Día 6 (27/01/2020) - Oporto

Oporto

Era nuestro último día para poder hacer visitas en Oporto y no queríamos desaprovecharlo. Durante la noche habíamos escuchado lluvia y sabíamos que tendríamos un día complicado para estar al aire libre. De todos modos no queríamos preocuparnos por el momento y bajamos a desayunar al comedor del hostal. El desayuno constaba de unas tortitas, bollería y mermelada, acompañado con zumo y café. A continuación, cogimos todo lo necesario, incluyendo paraguas y el cobertor para la lluvia del carrito de Liam y salimos a la calle.

Para empezar el día teníamos intención de bajar hasta la Ribeira del Duero. Para ello fuimos hasta la Sé de Oporto y bajar desde allí hasta el río. Por el camino cruzamos por la plaza de los aliados. Aquí vimos varias referencias británicas como son un buzón rojo y una cabina de teléfono roja. Como nos había explicado ayer nuestro guía, durante varios siglos ingleses y portugueses fueron aliados. Además, durante una época algunos ingleses se asentaron en esta zona del país para dirigir sus bodegas. Por estos motivos podemos encontrar estos tópicos británicos en Portugal.

 

Oporto

Oporto – Buzón rojo

Ribeira del Duero

Siguiendo los consejos que nos habían dado el día anterior, empezamos a descender hasta la Ribeira desde la Sé de Oporto. Empezamos a callejear por calles estrechas pero con mucho encanto. Al principio no vimos problema, pero al poco empezamos a encontrarnos que había muchas escaleras. Hacer este camino con el carrito no fue muy cómodo. Además, una vez habíamos empezado no pensamos que habría tantos escalones como acabamos encontrándonos. Tendríamos que haber mirado mejor como descender hasta el río, porque una vez abajo descubrimos que hay una calle ancha y sin escaleras que hubiera sido más cómoda. De todos modos, también hemos de decir que las calles por las que descendimos tienen más encanto y son más auténticas.

 

Bajando a la Ribeira 1

Bajando a la Ribeira

 

Bajando a la Ribeira 2

Bajando a la Ribeira

 

Al llegar abajo aparecimos directamente en la plaza de la Ribeira, que los bares llenaban con sus terrazas. Por ahora preferimos entretenernos mirando una fuente donde había una estatua y otra con un gran cubo que parecía flotar por la fuerza del agua. La lluvia nos estaba respetando la mañana y decidimos acercarnos hasta el río.

 

Plaza de la Ribeira

Plaza de la Ribeira - Fuente

 

Una vez junto al río disfrutamos de unas de las mejores vistas de la ciudad. Por un lado se encuentra el puente de Don Luis I, el cual une la ciudad de Oporto con Vilanova de Gaia. Mirando de frente encontramos esta villa llena de bodegas de nombre inglés. También hay muchos barcos a lo largo del río, la mayoría de ellos estaban parados en el muelle. Recorrimos parte del paseo buscando un bar donde poder hacer un café. Finalmente entramos en uno con una gran cristalera y con visas al río.

 

Puente Don Luis I 1

Puente de Don Luis I

 

Rio Duero 2

Vilanova de Gaia

 

Al salir del bar acabamos de recorrer el muelle y subimos por una calle hasta la plaza do Infante Dom Henrique. En esta ocasión no tuvimos que subir por ningunas escaleras. En esta plaza se encuentra la Iglesia de Sao Francisco, el Palacio de la Bolsa y el Mercado Ferreira Borges. Empezaba a llover mientras intentamos llegar hasta la iglesia. Al llegar vimos que había que pagar por entrar y decidimos seguir con el paseo. Decidimos probar con el palacio y vimos que también había que pagar para hacer una visita guiada. Por lo que habíamos leído la visita no valía tanto la pena como para pagar entrada y también declinamos entrar. Entramos en el mercado y vimos que estaba prácticamente todo cerrado. No habíamos tenido mucha suerte con esta plaza.

