Día 7 (02/09/2022) - Hondarribia
Segura
Hoy era el último día completo de nuestro viaje al País Vasco, y por tanto, el último día que tendríamos para hacer visitas lejos del pueblo. Fuimos a desayunar al mismo bar que unos días atrás y de nuevo pedimos bocadillos de tortilla de patatas y algunos de queso. Con el café y el agua, desayunamos los seis por 18€. Mientras desayunábamos miramos el plan del día. El día anterior nos había quedado una buena parte de la reserva natural de Urdaibi. Necesitaríamos un día entero para recorrer toda la zona. Por otro lado, también queríamos visitar el pueblo de Hondarribia que estaba en la otra dirección y la noche anterior nos habíamos decantado por esta última opción. Ahora por la mañana, también vimos que antes de llegar al pueblo de Hondarribia había una bodega de vino Txakoli y optamos por hacer una visita antes de llegar al pueblo.
Bodega Hiruzta
Cuando llegamos a la bodega Hiruzta, preguntamos por las visitas guiadas y nos dijeron que empezaba una en unos pocos minutos. La visita con una cata de vinos al final costaba 15€ por persona, obviamente los niños no pagaban entrada. Pasados unos minutos empezamos la vista por el viñedo. El paisaje que había alrededor de la bodega era muy bonito y el verde de las viñas en esta época del año lo hacían todavía más bonito. La chica que hacía de guía empezó a explicarnos un poco la historia de las viñas y de sus dueños. Llevábamos apenas unos minutos cuando empezó a llover y pasamos al interior de las bodegas.
Bodega Hiruzta
Una vez en el interior, nos explicaron el proceso de producción de los diferentes tipos de vino. Básicamente tenían tres tipos diferentes, uno era el Txakoli blanco normal, otro era rosado y el último era un blanco especial del que elaboraban pocas unidades. Durante la visita pudimos ver los grandes tanques donde guardan el vino, cada uno durante un tiempo determinado dependiendo del tipo de Txakoli. Finalmente, llegamos a la sala de embotellado. Aquí había algunas barricas de vino y muchas botellas esperando a ser distribuidas.
Bodega Hiruzta
Bodega Hiruzta
Para acabar la visita volvimos a la entrada, donde sobre unos barriles que hacían las funciones de mesa, hicimos la cata de vinos. Nos sirvieron una copa de cada uno de los tres vinos que nos habían explicado. Para acompañar la bebida nos pusieron una gilda como tapa. Probamos los tres vinos y todos coincidimos que el Txakoli convencional era el que más nos gustaba. El rosado no nos convenció a ninguno y el especial no estaba mal pero era más seco. Al acabar la cata de vino, decidimos comprar una caja de seis botellas de Txakoli por la que pagamos 40€ en total.
Bodega Hiruzta
Hondarribia
Al salir de la bodega fuimos directos a Hondarribia a comer. Nos habían recomendado el restaurante Batzokia y antes de salir llamamos para reservar una mesa. Tardamos solo unos minutos en llegar y ya tenían la mesa preparada. Pedimos para compartir un arroz caldoso con bogavante, una chuleta de mar y un chuletón. Los tres platos estaban deliciosos y sobre todo nos sorprendió la chuleta de mar, que era una porción de atún que solo lo habían cocinado sellándola por fuera. El arroz y el chuletón también estaban muy buenos, pero ya los habíamos comido en alguna ocasión. Sin duda, fue uno de los mejores restaurantes donde comimos en el País Vasco. Para acompañar la bebida pedimos vino Txakoli, curiosamente nos sirvieron de la bodega Hiruzta, agua y refrescos. Junto con el postre y los cafés pagamos en total 197,70€. No había sido muy económico, aunque habíamos comido platos que ya sabíamos que serían caros, pero si la comida es de calidad y está buena bien merece ese precio.
Restaurante Batzokia – Chuleta de mar
Restaurante Batzokia - Chuletón
Teníamos toda la tarde para visitar Hondarribia y el primer punto de interés estaba muy cerca del restaurante. La Puerta de Santa María es una de las entradas más antiguas de la ciudad. Sobre la puerta hay un escudo de la ciudad fechado a finales del siglo XVII y un reloj solar. En su día llegó a tener un puente levadizo, aunque actualmente hay uno fijo que cruzamos para acceder al casco antiguo de Hondarribia.
