Día 7 (01/08/2020) - Cangas de Onís ➞ Lagos de Covadonga ➞ Cangas de Onís
Cangas de Onís
Hoy era el día que teníamos marcado en rojo para este viaje. Siempre hay alguna visita que es la más importante o la que más ilusión hace, y que normalmente es el motivo por el cual se ha decidido hacer ese viaje. En nuestro viaje a Asturias ese lugar eran los lagos de Covadonga. El resto del principado nos estaba gustando mucho y algunos pueblos nos estaban sorprendiendo muy positivamente, pero si teníamos especial ilusión por alguna visita en concreto esa era sin duda los lagos de Covadonga.
Tuvimos que despertarnos a las siete de la mañana para empezar a preparar las cosas. Hicimos bocadillos para desayunar en la montaña y preparamos también las cosas para Liam. Justo antes de entrar al parque natural de los Picos de Europa por Covadonga, hay una barrera que bajan a las 8:30 de la mañana en temporada alta. Si queríamos llegar hasta los lagos con nuestro coche teníamos que cruzar ese punto antes de esa hora. La otra alternativa era subir en autobús, pero iríamos condicionados a sus horarios.
Lagos de Covadonga
Pasamos por el punto de control antes de la hora límite. Conforme íbamos llegando el paisaje empezó a ser cada vez más montañoso y verde. Todavía no habíamos llegado y lo que veíamos ya nos estaba gustando. Los paisajes desde la carretera ya nos estaban pareciendo fantásticos, las ganas de empezar esta visita no hacían más que ir en aumento.
Al llegar al parking vimos que había bastantes coches, pero todavía había muchas plazas libres. Fuimos al final del parking donde había un cartel informativo con un mapa y las rutas que se podían hacer. Empezamos a dudar de por donde había que empezar, pero al fin y al cabo la ruta es circular. Al final nos decidimos por ir hacia donde iba todo el mundo, que era ir directos al lago Enol que estaba a pocos metros de distancia y que ya se había dejado ver desde la carretera.
Tardamos muy poco en llegar al lago Enol y maravillarnos con el paisaje que ofrecen sus aguas y alrededores. Pasamos un rato en esta orilla sacando fotos y disfrutando de las vistas. Aprovechamos para sacar nuestros bocadillos y sentarnos en una piedra para desayunar. Seguramente serían unas de las mejores vistas que hemos tenido tomando un desayuno.
Lagos de Covadonga - Lago Enol
Lagos de Covadonga - Lago Enol
Desde aquí vimos que todo el mundo subía directamente a un mirador que había a la izquierda. Unos pocos iban por un camino que pasaba por la otra orilla del río y se metía por detrás de una montaña. Por el primer camino íbamos directamente al otro lago, mientras que con el segundo el camino era más largo y se llegaba al mismo lago por el otro extremo. Nuestra intención inicial era hacer la segunda opción, pero nos confundimos mirando el mapa y escogimos el primer camino, que era el más corto.
Mientras subíamos no podíamos evitar detenernos y mirar atrás. El lago Enol seguía ofreciéndonos unas magníficas vistas, ahora desde otro ángulo. Al llegar arriba hay un paisaje fantástico que abarca todo el lago Enol y las montañas de alrededor.
Lagos de Covadonga - Lago Enol
Lagos de Covadonga - Lago Enol
Mirando hacia el otro lado del mirador nos encontramos con el lago de la Ercina, el otro lago importante que hay en esta zona. Desde aquí arriba podían verse los dos. Desde aquí pudimos comprobar que el otro camino discurría por detrás de la montaña que teníamos delante y acababa en el otro extremo del lago de la Ercina. Haciendo el camino corto, el que estábamos haciendo, ya veíamos los dos lagos y habíamos subido a este mirador, así que nos dábamos por satisfechos. Bajamos por el otro lado y vimos que había un bar, donde paramos a tomar un café.
Lagos de Covadonga - Lago de la Ercina
Lagos de Covadonga - Lago de la Ercina
Después de tomar el café optamos por acercarnos hasta el lago de la Ercina. Las vistas de todo el conjunto de lago y montañas eran fantásticas, además no había demasiada gente. Una vez en la orilla vimos que había algunas rocas pequeñas. Tocamos el agua con las manos y comprobamos que estaba bastante fría, era verano pero estábamos en la montaña. Pasamos un rato disfrutando de este paisaje, que para eso habíamos venido hasta este lugar.
Lagos de Covadonga - Lago de la Ercina
Lagos de Covadonga - Lago de la Ercina
De vuelta al parking pasamos por las minas de la Buferrera. El camino tiene un desvío que baja hasta estas antiguas minas y vuelve a juntarse más adelante. En esta zona pueden verse algunas de las antiguas vías, que se utilizaban para transportar las carretas con lo que se extraía de las minas. También hay abiertas algunas de las minas que se perforaron y una de ellas se puede cruzar para seguir el camino. Pasamos por esta última y llegamos a una zona donde encontramos unas pocas vacas descansando. Pasamos unos minutos porque a Liam le llamaron la atención estos animales.
