Día 5 (14/03/2018) - Pukaki ➞ Monte Cook ➞ Twizel ➞ Te Anau
Lago Pukaki
Despertamos poco antes de que saliera el sol, aprovechamos para levantarnos, coger la cámara y salir para ver el amanecer. A diferencia de la tarde del día anterior, esta mañana el cielo estaba despejado. Apenas había unas pocas nubes, hoy nada nos impediría tener unas excelentes vistas del lago Pukaki y sus alrededores.
Lago Pukaki - Amanecer
Cerca de la orilla había un pequeño montículo y pensamos que sería un buen lugar para subir y sacar unas buenas fotos. Algún otro viajero pensó lo mismo, pero apenas éramos 3 o 4 personas las que subimos, lo que lo convertía en uno de los lugares más tranquilos del parking. Estuvimos unos minutos disfrutando de uno de los mejores amaneceres que habíamos vivido y una de las mejores sorpresas del viaje.
Lago Pukaki - Amanecer
Lago Pukaki - Amanecer
Aunque el cielo estaba bastante despejado, el Monte Cook no dejaba verse. Esperamos a ver si las pocas nubes que quedaban se iban y dejaban ver el monte, pero no tuvimos suerte. Tendríamos que esperar unas horas a estar más cerca para poder ver el pico más alto de Nueva Zelanda.
Lago Pukaki - Amanecer
Lago Pukaki - Amanecer
Después de este despertar que nos había dejado tan buenas sensaciones, volvimos a la autocaravana a tomar algo de desayunar y un café soluble. Para hoy teníamos planificado uno de los días con más kilómetros por recorrer, a eso había que sumarle que habíamos dormido a una buena distancia de donde teníamos pensado. Esto hacía que seguramente el trayecto de hoy sería el más largo de todo el viaje. No había tiempo que perder y nos pusimos en marcha hacia Aoraki.
Por mucha prisa que tuviéramos, los paisajes de Nueva Zelanda no nos permitían ir más rápido. Un viaje a este país es diferente a la mayoría en este sentido. Evidentemente están las visitas estrellas, pero como se suele decir, lo importante no es el destino sino el camino. Aunque en este caso el destino es importante, el camino también y no nos lo queríamos perder.
Del Lago Pukaki al Monte Cook
Del Lago Pukaki al Monte Cook
De camino nos detuvimos en más de una ocasión. Desde la carretera había varios miradores desde donde ver diferentes perspectivas el lago Pukaki. Hoy con más sol que el día anterior, el color azul turquesa del embalse era mucho más llamativo. Era casi imposible no detenerse unos minutos para sacar unas fotos.
Del Lago Pukaki al Monte Cook
Conforme íbamos acercándonos a nuestro destino, fuimos distanciándonos del lago para adentrarnos poco a poco en los Alpes neozelandeses. El paisaje cambiaba bastante y el cielo estaba muy despejado, pero hacía mucho aire y lo notamos en la conducción. No podíamos ir demasiado rápido porque el aire hacía que la autocaravana se moviese ligeramente. Un poco más tarde de lo esperado llegamos a nuestro destino.
Del Lago Pukaki al Monte Cook
Monte Cook
Al llegar a Aoraki lo primero que hicimos fue ir a la oficina de turismo, o como los llaman en Nueva Zelanda, Department of Conservation. Entramos a preguntar para saber donde empezar el recorrido y donde se podía dejar la autocaravana. Nos dijeron que había un parking gratuito y desde allí mismo se podía empezar a caminar. Estaba a apenas unos 5 minutos.
Hoy era uno de esos días marcados en rojo en el viaje. Íbamos a ver el Monte Cook, uno de los iconos del país maorí. Esta montaña es el pico más alto de Nueva Zelanda con 3.764 metros de altitud. Para llegar a verlo había que recorrer la Hooker Valley Track que cruza el parque nacional Aoraki/Mount Cook, considerado Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO. Además, este parque aparece en algunas escenas de la película de "El Señor de los Anillos".
Aparcamos en la zona habilitada para caravanas y cogimos lo necesario para la caminata. Habíamos leído que son unas 3 horas de recorrido, incluyendo ida y vuelta. Además de la cámara, metimos agua y algo de fruta en la mochila por si nos entraba hambre. Para el viaje teníamos panificadas 3 excursiones a pie, ésta era la primera y la más suave de ellas. Por lo que habíamos investigado no había mucho desnivel, aunque no dejaban de ser unas 3 horas de recorrido.
