Día 4 (30/08/2022) - Zarautz ➞ Ekainberri
Segura
Hoy teníamos un día más tranquilo que el día anterior y en parte pensado para los peques del grupo. Cuando nos despertamos y tuvimos todo preparado bajamos a desayunar a uno de los pocos bares del pueblo. Para desayunar pedimos bocadillos de tortilla de patatas y de queso, además de café con leche. Mientras desayunábamos los peques aprovecharon la plaza en la que estábamos para jugar con sus bicis. El desayuno estaba muy bueno, sobre todo la tortilla de patatas y en total pagamos 24,3€.
Hoy habíamos reservado para comer en el restaurante de Karlos Arguiñano en el pueblo de Zarautz a las 13:00, así que teníamos tiempo de sobra. Antes de ponernos en camino a Zarautz fuimos a un parque infantil muy chulo que habíamos visto en Segura. Los niños pudieron jugar durante aproximadamente una hora, así también tuvieron un buen rato de diversión durante las vacaciones. Incluso los adultos nos subimos en algunas atracciones del parque jugando con los peques.
Zarautz
Salimos de Segura para llegar un rato antes de comer al pueblo de Zarautz. Cuando llegamos tardamos un poco en encontrar parking y tuvimos que acabar aparcando en zona azul. Pusimos dinero hasta las 15:00, pensando que así tendríamos tiempo suficiente y fuimos a dar una vuelta. Primero fuimos hasta la playa, cerca del restaurante donde íbamos a comer. Al pasar junto al restaurante vimos que había una estatua del cocinero Karlos Arguiñano. También vimos que el edificio tenía un estilo parecido a un castillo medieval.
Zarautz – Restaurante Karlos Arguiñano
Zarautz – Restaurante Karlos Arguiñano
Todavía nos quedaba cerca de una hora para la hora de comer, así que fuimos a dar una vuelta. Vimos que la parte más llamativa del pueblo era su paseo marítimo y nos dispusimos a recorrerlo. Paseamos tranquilamente mientras veíamos a la gente en la playa. El día estaba algo nublado pero hacía mucho calor, lo que hacía que la gente llenase la arena de la playa. Lo más curioso fue una escultura que encontramos formado por varias piezas de piedra, cada una de ellas con una forma diferente. Estuvimos especulando que significaba, pensando que serían letras y que se veía desde arriba, pero al final no conseguimos saber que era.
Zarautz
Zarautz
Cuando vimos que quedaba poco para la hora que teníamos reservada la mesa, desandamos el camino para volver al restaurante. Teníamos muchas ganas de probar este restaurante y decidimos pedir algunos platos para compartir y un segundo para cada uno. De primero pedimos ensalada de txangurro, pulpo con ajo blanco y almejas a la marinera. De segundo Sergio pidió lubina con teriyaki y los demás quisieron probar el arroz caldoso. Además, pedimos vino Txakoli para acompañar la comida de la mejor manera. Estaba todo súper bueno como era de esperar y disfrutamos mucho la comida. Para rematarlo, de postre pedimos una torrija y un surtido de degustación de postres, en el cual venían 6 porciones de algunos de los postres de la carta. Habíamos comido muy bien y acabamos pagando 234€ en total. Sabíamos que hoy pagaríamos más que los días anteriores, pero también que la comida lo merecía.
Restaurante Karlos Arguiñano – Lubina con Teriyaki
Restaurante Karlos Arguiñano – Arroz caldoso
Volvimos al coche porque se acercaba la hora hasta la que habíamos pagado y queríamos estar un rato más en el pueblo. Para nuestra sorpresa solo pudimos poner 20 minutos más, no había opción de poner más tiempo. Si queríamos seguir en Zarautz teníamos que ir a buscar parking a otra zona del pueblo, donde hubiera otra zona tarifaria o aparcamiento gratuito. Como no sabíamos donde podríamos encontrar parking con estas condiciones, decidimos ponernos en marcha a la actividad que teníamos reservada para la tarde.
