Día 3 (09/12/2023) - Béziers ➞ Le Barcarès ➞ Blanes
Béziers
Cuando despertamos fuimos a buscar pan a la panadería que había cerca del alojamiento como habíamos hecho el día anterior. En esta ocasión también pedimos dos cafés para llevar. Desayunamos tranquilamente en el apartamento antes de ducharnos y recoger todas nuestras pertenencias. Hoy teníamos que dejar el alojamiento en el que habíamos dormido las dos últimas noches. Llevamos nuestras maletas al coche, pero antes de irnos decidimos volver a subir hasta la catedral.
Pasamos junto a la iglesia de St Jude que desde fuera nos pareció un edifico bonito, pero en las dos ocasiones que pasamos por delante parecía estar cerrada. Subimos las escaleras como hicimos la primera noche, había un ascensor pero en este primer tramo no parecía funcionar. Cruzamos por el puente que lleva hasta el segundo tramo de escaleras. Desde aquí pudimos disfrutar de unas bonitas vistas de los alrededores, donde destacaban el río y el puente viejo. El ascensor del segundo tramo hoy funcionaba y aprovechamos para subir.
Béziers – Puente viejo
Llegamos a la catedral de Béziers, el edificio al que Liam seguía llamando castillo y al que quería entrar sí o sí. Al principio nos pareció que estaba cerrada, pero cuando ya nos íbamos a ir, vimos a un grupo de personas que entraban por una puerta lateral. Entramos y lo primero que vimos fue que había una zona que estaban reconstruyendo. El altar llamaba mucho la atención, así como su gran órgano.
Béziers - Catedral
Béziers - Catedral
Junto a la entrada había unas escaleras y Liam que estaba muy emocionado quiso subir. No acabábamos de entender que estuviese tan emocionado, pero no quisimos quitarle la ilusión de subir por las escaleras. Había bastantes escalones para llegar hasta arriba del todo, con una parada a medio camino en un balcón desde donde se veía, desde arriba, todo el interior de la catedral. Una vez arriba pudimos ver que subir tantos escalones había valido la pena. Las vistas desde lo alto de la torre eran espectaculares. Pudimos ver el tejado y torres de gran parte de la catedral. También pudimos contemplar casi todo el pueblo de Béziers, lo mejor era de nuevo el río con el puente viejo.
Béziers - Catedral
Béziers - Catedral
Cuando conseguimos descender, acabamos de recorrer el interior de la catedral. Vimos que había otra puerta que daba al claustro y salimos al exterior para recorrer su patio interior. Dimos una vuelta completa al cuadrado que conforma el claustro, mientras íbamos viendo las curiosidades de la arquitectura de la catedral.
Béziers - Catedral
Al salir de la catedral volvimos hasta donde teníamos el coche. Sin embargo, antes de subirnos fuimos al puente viejo que habíamos visto desde arriba. El puente estaba a pocos metros de nuestro coche y decidimos ir a verlo. Desde aquí había una de las mejores vistas del pueblo, donde destacaba la catedral situada en la cima de un montículo.
Béziers
Antes de abandonar Béziers fuimos con nuestro coche a ver las 9 esclusas, que se encuentran a las afueras del pueblo. Las esclusas son unos sistemas que sirven para salvar el desnivel que hay en el cauce del río, de este modo los barcos pueden circular por una parte del río donde hay un salto de agua. Su funcionamiento es muy sencillo, cuando el barco está en la parte baja, se pone en la esclusa y se cierran las compuertas. Entonces se llena de agua esta parte con lo que el barco sube unos metros. Haciendo esto con las 9 esclusas se consiguen salvar varios metros. Para descender se hace a la inversa, el barco se pone en la zona de la esclusa y se vacía el agua que hay en la zona, así se va descendiendo poco a poco.
Béziers - Las 9 esclusas
Béziers - Las 9 esclusas
Le Barcarès
Después de esta curiosa visita empezamos a deshacer el camino de vuelta a casa. Aunque teníamos reservada una última visita para la tarde de hoy. En los últimos años ha ganado mucha popularidad el mercado de Navidad de Le Barcarès y pensamos que era buena idea hacer una visita. El día anterior habíamos comprado las entradas que costaban 5€ por adulto. Al llegar vimos que había muchos coches y tuvimos que aparcar bastante lejos. Tuvimos que caminar unos pocos minutos para llegar a la entrada, donde vimos que había un poco de cola para llegar a las muchas taquillas que había para comprar entradas. Nosotros llevábamos las entradas compradas y fuimos directamente a la entrada. Aquí tuvimos que hacer una cola de unos 15 minutos.
