Día 10 (19/03/2018) - Fox Glacier ➞ Franz Josef Glacier ➞ Greymouth ➞ Punakaiki

Fox Glacier

Hoy nos tocaba levantarnos pronto pero el motivo valía la pena. Desmontamos la cama y dejamos todo recogido después de desayunar. No sabíamos a que hora volveríamos de la excursión al glaciar y teníamos que abandonar el camping antes de las 10 de la mañana. Pensamos que lo mejor era dejar la autocaravana en otro lugar. Fuimos al Fox Glacier Guiding y justo al lado había un parking donde pudimos dejar el vehículo. Llegamos unos pocos minutos antes de las 7:30 de la mañana, con muchas ganas y preparados para la aventura.

Antes de empezar nos juntaron a todos los que íbamos a hacer la excursión a esta hora. Nos presentaron a los que iban a ser nuestros guías durante la expedición. Fiona, que parecía ser la responsable, empezó a explicarnos el funcionamiento. Nos pusieron un video donde también se explicaba todo. Desde el equipamiento que llevaríamos hasta como subir al helicóptero. Todas las explicaciones eran en inglés y más o menos entendimos todo. Además estaba Lucas, uno de los guías que era un chico argentino y con él pudimos resolver un par de dudas que nos habían quedado.

Después de las explicaciones nos dieron el equipamiento necesario. Pantalón, chaqueta, calcetines y botas, todo preparado para el hielo. Una vez arriba nos darían los crampones, palos y guantes. Cuando todos tuvimos puesto todo lo necesario, salimos a la calle y subimos a un autobús que nos llevó hasta un helipuerto. Vimos que el cielo estaba cada vez más nublado y tenía aspecto de ponerse a llover en cualquier momento. De todos modos, nos dijeron que íbamos a subir. Nos dividieron por grupos para ir subiendo poco a poco al glaciar. Nosotros subimos en el primer turno junto a Fiona.

 

Glaciar Fox 1

Fox Glacier - Helicóptero

 

Cuando llegamos arriba tuvimos que esperar a que llegara el resto del grupo. Mientras esperábamos, nos dieron los crampones y nos los fuimos poniendo. En el glaciar todavía se veía más nublado que abajo, pero la primera impresión de estar en un glaciar era impresionante. Alrededor nuestro todo era hielo, había que caminar unos pocos cientos de metros para llegar a una de las montañas que se elevaban a cada lado.

 

Glaciar Fox 2

Fox Glacier

 

Poco a poco fueron llegando nuestros compañeros de excursión. Cada vez que un helicóptero llegaba teníamos que agacharnos y no acercarnos a éste. Una vez estuvimos todos, acabaron de repartir los crampones, palos y guantes.

De nuevo volvieron a dividirnos por grupos, cada uno con un guía. A nosotros nos pusieron en el grupo de Lucas, porque era el único que hablaba español. Así entenderíamos mejor las explicaciones. Empezamos el recorrido por el hielo del glaciar. Al principio no fue cómodo caminar con los crampones porque requiere un poco de práctica, pero tampoco era excesivamente complicado. Lo más importante era clavar bien las puntas metálicas en el hielo. Como el tiempo no acompañaba decidimos guardar la cámara grande y hacer las fotos con la SJCAM, que además tiene protector para el agua.

 

Glaciar Fox 3

Fox Glacier

 

El recorrido que realizamos no duró mucho. Caminamos primero por una zona donde había alguna pequeña brecha en el suelo y había que ir con cuidado. Lucas nos dijo que teníamos que esperar un poco para poder continuar. Lo siguiente era acceder a una cueva de hielo (también llamados molinos), para ello lo haríamos en pequeños grupos de tres o cuatro personas. Con los que éramos nos dividimos en tres turnos. Nosotros entramos en el último con otras dos chicas.

