Día 10 (19/05/2014) - Kyoto ➞ Nara ➞ Fushimi Inari-Taisha ➞ Kyoto
Nara
A las 7:30 salía nuestro tren hacía Nara, la ciudad que fue la primera capital de Japón. Después de un día un poco más tranquilo hoy tocaba volver a madrugar. Cogimos el metro y nos dirigimos hacia la estación a coger el tren. El viaje duraba algo más de una hora y llegaríamos a Nara pasadas las 8:30, de esta manera aprovecharíamos la mañana para visitar esta ciudad.
Al llegar teníamos hambre, de modo que antes de hacer ninguna visita buscamos una cafetería donde desayunar. Tomamos un sándwich y un buen café para empezar con fuerzas un nuevo día que iba a ser muy completo.
Templo Kofuku-ji
Para empezar vimos el templo Kofuku-ji, el primer edificio considerado Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO que íbamos a ver en Nara. El edificio principal estaba cubierto por una gran lona ya que estaba en obras, de modo que no lo podríamos visitar. Dimos una vuelta por el patio para ver el resto de edificios. Mientras caminamos por este lugar nos encontramos que aquí también había montones de colegios visitando los templos del país.
Lo primero que nos llamó la atención fue una serie de lápidas. Estas tienen una especie de tela atada a media altura con letras japonesas, obviamente no sabíamos que ponía.
Templo Kofuku-ji
Seguimos caminando y vimos un edificio en forma octogonal que hace las funciones de altar. Hasta ahora el altar más original que habíamos visto. En este templo también hay una pagoda, ésta es de 5 pisos y es bastante sencilla y sin grandes decoraciones como los que habíamos visto en Nikko.
Templo Kofuku-ji - Altar
Templo Kofuku-ji
En Nara, como ya habíamos visto en Miyajima, los ciervos caminan libres por las calles. A la salida del templo encontramos un pequeño puesto donde vendían galletas. Estas no son galletas normales, sino que son para los ciervos. Como vimos que había ciervos cerca compramos un paquete. Miriam intentó darle una galleta a un ciervo, pero éste era un poco avaricioso y las quería todas. A Miriam no le quedó más remedio que darle, una tras otra, todas las galletas hasta que acabó el paquete.
Ciervos
Templo Todai-ji
Antes de llegar a nuestro siguiente destino pasamos por un mirador. Además de poder ver unas vistas de gran parte de la ciudad de Nara desde aquí pudimos ver la pagoda del templo Kofuku-ji, donde acabábamos de estar. También pudimos ver el edificio principal del Templo Todai-ji, nuestro próximo destino.
Vistas del templo Todai-ji
Después de caminar unos minutos llegamos a la entrada del templo Todai-ji. Este templo fue construido en el año 743 por el emperador Shomu y contiene al buda más grande de todo Japón con 16,2 metros. Este templo pese a ser más pequeño que originalmente, debido a varios incendios, es la construcción de madera más grande del mundo. Además, este templo está considerado Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Antes de entrar hay una réplica de la mano del Gran Buda y pudimos comprobar lo grande que es. Al acceder al recinto ya pudimos ver la enorme estructura de este edificio, coronado curiosamente por una especie de cuernos dorados similares a los que llevan los samuráis en sus cascos.
Templo Todai-ji - Mano del Gran Buda
Conforme nos acercábamos a la entrada del templo íbamos viendo cada vez a más gente. En el anterior templo solo habíamos visto algunos colegios, pero ahora que ya era un poco más tarde parecía que la gente ya se había despertado. Hicimos algunas fotos más del exterior antes de entrar.
Templo Todai-ji - Exterior
Una vez dentro vimos unas de las curiosidades de este templo. Se trata de una columna de madera con un agujero en su parte inferior. Se dice que si consigues pasar por este agujero tendrás buena suerte. Había una gran cola para intentar pasar por el agujero y tampoco teníamos intención de intentar pasar, de modo que decidimos seguir con nuestra visita.
Templo Todai-ji
Dentro del templo primero vimos un Buda de cobre bastante grande, pero pese a su tamaño, no era el Gran Buda. Tuvimos que movernos un poco para ver el Gran Buda, que está situado en el centro de la sala. Éste está hecho de cobre y mide 16,2 metros de altura y eso que está sentado. Este Gran Buda de Nara mide unos 3 metros más que el de Kamakura.
