Día 3 (28/07/2020) - Oviedo ➞ Cudillero ➞ Avilés ➞ Cabo de Peñas ➞ Oviedo
Oviedo
El segundo día en Oviedo había amanecido nublado y amenazaba con llover. Sabíamos que veníamos a una de las regiones españolas donde más llueve y era normal encontrarnos con algún día así. Además, si Asturias es tan verde es por algo. Como somos precavidos veníamos bien preparados para la lluvia. Para hoy teníamos planeado visitar el pueblo de Cudillero, la ciudad de Avilés y si teníamos tiempo el cabo de Peñas. Como no había tiempo que perder, desayunamos y nos pusimos en marcha.
Cudillero
El trayecto hasta Cudillero duró algo más de media hora y antes de llegar nos detuvimos en un mirador. Era el primer pueblo asturiano de costa que visitábamos, y como veríamos en los próximos días, toda esta zona está llena de acantilados. Desde aquí nos parecía complicado como podía haber pueblos en esta costa. Hasta donde nos alcanzaba la vista solo veíamos precipicios que iban directos al mar. Faltaba poco para llegar al pueblo, así que volvimos al coche para resolver nuestras dudas.
Cudillero – Mirador
A los pocos minutos llegamos a Cudillero. El último tramo de carretera fue de bajada para llegar a una zona al nivel del mar. Dejamos el coche en el parking que hay en la zona del puerto. Como vimos en una señal, en el resto del pueblo no hay aparcamiento. Empezamos a caminar y comprendimos que allí donde los acantilados dejaban paso a una pequeña zona a nivel del mar se habían creado pueblos. Como veríamos en los próximos días, esto pasaba a lo largo de gran parte de la costa asturiana, y en muchos de ellos había un río que desembocaba en esta zona llana a nivel del mar.
Dejamos el puerto para acerarnos al pueblo, viendo que dejaban pequeñas embarcaciones aparcadas sin estar atadas al muelle. Tienen un muro que las protege del oleaje. Al principio apenas se veía ninguna casa, pero al ir girando la carretera descubrimos el pueblo. Las casas se distribuyen a ambos lados de la montaña, dándole un aspecto que nos recordaba a un anfiteatro.
Cudillero
Cudillero
Habíamos desayunado poco y el café que habíamos tomado en el apartamento no era gran cosa. Lo primero que hicimos fue ir a buscar un bar para tomar un café en condiciones. Para nuestra sorpresa la mayoría de locales eran restaurantes que a esta hora todavía estaban cerrados. Fuimos a entrar en un bar pero no tenían nada para comer. Escuchamos que decían que el único sitio donde tenían tostadas era en el Rincón de la Taty que estaba más arriba. Fuimos siguiendo la calle para encontrar este local.
Cudillero
Cuando encontramos el bar vimos que había que hacer cola para entrar. Debido a que el día amenazaba con llover habíamos cogido el carrito de Liam para poder cubrirlo por si llovía. Justo al lado del bar estaba la escalera que lleva a uno de los miradores del pueblo y con el carrito no podíamos subir. Miriam se quedó haciendo cola con Liam, mientras Sergio subía al mirador.
Desde arriba había unas buenas vistas de Cudillero. Se ven las casas de colores y como están distribuidas por la montaña. El pueblo no tiene ningún lugar concreto por visitar, es uno de los más bonitos de Asturias, pero se trata precisamente de recorrer el pueblo y sus miradores. Desde aquí arriba comprobamos que al ir con el carrito no podríamos subir a los miradores.
Cudillero
Al bajar del mirador faltaba poco para que nos dieran mesa. Mientras tomábamos un café y una tostada con tomate, comentamos que no podíamos subir a los otros miradores. Para poder recorrer este pueblo tendríamos que haberlo hecho con la mochila de porteo, pero al amenazar con lluvia habíamos optado por llevar el carrito. Así que nos limitaríamos a pasear un poco por la calle principal y disfrutar de la belleza del pueblo. Pagamos 4,6€ por los cafés y la tostada con tomate y nos dispusimos a pasear.
