Día 4 (21/11/2016) - Phnom Penh

Phnom Penh

Nos despertamos con muchas ganas de empezar a visitar cosas en Phnom Penh y bastante adaptados al cambio horario. En nuestro hostal no servían desayunos, así que, salimos a la calle en busca de algún bar o restaurante. La noche anterior de vuelta al hostal vimos que en la misma calle había bastantes sitios donde poder desayunar. Solo tuvimos que caminar unos pocos metros para sentarnos en una mesa y poder pedir nuestro desayuno.

Cuando estábamos acabando el desayuno, el mismo camarero que nos había atendido y que era bastante simpático, se sentó en nuestra mesa, pidiendo permiso previamente, y nos preguntó que teníamos pensado visitar durante el día de hoy. Le explicamos que queríamos visitar los campos de exterminio de Choeung Ek, Tuol Sleng y el Palacio Real. Nos dijo que él tenía un tuk tuk y que nos llevaba a todos esos sitios, quedándose a esperarnos en la entrada de cada uno de ellos por 15$. El precio no nos pareció mal, aun así intentamos regatear un poco, porque el precio que suelen dar siempre es superior a lo que realmente vale. En esta ocasión no tuvimos suerte y no conseguimos rebajar el precio, aunque tampoco nos esforzamos mucho al no parecernos caro.

Los campos de exterminio están bastante lejos del centro de la ciudad, lo que en parte justifica el precio que íbamos a pagar. Nos subimos al tuk tuk y nos pusimos en marcha, mientras empezamos a ver el tráfico de una ciudad como Phnom Penh. Como la mayoría de grandes urbes asiáticas, el tráfico es un caos y la moto es el medio de transporte favorito. El trayecto duró aproximadamente media hora y fuimos viendo como el paisaje iba cambiando, a medida que nos alejábamos del centro de la ciudad. Unas pocas calles pasando nuestro hostal la ciudad mejoraba considerablemente, viéndose más limpia y mejores edificios, pero cuando nos fuimos alejando cada vez las casas y calles empeoraban. Llegamos a pasar por algunas zonas de tierra sin asfaltar, por suerte unas amigas nos habían avisado y llevábamos unas mascarillas para no tragar polvo.

 

Phnom Penh 1

Phnom Penh

Choeung Ek

Llegamos a Choeung Ek, donde sabíamos que íbamos a conocer un triste capítulo de la historia reciente de Camboya. Junto a Tuol Sleng, este centro de exterminio se convirtió en uno de los puntos negros durante la dictadura de los jemeres rojos, a finales de la década de los 70. Llegamos a la entrada donde por 6$ cada uno, nos dieron la entrada y una audioguía en muchos idiomas, entre ellos el español. También nos dieron un mapa donde indicaban el recorrido a seguir y los puntos de interés, con el número correspondiente de la audioguía. Empezamos el recorrido, donde una gran piedra indicaba que estábamos accediendo al centro memorial Choeung Ek.

 

Choeung Ek 1

Choeung Ek - Entrada

 

Cuando empezamos a caminar vimos un edificio bastante llamativo, pero tal como decía la audioguía dejamos este punto para el final. Seguimos paseando bajo un sol abrasador y nos detuvimos bajo un árbol para ir escuchando las explicaciones. Durante este primer tramo del recorrido había unos letreros explicativos en inglés y camboyano. En los primeros puntos la audioguía nos explicaba como traían a la gente hasta este lugar. Generalmente traían a la gente desde Tuol Sleng, también conocida como S-21. Traían a la gente engañada diciendo que los llevaban, después de varias torturas en la prisión, a un nuevo lugar donde empezar una nueva vida. Lo peor de todo es que a estas personas las traían a Choeung Ek para matarlas. Algunos creían realmente que se habían salvado, pero la mayoría era consciente que iban a una muerte segura.