Templo Todai-ji - Gran Buda
Antes de salir vimos que los niños de un colegio dejaban las mochilas en un rincón, es muy curioso porque todas eran exactamente iguales.
Templo Nigatsudo
Una vez visto el plato fuerte del día nos dirigimos hacía el templo Nigatsudo. Un pequeño paseo en el cual nos encontramos con más ciervos caminando tranquilamente por la calle hasta llegar al templo. Para llegar hay que subir un buen trecho de escaleras, acompañadas de unas grandes piedras puestas en vertical con inscripciones en japonés.
Templo Nigatsudo
Una vez arriba, Sergio siguió el ritual que nos enseñó hacía ya una semana (sí, ya llevábamos una semana en Japón) el señor Kazumi para purificarse. El templo tiene un altar donde se puede rezar y tocar la campana. No había mucho espacio por el que pasear de modo que dimos una pequeña vuelta y volvimos a bajar.
Templo Nigatsudo
Santuario Kasuga-Taisha
Todavía quedaba por ver el santuario Kasuga-Taisha, también considerado Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO. Este santuario es conocido por el gran número de lámparas que contiene. Además, éste tiene lámparas de diferentes tipos como cobre, piedra, etc. Una rápida vuelta nos bastó para ver la característica que diferencia a este edificio de otros templos. Se hacía tarde, de modo que después de ver las diferentes lámparas fuimos a buscar un sitio donde comer.
Santuario Kasuga-Taisha
Naramachi
Fuimos a la zona de Naramachi, donde hay mercadillos y restaurantes. Antes de localizar un lugar donde comer vimos que al principio de esta zona hay un estanque. Desde aquí pueden verse una pagoda y una pequeña caseta en la otra orilla del estanque.
Naramachi - Estanque
Después de unas fotos en este encantador lugar que hay en medio de la ciudad, fuimos a buscar un templo que hay por la zona. Fuimos paseando pero después de una media hora no conseguimos encontrar el templo, se había hecho tarde de modo que decidimos olvidarnos de este último y buscar un restaurante donde comer.
Encontramos un comedor tradicional con las típicas mesas bajitas. Para nuestra sorpresa debajo de la mesa hay un hueco donde meter las piernas y estar más cómodos. Miriam pidió un plato que traía un bol de udon con caldo y un bol de arroz con huevo y pollo. Sergio pidió un plato que venía con un bol de udon picante y un bol de katsudon. Todo muy bueno pero había demasiada comida y fue imposible acabarse los dos platos.
Comida en Nara - Udon y arroz con pollo
Comida en Nara - Udon picante y katsudon
Por la comida de hoy pagamos 1.690 yenes, algo que nos pareció muy económico teniendo en cuenta la cantidad de comida que nos pusieron. Con el estómago bien lleno volvimos al tren de vuelta a Kyoto.
Santuario Fushimi Inari-Taisha
Paramos a las afueras de Kyoto para ver el santuario Fushimi Inari-Taisha. Este fantástico santuario está situado en una pequeña montaña y está repleto de toriis. Estos están distribuidos a lo largo de los muchos senderos que ascienden por dicha montaña. El santuario fue construido en el año 711 y desde entonces se han ido poniendo más toriis. Cada uno es una donación que ha hecho una persona o una empresa al santuario. En función de la cantidad de la donación el torii es más grande o pequeño. Además, este lugar ha sido escenario de la película "Memorias de una Geisha".
El edificio principal del santuario se encuentra en la entrada, situada en la base de la montaña. Después de haber visto ya varios santuarios no es lo que más nos llamó la atención de este lugar. Lo que diferencia este santuario del resto es la gran cantidad de toriis. Por un lateral del santuario hay unas pequeñas escaleras donde empieza el ascenso a la montaña. Llevábamos subiendo únicamente unos pocos minutos cuando encontramos la famosa bifurcación. Pueden verse como dos caminos repletos de puertas se separan creando un fantástico efecto óptico.
