Día 3 (05/12/2021) - Florencia ➞ Pisa
Florencia
Este segundo día que despertamos en Florencia lo hicimos mucho más descansados. La noche anterior nos habíamos ido a dormir pronto y Liam estaba totalmente recuperado. Como el día anterior, fuimos a desayunar al comedor del hotel y después preparamos las maletas. Hoy pasaríamos el día visitando Florencia, pero por la tarde nos íbamos a Pisa donde pasaríamos la noche. Antes de abandonar el hotel, vimos que se podía subir a la azotea y descubrimos que había una magnífica vista de la ciudad. Desde aquí arriba pudimos ver muchos edificios y cúpulas de varias iglesias, entre ellas la gran cúpula de Brunelleschi de la catedral. Pasamos unos minutos disfrutando de las vistas y sacando fotos antes de volver a la habitación. Recogimos todas nuestras pertenencias y pedimos al señor del hotel que nos guardase las maletas, volveríamos a por ellas por la tarde antes de ir a Pisa.
Vistas desde el hotel
Al salir del hotel lo primero que hicimos fue ir a la plaza della Santa Croce, donde habíamos estado la noche anterior. A esta hora de la mañana, la mayoría de las paradas del mercado navideño estaban cerradas, aunque hoy lo que más nos interesaba era la basílica. Nos acercamos hasta el templo para verlo de cerca a la luz del día. La fachada nos recordó mucho a la catedral, revestido en mármol de colores claros. Por fuera, el edificio nos pareció muy bonito y junto a la entrada, descubrimos la estatua de uno de los escritores más famosos de la historia de Italia como es Dante Alighieri.
Basílica de la Santa Cruz
Basílica de la Santa Cruz – Estatua de Dante Alighieri
La intención para el día de hoy era visitar la parte de la ciudad que hay al otro lado del río Arno, pero también queríamos hacer alguna de las visitas que nos quedaron pendientes el día anterior. Fuimos hasta la galería della Academia y preguntamos por entradas para la tarde. Después de pensarlo un poco compramos las entradas para las tres de la tarde por 32€. Así tendríamos tiempo de visitar la otra parte de la ciudad y comer antes de visitar el museo.
A continuación, empezamos a caminar hacia el río Arno. Primero pasamos por la piazza della Repubblica, donde nos detuvimos para que Liam se subiese al tiovivo. El día anterior con el free tour no habíamos tenido tiempo para que se subiese, así él también tendría su rato para disfrutar. Después volvimos a pasar por la piazza della Signoria. Habíamos leído que hay una fuente con agua potable y fuimos a buscarla. A unos metros detrás de la fuente de Neptuno encontramos esta curiosa fuente. Tiene dos grifos, una con agua con gas y la otra sin. Nosotros que somos de agua sin gas, elegimos este grifo para rellenar nuestras botellas y así poder continuar.
Plaza de la Señoría - Fuente
Para cruzar el río Arno y llegar así al otro lado de la ciudad, elegimos como no podía ser de otra manera, el Puente Vecchio. Hoy con más calma ya que no llovía, recorrimos tranquilamente el puente pasando por delante de las diferentes tiendas. Más o menos a medio camino hay una zona despejada de tiendas. Desde aquí hay unas fantásticas vistas a ambos lados del puente. Puede verse el río Arno, otros puentes que cruzan el río y parte de la ciudad.
Vistas desde el Ponte Vecchio
Una vez en el otro lado teníamos dos opciones. Una era ir a la derecha para llegar hasta el palacio Pitti y la otra a la izquierda para llegar hasta la plaza Michelangelo. Optamos por ir primero hacia la derecha y acercarnos hasta el palacio. La intención era visitar los jardines que hay junto al palacio, pero había que pagar entrada y no íbamos sobrados de tiempo. De modo que nos conformamos con ver el exterior del imponente palacio, mientras recorrimos la calle que hay frente a este. Este edificio fue construido en 1458 y era la residencia de Luca Pitti, que da nombre al palacio. En el siglo XVI fue comprado por la familia Médici y desde entonces fue la residencia oficial de los duques de la Toscana. A principios del siglo XX el palacio fue donado al pueblo italiano, y desde entonces, es uno de los museos más grandes de Florencia.