 

Choeung Ek 4

Choeung Ek - Letrero

 

En los sucesivos letreros y explicaciones de la audioguía, fuimos descubriendo como nada más llegar, los metían en un edifico a todos juntos. Generalmente, estas personas eran asesinadas el mismo día que llegaban a este centro de exterminio. No conformes con lo que esta gente había pasado en la prisión S-21, como descubriríamos pocas horas más tarde, para asesinarlos utilizaban herramientas del campo. Las balas eran muy caras y por tanto no querían desperdiciarlas para asesinar a estas indefensas personas. Esto hacía que la muerte fuese más dolorosa, ya que, en muchas ocasiones, requería de varios golpes con un martillo hasta que la persona moría.

 

Choeung Ek 3

Choeung Ek - Letrero

 

Cuando traían a los presos, les obligaban a cavar grandes hoyos que serían sus futuras tumbas. Por todo el terreno de Choeung Ek hay montones de fosas comunes y todavía quedan restos humanos esparcidos por toda la zona. De hecho en varios puntos pudimos ver dentaduras y otros huesos en el terreno. Hay zonas delimitadas para ver donde había una fosa común, pero la verdad es que casi todo el terreno del campo de exterminio estaba lleno de éstas.

 

Choeung Ek 7

Choeung Ek - Fosa común

 

A partir de este punto había una pasarela para no pisar las fosas y poder seguir el recorrido. Antes de seguir por la pasarela, la audioguía nos indicó que había otro camino a la derecha, que llevaba hasta un lago y lo bordeaba por completo. El lago era bastante grande y fuimos paseando alrededor de éste. También se encontraron restos humanos en este lago, todo en este lugar era bastante triste. Por el camino encontramos un banco, donde descansamos un poco y seguimos escuchando la audioguía. En este punto pudimos escuchar varios relatos reales, de gente que había vivido indirectamente los desastres de este lugar.

 

Choeung Ek 6

Choeung Ek - Lago

 

Después de dar la vuelta a todo el lago, volvimos a la pasarela, donde estaban las fosas comunes. Aquí pudimos ver que tenían más fosas delimitadas por una pequeña valla de madera y en algunas de ellas todavía podían verse huesos. En los últimos años han limpiado bastante la zona, pero todavía son muchos los restos humanos que quedan. Otro punto que nos dio mucha pena fue un árbol lleno de pulseras de colores. Este árbol era utilizado para matar a los más pequeños, incluso a bebés. Uno de los lemas de los jemeres rojos era matar al enemigo hasta las raíces, es decir, matar a todos sus descendientes. De este modo no quedaba nadie con ganas de venganza. En la zona de las pasarelas también había varias urnas, algunas de ellas con ropas y otras con huesos de la gente que murió aquí. Se estima que en este centro de exterminio fueron asesinadas alrededor de 20.000 personas. Pero había que tener en cuenta que por todo el país había muchos otros lugares como este.

 

Choeung Ek 8

Choeung Ek - Killing tree

 

Finalmente, volvimos cerca de la salida, donde la audioguía nos indicó que era el momento de entrar en el edificio que habíamos visto al entrar. Para poder acceder a este edificio tuvimos que descalzarnos, por respeto a los restos humanos que había en su interior. Cuando entramos pudimos ver una gran cristalera que albergaba en su interior cantidad de calaveras. Había unos diez pisos de estantería tras la cristalera, en la cual había cantidad de restos humanos. Las calaveras tenían una pequeña marca, para poder identificar si se trataba de un hombre o una mujer. En la estantería más baja había varias herramientas, con las que con toda probabilidad habían sido asesinadas muchas de estas personas.

 

Choeung Ek 2

Choeung Ek

 

Choeung Ek 9

Choeung Ek

 

Antes de salir de Choeung Ek, vimos que había otro edifico que hacía las funciones de museo. Entramos y aquí vimos la ropa que utilizaban los jemeres rojos. En varios cuadros pudimos ver cual era el organigrama que tenían los jefes de los jemeres rojos, con Pol Pot a la cabeza. También había mapas de Camboya, con marcas de donde llevar a la gente al campo.

