Día 2 (25/08/2023) - Tirana
Tirana
La noche anterior habíamos llegado muy tarde, sin embargo nos levantamos algo temprano. Por un lado, teníamos muchas ganas de empezar con las visitas de nuestro viaje. Por otro, solo tendríamos el día de hoy para visitar Tirana, la capital del país y a su vez la ciudad más grande. De modo que poco después de las 9 de la mañana ya estábamos saliendo del apartamento.
Lo primero que hicimos fue ir a tomar un buen desayuno con café para despejarnos un poco. Justo delante de nuestro alojamiento se encontraba el mercado nuevo, alrededor había varios restaurantes y cafeterías. Antes de elegir donde desayunar dimos una pequeña vuelta alrededor del mercado. Los mercados son lugares que siempre nos gusta visitar en nuestros viajes, aquí se puede conocer parte de lo que se consume en el país y sus costumbres. En este mercado principalmente vendían fruta y verdura, aunque también algunos utensilios de cocina y souvenires.
Mercado Nuevo
Pasados unos minutos, tomamos asiento en uno de los establecimientos que nos había recomendado el dueño del alojamiento. Aunque la carta que tenían era muy extensa, para desayunar tenían muy poca cosa. Para Liam pedimos una especie de buñuelos de viento que venía acompañado de queso feta y un zumo de naranja. Para nosotros pedimos un plato que consistía en tortilla con tomate, pepino y queso feta, además de un café con leche. En total el desayuno nos costó 15€, pero como veríamos en los próximos días, comer en Albania es bastante más económico.
Desayuno
A continuación, fuimos en busca de una tienda Vodafone. Al llegar al aeropuerto habíamos comprado una tarjeta para el móvil pero no parecía funcionar. De camino a la tienda empezamos a descubrir algunas curiosidades. En algunos edificios vimos grafitis muy bien hechos, como uno que parecía una estantería con libros. También vimos en medio de la calle a un señor que vendía libros y los tenía expuestos encima de la acera. Muy cerca había un zapatero limpiando los zapatos a otro señor, como se podía ver en ciudades españoles hace varios años atrás. En la tienda Vodafone apenas estuvimos cinco minutos para que nos solucionasen el problema, así ya tendríamos datos para el resto del viaje.
Tirana
Apenas tuvimos que caminar unos metros para llegar a la primera visita del día y del viaje. Llegamos a la plaza Sulejman Pasha, donde pudimos ver que es una gran zona verde con algunas estatuas. No conocemos mucho de la historia de Albania y no conocemos quienes eran estos personajes, pero nos parecieron lo más interesante de esta plaza que sirve de antesala del principal motivo de llegar a esta zona de la ciudad.
Plaza Sulejman Pasha
Cruzamos la plaza Sulejman Pasha para acercarnos hasta la principal plaza de ciudad. Justo al entrar en la plaza Skanderbeg por este lado, lo primero que encontramos fueron la mezquita Et'hem Bey y la torre del reloj. La mezquita fue construida entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Después de la Segunda Guerra Mundial entró el comunismo en el gobierno albanés, lo que provocó el cierre de la mezquita. El edificio cogió relevancia cuando en el año 1991 entraron más de 10.000 personas pese a la prohibición del gobierno, lo que marcó el principio del fin del comunismo en Albania.
Mezquita de Et'hem Bey
Torre del reloj
No teníamos intención de subir a la torre del reloj, pero al acercarnos Liam dijo que quería subir. Nos sorprendió la ilusión con la que nos dijo que quería subir y no pudimos decirle que no. Así que pagamos los 2€ por persona que costaba la entrada y subimos por la estrecha escalera metálica. Mientras subíamos vimos que en el interior de la torre vivían palomas y tenían puestos sus huevos. Gracias a la iniciativa que tuvo Liam pudimos disfrutar de unas de las mejores vistas de la ciudad. Desde aquí pudimos ver la plaza Skanderberg al completo, así como los edificios que la rodean y otros que se veían más lejos y que parecían ser muy originales.
Vistas desde la torre del reloj
Vistas desde la torre del reloj
Cuando bajamos de la torre del reloj entramos de lleno en la plaza Skanderbeg. En realidad es un espacio abierto donde lo relevante se encuentra en los edificios que la rodean. A la mezquita Et'hem Bey y la torre del reloj que ya habíamos visitado, se suman el museo de historia natural y el teatro de ópera nacional. También se encuentra la estatua del héroe nacional albanés Skanderbeg que da nombre a la plaza. En una de las esquinas de la plaza vimos que había unas fuentes de las que salía del agua, donde se podía combatir el calor. Justo al lado vimos un tiovivo y unas camas elásticas, pero que a esta hora estaba cerrado, y tendríamos que volver más tarde para que Liam se subiese.