Pese al sol y ser el final del verano austral, estábamos en zona de montaña, los picos estaban nevados y hacía mucho aire. No hacía calor y además de llevar pantalón largo, también cogimos la chaqueta. Por lo menos al principio del recorrido nos haría falta, antes de entrar en calor.
Hooker Valley Track
Pocos metros después de comenzar a caminar hay un pequeño desvío. Aquí hay una roca donde Freda Du Faur, la primera mujer en escalar el Monte Cook, se hizo la foto antes de empezar el ascenso. Unos metros más adelante unas escaleras llevan al Alpine Memorial. Un monumento dedicado a los escaladores que murieron intentado subir al Monte Cook.
Hooker Valley Track - Alpine Memorial
Después de esta corta parada empezaba la excursión propiamente dicha. El camino durante esta primera parte del trayecto fue sencillo. Sin apenas subidas y atravesando una zona de pradera. Las montañas se veían en el margen izquierdo, todavía no estábamos rodeados de montaña por todos lados.
Hooker Valley Track
No tardamos mucho en llegar a la segunda parada del trayecto, tan solo unos 15 o 20 minutos después. Desde el mirador pudimos observar el lago Mueller. Éste no era ni mucho menos tan grande como los que habíamos visto el día anterior, pero la vista de la montaña al fondo era maravillosa.
Hooker Valley Track – Lago Mueller
A continuación, llegamos al primer puente colgante de la Hooker Valley Track. En total pasamos por 3 de este tipo. Antes de cruzarlos hay una señal que indica el número máximo de personas que pueden cruzar a la vez. Nos gustaron mucho este tipo de puentes y tomamos muchas instantáneas. En el primero de ellos nos entretuvimos un poco más por la novedad. Desde aquí había una vista magnífica del río Hooker. Al cruzarlos se nota el movimiento, sobre todo si hay más gente pasando a la vez.
Hooker Valley Track – Puente colgante
Hooker Valley Track – Río Hooker
Continuamos con nuestro paseo y el terreno empezó a cambiar al adentrarnos entre las montañas. Comenzamos a ver que había subidas, aunque no eran muy pronunciadas hacían que el paso fuese más lento. Llegamos a otro mirador donde había un par de mesas con bancos, era un merendero en mitad de la Hooker Valley Track. Hicimos otra corta parada para disfrutar de las vistas.
Hooker Valley Track
El siguiente tramo del recorrido discurría sobre una plataforma que cruzaba la pradera. En esta zona notamos que hacía más viento que cuando habíamos comenzado y el cielo se estaba nublando. En el margen izquierdo, había montañas altas con picos nevados y en algunos de ellos pudimos ver glaciares. En la parte derecha teníamos otras menos altas y más verdes, por las cuales discurrían pequeños arroyos de agua que caían desde la cima.
Hooker Valley Track
Hooker Valley Track - Glaciar
Tardamos más de hora y media en llegar al lago Hooker. La excursión tenía su recompensa y era poder disfrutar de este embalse de agua. En éste flotan pequeños icebergs que se desprenden del glaciar Hooker, que está en el otro extremo. Por desgracia, cuando llegamos al final del camino el cielo estaba nublado y apenas podía verse la masa de hielo. Mucho más complicado era ver el Monte Cook, situado justo detrás.
Hooker Valley Track – Lago Hooker
Al llegar había otro pequeño merendero que estaba lleno de gente. Nosotros preferimos bajar hasta la orilla del lago para verlo de cerca y tocar los icebergs. Así también hacíamos tiempo por si se despejaba el cielo y nos permitía unas mejores vistas del lugar. Pasado un rato, volvimos a subir al merendero y aprovechamos para descansar un poco, mientras comíamos la fruta que llevábamos en la mochila.
Hooker Valley Track – Lago Hooker
La vuelta fue más rápida. Por un lado, el trayecto era de bajada y por otro, no nos detuvimos tanto para hacer fotos. Solo hicimos unas pocas paradas. El motivo fue que cuando nos alejábamos del lago Hooker, el cielo empezó a despejarse y por fin, la cima del Monte Cook se dejaba ver. Aprovechamos los momentos en que se veía para sacar fotos desde diferentes puntos del camino.