Cuando salíamos de este pequeño museo, nos dijeron que en la sala contigua iban a poner una película. Entramos y vimos una película en inglés que explicaba un poco la historia de los jemeres rojos. Pudimos entender gran parte de lo que explicaban en el video, era un resumen de lo que habíamos escuchado en la audioguía. Después de ver esta película, volvimos a la entrada para dejar la audioguía y buscar nuestro tuk tuk. El recorrido había durado cerca de 3 horas, bastante más de lo que esperábamos. Empezábamos a ver que hoy sería imposible ver todo lo que teníamos planeado.

Tuol Sleng, prisión S-21

Los jemeres rojos aprovecharon la guerra de Vietnam y el apoyo del rey camboyano a los vietnamitas, lo que hizo que Camboya recibiera también bombardeos de los americanos, para dar un golpe de estado y que la población los apoyase. En realidad los jemeres rojos eran comunistas y lo que querían era instaurar un régimen feudal, como había existido varios siglos atrás. En los primeros 3 días de tomar Phnom Penh, sacaron a todo el mundo de sus casas y se los llevaron al campo para cultivar arroz. Su idea era multiplicar por 3 la productividad de arroz para exportarlo. Para ello se habían llevado a la gente de las ciudades y que no tenían ni idea de la vida del campo.

Unos 20 minutos después de salir de Choeung Ek, llegamos a Tuol Sleng, también conocida como prisión de seguridad 21 o simplemente S-21. Aquí es donde los jemeres rojos, como en muchas otras cárceles del país, torturaban a la gente que consideraban enemigas del régimen para que confesaran sus crímenes, antes de ejecutarlos en los diferentes campos de exterminio. Las personas que traían aquí eran en su mayoría inocentes de lo que se les acusaba, simplemente habían tenido la desgracia de que alguien les había delatado, fuese verdad o mentira. A los jemeres rojos poco importaba la veracidad de la acusación, pues uno de sus lemas favoritos era, más vale matar a un inocente por error que dejar vivo a un enemigo por error. Cualquier persona que mostrase signos de inteligencia, también era enviada a la prisión o directamente ejecutado. Las personas que tenían estudios o simplemente llevaban gafas, se consideraban enemigas del régimen.

Para acceder al S-21 tuvimos que pagar otros 6$ por cabeza y venía incluida otra audioguía. Esta prisión fue originalmente un instituto, fue transformado en prisión con la llegada de Pol Pot y los suyos. El recinto constaba de 4 edificios de 3 plantas y un gran patio interior. La audioguía nos fue guiando por todo el recinto como había hecho en Choeung Ek. Empezamos por unas tumbas que hay frente al primer edificio, donde están enterrados los cuerpos de la gente que se encontró muerta en esta prisión, cuando echaron a los jemeres rojos de la ciudad. Cuando los jemeres rojos se vieron perdidos, mataron a los presos que quedaban en la prisión antes de huir, aunque doce de esos presos consiguieron sobrevivir.

 

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Tuol Sleng, prisión S-21 - Entrada

 

Antes de acceder al primer edificio, pudimos ver que todo el recinto estaba rodeado por un muro y una alambrada con pinchos en la parte superior.

 

Tuol Sleng, prision S 21 2

Tuol Sleng, prisión S-21 - Muro

 

Como fuimos viendo durante la visita, los 4 edificios eran muy parecidos, aunque algunos de ellos tenían sus particularidades. En este primer edificio pudimos ver como antes de traer aquí a los presos, modificaron el instituto que había inicialmente, poniendo barrotes en las ventanas y unos catres en algunas de las habitaciones. Lo primero que hacían cuando traían a alguien a este centro, era desnudarlos para quitarles toda su personalidad. En algunas de las salas pudimos ver como había unas mesas, donde los sentaban para que confesaran sus crímenes. En otras salas había algunas de las herramientas que utilizaban para hacer las fotos, como por ejemplo, una silla con un hierro en el respaldo para que pusieran la cabeza hacia delante.

