Día 3 (13/04/2015) - Lima ➞ Paracas
Paracas
Nos despertamos sobre las 6 de la mañana para coger un autobús a las 7:30 que nos llevaría a Paracas. Nos duchamos y bajamos a tomar el desayuno. Pedimos a la recepcionista que nos pidiera un taxi y acordara el precio para que nos cobrasen un precio justo por el trayecto hasta la estación de autobuses. Habíamos preparado las mochilas la noche anterior así que nada más llegar el taxi nos subimos. Llegamos bastante justos de tiempo a la estación, porque el tráfico en Lima a primera hora es fatal, 4 carriles se convierten en 5 o 6. Subimos al autobús poco antes de la salida.
Sabíamos que la zona litoral de Perú es bastante desértica pero desde la capital no lo habíamos apreciado. Nada más salir de Lima empezamos a verlo. Durante todo el viaje el paisaje consistía en playas, montones de arena y dunas con apenas unas pocas zonas de arbustos y algunos árboles. En el trayecto también pudimos ver pequeños pueblos y empezamos a darnos cuenta del nivel de vida del país. Los pueblos que se veían desde el autobús consistían en pequeñas casas que parecían a medio construir y algunos pequeños edificios. Después de aproximadamente dos horas y media llegamos a Paracas.
Dirección Paracas
Boulevard de Paracas
Al bajar del autobús cogimos nuestras maletas y fuimos andando hasta el hostal Paracas Backpackers' House. Por lo que habíamos visto en internet estaba a unos 10 minutos. Cuando llegamos dejamos las mochilas y fuimos a dar una vuelta por este pequeño pueblo de poco más de 4.000 habitantes. Lo primero que nos sorprendiendo fue que las calles estaban sin asfaltar y las casas parecían no estar acabadas.
En menos de 5 minutos caminando desde el hostal llegamos al boulevard de Paracas. Este paseo junto al mar era bastante diferente al resto del pueblo. El paseo estaba mejor cuidado ya que era la zona más turística y estaba llena de tiendas y de restaurantes. Recorrimos todo el paseo viendo los barquitos que había parados cerca de la playa. También pudimos ver que había unos pocos bañistas. Por el paseo había algunas figuras entre ellas la de un pingüino.
Boulevard de Paracas
Boulevard de Paracas - Pingüino
Después del paseo paramos en una terraza a tomar una cervecita. En este país las medidas de las bebidas son totalmente diferentes a las que tenemos en España. Pedimos una cerveza y la botella tenía una medida de 520ml y la sirvieron con un platito con un maíz tostado bastante grande. Habíamos quedado a las 14:00 horas con el señor Ricardo para que nos hiciera de guía en la reserva nacional de Paracas, de modo que decidimos pedir algo para comer. Pedimos un ceviche aprovechando que todavía estábamos en zona costera y un arroz chaufa que también era típico de la zona. Este arroz va acompañado de pescado y tortilla que estaba muy rico. En total la comida costó 76 soles.
Ceviche
Arroz chaufa
Reserva Nacional de Paracas
El señor Ricardo llegó puntual a la cita y nos recogió a las 14:00 horas en nuestro hostal. Antes de ponernos dirección a la reserva nacional paramos en una tienda para comprarnos unas gorras y agua. La reserva estaba en el desierto y hacía un sol radiante, no queríamos quemarnos otra vez ni deshidratarnos. Una vez con todo lo imprescindible nos pusimos rumbo a la reserva nacional de Paracas.
Llegamos al puesto de control donde teníamos que pagar la entrada. Compramos una entrada combinada de 15 soles por persona. Ésta nos daba derecho a entrar en la reserva y también nos serviría para visitar las islas Ballestas que veríamos al día siguiente. Hicimos una primera parada cerca de la entrada en una zona donde estaba marcado un camino con piedras. Por todos lados no había más que arena o eso parecía. El señor Ricardo nos enseñó como el suelo estaba lleno de fósiles. Sobre todo había caracolas. Nuestro guía nos explicó que toda esa zona había sido mar hacía muchos años y de ahí los fósiles de caracolas. También nos explicó que por esta zona vivió el pueblo Paracas que da nombre al actual pueblo.
