Día 10 (02/09/2023) - Saranda ➞ Lukova ➞ Porto Palermo ➞ Vlora
Saranda
Despertamos por última vez en Saranda, así que tocaba volver a meter todas las maletas en el coche. Lo primero fue ir al bar donde habíamos desayunado el día anterior. Vimos que era de los pocos que tenían variedad para desayunar cerca del apartamento. Mientras desayunábamos estuvimos mirando la previsión del tiempo. Hoy tocaba conducir hasta Vlora, pero de camino queríamos hacer algunas visitas. Había varias playas en las que poder detenernos un rato y algún pueblo para visitar. Vimos que la previsión era de sol todo el día, así que iríamos haciendo paradas según fuésemos viendo.
Antes de abandonar definitivamente el pueblo de Saranda, quisimos hacer una visita rápida que teníamos pendiente. Cerca del centro se encuentran las ruinas de una antigua sinagoga. En realidad no hay mucho por ver, solo quedan los restos arqueológicos que formaban las paredes del antiguo edificio. El lugar no estaba muy bien cuidado, pero tampoco había que pagar entrada. Así que hicimos un pequeño recorrido de unos pocos minutos antes de volver al coche. En esta ocasión diríamos adiós definitivamente a Saranda y al sur de Albania.
Saranda - Sinagoga
Lukova
En poco más de 45 minutos llegamos a Lukova beach, una de las playas que traíamos anotadas como recomendadas. Esta playa era muy larga y pese a que tenía una zona con hamacas, la parte gratuita era muy amplia. Pudimos disfrutar de parte de la mañana en esta playa, bañándonos en un mar tranquilo, jugando con las piedras y paseando. Pese a que había muchas piedras y a ratos era un poco incómodo caminar, fue una de las mejores playas que encontramos durante nuestro viaje.
Lukova beach
Lukova beach
Pasamos un par de horas en Lukova beach antes de decidir seguir con el recorrido de hoy. Queríamos detenernos en alguna otra playa antes de comer. Siguiendo la carretera pasamos junto a Qparo y Borsh. La carretera pasaba por una zona elevada y no veíamos como se descendía a estos pueblos. Así que fuimos siguiendo pensando en parar en el siguiente pueblo más accesible. De esta manera descartamos las playas de Borsh y Qparo.
Porto Palermo
Pocos minutos más tarde llegamos a Porto Palermo, en esta ocasión pudimos detenernos junto a su pequeña península donde hay un antiguo castillo. Como era mediodía, antes de nada nos sentamos a comer en el restaurante que hay junto a la playa. Pedimos pescado a la brasa, calamares, gambas y un mix de frituras. Estaba todo muy bueno, pero como era de esperar con lo que habíamos pedido, fue la comida más cara del viaje. Pagamos un total de 10070 lekes, que al cambio son aproximadamente 93€. Para lo que habíamos comido y la situación del restaurante, tampoco había sido caro comparado con España.
Comida en restaurante South - Levrek zgare
Comida en restaurante South - Mix de fritura
Cuando acabamos de comer fuimos directos a la playa que teníamos a escasos metros. Podíamos caminar varios metros en el agua hasta que empezaba a cubrir y no había nada de oleaje. A los niños les encantó está playa porque podían jugar en el agua sin ningún problema. Pasamos aproximadamente una hora bañándonos y tomando el sol.
Porto Palermo - Playa
Porto Palermo - Playa
El motivo principal de habernos detenido en Porto Palermo era el de visitar su castillo. De modo que dejamos las toallas en la playa y caminamos un poco para subir hasta el antiguo castillo. Entramos y pasamos por algunas salas en las que no había nada, solo podíamos ver las columnas y paredes que soportan la estructura. La sala central era la que estaba mejor iluminada y la que más nos llamó la atención con su forma circular.
Porto Palermo - Castillo
Salimos al exterior, a un balcón que hay en uno de los laterales del castillo. Desde aquí pudimos ver de cerca los muros exteriores de esta curiosa fortaleza. Por otro lado, se veían los alrededores de la pequeña península de Porto Palermo.
Porto Palermo - Castillo
Porto Palermo - Castillo
Volvimos al interior y en esta ocasión subimos por unas escaleras que llevan a la terraza del castillo. Aquí arriba vimos que había un gran espacio abierto, delimitado por las murallas del castillo. Apenas había unas pequeñas estancias de vigilancia. Desde aquí tuvimos unas vistas completas de los alrededores del castillo. No pudimos evitar sacar unas cuantas fotos del paisaje. Podíamos ver la playa donde habíamos estado hace un rato, las montañas que hay alrededor de Porto Palermo y también el mar Jónico.
Porto Palermo - Castillo
Porto Palermo - Castillo
Después de la visita al castillo bajamos de nuevo a la playa. Pasamos otro buen rato bañándonos en las tranquilas aguas de Porto Palermo. Los niños estaban encantados con esta playa y quisimos que disfrutasen un rato más. Teníamos aproximadamente hora y media hasta Vlora, así que decidimos irnos de Porto Palermo antes de que el sol empezase a descender.
Vlora
Para ir desde Porto Palermo hasta Vlora hay dos carreteras, una que discurre junto a la costa y otra que va por el interior. Decidimos tomar la segunda opción porque era más rápida. La carretera no era de las mejores de Albania, pero tampoco de las peores. Por el camino vimos algunas cosas que nos llamaron la atención, por un lado vimos que había un pequeño incendio cerca del río. También vimos como un pastor llevaba un rebaño de pavos. Aunque lo peor que vimos fue como unas vacas iban caminando por la carretera y un coche pasando junto a ellas le dio un golpe en la cabeza a una de ellas que hizo un giro inesperado. Con todo esto el camino se nos hizo algo más corto de lo esperado.
Cuando llegamos a Vlora ya era casi de noche. No tardamos en encontrar el apartamento que teníamos reservado y pudimos aparcar justo en la puerta. El alojamiento estaba en un séptimo piso sin ascensor, de modo que subir el equipaje fue bastante cansado. Entre subir las maletas, hablar con el señor del alojamiento y demás, pasó un buen rato. De modo que al salir de nuevo a la calle ya era de noche. Por suerte, estábamos muy cerca de Rruga Sadik Zotaj, una de las principales calles de Vlora.
Recorrimos un poco esta gran calle pensando en donde cenaríamos. No tardamos en ver que había muchos restaurantes en esta zona. Estuvimos paseando una media hora, hasta que decidimos que era hora de cenar. Elegimos la pizzería Zeneli para cenar ya que los niños querían pasta o pizza. Cada uno pedimos una pizza o un plato de pasta, estaban todos muy buenos. Además no era nada caro, pagamos en total 3900 lekes por la cena que al cambio son aproximadamente 36€. Después de cenar los niños estaban muy cansados, así que volvimos directamente al apartamento a dormir.
Cena en pizzería Zeneli - Spaghetti carbonara
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