Cuando salimos del bar volvimos sobre nuestros pasos para volver a la plaza principal. Al lado hay otro pequeño mirador y en esta ocasión fue Miriam quién subió. Los miradores que dejábamos de ver eran los que estaban en las zonas más altas, aunque también eran los que tenían mejores vistas. Desde el que subió Miriam podía verse toda la plaza y la forma de anfiteatro que tenía con la distribución de las casas.
Cudillero
Empezó a llover y cuando Miriam bajó decidimos que era hora de volver al coche. Cudillero es muy bonito pero también muy pequeño. Habíamos recorrido la plaza, la calle principal y subido a los dos miradores más bajitos para dar un vistazo rápido. Con lluvia y el carrito no podíamos hacer mucho más y lo mejor era volver al coche. Cruzamos la plaza para despedirnos de este bonito pueblo mientras la lluvia iba apretando. Sin perder tiempo desandamos el camino para volver al coche y continuar con las visitas de hoy.
Cudillero
Avilés
El trayecto hasta Avilés fue corto, pero tardamos un poco en encontrar sitio para aparcar. Finalmente, pudimos dejar el coche en zona azul. Era cerca de mediodía y como de 14h a 17h no se paga, no tendríamos que pagar mucho. Sin quererlo habíamos aparcado detrás de la iglesia de Santo Tomás de Canterbury, uno de los lugares que queríamos visitar. Por ahora queríamos ir a buscar un restaurante donde comer y dejamos esta visita para más tarde.
Mirando en el mapa las visitas que queríamos hacer en Avilés y teniendo en cuenta donde habíamos aparcado, vimos que para dar menos vueltas lo mejor era comer cerca de la plaza del Carbayo y desde allí empezar con las visitas. De este modo recorrimos la plaza bajo una fina lluvia, que aquí llaman chirimiri, hasta que nos decidimos por entrar en la Quinta Araña. Miramos el menú y los ojos se nos fueron directamente a dos de los platos más típicos de Asturias. Pedimos de primero fabada asturiana y de segundo cachopín, que es como el cachopo pero más pequeño. El menú estaba muy bien, tanto por el sabor de los platos como por el precio, pagamos en total 22,6€ incluyendo los cafés.
Comida en la Quinta Araña - Fabada asturiana
Comida en la Quinta Araña - Cachopín
Empezamos la visita a la ciudad de Avilés por la plaza del Carbayo, donde habíamos comido. Había parado de llover y teníamos que aprovechar la tregua que nos estaba dando el cielo. La plaza está rodeada de bares, pero debido al tiempo las terrazas estaban vacías. Seguro que con buen tiempo debe de ser uno de los lugares más animados de la ciudad. En un lado de la plaza se encuentra la iglesia vieja de Sabugo, construida en el siglo XIII en una sola nave. A esta hora estaba cerrada, no sabíamos a que hora se podía visitar ni había información en la puerta. Así que cruzamos la plaza rodeada de casas coloridas y seguimos con el recorrido por el casco antiguo.
Plaza del Carbayo
Iglesia vieja de Sabugo
Fuimos paseando tranquilamente por la ciudad y cruzamos la plaza de Pedro Menéndez. Ésta tiene algunas estatuas, zonas ajardinadas y está rodeada de árboles. Cuando dejamos la plaza y cruzamos la calle llegamos a la iglesia de los Padres Franciscanos. Es más grande que la iglesia vieja de Sabugo que habíamos visto unos pocos minutos antes, pero también estaba cerrada. Ésta fue construida en el siglo XII en estilo románico y está dedicada a San Antonio de Padua.
Plaza de Pedro Menéndez
Iglesia de los Padres Franciscanos
Seguimos el recorrido hasta llegar a la plaza España. Ésta es más grande que la del Carbayo y en las terrazas había gente. A un lado se encuentra el ayuntamiento de la ciudad y al otro la iglesia de San Nicolás de Bari. Se trata de una iglesia de la Orden de San Francisco construida a finales del siglo XIV. Como las anteriores la encontramos cerrada. No es que nos interesase mucho entrar en las iglesias, con la excepción de las más importantes, pero nos pareció curioso que estuvieran todas cerradas. La arquitectura exterior de esta última nos gustó más que la de las anteriores, sobre todo la torre del campanario.