 

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Tuol Sleng, prisión S-21 - Habitación

 

Volvimos al patio, donde vimos algunos de los elementos que utilizaban para torturar a los presos. La mayoría de los presos eran inocentes de lo que se les acusaba y por tanto no podían declarar lo que los jemeres rojos querían. Por tanto, los presos eran torturados de diferentes maneras como ahogamientos, tenerlos boca abajo o estirarlos con una máquina entre otros. Algunos de ellos no podían soportar las torturas y se suicidaban, saltando desde lo más alto de algunos de los edificios o clavándose en el cuello un bolígrafo. Por este motivo algunos de los edificios estaban completamente vallados, para que los presos no pudiesen suicidarse.

 

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Tuol Sleng, prisión S-21 - Edificio vallado

 

Fuimos visitando los diferentes edificios y salas, no podíamos acabar de creer los que íbamos viendo. Algunas de las salas estaban divididas en diminutas habitaciones, donde apenas cabía una persona y donde en muchas ocasiones tenían a dos presos. En otras, simplemente anclaban unas argollas al suelo y los ponían a todos juntos en una gran sala. Las condiciones en que tenían a los presos en este lugar eran totalmente inhumanas.

 

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Tuol Sleng, prisión S-21 - Celdas

 

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Tuol Sleng, prisión S-21 - Celdas

 

En uno de los edificios encontramos grandes paneles, donde había fotos de las personas que habían sufrido las torturas en esta prisión. Pasamos por otra sala que contenía las máquinas que utilizaban para las diferentes torturas que practicaban.

Después de haber recorrido los 4 edificios y ver las atrocidades que tuvieron que soportar miles de personas, volvimos al patio interior. Al otro extremo de la entrada, donde nos encontrábamos ahora, habían construido una pequeña escultura en memoria de la gente que por desgracia pasó por esta prisión.

 

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Tuol Sleng, prisión S-21

 

Antes de salir pasamos por un lugar donde un señor firmaba libros. Nos acercamos y descubrimos que era una de las 12 personas que había conseguido sobrevivir, cuando echaron a los jemeres rojos de la ciudad. Su libro estaba en diferentes idiomas pero no en español, con lo que no pudimos comprar uno. Volvimos a la entrada a devolver la audioguía y buscar al señor del tuk tuk.

Comida

Tanto la visita a Choeung Ek como al S-21 habían durado cerca de 3 horas, bastante más de lo que habíamos imaginado. Al salir de Tuol Sleng eran cerca de las 3 de la tarde y le pedimos al chico del tuk tuk que nos llevara a algún sitio a comer. Nos llevó a un restaurante que estaba cruzando la calle, a apenas unos 100 metros de la entrada a la prisión. El restaurante se llama Natalie y nada más entrar vimos que era para turistas. No queríamos ir al típico restaurante para turistas, pero miramos un poco la carta y vimos que tenían comida local, aunque algo más caro de lo que pensábamos. Era bastante tarde, así que, optamos por quedarnos a comer para no perder mucho tiempo.

En la carta tenían una gran cantidad de platos, como vimos en los próximos días, la mayoría de restaurantes tienen una gran cantidad de platos en sus cartas. Pedimos dos platos típicos camboyanos para ir adaptándonos a la cocina del país. Pedimos un lok lak, que consiste en cerdo y varias verduras cortadas a tiras, con un huevo frito encima y acompañado de arroz, también pedimos unos fideos con caldo, mezclado con carne de ternera y verduras, que venía acompañado de lima, un poco de soja y una salsa picante para dar más sabor. La comida nos gustó mucho, aunque nos costó 13,25$, precio que nos pareció un poco caro para un país como Camboya. Con el estómago lleno pagamos y nos dispusimos a seguir con nuestras visitas por la ciudad de Phnom Penh.

