Día 3 (06/12/2019) - Colmar ➞ Kaysersberg ➞ Ribeauvillé ➞ Bergheim ➞ Estrasburgo
Colmar
Cuando despertamos no quisimos ir a una cafetería viendo los precios del día anterior. Sergio bajo un momento a una panadería que había al lado del apartamento para comprar pan y unos cafés para llevar. Todavía nos quedaba embutido que habíamos traído de casa y así ahorramos algo en comida. De esta manera gastamos solo 6€ en desayunar. Después acabamos de recoger y metimos todo en el coche para dejar el apartamento.
Hoy dejábamos Colmar para dirigirnos al norte de la región de Alsacia. Pero antes queríamos hacer una última visita en esta ciudad que tanto nos estaba gustando. Además, de camino a Estrasburgo haríamos parada en los pueblos de Kaysersberg, Ribeauvillé y Bergheim. Descartando las visitas a los pueblos de Hunawihr, Dambach-la-ville, Mittelbergheim y al castillo de Haut-Koenigsbourg. Estas eran visitas que apuntamos por si íbamos bien de tiempo, pero estábamos viendo que no iba a ser así.
Con el coche fuimos a la zona de la Petite Venise. Tardamos un poco en encontrar donde aparcar y tuvimos que dejar el coche en un parking de pago. Esta zona de Colmar es muy bonita, ya solo de camino al mercado nos pareció una de las mejores de la ciudad. Un pequeño canal atraviesa la Petite Venise, de donde suponemos que viene el nombre. Siguiendo el curso del agua seguimos viendo las casas tan típicas de la región y montones de decorados navideños.
Colmar – Petite Venise
Colmar – Petite Venise
Antes de llegar al mercado cruzamos un puente para encontrar una de las mejores imágenes de la zona. Había mucha gente sacando fotos y tuvimos que esperar un poco para hacernos una. Encontramos a un grupo de españoles y se ofrecieron a sacarnos la foto.
Colmar – Petite Venise
Unos pocos metros más adelante estaba el mercado de la place des 6 Montagnes Noires. Hacía poco rato que habían abierto y no había demasiada gente. Recorrimos los diferentes puestos para buscar nuestro recuerdo para el árbol de Navidad. También vimos que en muchos vendían bretzels, pero ya habíamos desayunado y pensamos que ya los probaríamos más adelante.
Colmar – Place des 6 Montagnes Noires
Tardamos un rato en recorrer el mercado. Había muchos artículos de decoración y no nos acabábamos de decidir por cual comprar. También vimos un pesebre con música y donde las figuras se movían. Era bastante original y a los niños les gustaba mucho porque había muchos mirando el pesebre.
Colmar – Place des 6 Montagnes Noires
Colmar – Pesebre en Place des 6 Montagnes Noires
De camino al coche pasamos frente a una tienda de souvenires y entramos para comprar el recuerdo del viaje. Estábamos comprando una figura para el árbol de cada pueblo, pero queríamos un recuerdo del viaje. Encontramos la figura de una casa típica de Alsacia y también un imán para nuestra colección. En total gastamos 12€ en estos recuerdos y volvimos al parking a buscar el coche.
Kaysersberg
Dejamos definitivamente Colmar para seguir visitando los pueblos de los alrededores, mientras nos dirigíamos al norte para llegar cerca de Estrasburgo. Tardamos apenas unos veinte minutos en llegar a Kaysersberg, el primero de los pueblos que veríamos tras abandonar Colmar y uno de los que más nos gustaron de todo el viaje.
Tuvimos que dar unas cuantas vueltas para poder encontrar parking. Estábamos viendo que no es fácil encontrar aparcamiento estos días en los pueblos de esta región. Finalmente, pudimos estacionar el coche en un parking de pago, por el cual tuvimos que pagar 3€ que nos daba derecho a estar todo el día. Desde aquí tardamos unos pocos minutos en llegar al casco antiguo y empezar a maravillarnos con este pueblo.
Justo antes de acceder al casco antiguo pudimos ver un pequeño río que cruza Kaysersberg, con las típicas casas alsacianas con el balcón a poca distancia del agua. Cruzamos los restos de la antigua muralla por un arco que marcaba el cambio de la zona nueva a la antigua.
