Día 17 (26/03/2018) - Otorohanga ➞ Waitomo ➞ Otorohanga ➞ Ramarama

Otorohanga

Nos levantamos más descansados que ningún otro día del viaje. Habíamos dormido en una cama mucho más cómoda que la de la autocaravana. Sonia ya se había despertado y nos dijo que podíamos desayunar cereales que tenía en casa. Ella tenía que llevar a su hijo pequeño al cole y nos dijo que fuésemos con ellos. Así nos dio una vuelta rápida por el pueblo y vimos desde fuera como era el colegio. Nos sorprendió ver que su hijo y muchos otros niños iban descalzos, Sonia nos explicó que es algo normal.

Después volvimos a su casa. Sonia se iba a trabajar a su tienda, mientras, nosotros podríamos recoger nuestras cosas y ducharnos. Cuando tuvimos todo listo fuimos a ver como era la tienda. Miriam tenía ganas de hacerse un tatuaje maorí, pero no estaba del todo convencida. Sonia le dio varias opciones y le dijo que le preparaba el diseño para cuando volviésemos de las visitas que queríamos hacer por la mañana.

Cueva Waitomo

Para hoy solo teníamos planificado ver las cuevas de Waitomo y Ruakuri, ambas estaban incluidas en el pack del "Experience The Trilogy". Eran las últimas actividades que nos quedaban de este bono que habíamos comprado desde casa.

Primero fuimos a la Cueva Waitomo. Estas son las más populares de la zona y por tanto las más visitadas. Al llegar vimos que había mucha gente en la entrada. Cuando llegamos a la taquilla nos dijeron que nuestro grupo ya había empezado el tour guiado y fuimos corriendo para juntarnos con ellos. Habíamos llegado tarde pero solo nos habíamos perdido muy poco de las explicaciones. Todavía estaban en la entrada de la cueva.

Por desgracia, en el interior de Waitomo no dejaban sacar fotos. Guardamos la cámara y fuimos siguiendo a nuestra guía. La primera parte de la cueva se hace a pie y no es demasiado grande. Para llegar a la zona del fondo tuvimos que esperar a que el grupo anterior saliese. Vimos unos cuantos glowworm (gusanos luminosos), muchos más que en Fox Glacier.

A continuación, descendimos por unas escaleras. La segunda etapa de la visita la hicimos en barca. Tenían unas cuerdas por toda la cueva para ir agarrándose a ellas y empujar de esa manera la barca, sin necesidad de utilizar remos y haciendo el menor ruido posible. Esta zona estaba menos iluminada que la primera y vimos más glowworm. Salimos por el otro extremo de la cueva, donde había unas escaleras para volver a las taquillas.

 

Cueva Waitomo

Cueva Waitomo - Salida

Cueva Ruakuri

Continuamos por la misma carretera para llegar hasta la Cueva Ruakuri. Nada más llegar vimos que en ésta había mucha menos gente para visitarla. Era menos conocida que la anterior, pero como diferencia en ésta se podían sacar fotos.

Para acceder pasamos por una gran puerta metálica. Cuando entramos vimos que estábamos en una sala de forma circular y muy profunda. Encendieron las luces y vimos que había una rampa que iba descendiendo pegada a la pared. La guía nos dijo que fuésemos bajando hasta llegar a la parte inferior. En el centro había una gran estalagmita y caían gotas desde el techo.

Empezamos a caminar por el interior de la cueva. Por todos lados había estalactitas y estalagmitas. Había un camino marcado con pasarelas metálicas por donde había que caminar. Salir de estos pasillos o tocar las paredes se multaba con una gran suma de dinero. Estaba claro que querían cuidar al máximo el lugar.

 

Cueva Ruakuri 1

Cueva Ruakuri

 

En Ruakuri se ven menos glowworm que en Waitomo, pero en cuanto a la cueva se refiere nos gustó más la segunda que visitamos. Además, el recorrido fue más largo y nos encontramos con menos gente. Llegamos a una parte de la cueva donde había muy poca luz y pudimos ver gran cantidad de gusanos luminosos.

 

Cueva Ruakuri 2

Cueva Ruakuri - Glowworms

 

La guía era muy simpática y en algunas ocasiones nos hizo preguntas, mientras esperábamos a otros miembros del grupo. Mostró curiosidad porque éramos los únicos españoles del grupo. Le dijimos que en un par de días íbamos a las Islas Cook, nos dijo que ella había estado 4 veces y que le gustaban mucho. Acabamos el recorrido volviendo a la primera sala en la que habíamos estado. Tuvimos que subir por la rampa que habíamos descendido, esta vez hasta la parte más alta para encontrar la puerta de salida.

Otorohanga

Volvimos a Otorohanga a la hora de comer. En la calle principal había un restaurante de sushi para llevar. Cogimos un par de bandejas y fuimos a la tienda de Sonia. Comimos mientras esperábamos a que acabase con otra clienta. Miriam ya estaba preparada para que le hiciesen su primer tatuaje.

Mientras Miriam estaba con Sonia, Sergio fue a hacer un a café al bar de enfrente. Donde habíamos tomado una cerveza con Lluís la tarde anterior. En Nueva Zelanda los tatuajes son casi una religión y Miriam ahora tenía un koru maorí en su antebrazo. Tocaba despedirse de Sonia para ir a Auckland, pero antes nos recomendó ir a la playa de Kawhia. Cuando la marea está baja se puede escarbar un poco en la arena y sale agua caliente. Es un fenómeno que se da en la zona. Le dimos las gracias a Sonia por todo y decidimos probar de llegar hasta Kawhia.

Playa Kawhia

La carretera de Otorohanga a Kawhia no era demasiado buena y tardamos más de una hora en llegar. Para cuando conseguimos aparcar la autocaravana, la marea ya había subido y no pudimos probar lo que Sonia nos había explicado. De todos modos, aprovechamos para contemplar la playa unos minutos antes de seguir nuestro camino.

 

Playa Kawhia

Playa Kawhia

Camino de Auckland

El primer tramo de carretera que hicimos fue el mismo que habíamos hecho para llegar hasta Kawhia. Las vistas eran fascinantes, ahora con más tiempo, nos detuvimos en un par de ocasiones para verlas con tranquilidad y sacar algunas fotos.

 

De Kawhia a Auckland

De Kawhia a Auckland

 

Al rato llegamos a una bifurcación y cogimos la que iba dirección Auckland. Empezaba a hacerse tarde y los campings empezarían a cerrar. Miramos en la aplicación pero cerca de Auckland no había campings del DOC, así que tendríamos que ir a uno de pago. Decidimos buscar alguno antes de llegar a la ciudad. Encontramos uno en Ramarama, a una media hora de nuestro destino.

Cuando llegamos la recepción del Ramarama Country Caravan Park estaba cerrada. Vimos que había un papel pegado a la puerta. En éste ponía que si llegabas tarde podías pasar la noche y a la mañana siguiente pasaras a pagar. Seguía sorprendiéndonos la confianza de los neozelandeses. Cogimos una plaza con electricidad ya que llevábamos dos noches sin recargar las baterías.

Aprovechamos que en el camping había lavadora y secadora para tener la ropa limpia para lo que nos quedaba de viaje. La cocina no era muy grande y estaba llena, en esta ocasión cocinamos en la autocaravana, de todos modos, el gas ya no lo íbamos a gastar. Como era habitual, estábamos en una zona alejada y nos quedamos tranquilamente a pasar la noche en el camping.

 

Día 16Día 18

 

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