Hooker Valley Track - Monte Cook
La Hooker Valley Track sería sin duda uno de los mejores momentos del viaje. Habían valido mucho la pena las 3 horas de recorrido. No había sido muy cansado y las vistas eran impresionantes. El único pero fue no encontrarnos el cielo más despejado al llegar al final del trayecto. Pero esto solo depende de las nubes que se encuentran al llegar a esa zona.
Después de esta buena experiencia volvimos a la autocaravana para ponernos en marcha. Teníamos muchos kilómetros por delante. Queríamos llegar hasta Te Anau, situado a más de 400 kilómetros de distancia. Lo primero fue deshacer el camino que habíamos recorrido por la mañana y antes de llegar a la presa del lago Pukaki desviarnos para ir hasta Twizel.
El camino de vuelta fue más rápido, a la ida habíamos sacado muchas fotos. Aun así, hicimos alguna parada para sacar más instantáneas de este lago que tanto nos había gustado.
Lago Pukaki - Del Monte Cook a Twizel
Twizel
Hicimos parada en Twizel para comprar en el supermercado, poner gasolina y comer. Nos detuvimos en una gasolinera que había en el pueblo. No teníamos muy claro cual era la manguera que necesitábamos para repostar y tuvimos que preguntar al chico que trabajaba allí. Llenamos el depósito por 93,10NZD (unos 55€ al cambio). Estacionamos el vehículo unos metros más adelante. Al llegar no teníamos muy claro si hacer la comida en nuestra casa con ruedas o comer en un restaurante. Nos decantamos por la segunda opción.
Caminamos hasta la plaza central donde había algunos locales. Decidimos entrar en uno para comer, pero nos dijeron que era tarde y ya no servían comidas. Eran solo las dos de la tarde pero para los neozelandeses ya era tarde para comer. Nos dijeron que había otro restaurante un poco más adelante donde servían comida todo el día. Sin pensarlo fuimos a preguntar y nos dijeron que a esta hora solo tenían pizzas. Pedimos una para cada uno y también un par de cervezas que nos recomendó la camarera. Comprobamos que comer en restaurante no era nada económico en este país. Dos pizzas y dos cervezas nos costaron 59NZD (unos 35€) al cambio.
Comida
Después de comer pasamos por el supermercado para comprar agua y un par de cosas más que necesitábamos. Antes de volver a la autocaravana, llamamos a la agencia con la que habíamos reservado la visita a Milford Sound para el día siguiente. Durante el viaje comprobamos que en Nueva Zelanda, por norma general, se ha de confirmar la reserva a las excursiones, visitas o actividades.
Nos dispusimos a continuar con la maratón de kilómetros que teníamos para hoy. Empezábamos a notar que ir mal de tiempo iba a ser una constante en este viaje. El límite de velocidad de 100 km/h que marcaba la carretera y con la que hace sus cálculos Google Maps, no es a la que se puede ir en muchos tramos, ya sea por las curvas, las zonas montañosas o el viento. Lo que hacía que el tiempo que traíamos estimado desde casa se incrementase y no pudiéramos entretenernos mucho.
Clay Cliffs
De camino a Te Anau teníamos un par de paradas más, una para ver las Clay Cliffs y otra para ver los viñedos de Cromwell. La segunda ya veíamos que no nos daría tiempo, llegaríamos cuando ya sería de noche y no podríamos hacer la visita. De todos modos, la primera pudimos hacerla y ese fue nuestro siguiente destino.
Para llegar había que tomar un desvío de la carretera principal antes de llegar al pueblo de Omarama. Este trayecto era de algo más de 10 kilómetros. Los primeros de ellos eran por una carretera secundaria, no en muy buen estado pero estaba asfaltada. Los últimos 6 o 7 kilómetros eran por camino de tierra. Con la autocaravana no sabíamos si atrevernos a recorrer este tramo. La chica de Britz nos había dicho que el seguro no cubría en este tipo de caminos.