Reserva Nacional de Paracas
Reserva Nacional de Paracas
Seguimos con nuestra visita y paramos cerca del océano. Al bajar del coche notamos que había niebla. El efecto del calor del sol combinado con la corriente de agua fría en esta parte del océano hace que se cree una niebla que llenaba toda la zona. Había una roca gigante cerca de la orilla que se llamaba La Catedral. Pudimos ver que varios pájaros se posaban en esta roca. No muy lejos había una playa que se llama Supay Beach. Era una playa a la que no se podía bajar y la única forma de llegar era por mar.
Reserva Nacional de Paracas - La Catedral
Reserva Nacional de Paracas - Supay Beach
Antes de dirigirnos hacia la siguiente parada nos detuvimos en mitad de la nada. El señor Ricardo nos quería mostrar algo curioso que había encontrado hacía pocas semanas atrás. Se trataba de unas rocas que en realidad eran un conjunto de láminas de sal fosilizadas y se había mantenido así durante miles de años. Continuamos nuestro camino por el desierto lleno de niebla y cuando bajamos del coche notamos bastante fresquito. Era muy curioso ver que cuando más cerca estábamos del mar más niebla había.
Reserva Nacional de Paracas - Sal milenaria
Hicimos una nueva parada en una zona de playa. Por suerte la niebla se había ido y volvía a hacer calor. En esta playa pudimos ver algunos pájaros y algunas caracolas vacías repartidas por toda la orilla. Ésta era bastante grande y se usaba como zona de baño ya que había un puesto de socorrista. Volvimos al coche y fuimos a la playa roja. Esta playa como su propio nombre indica era de color rojo. Esto era debido al tipo de piedra que había en la zona. Había un poco de altura desde donde estábamos hasta la playa y bajar hasta ella debía ser un poco complicado.
Reserva Nacional de Paracas
Reserva Nacional de Paracas - Playa Roja
Finalmente, paramos en otra parte de la costa. Esta zona estaba llena de caracolas vacías. Estos animales al estar cerca de la orilla hacían que se acumule gran cantidad de pájaros en busca de comida. Había diferentes especies de pájaros entre ellos gaviotas y cormoranes.
Reserva Nacional de Paracas
Reserva Nacional de Paracas
Al día siguiente en las islas Ballestas veríamos mucha más cantidad y diversidad de animales. Habíamos acabado nuestra visita a la reserva nacional de Paracas. El señor Ricardo nos llevó de vuelta a nuestro hostal. Nos despedimos de nuestro guía y le dimos las gracias por la visita.
Atardecer en el boulevard de Paracas
Después de descansar un rato en el hostal y preparar las mochilas para el día siguiente volvimos al boulevard. Sin duda el paseo del mar era lo más bonito del pueblo de Paracas. El boulevard era bastante tranquilo pero a la vez era la zona más animada de Paracas. Desde aquí pudimos disfrutar de un maravilloso atardecer. Cuando se hizo de noche la vista mejoró, la imagen de todas las luces encendidas del paseo y del muelle daban un gran encanto.
Atardecer en el boulevard de Paracas
Cena
Cuando habíamos recorrido todo el boulevard de noche y disfrutado de las vistas decidimos buscar un lugar donde cenar. Entramos en un pequeño restaurante y pedimos un chupe de pescado y un lomo saltado. El chupe de pescado consta de un caldo con varios pescados, arroz y algunas verduras. El lomo saltado consta de lomo a tiras con pimientos, cebolla, tomate, papas y arroz acompañado todo con una salsa muy rica.
Chupe de pescado
Lomo saltado
Después de cenar volvimos paseando por el boulevard. Antes de regresar al hostal decidimos parar en un bar que había en el paseo. En esta zona era muy típico el pisco sour y no queríamos irnos sin haberlo probado. El pisco sour es un cóctel formado por pisco (aguardiente de uva), jugo de limón, clara de huevo y azúcar. Se mezcla todo y se obtiene el cóctel. Está bastante bueno y en Perú es una bebida muy típica. Acabamos nuestro cóctel y volvimos al hostal. Al día siguiente teníamos un día bastante completo y teníamos que reponer fuerzas.
Pisco Sour
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