Dentro de la cueva vimos que el hielo era más azul, a diferencia del exterior que era más bien blanco. Lucas nos explicó que esto se debía a que en el interior no da el sol. También vimos que había unas pequeñas manchas negras, como si fueran gusanos. El guía nos explicó que eran larvas de un tipo de mosca, la única capaz de vivir bajo el hielo. Fue una gran experiencia visitar una cueva de hielo.

 

Glaciar Fox 4

Fox Glacier – Dentro de una cueva de hielo

 

Cuando salimos de la cueva estaba empezando a llover. Otro guía vino a hablar con Lucas y le dijo que teníamos que volver. La lluvia iba a más y después sería muy complicado ir en helicóptero. Como habíamos hecho para subir, nos dividieron en grupos. En esta ocasión fuimos de los últimos en subir para volver al helipuerto.

Mientras esperábamos a que llegara nuestro turno, Ross (otro de los guías) se acercó y nos dijo que juntáramos los brazos al cuerpo y moviéramos arriba y abajo los hombros, como hacen los pingüinos. De esta manera combatíamos el frío al hacer circular la sangre. Al principio pensábamos que nos estaba tomando el pelo, pero después vimos que todos los guías lo hacían. Lo probamos y tenemos que decir que realmente funciona, por algo lo hacen los pingüinos.

Después de unos minutos nos tocó subir al helicóptero. Sergio iba sentado de copiloto y Fiona detrás de él. Ella cerró la puerta como a la ida, pero en esta ocasión no lo hizo bien. A medio camino la puerta se abrió y Sergio intentó sujetarla para que no se abriera del todo. Cuando el piloto lo vio, abrió la suya para que Sergio y Fiona pudieran cerrar la suya. El piloto tampoco se preocupó mucho por ir con la puerta abierta. Íbamos con los cinturones puestos y con eso era más que suficiente.

Al volver a tierra subimos de nuevo al autobús para regresar a las oficinas de Fox Glacier Guiding. Después de quitarnos la ropa que nos habían dejado, Lucas nos dijo que pasáramos por el mostrador a preguntar si nos devolvían parte del dinero por no haber completado la excursión. Tal como nos habían explicado el día anterior, si el helicóptero no aterrizaba en el glaciar nos devolvían el 50%, si aterrizaba pero estábamos menos de una hora sobre el hielo nos devolvían el 30%, pasada una hora no devolvían nada. Habíamos estado menos de una hora y por tanto nos devolvieron el 30% del total del importe.

Pese a que no habíamos completado la excursión, habíamos podido caminar unos minutos sobre el glaciar y visitar una cueva de hielo. Nos hubiera gustado estar más tiempo, pero estábamos contentos con lo que habíamos visto. Además, nos habíamos ahorrado una buena parte del importe. Antes de continuar, en las mismas oficinas tenían cafetería y tomamos un café para entrar en calor.

Franz Josef

Salimos y llovía con más intensidad que antes, suerte que habíamos bajado a tiempo. Lo mejor era ponerse en marcha dirección al norte. Cuando preparábamos el viaje tuvimos dudas entre visitar el Fox Glacier o el Franz Josef Glacier. Por tiempo nos cuadró mejor el primero. No era demasiado tarde, fuimos a ver si por casualidad en Franz Josef el tiempo estaba mejor y se podía subir al glaciar. Conforme nos acercábamos vimos que no íbamos a tener esa suerte, llegamos hasta el parking pero la lluvia era más fuerte que antes. De todos modos, con la visita a Fox Glacier estábamos satisfechos.

 

De Fox a Franz Josef

De Fox a Franz Josef

 

Llovía mucho y la mayoría de actividades en Nueva Zelanda son de exterior. En Franz Josef tienen el West Coast Wildlife Centre, un pequeño zoo donde viven unos pocos kiwis. Decidimos entrar a visitarlo y así hacer tiempo. La entrada era un poco cara, tuvimos que pagar 76NZD los dos. Pero no había mucho más por hacer con esta lluvia, además sería una de las pocas maneras de poder ver al famoso kiwi.

