Día 10 (20/04/2015) - Lago Titicaca (Amantaní ➞ Taquile ➞ Puno ➞ Cusco)

Isla Amantaní

Despertamos en la pequeña casa de la isla de Amantaní. Estar en esta isla era realmente como estar en el fin del mundo. La población no debía de llegar a los 100 habitantes y no había cobertura móvil. Además, la única comunicación con el resto del mundo era la información que traían los barcos que llegan a la isla. Habíamos dormido plácidamente sin escuchar nada más que la lluvia que había caído durante la noche.

Cuando vino a avisarnos la señora Catalina bajamos a desayunar. Nos había preparado un poco de pan con queso. También teníamos café soluble y Cola Cao que habían traído de Puno. Teníamos que estar en el muelle a las 9, de modo que nos dimos prisa en volver a la habitación y recoger nuestras cosas. Hoy íbamos a visitar la isla de Taquile y después volveríamos a Puno. Si teníamos tiempo iríamos a ver las chulpas de Sillustani.

Tocaba despedirnos de la familia que muy amablemente nos había acogido durante un día en su casa. Nos despedimos de la señora Catalina y bajamos con el señor Teodosio hasta el muelle. De camino al muelle vimos más puertas en forma de arco pero en mejores condiciones que en el Pachatata. También nos hicimos algunas fotos con el señor Teodosio. Con la señora Catalina no pudimos hacernos ninguna foto, ya que, como muchas de las personas de la isla, creía que las fotos le atrapaban el alma y respetamos sus creencias.

 

Isla Amantani 1

Despedida de las familias de Amantaní

 

Al llegar al muelle vimos que ya había llegado bastante gente pero no éramos los últimos. Estuvimos un rato hablando con la gente de Amantaní hasta que llegó la hora de irse y tuvimos que despedirnos. Nos hicimos una última foto con el señor Teodosio y nos dio la dirección para que se la hiciéramos llegar.

 

Isla Amantani 3

Despedida de las familias de Amantaní

 

Isla Amantani 2

Despedida de las familias de Amantaní

Isla Taquile

El trayecto desde la isla Amantaní hasta la isla Taquile duró alrededor de media hora. Por el camino Miriam fue haciendo amistad con otros miembros del grupo, con Laura y Maureen, dos hermanas francesas, aunque Laura vivía en España y con Thierry, un chico peruano que estaba recorriendo su país.

Al llegar a Taquile vimos que como en Amantaní todo era cuesta arriba. Nuestro guía nos dijo que fuéramos subiendo y que quedábamos arriba en la plaza, cogimos lo imprescindible y empezamos a subir. Por el camino encontramos más puertas en forma de arco y todas ellas en buen estado. La subida no se hizo tan dura como en Amantaní, ya nos estábamos aclimatando a la altitud. Tardamos aproximadamente media hora en llegar arriba y encontrar la plaza, buscamos una zona donde poder sentarnos y esperamos al resto del grupo.

 

Isla Taquile 1

Isla Taquile

 

Isla Taquile 2

Isla Taquile - Plaza

 

Mientras esperábamos estuvimos viendo las curiosas vestimentas de las gentes de la isla. Todos los hombres vestían de la misma manera, con un pantalón negro, una camisa blanca y un chaleco negro, algunos también llevaban una chaqueta negra. Las mujeres también vestían todas iguales, con los vestidos típicos de los andes. Los niños y niñas también iban vestidos con las ropas típicas andinas. Cuando alguien les hacía una foto a los niños, estos ponían la mano pidiendo dinero, estaban muy bien enseñados. Cuando ya estuvimos todos, nuestro guía nos explicó que era lo que podíamos ver en la zona y que teníamos una hora para visitarlo.

 

Isla Taquile 3

Isla Taquile - Plaza

 

Isla Taquile 4

Isla Taquile

 

Seguimos las indicaciones de nuestro guía y subimos a un edificio de dos plantas que había en la plaza. Desde la terraza había una vista de casi toda la isla y a simple vista era muy parecida a Amantaní.

 

Isla Taquile 5

Isla Taquile

 

También entramos en la parte baja del edificio que era un pequeño mercadillo, vendían prendas típicas peruanas, como ponchos y chullos hechos a mano por la gente de la isla. El arte textil de Taquile está considerado Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO. Finalmente, entramos en otro edifico que era un pequeño museo. Éste estaba lleno de fotos que mostraban un poco la historia de la isla. En la zona central tenían una maqueta de la isla donde pudimos ver como estaban distribuidas las casas.