Kaysersberg
Kaysersberg
Fuimos paseando en dirección a los mercados mientras empezábamos a ver los decorados navideños de este pueblo. Llegamos al puente Fortifie, desde donde se pueden obtener una de las mejores instantáneas del pueblo. No pudimos evitar parar un rato y sacarnos unas cuantas fotos en esta zona.
Kaysersberg
Kaysersberg
Desde aquí empezamos a caminar por la rue du Général de Gaulle viendo todo tipo de decorados navideños. El pueblo no es muy grande pero había mucho ambiente, lo cual iba incrementando la magia navideña. Las pastelerías y tiendas de todo tipo de dulces eran las que más clientes atraían, también eran unas de las que tenían los decorados más originales.
Kaysersberg
Eran más de las 12 del mediodía y viendo como estaba el pueblo decidimos buscar donde comer. Como nos temíamos estaba todo lleno y tuvimos que preguntar en varios locales. Al ir con un carro de bebé nos fue un poco más complicado, pero finalmente pudimos encontrar una mesa compartida con una pareja mayor en el restaurante Au Lion d'Or. El menú era un poco caro pero no había muchas más opciones para poder comer, además éste incluía pato que es un plato que ya suele ser caro. Pedimos carpaccio de ternera de primero y pato de segundo, con la bebida que en Francia siempre va aparte, la comida nos costó 62€ en total.
Comida – Carpaccio de ternera
Comida - Pato
Después de comer fuimos a ver los mercados navideños que estaban cerca de la iglesia de la Santa Cruz. Primero entramos en la iglesia y vimos que tenían un pequeño pesebre. Salimos por una puerta lateral y nos encontramos con otro mercado detrás de la iglesia. Buscamos nuestra figura para el árbol de Navidad y acabamos de dar la vuelta por los mercados.
Kaysersberg – Iglesia de la Santa Cruz
Se hacía tarde y decidimos volver al coche. De camino no pudimos resistirnos a pasar de nuevo por el puente Fortifie. La parte del pueblo que puede verse en esta zona nos gustó mucho. Nos acercamos hasta el río para poder ver mejor las casas que hay en los alrededores. Pasados unos minutos nos fuimos definitivamente hasta el coche para continuar con las visitas de hoy.
Kaysersberg
Ribeauvillé
Estábamos en diciembre y oscurecía muy pronto. En los veinte minutos que había desde Kaysersberg hasta Ribeauvillé había empezado a caer la noche. Encontramos un parking gratuito cerca del centro del pueblo y aparcamos el coche. Solo tuvimos que cruzar una calle para acceder al casco antiguo. Fuimos recorriendo la Grand Rue que cruza de extremo a extremo esta zona del pueblo. No había tantas decoraciones navideñas como en otros, pero había casas que estaban decoradas y llenas de luces.
Ribeauvillé – Grand Rue
Ribeauvillé
Encontramos un establecimiento que tenía un rincón junto a la entrada lleno de decorados navideños. Un Papa Noel con sus trineos, una maqueta del pueblo y un pesebre, además de luces y decoraciones típicas.
Ribeauvillé
Seguimos la calle principal viendo algunas decoraciones originales hasta llegar al ayuntamiento. Aquí empezamos a ver como estaban montando el mercado navideño del pueblo. Habíamos leído que solo lo abrían el sábado y domingo de esta semana y estábamos a viernes. Nos fue imposible organizar el viaje para pasar por Ribeauvillé en uno de esos dos días, así que no podríamos ver el mercado medieval que montan en esta localidad.
Ribeauvillé - Ayuntamiento
Un poco más adelante vimos la torre de los carniceros y la cruzamos para seguir visitando el pueblo. Aunque no viéramos ningún mercado queríamos ver Ribeauvillé, de todos modos, ya estábamos viendo muchos mercadillos navideños. Llegamos hasta la Place de la Sinne y la Place de la République, donde vimos que seguían montando su mercado medieval para el día siguiente.