El lugar estaba dividido en varias salas. La primera estaba decorada con paneles informativos sobre el kiwi, las diferentes especies que había, sus depredadores y como vivían. Básicamente hay cinco tipos de kiwi y todos salen de noche, uno de los motivos por los que son difíciles de ver en libertad.

 

Bird wildlife 1

West Coast Wildlife Centre – Especies del kiwi

 

En la segunda sala es donde se encontraban los kiwis. En estos momentos solo había uno, tenían otros dos pero eran crías y las tenían a cuidado en otro lugar. En esta sala no podían hacerse fotos. Al principio nos costó un poco ver a este peculiar animal porque en la habitación había poca luz. Una vez conseguimos localizarlo estuvimos observándolo un poco y como se comportaba.

El resto del West Coast Wildlife Centre es una sala muy grande, donde explica un poco la historia del glaciar y de los animales que viven en la zona. Antes de salir, vimos que tras una cristalera tenían unos lagartos. Éstos se camuflaban muy bien y al principio nos costó bastante identificarlos.

 

Bird wildlife 2

West Coast Wildlife Centre - Lagarto

Lago Mapourika

Continuamos conduciendo hacia el norte por la S6. Al poco rato dejo de llover y llegamos al lago Mapourika. Decidimos parar a disfrutar de las vistas. El cielo seguía nublado y no sabíamos cuanto duraría la tregua. El paisaje desde este lago era muy bonito. Encontramos a otra pareja española que como nosotros se dirigían al norte. Cambiamos unas pocas impresiones del viaje antes de continuar la marcha.

 

Lago Mapourika 2

Lago Mapourika

Lago Ianthe

Al poco rato la lluvia volvió a hacer acto de presencia y no pudimos detenernos durante un tramo bastante largo. No nos detuvimos hasta pasada una hora, al llegar al lago Ianthe. Nos habían gustado más las vistas del anterior, pero las de este tampoco estaban mal.

 

Lago Ianthe

Lago Ianthe

Ross

La intención era llegar hasta Punakaiki a dormir y había algunos pueblos de camino que creíamos que podían ser interesantes. El primero fue Ross, donde había una antigua mina. Por desgracia, ésta estaba cerrada y no pudimos visitarla. Nos contentamos con ver que quedaba alguna casa al estilo del viejo oeste.

 

Ross

Ross

Hokitika

A continuación fuimos hasta Hokitika. Para llegar tuvimos que hacer un poco de cola. Había un tramo de carretera en obras y solo se podía circular en un sentido a la vez. Habíamos leído que desde este pueblo salían algunas rutas de trekking muy chulas. El día continuaba con lluvias intermitentes y empezaba a ser tarde para hacer rutas de más de una hora. Nos limitamos a cruzar Hokitika y ver el gran reloj que preside una de sus rotondas.

Shantytown

Por esta zona del país hay muchas minas y una de ellas está en Shantytown. Llegamos a las 17:30 y cerraban a las 18:00. La señora de la taquilla nos dijo que se necesitaba una hora para visitarlo todo, nosotros le dijimos que estábamos de paso y no tendríamos otra ocasión para visitarlo. La señora fue muy maja y nos cobró solo la mitad de la entrada, que en total fueron 20NZD.

Nada más entrar vimos que había la locomotora de un tren de vapor en funcionamiento. El pueblo en realidad es una reconstrucción de lo que fue en su día. Hay una calle con unas pocas casas al estilo del oeste, en cada una de ellas se representaba un negocio de la época. Dejamos esto para el final y seguimos el camino hacia la mina.