Le Barcarès
Cuando entramos era ya mediodía y vimos que había varios restaurantes repartidos por el recinto. Dimos una pequeña vuelta antes de decidir entrar a comer en un restaurante marroquí. Pedimos un tajine y un cous cous para compartir, además de un pollo con patatas para Liam. La comida nos sorprendió muy positivamente, ya que los dos platos estaban muy buenos. Junto con la bebida y cafés pagamos un total de 49€.
Le Barcarès – Cous cous
Después de comer empezamos a caminar por el recinto del mercado de Navidad de Le Barcarès. No tardamos mucho en darnos cuenta de que el lugar no nos iba a enamorar, era todo demasiado artificial. Aunque como habíamos pagado la entrada y no teníamos nada más que hacer antes de volver a casa, nos dispusimos a pasear por las instalaciones. Primero vimos una zona donde había figuras que de noche se iluminaban. Había figuras de algunos personajes de cuentos infantiles, como el gato con botas, aunque tampoco podía faltar Papa Noel. Sin embargo, todavía era de día y solo vimos algunas figuras desde la entrada, antes de decidir que lo mejor sería volver más tarde, cuando cayese la noche.
Le Barcarès
Por ahora, preferimos dar una vuelta completa a todo el parque. Vimos que había un gran número de atracciones de feria y Liam empezó a decir que quería subirse en algunas de ellas. Primero quisimos dar la vuelta para ver todo lo que había, como una pista de patinaje sobre hielo o una sala de cine con una enorme cola para entrar, entre otros. Algunas de las actividades eran gratuitas, como el cine, en cambio otras había que pagarlas a parte, como la pista de patinaje y las atracciones de feria. Después de una completa vuelta al recinto, vimos que lo mejor era dejar que Liam se subiese a unas pocas atracciones.
Le Barcarès
Pasamos un par de horas dejando que Liam se subiese a algunas atracciones. Entre que elegía una y hacíamos la cola respectiva, iban pasando unos cuantos minutos. También había varias tiendas de juguetes y le compramos un coche para que se llevase de recuerdo. Entre una cosa y otra, se fue haciendo de noche, con lo que era buena idea volver a la zona donde había las figuras de luces.
Hicimos el recorrido completo por esta zona que para nosotros fue lo mejor de todo el recinto. Encontramos montones de figuras iluminadas y decoraciones navideñas. Algunas de las figuras no tenían nada que ver con la navidad, como unas de monstruitos, un cohete o un robot. Pero de todos modos, a Liam y la mayoría de niños que fuimos viendo les encantaban.
Le Barcarès
Le Barcarès
Aunque sin duda las mejores eran las que tenían forma de dibujos animados. Por ejemplo, pudimos ver la carroza de cenicienta o un Goofy gigante. Sin duda la zona que más llamaba la atención era una parte grande donde estaban Blancanieves y los 7 enanitos. Obviamente, también había figuras representando diferentes elementos de la Navidad, y no podían faltar figuras de Papa Noel.
Le Barcarès
Le Barcarès
Cuando salimos de las luces del mercado de Navidad de Le Barcarès, vimos que todo el recinto estaba a reventar de gente. Todavía teníamos unas dos horas para llegar a casa. Además, ya habíamos visto suficiente de este parque y pensamos que lo mejor sería ir saliendo. De camino a la salida, nos llamaron la atención varias figuras de Papa Noel que iban vestidas de diferentes partes del planeta, como pueden ser del País Vasco o Japón. Una vez fuera vimos que la cola para comprar la entrada era enorme, quizá de más de una hora solo para comprar la entrada. Nos pareció muy exagerado y que no se correspondía para lo que después te encontrabas dentro.
Le Barcarès
Había sido una escapada que en general había estado bastante bien. Sin llegar al nivel de los mercados de Navidad de la Alsacia, en general los mercados del sur de Francia nos habían gustado bastante. Seguramente el mercado de Navidad de Le Barcarès es lo que menos nos gustó de esta escapada, nos pareció demasiado artificial y con mucha aglomeración de gente. Por lo demás, nos parecieron muy bien los mercados de Narbona, Carcasona, Castres y Béziers.
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