Palacio Pitti
A continuación, desandamos unos metros para llegar de nuevo cerca del Puente Vecchio. En este momento nos dirigimos a la izquierda y caminamos un rato, incluyendo una buena subida, para llegar hasta la plaza Michelangelo. Desde esta plaza están posiblemente las mejores vistas de la ciudad de Florencia. Gracias a la altura de la colina donde está situada la plaza, es posible ver varios de los lugares más emblemáticos de la ciudad como son el Puente Vecchio, el Palazzo Vecchio, la basílica de la Santa Croce y la catedral de Santa María del Fiore. El camino hasta esta plaza había sido un poco cansado, sobre todo debido a la cuesta del último tramo, pero sin duda había valido la pena. Como dato curioso, en la plaza Michelangelo hay una copia del David de Miguel Ángel, o mejor dicho Michelangelo.
Vistas desde la plaza Michelangelo
Vistas desde la plaza Michelangelo
Para descender de nuevo hasta el río lo hicimos por la calle Giuseppe Poggi. Bajando por este lado encontramos el Sistema delle Rampe del Poggi. Se trata de un sistema arquitectónico diseñado por Giuseppe Poggi a finales del siglo XIX. Este conjunto de fuentes que parten desde lo alto de la colina y llegan hasta el río Arno fue una sorpresa para nosotros. Antes de nuestro viaje a Florencia no habíamos leído sobre este sitio, sin embargo nos gustó mucho. Si visitáis la plaza Michelangelo os recomendamos que paséis por la calle Giuseppe Poggi.
Sistema delle Rampe del Poggi
Cuando llegamos al río era mediodía, nos dimos algo de prisa para cruzar de nuevo alguno de los puentes y llegar así al centro de la ciudad. Teníamos apuntados algunos restaurantes recomendados y acabamos entrando en la Tavernetta della Signoria, muy cerca del palazzo Vecchio. No queríamos irnos de Florencia sin probar uno de sus platos más famosos, así que sin dudarlo pedimos como entrante un crostini misti y de segundo una fiorentina para compartir. Los crostini son unos trozos de pan que pueden ir cubiertos de muchas cosas, el crostini misti es un surtido variado. La bistecca alla fiorentina es uno de los platos más conocidos de la ciudad, se trata de un bistec de buey que se cocina a la brasa y se condimenta con sal y pimienta, toda una delicia para los que nos gusta la carne. Sabíamos que hoy la comida no iba a ser barata y la comida junto con agua y cerveza nos costó en total 57,50€.
Comida en Tavernetta della Signoria – Bistecca alla Fiorentina
Galería della Academia
Salimos del restaurante algo justos de tiempo y tuvimos que correr un poco para llegar a tiempo a la galería della Academia. Tuvimos que ponernos a la cola de las personas que ya tenían entrada con hora y en pocos minutos pudimos entrar al museo. Al entrar vimos un largo pasillo con esculturas de personas, ya sean de cuerpo completo o solo el busto. También había algunos cuadros en la parte alta de la pared. Por ahora, lo que más nos llamó la atención fueron algunas de las esculturas, sin ser unos entendidos en arte nos parecieron que muchas de ellas eran muy realistas.
