Día 6 (30/10/2020) - Gáldar ➞ Agaete
Bahía Feliz
Este día nos levantamos pronto porque queríamos acercarnos hasta el otro extremo de la isla. La intención era visitar los pueblos de Gáldar y Agaete, además de ver el atardecer en uno de los mejores lugares de la isla. Teníamos muchas ganas de las visitas de este día. En nuestros viajes nos gusta mucho conocer la historia del país o región que visitamos. En esta ocasión no habíamos tenido muchas oportunidades para hacerlo, debido a la pandemia había muchos lugares cerrados. Hoy tendríamos la oportunidad de visitar la Cueva Pintada en Gáldar para conocer parte de la historia canaria.
Gáldar
Tardamos algo más de una hora para llegar hasta el otro extremo de la isla. La carretera que rodea la isla por el lado este y norte es muy rápida. Al llegar a Gáldar fuimos a la plaza de Santiago, uno de los lugares que queríamos visitar de este pueblo. Aquí se encuentra la iglesia de Santiago, construida durante el siglo XVIII y que además, es la primera sede jacobea fuera de la península española.
Gáldar – Plaza de Santiago
Alrededor de la plaza hay varios bares y nos sentamos en una terraza para tomar un café. Hicimos algo de tiempo antes de que empezase la visita a la Cueva Pintada. De camino al yacimiento arqueológico vimos un par de estatuas que nos llamarón la atención. Una de ellas era de Tenesor Semidán, quien fuese el Guanarteme de la isla durante la conquista española. La segunda era de Arminda la princesa Guanche, quien fuese la hija de Guayasén Semidán y heredera al trono. Debido a la corta edad y soltería de Arminda, fue su tío Tenesor quien fue nombrado como Guanarteme.
Gáldar – Estatua de Tenesor Semidán
Gáldar – Estatua de Arminda la princesa
A pocos metros de las estatuas se encuentra la Cueva Pintada. Entramos en la recepción del yacimiento arqueológico y compramos nuestras entradas por 6€ cada uno. La visita solo se podía hacer guiada debido a la pandemia y tuvimos que esperar hasta las 11:30 que era la siguiente. En total éramos unas diez personas las que conformábamos el grupo que iba a realizar la visita.
El recorriendo empezó en una sala contigua a las taquillas. Aquí nos explicaron como iba a ser la visita y que los primeros habitantes del archipiélago vinieron de África. A continuación, descendimos y entramos en otra sala que era un pequeño cine. Nos pusieron un video donde se explicaban los inicios de la civilización en la isla y como fue la conquista española, donde hablaron de Tenesor Semidán y Arminda la princesa. La principal población de la isla en esa época era Gáldar y donde se encontraba el Guanarteme, el líder de los aborígenes. Los castellanos ganaron batallas y capturaron a Tenesor para llevárselo a la península, donde se convirtió en aliado de los conquistadores y bautizado como Fernando Guanarteme. De esta manera en el año 1483 se culminó la conquista de la isla.
Al finalizar el video, continuamos la visita recorriendo un pasillo lleno de diferentes herramientas de la época aborigen. Una de las principales características es la ausencia de metales. En la isla no hay hierro y los artículos que utilizaban estaban hechos de cerámica, tela y huesos.
Museo Cueva Pintada
Museo Cueva Pintada
Después pasamos a ver el yacimiento, donde se encuentran los restos de antiguas viviendas. Apenas puede verse la forma de las casas y su distribución, pero suficiente para aprender algunos aspectos de como vivían. Por ejemplo, como guardaban los alimentos. Al final de esta parte del recorrido se encuentra la Cueva Pintada y que da nombre a todo el yacimiento. Es una cueva donde se encontraron unos dibujos pintados en la pared. No se conoce el significado de los dibujos pero se encontraron en perfecto estado. Cuando se abrió la cueva al turismo empezó a degradarse con rapidez y decidieron cerrarla. Modificaron la sala para conservar la pintura y actualmente puede verse a través de un cristal y no pueden hacerse fotos.
Museo Cueva Pintada
Museo Cueva Pintada
Para acabar la visita pudimos ver la reproducción de cuatro viviendas. Se hicieron siguiendo la forma y distribución de los restos arqueológicos que se habían encontrado. También pudimos entrar en cada una de ellas, separados en pequeños grupos para no juntarnos demasiado. Nosotros fuimos los tres solos recorriendo cada una de las cuatro viviendas. En el interior pudimos ver donde dormían y cocinaban, así como algunas herramientas que utilizaban. Después solo quedó despedirnos de nuestro guía y compañeros antes de volver al exterior.