Fushimi Inari-Taisha
Fushimi Inari-Taisha
Ir caminando por la primera parte de esta montaña da la sensación de ir por un túnel, esto es debido a la cantidad de toriis y su proximidad. Cuanto más se asciende más alejadas están las puertas una de otra. A media altura hay un mirador y paramos a ver las vistas de Kyoto. Por todo el camino había distribuidos pequeños altares y a diferentes alturas de la montaña volvimos a encontrarnos más máquinas expendedores. Es muy curioso ver estas máquinas en los lugares más inesperados. Empezábamos a estar cansados pero con esfuerzo conseguimos llegar a la cima. Esperábamos más vistas desde la cima pero únicamente había un pequeño altar. Descendimos tranquilamente intentando retener en la memoria las fantásticas imágenes que se ven al recorrer estos senderos. Finalmente, llegamos a la entrada y volvimos a la estación a coger el tren.
Fushimi Inari-Taisha
Fushimi Inari-Taisha
Nishiki Market
Cuando llegamos al centro de Kyoto todavía era pronto de modo que teníamos tiempo de visitar el Nishiki Market. Este mercado se sitúa paralelo a Shijo dori una de las calles principales. Este mercado está repleto de pequeñas tiendas a ambos lados de una calle peatonal. Hay un gran paseo principal donde se sitúan la mayoría de los puestos. El mercado continúa por pequeñas callejuelas que se internan perpendiculares al paseo principal y que contienen más tiendas.
Nishiki Market
Nos bastó con caminar un par de minutos para ver cosas sorprendentes. Había gran variedad de frutas y verduras que no habíamos visto nunca. También había alimentos cocinados de diferentes maneras y muy curiosas. Otra cantidad de productos envasados al vacío que eran nuevos para nosotros. En definitiva, a cada paso que dábamos veíamos algo que nos sorprendía por la novedad. Para los japoneses estos productos son típicos pero para nosotros eran totalmente nuevos.
Nishiki Market
Nishiki Market
Antes de volver al hotel aprovechamos para volver a Hanamikoji dori. El mercado está cerca de esta calle y Miriam tenía muchas ganas de ver más geikos y maikos. Eran aproximadamente de las 6 de la tarde, hora punta para ver a las geikos y maikos en esta calle. Se repitió el espectáculo de paparazzi, cuando ellas salían de las casas para entrar en los coches o cuando volvían de comprar. Conseguimos hacer unas cuantas fotos antes de volver al hotel.
Geikos y maikos
Onsen y cena
Volvimos pronto a nuestro hotel donde sabíamos que tenían un onsen pero que todavía no habíamos probado. Hoy teníamos tiempo de probarlo y decidimos bajar a tomar un bañito. Un onsen es un baño típico japonés donde hombres y mujeres se bañan por separado. En estos baños hay que meterse desnudos en el agua y por eso hay baños para hombres y baños para mujeres. Subimos a la habitación a buscar el kimono para bajar al onsen. Dentro hay una primera habitación con taquillas para dejar las pertenencias. Ya desnudos se entra en la siguiente habitación donde hay una gran piscina con agua muy caliente y unas duchas en la pared. Delante de cada ducha hay un taburete para sentarse mientras te lavas antes de entrar a la piscina.
En los baños de mujeres, Miriam se encontró a una mujer japonesa pero no era muy habladora. De modo que tomó tranquilamente su baño. Sergio se encontró a un japonés en el onsen. Éste aunque tardó un poco se acercó a hablar con Sergio en inglés. El señor japonés empezó a preguntar algo en inglés, pero no hablaba muy bien inglés y la conversación no duró mucho. Al final a Sergio se le hizo un poco incomoda la situación y decidió volver a la habitación. Con diferentes impresiones del onsen nos encontramos en la habitación.
Era hora de ir a cenar y decidimos volver al okonomiyaki del primer día. Estaba claro que este restaurante nos gustó mucho. La cena nos costó parecido a la primera vez, en este caso pagamos 3.380 yenes. En nuestra segunda cena en el okonomiyaki tuvimos una situación un tanto cómica. Los japoneses son muy amables y serviciales y el chico que nos cobró la cena fue corriendo desde la caja hasta la entrada para abrirnos la puerta, con tan mala suerte que se tropezó y casi se cae. El chico aguantó muy bien el tipo y nos hizo reverencias mientras salíamos. Era hora de volver al hotel a descansar, al día siguiente queríamos ver algunos templos que nos faltaban en Kyoto y hacer una visita rápida a Osaka.
