habíamos visto por internet. Seguimos caminando unos pocos minutos para llegar finalmente al pozo iniciático. Es un pozo con forma de espiral, parece una torre invertida. Desde arriba la vista es casi hipnótica. Una escalera desciende en forma de espiral siguiendo la forma del pozo. Empezamos a descender y deteniéndonos para sacar algunas fotos.
Quinta da Regaleira – Pozo inacabado
Quinta da Regaleira – Pozo iniciático
Al llegar abajo descubrimos que habíamos accedido a unas galerías subterráneas. Recorrimos el único camino posible hasta que llegamos a un punto donde se bifurcaba. Uno de los caminos llevaba hasta el lago, para cruzarlo sobre unas rocas. Sergio llevaba a Liam en la mochila de porteo y no nos atrevimos a cruzarlo. Decidimos ir por el otro camino que era más seguro.
Quinta da Regaleira - Lago
No faltaba mucho para que cerrasen y nos dirigimos directamente hasta el palacio. La visita al interior no fue muy larga. El interior del Palacio da Regaleira era más pequeño y austero en comparación con el del Palacio da Pena. La verdad es que nos decepcionó un poco y no tardamos mucho en salir.
Quinta da Regaleira – Interior del Palacio
Quinta da Regaleira – Interior del Palacio
Todavía faltaba un rato para las 18h y quisimos aprovecharlas al máximo. Desde el mismo palacio había unas bonitas vistas del resto del recinto, desde donde se ve parte del jardín y pequeños edificios.
Quinta da Regaleira
Acabamos de recorrer la parte baja del recinto. Empezamos por el muro exterior donde había unos arcos con detalles muy originales. También pasamos por la pequeña capilla, unos bancos de piedra y una fuente. Tuvimos que ir un poco rápido porque teníamos que volver a las taquillas a buscar el carrito y la mochila. Cuando lo recogimos todo estaban cerrando y tuvimos que pedir que nos dejaran salir por la puerta de arriba para llegar directamente a la calle y no tener que bajar por las escaleras con el carrito.
Quinta da Regaleira – Muro exterior
Quinta da Regaleira – Banco de piedra
Al ser invierno los lugares turísticos cierran pronto, pero todavía quedaba día por delante. No queríamos irnos tan pronto de Sintra y volvimos al centro para buscar un bar donde merendar. Estaba todo bastante lleno, pero conseguimos entrar en uno que estaba un poco más alejado. Descansamos un rato y merendamos algo antes de volver al tren para regresar a la capital.
Lisboa
Cuando llegamos a Lisboa llovía y fuimos directamente al hotel. Ya era tarde para hacer visitas y queríamos descansar después de estar todo el día fuera. A la hora de cenar continuaba lloviendo y decidimos ir de nuevo al restaurante Piri Piri que estaba junto al hotel. Pedimos otros dos platos típicos de la cocina portuguesa, buñuelos de bacalao y sardinas a la brasa. Estaba todo más bueno de lo que esperábamos. Con un caldo de entrante y la bebida, en total de la cena nos costó 24,1€. Solo nos quedaba volver al hotel y esperar que al día siguiente no lloviese.
Cena - Sardinas
Cena – Buñuelos de bacalao
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