Galería de la Academia - Esculturas
Galería de la Academia - Esculturas
Al final del pasillo estaba la joya de la galería della Academia, el David de Miguel Ángel. Esta escultura era el motivo por el cual habíamos querido visitar este museo. Frente a ella pasamos varios minutos, sacando fotos y alucinando con la escultura. El David es una escultura hecha en mármol blanco de algo más de cinco metros y un peso de algo más de 5.500 kilos. La estatua que representa al rey David antes de enfrentarse a Goliat, fue creada por Miguel Ángel entre los años 1501 y 1504. Inicialmente, estuvo ubicada en la plaza de la Signoria hasta que en 1873 fue trasladada al museo. Está considerada como una de las grandes obras del Renacimiento y es una de las esculturas más famosas de la historia.
Galería de la Academia – David de Miguel Ángel
Galería de la Academia – David de Miguel Ángel
Seguimos el recorrido por el museo, y llegamos a otras salas donde encontramos una gran variedad de instrumentos musicales, algunos de ellos que no conocíamos. También vimos muchas pinturas, y cuando subimos a la segunda planta encontramos muchos más cuadros. La mayoría de las pinturas eran de carácter religioso y a nosotros no nos interesaban demasiado. Aun así acabamos el recorrido por el museo, pero después de haber visto el David, el resto de la galería ya no nos parecía tan interesante. La visita en total nos llevó alrededor de una hora y después de recorrer el piso superior volvimos a la calle.
Galería de la Academia – Instrumentos musicales
Galería de la Academia - Pinturas
Florencia
Cuando salimos de la galería de la Academia, todavía teníamos algo de tiempo antes de ir a buscar el tren. Fuimos a comprar algunos recuerdos de nuestra visita a la ciudad y volvimos a la plaza de la República, donde Liam quiso volver a subir al tiovivo. También vimos algunas de las decoraciones navideñas que había alrededor de la plaza, como el mostrador de algunas tiendas donde había representadas escenas, como un parque de atracciones con nieve.
Plaza de la República - Tiovivo
Plaza de la República
Después de dar una última vuelta por el centro de la ciudad fuimos a buscar nuestras maletas al hotel. De camino a la estación pasamos por la basílica de Santa María Novella. El estilo de este edificio nos recordó a la basílica de la Santa Croce. No disponíamos de mucho tiempo, así que sacamos solo algunas fotos del exterior y nos acercamos hasta la entrada para ver un poco el interior, aprovechando que la puerta estaba abierta.
Basílica de Santa María Novella
Sin más tiempo que perder frente a la basílica, caminamos unos pocos metros más para llegar a la estación de tren. Compramos los billetes por 17,40€ para ir hasta Pisa. El viaje duraba alrededor de una hora para llegar a nuestro nuevo destino.
Pisa
Al llegar a Pisa tuvimos que esperar en la parada de autobuses que hay justo delante de la estación. El hotel Casa Betania se encuentra lejos del centro de la ciudad y por ese motivo tuvimos que ir en autobús. Cuando llegamos vimos que en los alrededores no había muchas cosas y tuvimos que preguntar en recepción donde podíamos ir a cenar. Nos recomendaron un par de sitios que estaban a unos diez minutos a pie.
Lo pensamos un poco y acabamos eligiendo la pizzería Andreas. A Liam le gusta mucho la pizza y pensamos que así podría cenar a gusto, ya que la noche anterior al no encontrarse muy bien apenas cenó pizza. La pizzería estaba en una zona donde apenas había nada más que algunas casas y bloques de pisos, quizá por eso nos sorprendió que las pizzas estuvieran tan buenas. En total pagamos 25€ por dos pizzas grandes, una pequeña, agua y cerveza. El precio nos pareció muy bueno teniendo en cuenta lo que habíamos pedido y lo que estábamos pagando estos días.
Cena en Pizzería Andreas
Después de cenar, y teniendo en cuenta que por la zona no había nada de interés, volvimos directamente al hotel. Al día siguiente, cuando dejásemos el hotel teníamos que llevarnos todas las maletas, el hotel estaba muy lejos como para volver después de las visitas. Sacamos solo lo imprescindible, y así tener menos faena al día siguiente para hacer las maletas por la mañana, y nos fuimos a dormir.
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