Había muchos baches pero poco a poco fuimos avanzando. Llegamos a una valla con un letrero que decía que había que depositar 5NZD en una caja para poder pasar. No había nadie vigilando y podríamos haber pasado sin pagar, pero nos parece excelente que haya una sociedad que pueda confiar en que la gente pague sin necesidad de vigilancia. Pagamos nuestros 5NZD y abrimos la puerta para pasar.
Al final del camino había una zona habilitada para estacionar el vehículo. Las Clay Cliffs son unas formaciones rocosas muy peculiares. Éstas están formadas por capas de grava y limo, se formaron hace más de un millón de años por el flujo de antiguos glaciares.
Clay Cliffs
Clay Cliffs
Paseamos por el camino que discurre cerca de estas curiosas formaciones. De cerca podía verse que había diferentes capas que creaban estas montañas. Llegamos hasta un paso entre dos montículos. Aquí es donde esta zona nos pareció más impresionante, pudiendo llegar a tocar estas formaciones. A continuación, deshicimos el camino para volver a nuestra autocaravana.
Clay Cliffs
Clay Cliffs
Todavía quedaban un par de horas de luz, pero el cambio horario volvía a afectar a Sergio. El jet-lag le afectaba por tercer día seguido. El resto del trayecto le tocaría conducir a Miriam. El paisaje en este trayecto hasta Te Anau era muy parecido al que habíamos visto durante el día anterior. Un manto verde cubría zonas montañosas a ambos lados de la carretera.
Cuando estábamos llegando a Cromwell, según el plan que traíamos desde casa, teníamos que dirigirnos hacia Queenstown. Abandonando la S8 y cogiendo la S6, la cual recorrimos casi entera de sur a norte en los próximos días. Pero según el GPS que llevábamos en la autocaravana teníamos que seguir por otra carretera. La segunda opción eran unos cuantos kilómetros más y casi una hora más lenta que la primera. No sabíamos muy bien que hacer, pero seguimos las indicaciones del GPS.
Llevábamos solo unos pocos kilómetros cuando la carretera empeoró y vimos que por ésta tardaríamos mucho en llegar a Te Anau. Decidimos dar la vuelta y volver por nuestra idea inicial. Justo antes de llegar a Queenstown la carretera continuaba dirección a nuestro destino. A los pocos minutos pasamos por un puente que cruzaba el río Kawarau y que estaba en obras, regulado por un semáforo ya que solo había un carril. Este era el motivo por el cual el GPS nos enviaba por el otro lado, pero no perdimos casi nada de tiempo.
Durante el trayecto y como habíamos visto durante el poco tiempo que llevábamos en el país, vimos varios conejos atropellados en medio de la carretera. Nos sorprendió ver tal cantidad de estos animales muertos, sobre todo porque no había cadáveres de ningún otro tipo de animal. Empezaba a intrigarnos, pero estábamos seguros de que tarde o temprano entenderíamos el motivo.
Te Anau
Para llegar hasta Te Anau circulamos por una carretera que discurre al borde del lago Wakatipu. Ya era de noche y no se veía demasiado, dejamos las fotos para el día siguiente. Cuando llegamos a la ciudad era muy tarde y estaba todo cerrado. Habíamos recorrido una gran distancia desde Twizel y habíamos leído que hasta Milford no había gasolineras. Así que lo primero que hicimos fue repostar. Estuvimos dando unas pocas vueltas por Te Anau para encontrar un camping, pero estaban cerrados. Nos detuvimos en un parking donde no estaba permitido hacer noche pero donde pudimos cenar.
Mientras cenábamos miramos en la aplicación CamperMate, para ver si había algún camping del DOC cerca donde poder hacer noche. Vimos que camino de Milford había un par y decidimos ir a ver si había sitio. Para cuando llegamos al parking eran cerca de las 12 de la noche. En los campings del DOC hay un letrero a la entrada donde explican como funciona. Había que coger el ticket del parking. Solo hay que rellenarlo y separar las dos partes. Una de ellas va con el dinero en la bolsita con la que viene y que hay que meter en el buzón, en este camping tuvimos que pagar 26NZD. La otra parte se deja en la autocaravana. Este lugar solo está habilitado para hacer noche y tiene baños. Al día siguiente teníamos reservado el bote para ver Milford a las 9 y media de la mañana, así que tendríamos que madrugar.
Camping del DOC – Letrero y buzón para pagar
Camping del DOC - Ticket
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