Día 1 (30/11/2018) - Girona ➞ Rabat
Salida de Girona
Este año estábamos teniendo mucha suerte con los viajes. Por tercera vez en este 2018 nos poníamos rumbo a descubrir un nuevo país. Después de visitar Nueva Zelanda e Islas Cook en marzo y Botsuana, Victoria Falls y Johannesburgo en Agosto, ahora nos disponíamos a visitar Marruecos.
Normalmente empezamos los viajes un sábado o en día festivo, pero en esta ocasión salimos de casa un viernes. El avión partía del aeropuerto de Girona por la tarde. Como éste está más cerca de casa aprovechamos para trabajar por la mañana y no perder un día de vacaciones. Lo negativo de viajar así es que nada más llegar del trabajo tuvimos que comer corriendo y acabar de preparar las mochilas a toda prisa. Apenas algo más de una hora después de llegar a casa salíamos con nuestro equipaje dispuestos a emprender una nueva aventura.
El avión salía a las 19:30 desde Girona con dirección a Rabat. Llegamos al aeropuerto pasadas las 17:30 y fuimos directos a la cola de facturación. Pese a ser un aeropuerto pequeño, en la fila de facturación de Ryanair había mucha gente. Estuvimos cerca de media hora hasta que llegó nuestro turno. Cuando acabamos de facturar y con los billetes en mano, fuimos a tomar un café. Mientras esperábamos repasamos la ruta que seguiríamos y hablamos de las ganas que teníamos de empezar el viaje. Cuando quedaba poco más de media hora para embarcar nos fuimos a la puerta correspondiente. Ya solo quedaba esperar a que abrieran las puertas para acomodarnos en el avión.
Aeropuerto de Girona
Llegada a Rabat
Apenas dos horas de vuelo nos bastaron para ir en avión desde Girona a Rabat. Íbamos a comprobar si, como dicen, Marruecos es el destino más cercano para viajar más lejos. Teníamos ganas de ver la diferencia de las culturas y costumbres de dos países tan cercanos.
Antes de salir del aeropuerto, recogimos nuestras mochilas y cambiamos algo de dinero. En el aeropuerto no suelen dar el mejor cambio, pero eran más de las 21:30 y difícilmente encontraríamos una casa de cambio. Por lo menos tendríamos para cenar y el transporte de esta noche. En información preguntamos donde se podía coger el autobús que iba al centro de Rabat y nos dijeron que era cruzando la calle.
Aeropuerto de Rabat
Cuando subimos al autobús preguntamos donde teníamos que bajar para quedar cerca de donde nos hospedábamos. Para esta primera noche hicimos uso de un Air B&B que se encontraba en la medina de Rabat, la habíamos reservado desde casa por 19,89€ la noche. Un chico que hablaba español nos dijo que teníamos que bajar delante de la estación de tren. Más tranquilos por saber donde teníamos que bajar nos sentamos. Cuando llegamos a la parada, el mismo chico nos dijo que habíamos llegado.
Bajamos del autobús y mirando en Maps.me comprobamos que estábamos lejos de la medina. Supusimos que no nos habíamos entendido con el chico del autobús o realmente era la parada más cercana y que éste se iba en otra dirección. Andando teníamos aproximadamente una hora, era tarde y llevábamos las mochilas a cuestas, así que, decidimos que lo mejor era coger un taxi. Por suerte, delante de la estación había una parada de taxis y no tardamos ni dos minutos en conseguir uno.
Pedimos al taxista que nos dejara delante de la Kasbah de Udayas, donde habíamos quedado con el chico del Air B&B. El trayecto fue de apenas unos 10 minutos y nos costó 14,4MAD (Dírham marroquí), poco más de 1€ al cambio. Nos alegramos al comprobar que el taxista había utilizado taxímetro y no nos había querido "estafar" como sucede en muchos lugares con los turistas.
Esperamos un rato delante de la farmacia donde nos habían indicado que vendrían a buscarnos. Estuvimos cerca de 15 minutos esperando hasta que apareció Wissam, el chico del Air B&B. En realidad nosotros habíamos contratado la habitación hablando con su hermana, pero ella no estaba en casa y vino él a buscarnos. La casa se encontraba en medio de la medina, donde era imposible orientarse si no se conoce, por eso habíamos quedado en que nos vendría a buscar.
Exterior de la Kasbah de Udayas
En poco más de 5 minutos caminando por la medina llegamos a su casa, donde pasaríamos esta primera noche. Wissam era muy simpático y estuvimos hablando un rato con él. Le preguntamos que había por la zona para poder cenar, pero nos dijo que cerca no había mucha cosa. Recordamos que cerca de la estación habíamos visto varios restaurantes y decidimos volver para cenar. Wissam nos dijo que no nos preocupásemos, que antes de volver le avisáramos y el volvería a la farmacia a buscarnos.
Habitación en el Air B&B
Volvimos a subir a un taxi para ir de nuevo cerca de la estación. En esta ocasión nos costó 17,7MAD, supusimos que la diferencia se debía a algún semáforo o porque el recorrido a la inversa era un poco más largo. De todos modos no era nada caro.
Al llegar vimos que había varios restaurantes pero no queríamos ir a ninguno que fuera muy caro, además queríamos probar algo de la comida local. Como era tarde algunos ya habían cerrado y acabamos entrando en uno de comida rápida. Pedimos algo que era una masa de hojaldre enrollada en forma de cuadrado y rellena de pollo especiado. Estaba muy bueno y solo por 58 dírhams, comprendimos que en este viaje íbamos a comer bien.
Era tarde y teníamos que volver, buscamos de nuevo un taxi que nos llevó hasta delante de la Kasbah de Udayas. Esta vez la carrera nos costó 12,9 dírhams. Había sido exactamente el mismo recorrido que el primero, pero en esta ocasión nos había costado algo menos. Wissam tardó unos minutos en aparecer para acompañarnos a su casa. Cuando llegamos nos pusimos a hablar y sin darnos cuenta estuvimos hasta más de las 12 de la noche hablando. Al día siguiente queríamos levantarnos temprano para hacer algunas visitas, dijimos a Wissam que teníamos que ir a dormir para estar frescos al día siguiente y poder empezar bien el viaje.