 

Plaza do Infante Dom Henrique

Plaza do Infante Dom Henrique

Comida

Había parado de llover y se acercaba la hora de comer. Queríamos ir a comer al café Santiago, donde nos habían dicho que hacen una de las mejores francesinhas de la ciudad. Una vez llegamos al bar, tuvimos suerte porque nos sentamos en la última mesa que quedaba libre. El local no era muy bonito pero tiene mucha fama y estaba lleno de gente. Pedimos una francesinha para cada uno y una cerveza, con lo que pagamos un total de 26,2€. Os estaréis preguntando que es una francesinha. El resumen es que es un plato muy calórico, se trata de un sándwich con ternera, salchichas, jamón cocido y mortadela, por si esto fuera poco se cubre con lonchas de queso, se le pone un huevo frito encima y le echan salsa de carne por encima. Además, para acompañar ponen un buen montón de patatas fritas. Vamos, que después de este plato teníamos energías para bajar y subir cuatro o cinco veces a la Ribeira con el carrito a cuestas.

 

Francesinha 1

Comida - Francesinha

Paseo por Oporto

Después de comer fuimos a dar una vuelta por el barrio de San Ildefonso. Al ser de día estaba todo abierto y había más gente por la calle que la noche anterior. Llegamos de nuevo hasta la capilla de las Almas que tanto nos había gustado el día anterior. Esta pequeña iglesia construida en el siglo XVIII no dejaba de sorprendernos. Se construyó en estilo neoclásico y en sus inicios no tenía sus característicos azulejos. Aunque son del estilo de los típicos del siglo XVIII no se pusieron hasta principios del siglo XX.

 

Capilla de las Almas

Capilla de las Almas

 

A continuación fuimos al mercado do Bolhao, o mejor dicho al lugar donde se encontraba provisionalmente. El edificio natural de este mercado se encontraba en obras y lo habían trasladado temporalmente a uno más moderno. Aquí venden carne, pescado, verduras, fruta y flores. No sabemos si lo que da encanto a este mercado es el edificio original donde estaba anteriormente, pero la verdad es que recorriendo el lugar provisional no nos llamó demasiado la atención. No tardamos mucho en dar una vuelta completa y salir de nuevo a la calle.

 

Mercado do Bolhao 1

Mercado do Bolhao

 

Bajamos recorriendo la rua de Santa Catarina, una de las calles más comerciales y animadas de la ciudad. Llegamos hasta la iglesia de Santo Ildefonso, que da nombre a este barrio de la ciudad. Así como la capilla de las almas, la fachada está cubierta de azulejos que le da un encanto especial. Continuamos hasta la plaza de la Batalha donde vimos el teatro Nacional. El día amenazaba de nuevo con ponerse a llover y no quisimos entretenernos demasiado, todavía queríamos hacer algunas visitas.

 

Iglesia de Santo Ildefonso

Iglesia de Santo Ildefonso

 

A los pocos minutos llegamos al puente de Don Luis I. Por la mañana lo habíamos visto desde la Ribeira, ahora tendríamos ocasión de cruzarlo por encima. Cuando estábamos llegando empezó a llover y solo pudimos recorrer parte de este puente que lleva hasta Vilanova de Gaia. Sin mucho tiempo para disfrutar de las vistas, sacamos algunas fotos del río Duero en ambas direcciones. Las vistas desde el puente son muy bonitas, pero la lluvia empezaba a apretar y no pudimos entretenernos mucho tiempo. Hacia uno de los lados pudimos ver gran parte de la ciudad de Oporto y también de Vilanova de Gaia, en cambio hacia el otro se veían pocas casas y mucha vegetación. Buscamos un bar donde tomar un café y cobijarnos durante un rato.

 

Vistas Puente de Don Luis I 2

Vistas desde el puente de Don Luis I

 

Vistas Puente de Don Luis I 3

Vistas desde el puente de Don Luis I

Torre de los Clérigos

Cuando la lluvia nos dio una tregua volvimos a la calle y fuimos a la última visita de nuestro viaje. No por ello la menos importante, ya que se trataba de una de las visitas estrellas de la ciudad, la Torre de los Clérigos. Este edificio fue construido a mediados del siglo XVIII en estilo barroco por la hermandad de los Clérigos Pobres. Con sus 76 metros de altura, está considerada como la construcción religiosa más alta de Portugal. Desde la cima hay unas de las mejores vistas de la ciudad y queríamos comprobarlo.