 

Comida

Comida

 

Antes de ir al Palacio Real para nuestra próxima visita, fuimos a reservar el autobús para el día siguiente. A la mañana siguiente queríamos ir a Sen Monorom y teníamos que hacer una reserva. Nuestro tuktukero nos llevó hasta una agencia que había cerca del mercado. Reservamos el autobús para las 7:30 de la mañana y nos costó 12$ por cabeza. El trayecto era bastante largo, pero comparado con el precio de los autobuses públicos de Sri Lanka, donde habíamos estado apenas 9 meses atrás, nos pareció bastante caro. El precio del transporte nos iba a subir el presupuesto del viaje.

Palacio Real

El Palacio Real estaba muy cerca de nuestro hostal, así que, le dijimos al chico del tuk tuk que nos dejara en el Palacio Real y que después ya seguiríamos caminando. Cuando llegamos eran cerca de las 5 de la tarde. Al principio no encontrábamos la entrada y nos extrañó no ver una cola de turistas para entrar al recinto. Sacamos nuestra Lonely Planet y vimos que el horario de visitas acababa a las 5 de la tarde. Decidimos que sería mejor volver el último día, que estaríamos de nuevo en Phnom Penh y visitarlo con más tranquilidad. Por hoy tendríamos que conformarnos con ver la plaza que hay enfrente del recinto del Palacio Real. En esta plaza había situado un andamio que soportaba tres fotos gigantescas, que correspondían al rey, a la reina y al príncipe. La plaza estaba llena de césped con algunos caminos que la cruzaban, pero no tenía nada en especial.

 

Palacio Real 2

Palacio Real - Plaza

Wat Ounalom

Seguimos paseando por la zona y no muy lejos estaba el Wat Ounalom, un templo budista. Volvimos a mirar la Lonely Planet para saber el horario y cerraban a las 6. Sin pensarlo entramos para aprovechar la hora y poco que quedaba antes de que cerrasen. Además, la entrada a este templo es gratuita. Nada más entrar, ya pudimos ver algunas estatuas de Buda y empezó a recordarnos a las visitas a algunos templos de Sri Lanka y de Japón, salvando las diferencias. La ciudad de Phnom Penh es bastante caótica, pero cuando entramos en el recinto del templo empezamos a notar una gran paz. El templo consistía en tres edificios grandes, algunas stupas más pequeñas y un patio.

 

Wat Ounalom 1

Wat Ounalom - Entrada

 

Para acceder al edificio central y principal había que subir unas escaleras y descalzarse. Entramos en el interior, donde una gran moqueta cubría todo el suelo y además había montones de figuras de Buda. Estuvimos recorriendo el interior y la terraza que había en el exterior. Desde la terraza vimos que el edificio situado a la izquierda albergaba las habitaciones de los monjes. Cuando salimos del edificio principal nos sorprendió ver, que había unos niños jugando al futbol en el patio del templo.

 

Wat Ounalom 5

Wat Ounalom - Interior

 

Wat Ounalom 4

Wat Ounalom - Vistas

 

Descartado el edificio de la izquierda por ser las habitaciones de los monjes, fuimos al de la derecha. En este encontramos una pequeña sala llena de figuras y un señor que tenía pinta de ser un vendedor. Este edificio no nos llamó la atención y volvimos al patio. Dimos la vuelta a los edificios y vimos que en la parte de atrás había montones de stupas, era un cementerio budista, donde seguramente enterraban a los monjes de este templo. Es interesante como 3 países budistas como Sri Lanka, Japón y Camboya tienen templos tan diferentes. En total habíamos estado cerca de una hora y no quedaba mucho para que cerrasen, de modo que volvimos a la calle.

