Día 8 (31/08/2023) - Saranda ➞ Blue Eye ➞ Mesopotam ➞ Saranda
Saranda
El segundo día que despertamos en Saranda tuvimos más suerte que el primero. Por un lado, fuimos a buscar un bar para desayunar y encontramos uno donde tenían una mayor oferta con sándwiches de varios tipos. Por otro lado, miramos la previsión del tiempo y era de sol todo el día en toda la región. De modo que para desayunar pedimos zumos, sándwiches y cafés, cada uno lo que quiso pagando un total de 2600 lekes, al cambio unos 24€.
Para hoy teníamos dos posibles visitas, una era el Blue Eye y Mesopotam, la otra era las ruinas arqueológicas de Butrint. Ambas opciones las podríamos combinar con ir a alguna playa. Aprovechando que la previsión para hoy era de buen tiempo, quisimos ir al Blue Eye donde quizá podríamos bañarnos. Mientras volvíamos al coche pudimos ver que unas señoras tenían montado un pequeño mercadillo de verduras en medio de la calle, algo que nos pareció muy curioso.
Saranda
Blue Eye
Desde Saranda tardamos unos 45 minutos en llegar hasta el Blue Eye. Nada más llegar vimos que hoy encontraríamos a mucha gente. El parking estaba muy lleno y había que pagar 200 lekes por dejar el vehículo. Empezamos a caminar y a los pocos minutos pasamos por la taquilla de entrada, donde tuvimos que pagar 50 lekes por persona. Cruzamos por una pequeña presa donde empezamos a ver las aguas que provienen del Blue Eye.
Blue Eye
Hay que caminar aproximadamente 30 minutos desde el parking para llegar hasta el Blue Eye. Después de la caminata por una calle asfaltada, aunque llena de subidas y bajadas, llegamos al Blue Eye. Primero de todo, tuvimos que cruzar un río para adentrarnos en una zona boscosa. Había gran cantidad de vegetación y el camino era muy estrecho. Como había tanta gente, era casi imposible no cruzarnos con personas que ya se iban, con lo que había que detenerse para que unos u otros pudiésemos pasar.
Blue Eye
Finalmente, conseguimos llegar al Blue Eye. Nada más llegar vimos que había muchísima gente y que esto no es sostenible a largo plazo. Queríamos comprobar si el agua estaba tan fría como dicen en un letrero que hay a la entrada, se indica que el agua está a 12º constantes. Poco a poco todos nos fuimos metiendo, aunque solo hasta las rodillas. Pudimos comprobar que realmente el agua está helada. Pasamos unos minutos con los pies en el agua, la verdad es que tampoco se podía aguantar mucho tiempo con esa temperatura.
Blue Eye
Blue Eye
A continuación, fuimos a una zona elevada desde donde se podía ver el Blue Eye desde arriba. Antes lo habíamos visto desde el otro extremo, pero ahora desde arriba se podía ver bien. El Blue Eye es un agujero del que brota agua y lo hace con mucha fuerza. Durante el rato que estuvimos fuimos viendo como algunas personas intentaban nadar hasta el agujero y no podían debido a la fuerza con la que brota el agua. También vimos a otras personas que saltaban la valla del mirador y se tiraban al Blue Eye. Esto estaba prohibido, pero no había nadie vigilando y no eran pocos los que lo hacían. Al tirarse se hundían en el agua, pero al instante salían y la fuerza del agua los hacía alejarse del agujero.
Blue Eye
La visita al Blue Eye es muy interesante y curiosa, además de ser única. Estuvimos algo más de una hora, entre mojarnos los pies en el agua, pasear por los alrededores y subir al mirador. Pasado este rato no había más que hacer, así que desandamos el camino para volver al parking.
Mesopotam
De ida habíamos visto algún restaurante en la carretera y decidimos parar en uno de ellos. Además, quedaban cerca de otra visita que teníamos preparada para la tarde. No nos dio la sensación de que el restaurante Drilona fuera muy turístico y de hecho no hablaban muy bien inglés. Pedimos algunos platos para compartir como un Speça me gjize, que son pimientos rellenos, y un plato de carne a la brasa. Para los niños pedimos pollo y patatas fritas. La comida estaba buena y bien de precio, pagamos un total de 5900 lekes, al cambio unos 54€.
Comida en restaurante Drilona - Speça me gjize
Queríamos hacer una pequeña visita que se encontraba a apenas 5 minutos en coche del restaurante. Llegamos al monasterio de Mesopotam, donde nos encontramos con un recinto amurallado. Al principio pensamos que estaba cerrado, pero después de caminar unos metros vimos que había una puerta para cruzar el muro. En el interior encontramos un edificio principal y unos pocos restos arqueológicos. El monasterio fue construido en el siglo XIII y ahora está abandonado. Este edificio es único debido a que tiene un doble ábside, seguramente porque era utilizado por dos iglesias, la ortodoxa y la católica.
Monasterio de Mesopotam
Monasterio de Mesopotam
Brilliant beach
Habíamos hecho las visitas del día y todavía quedaban unas horas de sol. Aprovechamos para ir a una de las playas de las que habíamos leído recomendaciones. En la carretera que va de Saranda a Ksamil hay varias calitas y nos detuvimos en Brilliant beach. Tuvimos que dejar el coche en un lado del camino, como vimos que estaban estacionados otros vehículos. Caminamos un poco para ver la playa desde las alturas, la vista era muy bonita y nos entraron ganas de bañarnos. Tan solo tuvimos que descender la cuesta para llegar finalmente a la playa.
Brilliant beach
Al llegar abajo vimos que había una zona con hamacas y sombrillas de pago. También había una pequeña zona gratuita donde podíamos poner nuestras toallas. Esta playa era de rocas y piedras, con lo que no era muy cómodo tumbarse en las toallas. Así que optamos por ponernos sobre unas rocas donde podríamos sentarnos. Pasamos un rato bañándonos y tomando el sol. Esta playa no nos gustó mucho, estamos acostumbrados a las playas de arena y para nosotros fue un poco incómodo. Además, había un poco de oleaje lo que a Liam no le gustaba. Pasado un rato decidimos que era hora de volver al apartamento.
Brilliant beach
Saranda
Después de ducharnos y ponernos cómodos, bajamos al paseo marítimo de Saranda. Todavía quedaban unos minutos de sol y aprovechamos para recorrer el paseo. Paseamos por la zona que no habíamos visto todavía. Aquí tenían una playa de arena y junto al muelle tenían una zona con cuerdas y boyas, que hacían de carriles como si fuera una piscina. También había una gran noria a la que subimos todos menos Sergio. Desde arriba las vistas son muy bonitas y los niños disfrutaron mucho de la noria.
Saranda
Paseando por esta zona, fuimos viendo que conforme bajaba el sol subía el número de personas paseando. Pensamos que era buen momento para parar a cenar. Después de mirar varios sitios decidimos cenar en un kebab, algo que en Albania también es muy típico. Después de cenar solo quedaba volver al coche para subir de nuevo al apartamento. Dejamos que los peques jugasen un rato ya que no era demasiado tarde. Mientras tanto, estuvimos mirando lo que nos quedaba pendiente para los próximos días y al rato nos fuimos a dormir.
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