 

Shantytown 2

Shantytown – Locomotora

 

Shantytown 1

Shantytown

 

De camino a las minas, había una zona donde tenían unas bañeras que se utilizaban para limpiar el oro. Un señor te explicaba como se hacía y te dejaba probar, pero había que pagar y decidimos continuar. Antes de llegar a las puertas de las minas encontramos otras pequeñas construcciones de madera. Éstas se debieron utilizar como cobertizos para guardar las herramientas. Las puertas de las minas estaban tapiadas y solo podía verse la entrada.

 

Shantytown 3

Shantytown

 

Shantytown 4

Shantytown

 

Volvimos a la calle que habíamos visto al entrar y fuimos recorriendo algunos de los negocios de la época. Había tiendas de comestibles, una barbería y hasta un teatro. También vimos una iglesia, un hospital, una oficina de correos y una oficina de policía. La representación del pueblo tenía de todo, seguramente en su mayor momento de actividad sería más grande y tendría casas alrededor.

 

Shantytown 5

Shantytown

 

Shantytown 6

Shantytown

 

Antes de irnos vimos que un poco más apartada había otra zona. En ésta solo había tres o cuatro pequeñas construcciones de madera. Vimos que eran representaciones de negocios chinos, los letreros tenían letras en ese idioma. Como habíamos visto en Arrowtown, aquí también hubo una colonia asiática. Salimos cuando faltaban un par de minutos para que cerrasen. Habíamos conseguido hacer la visita en la mitad de tiempo, aunque seguramente nos dejamos cosas por ver.

Greymouth

La siguiente parada fue en Greymouth, un pueblo industrial. Lo único que vimos que valía la pena era la estación de tren y el paseo cerca del río. Nos entretuvimos unos minutos visitando esta zona y después fuimos al supermercado. En esta ocasión compramos en un Countdown, los precios eran parecidos a los del Pak'nSave.

 

Greymouth 1

Greymouth – Estación de tren

 

Greymouth 2

Greymouth - Paseo

Punakaiki

No faltaba mucho para el atardecer cuando llegamos a Punakaiki. El pueblo es tan pequeño que desde la carretera lo único que vimos fue un camping. Pero el objetivo de esta parada no era visitar la pequeña localidad. Nos detuvimos en un parking que estaba reservado para las autocaravanas y cruzamos a pie la carretera para ir en dirección al mar.

En esta zona hay unas formaciones rocosas muy interesantes. Hay un camino marcado para poder hacer un circuito circular. El trayecto no es muy largo, pero nos entretuvimos un buen rato viendo las Pancake rocks. Éstas reciben este nombre porque la pared parece que esté formada por una montaña de toritas puestas unas encima de otra.

 

Punakaiki 1

Pancake rocks

 

Punakaiki 2

Pancake rocks

 

Hay un punto del camino donde las olas llegan con fuerza y pegan contra la pared de manera que el agua se eleva mucho. Esto solo pasa a ciertas horas del día, en función de las mareas. Nosotros no tuvimos ocasión de disfrutar de este fenómeno. Hay un grupo de rocas que tienen formas de animales. Tienen un letrero explicando que se ve en cada una de esas rocas. Algunas de ellas están un poco forzadas, pero en otras se ve claramente lo que representan.

 

Punakaiki 3

Pancake rocks

 

Punakaiki 4

Pancake rocks

 

Cuando el sol estaba cayendo decidimos volver, el camino no estaba iluminado. Al llegar a la autocaravana vimos que había un animal cerca, pero no conseguimos acabar de identificar de que especie se trataba. Estuvimos un rato observando para ver si conseguíamos sacar una foto, pero no había buena luz.

Poco después de pasar Punakaiki encontramos un parking donde se podía hacer noche, solo si tenías baño en el vehículo. Era gratuito y como no necesitábamos recargar la batería no nos lo pensamos y nos detuvimos a pasar la noche. Apenas éramos unas pocas autocaravanas pasando la noche en este parking. Estábamos alejados de todo, así que, nos dispusimos a preparar la cena y pasar la noche.

 

Día 9Día 11

 

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