Plaza de España - Ayuntamiento
Iglesia de San Nicolás de Bari
Fuimos por una de las calles laterales, que por el suelo nos recordó a la playa del Carbayo. A uno de los lados había soportales y recorrimos la calle por este lugar. Al llegar al final giramos a la derecha para llegar a la plaza del Carbayedo. Aunque tenga un nombre parecido a la primera es otra totalmente diferente. Lo único que nos llamó la atención de esta plaza fue ver un hórreo.
Avilés - Soportales
Plaza del Carbayedo - Hórreo
Volvimos a la calle que acabábamos de cruzar y fuimos hacia la izquierda. De esta manera llegamos al parque de Ferrera, muy bonito y grande, ideal para pasear, hacer deporte o jugar. Dimos una vuelta a todo el parque, entreteniéndonos sobre todo en el pequeño estanque que hay en el centro con muchos patos. También en unos columpios donde subimos a Liam por primera vez y del que después no quería bajar.
Parque de Ferrera
Habíamos cruzado el casco antiguo de Avilés de norte a sur haciendo paradas en los lugares importantes. Desandamos gran parte del camino para volver al coche. Antes de dejar la ciudad y subir a nuestro vehículo nos detuvimos para ver la iglesia de Santo Tomás de Canterbury. Esta iglesia también se la conoce como iglesia nueva de Sabugo o como la catedral de Avilés. Fue construida a finales del siglo XIX en estilo neogótico. Durante la visita a esta ciudad vimos varias iglesias y sin duda esta es la que más no gustó, aunque como pasó con las otras tampoco pudimos entrar.
Iglesia de Santo Tomás de Canterbury
Cabo de Peñas
Antes de volver Oviedo queríamos hacer una última visita. Estábamos cerca del Cabo de Peñas y aprovechamos la ocasión para visitarlo. Es el lugar más septentrional del Principado de Asturias. A lo largo del cabo hay pequeños pueblos que se pueden visitar, pero en esta ocasión no tuvimos tiempo y fuimos directos al faro.
Al llegar vimos que para acceder al faro había que tener reserva previa, algo que no sabíamos y por tanto no teníamos. Tampoco era lo que más nos interesaba, lo mejor eran las vistas desde lo alto del precipicio. Rodeamos el faro y fuimos hasta un restaurante que esta junto a los acantilados. Desde aquí empezamos a caminar por un paseo marcado que discurre por detrás del faro y desde el que hay unas magníficas vistas.
Cabo de Peñas
Desde la parte de atrás del edificio también pudimos ver el faro al completo. Por la parte de delante hay una valla y plantas que impiden verlo bien. Volvimos cerca del restaurante desde donde pudimos ver como los acantilados se extendían varios kilómetros en esa dirección, el paisaje era impresionante. Hacía mucho viento y empezaba a ser un poco tarde. Así que decidimos volver al coche y ponernos en dirección a Oviedo.
Cabo de Peñas - Faro
Cabo de Peñas
Oviedo
De vuelta al apartamento solo nos quedaba esperar a que llegase la hora de cenar. Pedro, el señor que nos había alquilado el alojamiento, nos había recomendado algunas zonas donde hay varios restaurantes y en concreto nos había dado el nombre de alguno. Fuimos a la Taberna del Zurdo que estaba a unos cinco minutos, pero tenían todo reservado. Pedimos que nos reservaran una mesa para el día siguiente y fuimos a buscar otro restaurante para hoy.
Fuimos a la calle Manuel Pedregal donde también nos había dicho Pedro que hay buenos restaurantes y acabamos entrando en La Comtienda. El local es muy bonito, moderno y limpio. Pedimos varios platos para compartir, croquetas, tigres, zamburiñas y chorizo a la sidra. Además, cerveza sin alcohol y una copa de vino. La cena estaba muy buena, sobre todo las zamburiñas y el chorizo a la sidra. La cena nos costó en total 47€, no nos pareció muy caro para lo que habíamos pedido.
Cena en La Comtienda - Zamburiñas
Cena en La Comtienda - Chorizo a la sidra
Al día siguiente teníamos planificado hacer muchos kilómetros, porque queríamos llegar hasta Taramundi. Esto supondría que pasaríamos algunas horas en la carretera y para ello tendríamos que madrugar. Por tanto, cuando llegamos al apartamento solo nos quedó recoger algunas cosas e irnos pronto a dormir.