Ekainberri
Llegamos al pueblo de Zestoa y, como nos pasó en Zarautz, tuvimos dificultados para encontrar parking. Aunque en principio íbamos bien de tiempo, entre que nos costó aparcar el coche y que las cuevas estaban algo alejadas, cuando llegamos a Ekainberri pasaban cinco minutos de las cinco de la tarde, la hora a la que teníamos reservada la visita. De todos modos, fueron muy amables y nos acompañaron a la sala donde empezaba la visita.
La primera parte de la visita constaba de unas actividades para conocer algunos aspectos de como vivían en la prehistoria en estas cuevas. Lo primero fue aprender las diferentes técnicas que utilizaban para hacer fuego. Una de ellas era utilizar dos piedras, que hacían chocar hasta que salían chispas con la que hacer el fuego. Otra manera de generar fuego era utilizar dos palos y hacerlos fregar para que se calentasen, haciendo que también salieran chispas.
Ekainberri – Haciendo fuego
Ekainberri – Haciendo fuego
La segunda actividad fue conocer como pintaban las paredes de la cueva. Tenían dos maneras de pintarlas, una de ellas era utilizar barro y otra con carbón. Nos dejaron probar con los dos elementos y estuvimos unos minutos haciendo dibujos en un panel que simulaba la pared de la cueva. Para acabar esta parte de la visita, salimos al exterior y fuimos a una zona donde había un ciervo de madera. Aquí nos explicaron como hacían para cazar, utilizando un propulsor para tirar una lanza. Nos dejaron probar unas cuantas veces y era algo complicado poder lanzarlo correctamente, aunque algunos consiguieron clavar las lanzas en el ciervo de madera.
Ekainberri – Pintando con barro
Ekainberri – Pintando con carbón
Después pasamos a la segunda parte de la visita que consistía en recorrer el interior de la cueva. En realidad se trata de una réplica de la cueva de Ekain, la original no se puede visitar para conservarla en las mejores condiciones. La cueva no es demasiado grande y la visita duró menos de una hora, durante la cual no estaba permitido hacer fotos. La réplica estaba muy bien conseguida y lo más interesante eran los dibujos de animales en las paredes. La guía nos explicó cuales eran los dibujos mejor conservados y los iluminaba con una linterna para que los pudiésemos ver mejor.
La visita a la cueva había estado bien, pero nos habían gustado más las actividades previas, donde habíamos aprendido cosas muy interesantes. La vuelta por el camino que pasa por el bosque fue mucho más tranquila que la ida, cuando fuimos corriendo porque llegábamos tarde. Cuando llegábamos al pueblo cruzamos un puente en el que nos detuvimos para ver el río y los alrededores, las vistas eran muy bonitas. Sin mucho más que hacer, al llegar al coche nos pusimos en dirección a Segura.
Zestoa – Río Urola
Para volver a Segura pasamos de nuevo por la carretera de curvas por la que habíamos pasado el primer día para ir a Azpeitia. En esta ocasión hicimos una parada rápida en uno de los pantanos que había por el camino. Pudimos aparcar sin problemas sobre la presa que crea el pantano de Ibai Eder Urtegia. Las vistas son muy bonitas y pasamos unos minutos disfrutándolas y sacando algunas fotos.
Pantano Ibai Eder Urtegia
De camino al alojamiento tuvimos que hacer una parada en el supermercado. Habíamos visto que a las afueras del pueblo había una zona comercial y nos detuvimos para comprar algunas cosas que nos faltaban. Hoy cenaríamos en el apartamento y teníamos que comprar comida para hacer la cena. Como llegamos pronto a Segura, los peques aprovecharon para jugar un rato con algunos de sus juguetes mientras hacíamos la cena. El resto de la noche fue tranquila y los peques tampoco tardaron mucho en irse a dormir. Nosotros estuvimos mirando el plan de los próximos días y pensamos en hacer algunos cambios, con lo que cambiábamos las visitas para el día siguiente.
