Día 5 (30/07/2020) - Oviedo ➞ Gijón ➞ Tazones ➞ Cangas de Onís
Oviedo
Hoy tocaba dejar el alojamiento donde habíamos pasado las últimas cuatro noches. El apartamento de Oviedo que nos había servido como campamento base para visitar la ciudad y la parte oeste del principado. Recogimos todas nuestras pertenencias y dejamos todo lo más limpio posible. Al viajar con un bebé íbamos bastante cargados y tuvimos que hacer varios viajes para cargar todo en el coche. Las próximas tres noches las pasaríamos en Cangas de Onís y desde allí visitaríamos la zona este de Asturias. Además, aprovecharíamos el camino de ida hasta nuestro nuevo alojamiento para visitar la ciudad de Gijón y el pueblo de Tazones.
Gijón
En aproximadamente media hora llegamos a la ciudad de Gijón. Sin ser la capital del principado es la ciudad más poblada, seguramente debido a su situación costera. Tuvimos que dar un par de vueltas hasta que finalmente conseguimos dejar el coche en un parking de pago al aire libre. Costaba 4€ dejarlo todo el día, así que tampoco nos pareció demasiado caro.
Teniendo en cuenta donde habíamos aparcado y las visitas que queríamos realizar, decidimos empezar por la playa de Poniente. Estábamos cerca y apenas tardamos unos diez minutos caminando. Al llegar vimos que la playa es muy larga y ancha, a estas horas todavía estaba vacía pero seguramente no tardaría demasiado en llenarse de gente.
Gijón - Playa de Poniente
Siguiendo la playa en dirección al centro de la ciudad, llegamos al puerto deportivo y en esta zona empezamos a ver que había algunos bares. Decidimos hacer una parada rápida para desayunar y tomar un buen café. El día anterior descubrimos que a Liam le gustaba el pincho de tortilla. Sergio se pidió uno para desayunar y Liam se comió la mitad, así aguantaría hasta la hora de comer sin problemas.
Gijón - Puerto deportivo
Continuamos caminando en dirección a Cimadevilla y encontramos las letronas de Gijón. Es una escultura con la marca turística del nombre de la ciudad. Están hechas de acero macizo y pintadas del color rojo que caracteriza a la ciudad. Tiene una altura de más de 3 metros y un grosor de 25 centímetros.
Gijón - Letronas
Siguiendo el mismo paseo llegamos a la Plazuela del Marqués. Aquí se encuentra el palacio de Revillagigedo y la estatua de Pelayo. Desde aquí empieza el acceso al casco antiguo de la ciudad y la subida a Cimadevilla. Dimos un rápido paseo por la plaza y comprobamos que el palacio se utiliza actualmente para hacer exposiciones, aunque no teníamos ninguna intención de entrar.
Gijón - Plazuela del Marqués
Comenzamos con el ascenso a Cimadevilla. No es que sea una zona muy elevada, pero hay que subir algunas cuestas. Es la zona más antigua de la ciudad, donde incluso hay restos arqueológicos de la época romana. A nosotros lo que más nos interesaba era la parte más alta, donde está el parque. Cuando estábamos llegando vimos que había mucha policía y parecía que tenían acordonada la zona. Preguntamos a uno de los policías y nos dijeron que no se podía llegar hasta el parque porque había una visita de los reyes. Antes de resignarnos le preguntamos si esto duraría todo el día y nos dijo que no, que seguramente a partir de las tres de la tarde se podría acceder. Le dimos las gracias y decidimos que ya volveríamos a intentarlo después de comer.
Gijón - Cimadevilla
Descendimos por el otro extremo de Cimadevilla para llegar frente a la iglesia de San Pedro. Desde aquí teníamos unas completas vistas a la playa de San Lorenzo, donde vimos que había mucha gente. A estas horas la marea estaba subiendo y muchas personas estaban distribuidas en las rampas que dan acceso a la arena. En esta zona también se encuentran los restos arqueológicos de unas termas romanas, pero en estos momentos solo podían visitarse con cita previa. Vimos que había mucha gente esperando a que pasasen los coches de la realeza camino de Cimadevilla. Nosotros no teníamos ningún interés y preferimos ir a buscar un lugar donde comer.
Gijón - Iglesia de San Pedro
Gijón - Playa de San Lorenzo
Decidimos ir a comer en las cercanías de las visitas que teníamos pendientes. Después de buscar en internet acabamos entrando en uno de los mejores restaurantes de la ciudad, el Restallu. Tienen un menú por 29,5€ por persona que incluye un plato de jamón ibérico, gambas, paella con bogavante y postre. Aunque no es un menú económico, la verdad es que el producto es bueno y la comida estaba muy buena.
Comida en Restallu - Gambas
Comida en Restallu - Arroz con bogavante
Los camareros son muy amables y la mesa de al lado le pidió a uno de ellos que escanciara sidra para sacarle una foto. El camarero aceptó sin ningún problema y aprovechamos también para hacer un video y sacar algunas fotos. No es fácil acertar el chorro de sidra en el vaso, sin duda necesitan un poco de entrenamiento para conseguirlo.
Comida en Restallu - Escanciando sidra
Antes de volver a Cimadevilla pasamos por el parque de Begoña, una de las zonas verdes más grandes del centro de la ciudad. En los alrededores de este parque también se encuentra el teatro Jovellanos y la iglesia de San Lorenzo. Dimos una pequeña vuelta por el parque antes de continuar con nuestro paseo.
