Día 14 (17/05/2022) - Reykholt ➞ Cueva Vidgelmir ➞ Hraunfossar ➞ Reykjavík
Reykholt
Nos despertamos con la sensación de que nuestro viaje a Islandia estaba llegando a su final. Sin embargo, todavía teníamos dos días para acabar de hacer algunas visitas. Para hoy queríamos visitar la cueva Vidgelmir y la cascada Hraunfossar, para acabar llegando a dormir cerca de Reykjavík. El día no estaba muy cargado de visitas, pero eran lugares que seguro eran impresionantes. Además, también tendríamos que hacer bastantes kilómetros. Desayunamos de nuevo con nuestra mesa de camping junto a la furgoneta y después de recoger todo nos pusimos en marcha.
Cueva Vidgelmir
El día anterior habíamos reservado la visita a la cueva Vidgelmir. Solo se puede entrar con visita guiada por la que pagamos en total 101,37€. Era una excursión cara, pero es que en Islandia no hay ninguna barata. Además, entre una cosa y otra al final solo pudimos hacer dos tours durante el viaje. Llegamos cinco minutos antes de las diez de la mañana, justo para que nos dieran los cascos de seguridad y las linternas. Junto con el guía y los que serían nuestros compañeros de la excursión, caminamos unos minutos para llegar a la entrada de la cueva.
Cueva Vidgelmir
Para acceder a la cueva tuvimos que bajar por unas escaleras de madera. Junto a la escalera había bastante nieve y el guía nos explicó que este último invierno había sido el que más había nevado de los últimos diez años. De hecho, durante el invierno la nieve llegaba hasta arriba haciendo imposible acceder a la cueva.
Cueva Vidgelmir
Solo tuvimos que caminar unos metros para llegar a uno de los puntos que más nos gustó de la cueva. Había un grupo de estalactitas agrupadas a lo largo de una roca. Las estalactitas eran de hielo y tenían la cabeza redondeada, haciendo una imagen impresionante. Subimos por unas escaleras que había junto a las estalactitas para llegar a otro punto interesante. En algunas zonas de la cueva, se podía ver como en el techo había rocas volcánicas solidificadas.
Cueva Vidgelmir
Cueva Vidgelmir
Esta cueva fue creada hace miles de años debido a ríos de lava que discurrieron bajo tierra. Cuando el volcán dejó de sacar lava y la que había en esta zona fue bajando, dejó esta cueva de 1.600 metros de longitud. Las consecuencias de este efecto se pueden apreciar en las paredes de la cueva. Aunque la cueva es mucho más larga, llegamos a un punto desde el cual ya no se puede continuar. Más allá de este lugar no está habilitado para poder caminar, aunque se puede ver como la cueva prosigue. Antes de volver, nuestro guía nos dijo que ahora íbamos a vivir una de las mejores experiencias de la excursión. Nos pidió que apagáramos nuestras linternas y después apagó la luz. La oscuridad era completa, y además, al estar todos callados parecía que estuviésemos en medio de la nada. Fue una experiencia curiosa que vivimos antes de volver.
Cueva Vidgelmir
Cuando volvimos a la entrada y antes de despedirnos, el guía nos dijo que si mirábamos hacía arriba, podíamos ver como en el techo de la entrada había un hueco con forma de corazón. Tal como él dijo "Love is in the air". Había sido una excursión de hora y media muy interesante para conocer esta cueva de lava. Al salir de la cueva solo tuvimos que regresar a la recepción para devolver los cascos y las linternas.
Cueva Vidgelmir
Hraunfossar
Al salir de la cueva tuvimos que deshacer parte del camino que habíamos hecho por la mañana. Llegamos a la cascada Hraunfossar a mediodía mientras empezaba a llover. Decidimos que lo mejor era preparar la comida y así aprovechar el tiempo mientras paraba de llover. Cuando acabamos de comer prácticamente no llovía y pudimos salir de la furgoneta para hacer la visita.
El parking se encuentra muy cerca de la cascada Hraunfossar y apenas tuvimos que caminar unos metros para llegar al primer mirador. Lo que hace especial a esta cascada es que el agua se filtra a través de los campos de lava, de hecho en su nombre se puede intuir, ya que "hraun" significa lava y "foss" significa cascada. Después el agua cae por una pendiente no muy grande, creando una imagen muy bonita. Desde este primer mirador quedamos frente a la cascada y pudimos ver que era muy ancha. Aunque no es demasiado alta la cascada nos resultó algo hipnótica.
Hraunfossar
Hraunfossar
Un poco más adelante vimos que había un puente que cruza hasta cerca de la cascada. Seguimos el camino pero no llega hasta ningún punto interesante. Lo mejor eran las vistas desde el lado del puente, se podía ver la cascada prácticamente al completo. Desde aquí pudimos ver que la cascada es muy ancha. Aunque la parte donde cae más agua es justo frente al primer mirador, la caída de agua sigue varios metros más allá.