 

Wat Ounalom 6

Wat Ounalom - Cementerio

Ribera del Mekong

Al salir del templo fuimos a pasear por la ribera del Mekong para ver el atardecer. En este paseo descubrimos algunas costumbres curiosas de este país. Cerca de la hora del atardecer se juntan varias personas y con un monitor hacen ejercicio en la calle. La situación nos pareció curiosa y estuvimos unos minutos mirando como hacían gimnasia.

 

Ribera Mekong 1

Ribera del Mekong

 

Desde el paseo fuimos viendo como se ponía el sol. Mientras tanto también vimos como había pequeños barcos que salían a pescar. También era curioso como en la rampa que había desde el paseo hasta el río, los niños corrían y jugaban en esta pendiente. Algunos de estos niños iban con unos palos y recorrían la orilla, para ver si entre las plantas encontraban algo de valor.

 

Ribera Mekong 2

Ribera del Mekong

 

Cuando se hizo de noche, quisimos ir a ver el mercado central que estaba a unos 10 minutos caminando. Llegamos al mercado pero ya estaban cerrando, aunque pudimos ver un poco el interior y no nos pareció muy interesante. Antes de ir a cenar volvimos al hostal para hacer tiempo y así preparar las mochilas para el día siguiente.

Mercado nocturno

Una vez preparadas nuestras mochilas para el día siguiente, volvimos a la calle para ir a ver el mercado nocturno. Este mercado estaba cerca de donde habíamos comprado nuestros billetes de autobús y teníamos unos 20 minutos caminando. En principio queríamos ir caminando, pero al salir a la calle varios tuktukeros nos preguntaron donde íbamos. Les dijimos que íbamos al mercado nocturno y nos dijeron que nos llevaban por 3$, les dijimos que estaba muy cerca y que si era por 1$ vale, pero que sino preferíamos ir caminando. Cuando ya nos alejábamos uno de ellos acepto y nos llevó por 1$.

El night market es un mercado bastante tradicional, tiene sus tiendas donde venden ropa, joyas o utensilios de concina entre otros artículos. Seguramente muchos de los artículos, aunque a primera vista parezcan de marca, son falsificaciones. A parte de estas tiendas más tradicionales, tenían un escenario en la zona central, donde todo el rato que estuvimos dando vueltas había algún cantante tocando y cantando su música.

 

Mercado nocturno 2

Mercado nocturno

 

El principal motivo por el cual habíamos ido al mercado nocturno, aparte de ver como era este tipo de mercados, era para cenar algo barato. En las paradas que había detrás del escenario hacían y vendían comida. Estuvimos dando una vuelta para ver donde nos apetecía cenar, pero en casi todos vimos que tenían más o menos lo mismo. Al final nos decidimos por uno que tenía mesas libres para sentarnos. Tenían diferentes piezas de carne y pescado rebozado y diferentes tipos de noodles con sopa. Pedimos una pieza de pollo rebozado, gamba rebozada, unos rollitos y unos saquitos rellenos de carne para compartir. También pedimos cada uno un bol de noodles con sopa, verduras y carne. En total la cena nos costó 5,5$, bastante más económico que la comida del mediodía.

 

Mercado nocturno 4

Mercado nocturno

 

Mercado nocturno 3

Mercado nocturno

 

Después de cenar acabamos de dar la vuelta al mercado y volvimos caminando al hostal. Por el camino paramos en un supermercado, tipo 7eleven, para comprar algo para desayunar al día siguiente. En el hostal no servían desayunos y tendríamos que madrugar bastante, con lo que no tendríamos tiempo para desayunar. Compramos galletas, batidos de chocolate y agua, que nos servirían para desayunar y tener algo para picar en los próximos días, por unos 7$. Volvimos al hostal para descansar y despertarnos al día siguiente, preparados para el largo viaje en autobús que nos llevaría a Sen Monorom.

 

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