Gijón - Parque de Begoña
Gijón - Parque de Begoña
De camino pasamos por la curiosa plaza del Parchís, oficialmente recibe el nombre de plaza del Instituto Jovellanos. El nombre nos llamó la atención y se le llama así porque las flores de los jardines que la rodean tienen los colores del popular juego. Al girar la esquina nos llevamos una grata sorpresa al encontrarnos con la basílica del Sagrado Corazón de Jesús, un edificio que no teníamos en nuestra lista de visitas pero que nos llamó la atención por su fantástica arquitectura.
Gijón – Basílica del Sagrado Corazón de Jesús
Volvimos a Cimadevilla pasadas las cuatro de la tarde y a esta hora ya se podía acceder. Desde aquí había unas buenas vistas de la costa de la ciudad y pasamos un rato contemplándolas. Lo más interesante es el Elogio del Horizonte, una extraña escultura de forma circular. Lo más curioso es que si te sitúas en el centro se escucha con toda claridad el mar, pudimos escuchar las olas sin problemas así como las motos de agua que estaban circulando en ese momento. Antes de bajar cruzamos el parque donde hay mucho césped y arbustos.
Gijón - Cimadevilla
Gijón - Elogio del Horizonte
Antes de volver al coche volvimos a pasar por la Plazuela del Marqués, donde compramos nuestros primeros recuerdos del viaje. Compramos algunos imanes, llaveros y una pulsera por 23€. Estamos acostumbrados a visitar países donde los recuerdos son más económicos, pero en Europa son bastante más caros. Después de comprar vimos que se estaba haciendo un poco tarde y todavía queríamos hacer una parada de camino a Cangas de Onís. Volvimos al coche para continuar nuestro camino.
Tazones
Íbamos un poco justos de tiempo, pero antes de llegar a Cangas de Onís quisimos hacer una parada en Tazones. Este pequeño pueblo está considerado como uno de los más bonitos de España y no nos lo queríamos perder. Al llegar vimos que no dejaban entrar con coche al pueblo y tuvimos que dejarlo en un parking que hay justo en la entrada.
Cuando salimos del coche vimos que empezaba a chispear y por un momento dudamos que hacer. Íbamos preparados para la lluvia, así que nos atrevimos a bajar hasta el pueblo con Liam en el carrito. Por el camino vimos que la gente subía para el parking mientras que nosotros íbamos en contradirección. La lluvia empezó a apretar cuando llegamos cerca de la playa. Vimos que había varios restaurantes y entramos en uno para tomar un café. Esperamos a que aflojara la lluvia para poder hacer la visita al pueblo.
Tazones
Al poco dejó de llover y después de tomar el café pudimos empezar a recorrer el pueblo. Primero fuimos hasta la playa que se encontraba a pocos metros. En esta costa es donde llegó a España por primera vez el rey Carlos V y quedó enamorado de este pueblo. Hay una placa donde se conmemora y se explica este hecho histórico.
Tazones
Desde este punto fuimos bordeando la costa para llegar al muelle. Había muy pocos barcos y desde aquí pudimos observar unas de las mejores vistas del pueblo. Se puede ver como esta pequeña localidad queda enclavada entre las montañas y la playa.
Tazones
Deshicimos el camino y antes de volver al coche pasamos por algunas de las pocas calles de Tazones. Encontramos la casa de las conchas, la más conocida de todo el pueblo. Es una casa que tiene la fachada completamente recubierta por conchas de vieiras y caracolas. Sin duda es uno de los puntos interesantes de la ciudad y el más curioso. El resto de casas están muy bien cuidadas, pero ninguna llega a llamar tanto la atención. Volvimos a la calle principal para subir de nuevo hasta el parking.
Tazones – Casa de las conchas
Tazones
Cangas de Onís
Llegamos a Cangas de Onís pasadas las ocho de la tarde. Nos sorprendió ver las calles llenas de gente. Hasta ahora no habíamos visto demasiado gente en ningún pueblo. Aunque lo primero era buscar donde estaba nuestro alojamiento para las próximas tres noches. Intentamos aparcar cerca, pero tuvimos que aparcar un poco lejos y cargar con las maletas. Conocimos a Ramón, el dueño del apartamento que habíamos alquilado por AirB&B para las próximas tres noches por 280,99€. El apartamento estaba súper bien, era moderno y más grande de lo que parecía en las fotos. Preguntamos a Ramón algunas dudas y también nos recomendó algunos sitios donde ir a cenar.
Después de dejar nuestras maletas en el apartamento fuimos directamente a buscar sitio para cenar. Hicimos caso de las recomendaciones de Ramón y fuimos al restaurante Enol. Pedimos un tomate aliñado, una tabla de embutidos y unos tortos de maíz con guacamole y salmón. La cena estuvo bien, pero pagamos en total 40€ incluyendo las bebidas y nos pareció un poco caro teniendo en cuenta lo que habíamos pedido. Al día siguiente probaríamos otra de las recomendaciones para cenar.
Cena en Enol - Embutido
Cena en Enol - Torto de maíz con guacamole y salmón
De vuelta al apartamento deshicimos las maletas y fuimos a descansar. Hoy habíamos caminado bastante por la ciudad de Gijón y también habíamos hecho unos cuantos kilómetros de carretera, así que estábamos un poco cansados. Al día siguiente teníamos planeado visitar dos pueblos que no estaban demasiado lejos, pero seguro que como siempre caminaríamos mucho.