 

Isla Taquile 6

Isla Taquile

 

A continuación, nuestro guía nos llevó a un restaurante donde después comeríamos. Antes de comer nos harían una demostración de como hacían jabón natural. En la isla crece una planta, el Chukjo, con el que fabricaban su jabón natural y que servía tanto para lavar la ropa como para limpiarse ellos mismos. La gente de la isla se lavaba la cabeza toda su vida con este jabón y no vimos ni un solo hombre calvo ni con el pelo blanco (¿casualidad?). Un señor nos enseñó como era la elaboración de este jabón, se ponía un poco de agua y se machacaba con una piedra. El jugo que sacaba la planta era el jabón. Nos hicieron una demostración con un trozo de lana bastante sucia y después de meterlo en un barreño con agua y este jabón, el trozo de lana salió blanco. Un señor mayor que venía en nuestro grupo y que tenía el pelo blanco cogió un poco y se lo puso en la cabeza, después pregunto si ya tenía el pelo negro y todos reímos.

 

Isla Taquile 7

Isla Taquile - Elaboración de jabón natural

 

Isla Taquile 8

Isla Taquile - Elaboración de jabón natural

 

En el restaurante ofrecían buffet para turistas y no era precisamente barato. Además, era bastante pronto y no teníamos hambre. Nuestro nuevo amigo Thierry, como buen peruano conocía sitios donde comer por solo 3 soles. Con él, Laura y Maureen, volvimos a la plaza y esperamos a que el resto comiera.

Después de que nuestros compañeros de viaje acabaran de comer volvimos al muelle. La bajada fue toda por escaleras y aunque en principio parecía que no cansaba, después de bajar tantos escalones las piernas lo notaban. De nuevo, volvimos a ver puertas en forma de arco mientras descendíamos hasta el muelle.

 

Isla Taquile 10

Isla Taquile - Bajando al muelle

 

Isla Taquile 9

Isla Taquile - Arco

 

Al llegar al barco tuvimos que esperar a que llegáramos todos para ponernos en marcha de vuelta a Puno. Justo cuando íbamos a salir con el barco tuvimos un pequeño accidente. Otro barco que estaba junto al nuestro salió antes que nosotros, con tan mala suerte que un palo que sobresalía rompió la ventana donde estaba sentado Sergio. Por suerte, Sergio tuvo buenos reflejos y se apartó rápido, aunque el golpe de su cabeza con el hombro de Miriam dobló un poco las gafas. Forzándolas un poco pudimos dejarlas bien. Fuimos al exterior mientras limpiaban y cuando acabaron salimos hacia Puno. Decidimos que era mejor quedarnos en la parte de fuera disfrutando del paisaje y del buen día que hacía.

Puno

Al llegar a Puno lo primero que hicimos fue ir al hotel Balsa Inn a buscar nuestra ropa con Laura y Maureen, y quedamos con Thierry en la plaza de armas. Hasta las 22:00 no salía nuestro autobús en dirección a Puno, de modo que preguntamos si nos podían guardar las cosas. No solo no nos pusieron ningún problema sino que además dejaron que Laura y Maureen también dejaran las mochilas.

Cuando nos reunimos con Thierry fuimos en busca de un sitio donde comer como auténticos peruanos. El cielo hacía un rato que se había nublado y ahora empezaba a llover, de modo que nos dimos prisa en encontrar un sitio donde comer, aunque no fue sencillo. Encontramos un pequeño restaurante donde comimos por 3 soles, un primer plato de sopa con quinoa y un segundo plato de arroz con pollo. No sería la mejor comida del viaje, pero por 3 soles nos supo bastante bien. La lluvia había apretado bastante y se nos había hecho un poco tarde, de modo que descartamos ir a ver las chulpas de Sillustani.

Como todavía quedaban unas pocas horas para que saliera nuestro autobús fuimos a dar una vuelta por Puno. Fuimos al mercado que era un edifico cubierto para cobijarnos de la lluvia mientras hacíamos una rápida visita. El mercado era bastante curioso, aunque ver como tenían puesta la carne sobre los mostradores, sin ninguna refrigeración, nos hizo replantearnos si volver a comer carne durante el viaje. También había puestos que vendían ropa y otros que vendían frutas y verduras. Thierry nos invitó a un dulce típico peruano que estaba bastante bueno. La lluvia nos dio una tregua y fuimos a la calle que habíamos visto al llegar a Puno y que estaba llena de locales. Entramos en un bar a tomar algo para hacer tiempo hasta que saliese el autobús.

Cuando llegó la hora nos despedimos de Thierry que pasaría la noche en Puno y nos fuimos con Laura y Maureen a buscar las mochilas. En la estación nos despedimos de las dos hermanas, ellas iban a Arequipa y nosotros a Cusco. Para hoy, habíamos vuelto a coger asientos VIP y esperábamos tener más suerte que en el viaje nocturno anterior y poder dormir un poco más. El viaje duraba seis horas y media hasta llegar a la antigua capital de los incas.

 

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