Ribeauvillé – Torre de los carniceros
De vuelta al coche buscamos una tienda de souvenires para comprar nuestro detalle para el árbol de Navidad. También entramos en una tienda donde pudimos comprar el queso Munster, el más típico de la zona y que ya habíamos probado en un par de ocasiones. Compramos dos quesos enteros por 15€. Con nuestras compras hechas volvimos al coche para seguir en dirección norte.
Bergheim
A solo cinco minutos de Ribeauvillé está el pueblo de Bergheim y decidimos hacer la última parada del día. Encontramos parking gratuito justo a la entrada del pueblo. No podíamos entretenernos mucho porque teníamos que llegar a nuestro alojamiento de los próximos días. Dejar el coche cerca fue una suerte para poder ir un poco más tranquilos.
Cruzamos la porte Haute para acceder a la Grand rue. Estábamos viendo que casi todos los pueblos tienen una torre del reloj a la entrada para acceder. Encontramos un pequeño mercado navideño distribuido a lo largo de la calle. No era muy grande y a los pocos metros seguimos paseando mientras veíamos casas decoradas con muchas luces.
Bergheim – Grand rue
Bergheim – Grand rue
Llegamos a la place du Dr Pierre Walter, donde había otro mercado mucho más grande que el anterior y donde también había más gente. Nos entretuvimos un poco buscando nuestro recuerdo para el árbol y también aprovechamos para probar un pretzel por 1€. Vimos una manera de calentarse que nos llamó mucho la atención. Ponían un tronco muy gordo en vertical, con dos cortes perpendiculares cruzando el centro de la madera pero sin llegar hasta abajo. Entonces prendían el centro y tenían calor para rato.
Bergheim – Place du Dr Pierre Walter
Todavía teníamos algo de tiempo y fuimos a dar una vuelta por el resto del pueblo. Casi no había gente paseando por otras zonas, pero sí que vimos que las casas estaban muy decoradas e iluminadas. No tardamos mucho en recorrer algunas calles para hacernos una idea de como era el pueblo.
Bergheim
Bergheim
En menos de una hora habíamos visitado Bergheim y sus mercados. No disponíamos de mucho más tiempo y volvimos al coche para llegar hasta Illkirch-Graffenstaden, a las afueras de Estrasburgo.
Estrasburgo
Tardamos unos cuarenta minutos en llegar hasta Illkirch-Graffenstaden, pero tuvimos que dar unas pocas vueltas hasta encontrar nuestro alojamiento. La dirección era route de Lyon número 86, pero parecía ser una casa abandonada. Llamamos a la señora de la casa, pero no conseguíamos localizarla. Estuvimos llamando también a Booking porque habíamos alquilado el alojamiento a través de la aplicación.
Después de unas cuantas llamadas conseguimos contactar con la señora. Nos dijo que como no habíamos llegado antes de las siete de la tarde se había ido. Habíamos preguntado y nos dijo que no había problema en llegar hasta las nueve y nosotros llegamos sobre las ocho. La señora nos dijo que le pasáramos el teléfono al chico de la tienda del al lado, con su ayuda conseguimos encontrar la llave y acceder a la casa.
El interior de la casa era horrible, estaba en obras de reforma y con las pertenencias de los dueños. Solo íbamos a estar en la casa para dormir así que tampoco quisimos darle más vueltas y subimos a la habitación a dejar las cosas. Después fuimos a buscar parking para el coche porque junto a la casa no había. De camino vimos una pizzería y pedimos dos pizzas para llevar por 15€.
La casa tenía dos plantas, en la de abajo estaban el comedor, la cocina y el baño. Nos sentamos en el comedor a cenar y al poco rato llegó otra pareja. Al principio pensamos que estaríamos solos en toda la casa, pero había otra habitación ocupada. En la oferta ponía que eran apartamentos privados, como el que habíamos tenido en Colmar. En cambio, lo que nos encontramos fue que era una casa compartida. Teníamos claro que dejaríamos una mala crítica en Booking sobre esta reserva. Después de cenar nos fuimos a dormir, estábamos cansados y no queríamos pensar más en que nos habían engañado con el alojamiento.