Hondarribia - Puerta de Santa María
Empezamos a caminar por las estrechas calles del casco antiguo y al poco giramos para llegar a la plaza Apezpiku. Esta plaza nos pareció muy acogedora a la vez que bastante animada. Encontramos un par de bares, cada uno con sus terrazas que llenaban gran parte de la plaza. Siguiendo recto, llegamos por una estrecha calle a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano. El edificio fue construido entre los siglos XV y XVI en estilo gótico tardío. Desde el exterior vimos que el templo era grande y el interior nos pareció muy espacioso. Sus 44 metros de largo y 28 metros de ancho están divididos en tres naves, gracias a ocho pilares de núcleo cilíndrico.
Hondarribia - Plaza Apezpiku
Hondarribia – Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano
Al cruzar por el interior de la iglesia volvimos a la calle por donde habíamos empezado el recorrido al casco antiguo. Caminamos unos pocos metros para llegar a la plaza de armas. Esta plaza era mucho más amplia que la anterior y también más bonita. La plaza ha sido un importante espacio de la ciudad, adquiriendo funciones como proclamaciones o festejos populares. En uno de sus laterales se construyó el castillo de Carlos V durante el siglo XII. Durante su historia ha tenido varios dueños y uno de los más importantes fue Carlos V, aunque no fue él quien lo empezó a construir. Actualmente, el edifico pertenece al ayuntamiento de Hondarribia y hace las funciones de parador de turismo.
Hondarribia - Plaza de armas
A continuación, seguimos callejeando por las bonitas calles del casco antiguo de Hondarribia. Esta parte de la ciudad nos estaba gustando mucho y fuimos paseando tranquilamente. Disfrutamos del recorrido sin rumbo fijo que hicimos por algunas de estas estrechas calles. Algunas eran más bonitas que otras, pero todas nos parecieron que estaban muy bien cuidadas, con muchos colores y balcones que llamaban mucho la atención.
Hondarribia
Fuimos descendiendo desde la plaza de armas hasta llegar al río Bidasoa. Desde aquí hay unas barcas con las que se puede cruzar el río que hace de frontera entre España y Francia. Pagamos 2€ por adulto para poder subir a la barca y cruzar a Endaya. El paseo en barca apenas duraba unos 15 minutos. Durante el trayecto tuvimos unas vistas fantásticas de Hondarribia. También pudimos ver el puerto deportivo de Endaya. De este modo llegamos a la orilla francesa y bajamos en el pueblo de Endaya.
Cruzando en barca el río Bidasoa
Cruzando en barca el río Bidasoa
Endaya
En principio no teníamos previsto llegar hasta este pueblo francés y no sabíamos que podíamos visitar. De modo que dimos una pequeña vuelta por el paseo marítimo. Vimos que la estética general de las casas era parecida a la que acabamos de ver en Hondarribia. Mientras estábamos en la playa de Endaya, vimos que pasaban algunos aviones que volaban muy bajo. El aeropuerto de San Sebastián se encuentra realmente en Hondarribia, justo cruzando el río Bidasoa. Por tanto, los aviones que veíamos estaban aterrizando en este aeropuerto. Nos movimos de la playa larga de Endaya, hasta otra zona para ver mejor a los aviones cuando se acercaban al aeropuerto. Pasados unos minutos volvimos al muelle para subir a una barca y volver a Hondarribia.
Endaya
Endaya
Hondarribia
Cuando regresamos a Hondarribia seguimos paseando hasta llegar a la calle San Pedro. Esta calle estaba muy animada, había gente por todos lados y también había muchos bares. Además, la calle es muy bonita gracias a la combinación de las fachadas de las casas, los árboles que llenan el centro de la calle y las terrazas de los bares. Aprovechamos que había gran cantidad de locales para tomar algo. Aunque era temprano, pedimos unas tapas para nosotros y la cena para los niños.
Hondarribia - Calle San Pedro
De vuelta al coche callejeamos un poco más por el casco antiguo de la ciudad y así pasamos por la plaza Guipuzkoa. Encontramos que era una plaza pequeña aunque con varios bares y muy animada. Nos pareció una plaza muy acogedora y bonita. Antes de abandonar definitivamente la ciudad antigua de Hondarribia, cruzamos de nuevo la puerta de Santa María que nos había gustado tanto por un lado como por el otro. En general, Hondarribia nos había parecido uno de los pueblos más bonitos del País Vasco, así que nos fuimos con muy buenas sensaciones de vuelta al apartamento.
Hondarribia - Plaza Guipuzkoa
Hondarribia - Puerta de Santa María
Por el camino de vuelta al apartamento los dos peques se quedaron dormidos. Tuvimos la noche en el alojamiento tranquila, mientras los niños dormían nosotros pudimos cenar. Al día siguiente no teníamos que madrugar y pasamos un buen rato comentado lo que nos había parecido el viaje. Finalmente, nos fuimos a dormir por última vez en este apartamento y en este viaje.