Museo Cueva Pintada
Museo Cueva Pintada
Cuando salimos fuimos a buscar donde podíamos ir a comer. Habíamos leído que en Gáldar podíamos encontrar un guachinche típico de Gran Canaria, pero buscamos por la zona que nos habían indicado y no lo encontramos. Llegamos a la calle Capitán Quesada, una de las más animadas y comercial del pueblo. No habíamos tenido suerte buscando el guachinche, pero pudimos pasear por esta calle que tanto nos gustó.
Gáldar – Calle Capitán Quesada
Llegando de nuevo a la plaza Santiago encontramos la cafetería Sofía, donde decidimos sentarnos a comer. Tenían un menú que estaba bien de precio y tenían platos típicos canarios. De primeros pedimos ensaladilla rusa y gofio, de segundos probamos el cochino en adobo y los tacos de pescado, otros dos platos típicos de Canarias que todavía no habíamos probado. Para Liam pedimos un revoltillo de huevo, calabacín y gambas. Estaba todo muy bueno y junto con las bebidas pagamos un total de 26,8€.
Comida en Cafetería Sofía - Cochino en adobo
Comida en Cafetería Sofía - Tacos de pescado
Agaete
A continuación fuimos a Agaete, un pueblo costero que se encuentra cerca de Gáldar. Aparcamos cerca del paseo marítimo y primero quisimos ir hacia el extremo opuesto al puerto. En este lugar hay unas piscinas naturales y queríamos ver si podíamos bañarnos. Hacía mucho aire y también había mucho oleaje. Vimos que había una cuerda y una señal que prohibía el paso hasta estas piscinas. Aunque vimos que algunas personas pasaban por encima de la cuerda, decidimos cambiar de dirección e ir hacia el puerto.
En esta zona del pueblo vimos que había bastante gente paseando o acabando de comer en alguna terraza. Dimos una vuelta llegando hasta el muelle, pasando junto a una playa de arena negra y piedras. Excepto por el aire, en esta zona se estaba muy bien y había buenas vistas de las montañas y acantilados que hay en los alrededores. Pasados unos minutos decidimos volver y paramos un rato en un parque para que Liam jugase.
Agaete - Puerto
Agaete - Playa
Cuando volvíamos al coche, vimos que más personas pasaban por encima de la cuerda que prohibía ir a las piscinas. Miramos y vimos que el paseo estaba bien y no había peligro en hacer lo mismo. Caminamos unos metros hasta que vimos un poco a lo lejos las piscinas. Había gente bañándose y con el oleaje que hacía nos pareció un poco peligroso acercarnos. Lo miramos desde una distancia prudencial y a los pocos minutos volvimos al coche.
Agaete – Piscina natural
Mirador del balcón
Para acabar el día, quisimos ir a uno de los mejores miradores de la isla para ver el atardecer. Desde Agaete tuvimos que conducir algo más de media hora. Gran parte del camino discurre cerca de los acantilados que habíamos visto unos minutos atrás, la carretera no es muy ancha y está llena de curvas. No se puede conducir a mucha velocidad debido a todo esto y por eso se tarda más de media hora.
Cuando llegamos al mirador nos llevamos un poco de decepción. La tarde estaba nublada y no se veía demasiado. Además, el mirador estaba en obras y tuvimos que ver las vistas desde un lateral de la carretera. Desde este mirador puede verse la isla de Tenerife, sobre todo el Teide, en días claros. Nosotros no tuvimos esta surte y apenas pudimos ver parte de los acantilados que había en los alrededores. Estuvimos una media hora disfrutando de lo que podíamos ver antes de volver a nuestro alojamiento. Aunque yendo hacia el sur teníamos menos distancia, se tardaba menos en la otra dirección deshaciendo el camino que habíamos hecho durante el día.
Mirador del balcón
Bahía Feliz
Hoy estábamos un poco cansados y decidimos cenar cerca del apartamento. Fuimos al restaurante Bahía Grill, donde habíamos cenado la primera noche del viaje. En esta ocasión pedimos una tabla de quesos canarios y una pizza para compartir, pagando en total 22,6€ contando las bebidas. Después volvimos a la habitación a descansar, al día siguiente queríamos levantarnos temprano y nos fuimos a dormir.