Plaza Skanderbeg
Al lado de la plaza Skanderbeg también se encuentra el museo Bunk'Art 2, la que sería nuestra próxima visita. Pagamos 7€ por adulto y entramos a este curioso museo situado dentro de un antiguo búnker. El museo está situado bajo tierra y las paredes son de hormigón. Hay varios pasillos estrechos que se pueden ir recorriendo para visitar las pequeñas habitaciones. En las primeras habitaciones fuimos encontrando antiguas armas y dispositivos de comunicación. También había carteles donde se explicaba la historia para ir entendiendo lo que se iba viendo.
Bunk'Art 2
En estas primeras estancias también encontramos algunos maniquíes con antiguos atuendos. En una de las salas encontramos uno que tenía unas gruesas prendas para entrenar a perros, que después eran utilizados para atacar. Todo tenía un aspecto un tanto apocalíptico, pero cabe recordar que en Albania hay montones de bunkers, aunque no se llegó a utilizar ninguno.
Bunk'Art 2
Bunk'Art 2
Unas salas más adelante descubrimos algunos métodos que se utilizaban para espiar. Por ejemplo, poner micros en el palo de una escoba o en un agujero en la pared. Todo esto nos pareció muy interesante y curioso. En las últimas salas pudimos ver una gran mesa con un ordenador y teléfonos antiguos. Esta habitación parecía estar preparada para que pudiesen reunirse las personas relevantes del régimen.
Bunk'Art 2
Bunk'Art 2
Antes de volver al exterior pasamos por unas habitaciones donde había literas. Incluso en un rincón había una celda por si era necesario encerrar a alguien. También había una extraña figura hecha con diferentes elementos. Ya en el exterior vimos que habíamos salido por otra puerta, donde había una reproducción de una torre de vigilancia y un coche antiguo.
Bunk'Art 2
Cuando salimos del Bunk'Art 2 fuimos a cambiar dinero para tener efectivo en Lek, la moneda albanesa. Vimos que había varias casas de cambio cerca del parque Rinia. Llegamos al parque público del centro de Tirana, construido durante la década de 1950. Nos sorprendió ver una curiosa puerta en un extremo del parque que echaba agua pulverizada para refrescarse, cosa que agradecimos porque hacía mucho calor. Recorrimos el parque donde pudimos ver algunas interesantes y bonitas esculturas. También había una zona con un parque infantil, donde tuvimos que detenernos un rato para que Liam jugase. Pasado unos minutos pudimos ir finalmente a las casas de cambio para tener efectivo en Lek.
Parque Rinia
Parque Rinia
Durante la mañana habíamos visto que había bastantes restaurantes repartidos por la ciudad. Sin embargo, en algún blog habíamos visto que recomendaban el restaurante Tek Zgara Tironës, así que decidimos caminar un poco para llegar hasta este establecimiento. Pedimos un plato de pollo a la brasa para Liam y otro que venían varios tipos de carne y verduras para nosotros. En total pagamos 2300 leke, unos 21,2€, con lo que empezábamos a ver que comer en Albania era económico.
Comida
El restaurante donde habíamos comido estaba alejado del centro y tuvimos que caminar para volver, pero lo hicimos por otra ruta. De esta manera llegamos hasta el río Lana que cruza la capital albanesa. El paseo que rodea el río es una zona verde y arbolada muy bonita, así que decidimos seguirlo para regresar hasta la zona más céntrica de Tirana.
Tirana - Río Lana
Cerca del parque Rinia, donde habíamos estado antes de comer, se encuentra la pirámide de Tirana y decidimos hacer una visita. Desde abajo vimos que hay muchos escalones y Miriam decidió que no iba a subir. Sergio y Liam subimos los 120 escalones para llegar hasta la cima. Desde arriba hay unas bonitas vistas de la ciudad, comparables a las que habíamos visto durante la mañana en la torre del reloj. Pasamos unos minutos disfrutando de las vistas, pero Liam no tardó en querer bajar de nuevo.
Pirámide
Pirámide
Todavía nos quedaban algunas visitas y la siguiente era la zona del antiguo castillo. De camino nos encontramos dos edificios que nos llamaron la atención. Por un lado pudimos ver la catedral católica de San Pablo, que nos pareció tenía una arquitectura muy sencilla para este tipo de edificios. A pocos metros nos encontramos con la mezquita Namazgah, con una arquitectura que llamaba más la atención que la catedral. La mezquita cuenta con dos grandes minaretes y con unas cúpulas de color azul.
