Día 7 (28/01/2020) - Oporto ➞ Barcelona
Vuelta a casa
Sobre las 6 de la mañana venía un taxi a buscarnos para llevarnos al aeropuerto. Así que tuvimos que madrugar mucho para despedirnos de nuestro país vecino. Cuando salimos a la calle todavía era de noche y continuaba lloviendo. Subimos al taxi y en alrededor una media hora llegamos a la terminal. Íbamos un poco cargados con el equipaje, así que fuimos directamente a facturar el carrito y la maleta de Liam para ir un poco más descargados.
Habíamos llegado muy pronto y todavía faltaba un buen rato para que abriesen la puerta de embarque. Aprovechamos este tiempo libre para ir a desayunar a uno de los bares del aeropuerto. En estos locales nunca es barato comer, pero en esta ocasión tomamos un bocadillo y un café con leche cada uno por 9,85€, no fue excesivamente caro para ser un aeropuerto.
Torre de Belém
Después de desayunar, esperamos un rato hasta que informaron de cual era nuestra puerta de embarque y nos dirigimos hacia allí. El viaje de vuelta fue bastante divertido. Liam más despierto que en el viaje de ida y con su habitual sonrisa se ganó a todo el mundo. Incluso estuvo un rato jugando a esconderse con el respaldo del asiento con los señores que se sentaban detrás nuestro. Estaba claro que Liam había heredado nuestro gen viajero.
Habíamos pasado casi una semana en uno de nuestros países vecinos. En este tiempo no nos había dado tiempo de recorrerlo por completo, pero sí pudimos visitar sus dos principales ciudades, además de Sintra con sus palacios. Quedaron muchas regiones de Portugal por visitar, así tenemos una excusa para volver a este país que nos había sorprendido satisfactoriamente. Nos habían gustado mucho los lugares que visitamos, también su gastronomía y conocer la historia y aspectos de su cultura que desconocíamos. En definitiva, fue un viaje que nos gustó mucho y un país al que seguramente volveremos en el futuro.
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