La visita se divide en dos partes, el museo y la torre. Nosotros queríamos visitar ambas y pagamos 6€ por persona por la entrada combinada. Empezamos por visitar el pequeño museo que recorre unas pocas estancias. En ellas hay objetos y cuadros de antiguos clérigos relevantes de esta iglesia.

 

Torre de los Clerigos 1

Torre de los Clérigos - Museo

 

Después de recorrer estas habitaciones se puede recorrer un balcón que rodea la sala principal de la iglesia. Desde aquí puede verse desde diferentes ángulos el interior de la iglesia y todos sus detalles. En las paredes hay muchas figuras religiosas pero sobre todo nos llamó mucho la atención el gran órgano que hay un uno de sus laterales.

 

Torre de los Clerigos 2

Torre de los Clérigos - Iglesia

 

Torre de los Clerigos 3

Torre de los Clérigos - Órgano

 

El recorrido no era muy largo y no tardamos en volver a la entrada. Había llegado el momento de subir los más de 200 escalones de la torre. Todavía teníamos energía de sobras con la francesinha que habíamos comido al mediodía. La subida cansa un poco pero vale realmente la pena. Al llegar arriba volvía a llover y era de noche, pero de todos modos las vistas eran impresionantes. Desde aquí puede verse toda la ciudad, hasta el Duero y Vilanova de Gaia. Al ser de noche pudimos contemplar Oporto iluminada. En la cima de la torre se pueden recorrer los 360 grados y vimos toda la ciudad.

 

Torre de los Clerigos 4

Torre de los Clérigos - Vistas

 

Cuando bajamos de la torre entramos a ver la iglesia. Antes la habíamos visto desde arriba y ahora la queríamos ver desde abajo. La sala principal es muy amplia y sin columnas en medio. Volvimos a sorprendernos con la gran cantidad de detalles religiosos. Al salir a la calle no quisimos despedirnos de uno de los edificios más importantes de la ciudad, sin antes contemplar la torre desde el exterior. Seguía lloviendo, aunque con menor intensidad y habíamos hecho todas las visitas que teníamos planeadas, de modo que volvimos al hostal.

 

Torre de los Clerigos 5

Torre de los Clérigos - Iglesia

 

Torre de los Clerigos 6

Torre de los Clérigos

Cena

Descansamos hasta la hora de la cena y aprovechamos para dejar las maletas preparadas. Al día siguiente vendrían a buscarnos muy temprano y teníamos que dejar el máximo de equipaje recogido. Mientras escuchábamos la lluvia caer empezamos a buscar donde cenar. Cerca del hostal había algunos restaurantes con buenas críticas y decidimos probar suerte en alguno de ellos. De modo que a la hora de cenar, pese a que estaba lloviendo, salimos a la calle para llegar hasta el Café Luso que se encontraba a unos cinco minutos. Pese a la corta distancia nos mojamos un poco porque ahora llovía con más intensidad.

El restaurante era muy grande y no estaba muy lleno, así que pudimos elegir sitio sin problemas para poder dejar el carrito de Liam. Era nuestra última cena en Portugal y no queríamos irnos sin comer otra vez una de sus múltiples recetas de bacalao. Pedimos un plato de bacalao para cada uno para probar otras dos variedades de este pescado. En total la cena nos costó 43,7€, no había sido ni mucho menos de las más económicas de viaje, pero habíamos cenado dos platos de pescado. Volvimos al hostal lo más rápido que pudimos, intentando mojarnos lo menos posible. No tardamos mucho en irnos a dormir para que a la mañana siguiente no nos costase mucho madrugar.

 

Cena 1

Cena - Bacalao

 

Día 5Día 7

 

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