Catedral católica de San Pablo
Mezquita Namazgah
Junto a la mezquita llegamos a la entrada de la zona del antiguo castillo. Pese a ser la zona del antiguo castillo de Tirana, en ningún momento pudimos ver rastro alguno de ningún castillo. Más bien era una zona comercial con varios bares y restaurantes, además de algunas tiendas. Era temprano y habíamos hecho casi todas las visitas de la ciudad, así que entramos en una heladería de la zona para tomar un helado. Cuando continuamos con el paseo, vimos que los alrededores de la zona del antiguo castillo estaba muy bien cuidada, con muchos bares y terrazas.
Zona del antiguo castillo
A continuación, volvimos al apartamento. Queríamos pasar por un supermercado para comprar agua y alguna cosa más que necesitaríamos para los próximos días. Dejamos la compra en el alojamiento y aprovechamos para descansar un rato. Habíamos visto más o menos todo lo que queríamos visitar, y necesitábamos descansar ya que no habíamos dormido demasiado la noche anterior.
Pasado un rato y viendo que empezaba a irse el sol, decidimos volver a la calle. Por la mañana, habíamos visto que en la plaza Skanderbeg había un par de atracciones que ahora suponíamos estarían abiertas. En apenas unos 10 minutos llegamos la plaza que teníamos muy cerca del apartamento. Tal como habíamos prometido a Liam por la mañana, dejamos que se subiese a las camas elásticas y al tiovivo, donde se lo paso genial en ambas atracciones. Pudimos ver que ahora que había bajado el calor sofocante del sol, había mucha más vida en la plaza. También nos acercamos hasta el monumento de "I Love Tirana" para sacarnos algunas fotos.
Plaza Skanderbeg
Plaza Skanderbeg
Para cenar habíamos preguntado al señor del apartamento que nos recomendase algún restaurante. Nos dijo que muy cerca del apartamento estaba el restaurante Oda y que si queríamos nos reservaba una mesa. Cuando llegamos al restaurante vimos que tenían gente esperando para entrar a cenar. Preguntamos por la reserva y nos dijeron que no tenían ninguna a nuestro nombre, pero que si esperábamos un poco nos darían una mesa. Dudamos un poco porque al ir con Liam tampoco podíamos tardar mucho en cenar. Pese a nuestras dudas no tardaron en darnos una mesa, aunque sí que podemos decir que fueron muy lentos durante toda la cena.
El local es muy bonito, las mesas están situadas en un jardín interior con unos pocos árboles. En un extremo del jardín hay un escenario y tenían música en directo. Para cenar quisimos probamos algún plato típico y recordamos que había uno que se llamaba tavë kosi, sin embargo no lo tenían en la carta, aunque tenían otros que también empezaban por tavë y pensamos que sería parecido. Además, también pedimos un plato de carne de cordero. Primero nos trajeron el tavë y para nuestra sorpresa era parecido a unos callos, un plato que no nos gusta demasiado, por suerte eran un poco picantes y nos lo comimos. Incluso Liam se comió este plato sin ningún problema. Para el segundo plato tardaron mucho y tuvimos que recordárselo al camarero. El local era muy bonito y la música estaba muy bien, pero el servicio era muy muy lento y no sería la mejor comida del viaje. Por suerte tampoco fue demasiado caro ya que pagamos 2600 leke, unos 24€ al cambio.
Cena en restaurante Oda
Teníamos el apartamento a unos pocos metros del restaurante y apenas tardamos en poder llevar a Liam a la cama. Si nosotros estábamos cansados de este primer día de viaje, sobre todo por haber dormido poco, él todavía lo notaría más. Nuestros amigos llegarían entre las 2 y las 3 de la mañana, así que nos pusimos el despertador para estar despiertos para cuando llegasen. Ellos no sabían exactamente donde estaba el apartamento y habría que bajar a buscarlos. Eran cerca de las 3 de la mañana cuando nuestros amigos llegaron y Miriam bajó a recibirlos. Aparcaron el coche que habíamos alquilado para el viaje en un parking cercano, Aunque teníamos muchas ganas de hablar y contarnos las primeras impresiones de la ciudad, nos fuimos a dormir. Al día siguiente había que seguir con las visitas y para ello no podríamos despertarnos demasiado tarde.
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