Hraunfossar
Hraunfossar
Junto a Hraunfossar se encuentra también la cascada Barnafoss. Como su propio nombre indica es la cascada de los niños, el nombre viene dado porque según cuenta la leyenda de una saga islandesa, en esta cascada murieron dos niños hace cientos de años. La cascada está compuesta por una serie de rápidos formados al paso del río Hvitá por esta estrecha caída. Esta cascada no nos gustó tanto como la primera. No tardamos mucho en volver unos minutos frente Hraunfossar antes de proseguir con nuestro camino.
Barnafoss
Barnafoss
Carretera de Húsafell a Reykjavík
Nuestro viaje a Islandia estaba llegando a su fin, solo nos quedaba conducir hasta Reykjavík para visitar la capital del país. Teníamos unas dos horas de camino y no pudimos evitar detenernos en alguna ocasión para contemplar las vistas. Llevábamos dos semanas recorriendo el país, aun así, los paisajes no dejaban de sorprendernos. Otra cosa que nos sorprendió fue que al llegar al fiordo de Hvalfjördur, teníamos la opción de rodearlo o la de pasar por un túnel que cruzaba el fiordo bajo el agua. Con la segunda opción nos ahorrábamos más de una hora de trayecto, además pasábamos por este túnel que tanto nos llamó la atención.
Carretera de Húsafell a Reykjavík
Durante el trayecto estuvimos mirando los campings que había cerca de Reykjavík y también la opción de dormir en habitación dentro de la misma ciudad. Encontramos una oferta de última hora de una habitación por 67,07€. Teniendo en cuenta que los campings cerca de Reykjavík son de los más caros, no era tanta la diferencia y decidimos reservar la habitación. Además, al día siguiente teníamos el vuelo por la noche y seguramente dormiríamos muy poco, no estaría mal poder dormir hoy en una cama.
Reykjavík
Llegamos a Eric the red guesthouse que se encuentra muy cerca de Hallgrímskirkja, una de los mayores reclamos turísticos de la ciudad. Para nuestra sorpresa había parking gratuito cerca de la casa y pudimos aparcar sin problemas. Recogimos todo lo necesario y fuimos a ver nuestra habitación. La señora de la casa era muy amable y nos enseñó donde estaba la habitación. Además, nos dijo que podíamos utilizar la cocina y la gran mesa del comedor.
Después de descansar un poco en la habitación salimos a la calle para conocer un poco la ciudad. Eran más de las siete de la tarde, así que solo sería una primera toma de contacto con la capital islandesa mientras buscábamos donde cenar. Lo primero fue pasar junto a la iglesia Hallgrímskirkja, de la que habíamos visto cientos de fotos. La arquitectura de la iglesia nos fascinó, incluso habiéndola visto antes montones de veces. A estas horas ya estaba cerrada y solo pudimos ver el exterior. Como estaba justo al lado de la guesthouse al día siguiente la veríamos con más tranquilidad. Por el momento sacamos algunas fotos y fuimos hacia el centro de la ciudad.
Hallgrímskirkja
Hallgrímskirkja
Nada más empezar a caminar, nos llamó la atención que la mayoría de edificios de la ciudad son bajos, de apenas dos o tres pisos de altura. Otra cosa que también nos gustó es que la ciudad estaba muy limpia y cuidada. Suponemos que aparte de por su cultura, también se debe a que pese a ser la capital del país, Reykjavík tiene poco más de 120.000 habitantes.
Reykjavík
Pasamos cerca de una hora paseando por el centro de la ciudad. Hoy lo hacíamos sin rumbo, simplemente queríamos ver un poco la ciudad. Traíamos apuntadas algunas recomendaciones para comer y nos decidimos por entrar a cenar en el restaurante Svarta kaffid. Solo teníamos dos opciones, una era sopa de ternera y la otra sopa de verduras con curry. Ambas opciones venían dentro de un pan que previamente habían quitado la molla. Pedimos una de cada para compartir entre los tres y probar las dos sopas. Ambas estaban muy sabrosas y al ir comiéndolas con el pan fue una cena completa para los tres. Las dos sopas junto con una cerveza nos costaron en total 5.800ISK, que al cambio son aproximadamente 41,96€.
Cena en Svarta kaffid
Después de cenar seguimos paseando un poco mientras íbamos volviendo hacia la guesthouse. Por el camino encontramos un parque infantil y nos quedamos un rato para que Liam jugase, así también se cansaba un poco y dormiría mejor. Eran más de las nueve de la noche, nos seguía sorprendiendo que pese a ser el mes de Mayo había mucha claridad. Otra cosa que también nos llamó la atención de esta primera toma de contacto con la ciudad fue el street art. En varias ocasiones fuimos viendo grafitis bastante buenos en algunas paredes, seguro que al día siguiente veríamos muchos más.
Reykjavík
Reykjavík
Al llegar a la habitación empezamos a ordenar las mochilas y la maleta grande. Al día siguiente tendríamos todo el día para ver la ciudad, pero nuestro vuelo salía por la noche y queríamos dejar preparado lo máximo posible. Con todo más o menos preparado para la vuelta a casa, nos fuimos a dormir.