Lagos de Covadonga – Minas de la Buferrera
Lagos de Covadonga – Minas de la Buferrera
Antes de volver al coche hicimos una última parada en el mirador del Príncipe de Asturias. Desde aquí se ve un valle y un camino que lo atraviesa. El día se había nublado un poco, pero todavía pudimos tener unas buenas vistas desde este mirador.
Lagos de Covadonga – Mirador del Príncipe de Asturias
Subimos al coche y empezamos a bajar hasta Covadonga. En el trayecto hicimos una parada en el mirador de la Reina. Aquí ya no tuvimos tanta suerte porque la niebla empezaba a cubrir la montaña y no se veía mucho. Vimos a unos ciclistas que también se habían detenido. Para la gente que le gusta el ciclismo tiene que ser una buena experiencia subir hasta los lagos en bici.
Mirador de la Reina
Covadonga
Cuando llegamos a Covadonga estaba lloviendo. El pueblo no es muy grande, pero junto a la carretera hay varios restaurantes. Tardamos un poco en aparcar, tuvimos que esperar a que se fuera otro vehículo. Entramos en la hospedería del Peregrino que tenía menú para comer. Pedimos una fabada asturiana de primero, con el día que hacía apetecía, y de segundo un estofado de ternera. Estaba todo bastante bueno, con los cafés en total pagamos 30€.
Comida en Hospedería del Peregrino - Fabada asturiana
Comida en Hospedería del Peregrino – Estofado de ternera
Después de comer subimos hasta el parking de la basílica de Covadonga. No estaba muy lejos, pero llovía y preferimos subir con el coche. La basílica es muy bonita, todavía no nos habíamos acercado y ya nos había impresionado. La verdad es que llama la atención como construyeron un edificio tan bonito en medio de la nada. Hay muchas iglesias de estas dimensiones en ciudades, pero en medio de las montañas sin apenas población nos extrañó un poco. Conforme nos fuimos acercando cada vez nos gustaba más.
Basílica de Covadonga
La basílica de Santa María la Real de Covadonga como fue nombrada oficialmente, fue construida a finales del siglo XIX. Fue diseñada en estilo románico y cuenta con tres naves, la central más grande que las dos laterales.
Basílica de Covadonga
Durante este viaje no habíamos entrado en ninguna iglesia, pero con esta basílica no pudimos resistirnos. El interior es igual de impresionante que el exterior. Las columnas son muy grandes y la nave central parece infinita. Dimos una pequeña vuelta antes de volver a salir. Justo al lado hay unas escaleras que llevan hasta las catacumbas. Entramos y vimos que hay una pequeña capilla con un altar igualmente pequeño.
Basílica de Covadonga
Basílica de Covadonga
Continuamos caminando bajo la lluvia para llegar a la cueva de Covadonga. Hay un corto pasillo que lleva hasta un pequeño altar con unos pocos bancos delante. Si nos había parecido curioso que construyeran una basílica de estas dimensiones en esta zona, no lo fue menos ver una pequeña iglesia en una cueva. Vimos que había unos pocos padres con sus bebes que estaban esperando para bautizarlos. En un lateral había unas escaleras y desdecimos para ver la cueva desde abajo, y hacernos una idea más general de lo pequeña que es esta iglesia dentro de la cueva.
Cueva de Covadonga
Cueva de Covadonga
Cangas de Onís
Cuando volvimos al apartamento había dejado de llover y todavía quedaba parte de la tarde. Aprovechamos para pasear tranquilamente por Cangas de Onís y ver algunas cosas curiosas de este pueblo, como la estatua de una moto con la estructura metálica y las ruedas de piedra. También hicimos algunas compras que teníamos pendientes como recuerdos, queso asturiano, dulces típicos y sidra.
Cangas de Onís
A la hora de cenar quisimos probar el Molín de la Pedrera, otro de los restaurantes que nos habían recomendado, pero estaba lleno. Justo al lado está el Vega Redonda, donde habíamos cenado muy bien la noche anterior y entramos para cenar de nuevo en este restaurante. Hoy pedimos patatas a las tres salsas, almejas a la sidra, filete empanado y sidra. De nuevo la cena estaba muy buena y en esta ocasión pagamos en total 41,5€.
Cena en Vega Redonda - Almejas a la sidra
Cena en Vega Redonda - Filete empanado
Al día siguiente teníamos que dejar el apartamento y ponernos en dirección a Potes, donde pasaríamos las dos últimas noches del viaje. Además, queríamos salir temprano para hacer algunas visitas de camino. De modo que dejamos preparado todo lo que pudimos antes de ir a dormir y no entretenernos demasiado a la mañana siguiente para poder salir pronto.
