Día 12 (25/04/2017) - Hopkins ➞ Orange Walk
Hopkins
Despertamos en este tranquilo pueblo beliceño, pensando en disfrutar un poco de la playa antes de irnos hacia nuestro nuevo destino. Cogimos lo imprescindible para pegarnos un baño y fuimos a buscar un sitio donde poder desayunar. Encontramos un bar que tenían desayuno local, pero también comida más internacional. Pedimos un sándwich y unas tostadas con mantequilla, cacahuete, plátano y canela.
Desayuno
A continuación, fuimos a buscar un trozo de playa donde poder tumbarnos y tomar un baño. La playa no estaba muy limpia, la orilla estaba llena de restos de algas y plantas, los árboles llegaban prácticamente hasta la orilla. Encontramos que en una zona había tumbonas, que pertenecían al hotel que estaba enfrente. Estaban todas vacías y para una hora que íbamos a estar, pensamos que tampoco molestábamos a nadie si nos tumbábamos en unas de ellas.
Playa de Hopkins
En el rato que estuvimos solo aparecieron tres chicas hospedadas en el hotel que cogieron otras tumbonas. También pasaron unas señoras garífunas vendiendo souvenires para turistas, pero no compramos ninguno. Hacía mucho calor y no tardamos en ir al agua que estaba totalmente en calma y fresquita. Mientras nos bañábamos apareció un señor que empezó a barrer la orilla, para limpiarla de los restos de algas. Después del baño recogimos nuestras cosas y volvimos al hostal, nadie nos dijo nada por haber utilizado las tumbonas.
Playa de Hopkins
Recogimos las mochilas y le dijimos al dueño del hostal que nos pidiera un taxi para ir a la parada del autobús. Preguntamos a que hora pasaba el autobús y el horario no parecía muy claro. Al llegar a Belice habíamos visto algún cartel que ponía "Go Slow", empezábamos a entender el significado de esas palabras. Esperamos un poco hasta que llegó el taxi que nos llevó hasta la parada.
Cuando llegamos, vimos que había unos pocos viajeros más esperando. Estuvimos hablando con ellos y casi todos iban hacia Placencia. Nosotros íbamos en dirección contraria, nos dirigíamos al norte del país, concretamente a Orange Walk. Por suerte la parada estaba cubierta y pudimos cubrirnos del sol. Mientras esperábamos apareció un chico local que también esperaba al autobús. Preguntamos al chico como teníamos que hacer para llegar a Orange Walk. Nos explicó que teníamos que ir a Belmopán, pasando por Dangriga, después ir a Ciudad de Belice y finalmente a Orange Walk. Tendríamos que hacer algunos trasbordos para llegar a nuestro destino. Tuvimos que esperar cerca de una hora hasta que llegó el autobús.
Orange Walk
El trayecto de Hopkins hasta Orange Walk nos llevó unas 5 horas. Hasta Belmopán fuimos acompañados por el chico local, ahora ya sabíamos que se llamaba Orlando, que nos había dicho como llegar a nuestro destino. Sergio se sentó con él y estuvieron un rato hablando para conocer un poco como era vivir en Belice. Otra pareja que subió con nosotros en Hopkins llegó hasta Ciudad de Belice. Estuvimos parte del camino hablando con ellos y comparando impresiones sobre el país beliceño. Cambiamos de autobús en dos ocasiones, en Belmopán y en Ciudad de Belice.
Por el camino, aprovechamos para reservar habitación para esta noche. En Orange Walk había pocos hoteles y eran un poco caros, encontramos uno que estaba mejor de precio y reservamos, el Akihito hotel. Al llegar a la ciudad, miramos el mapa y no estábamos lejos del hotel, de modo que fuimos caminando con nuestras mochilas. El hotel estaba regentado por una familia china y estaba en obras. Nos estaba sorprendiendo la cantidad de chinos que había en este país caribeño.
Antes de salir preguntamos a la señora del hotel donde había una agencia para comprar el tour a Lamanai. La señora nos dijo que ella vendía el tour, el precio nos pareció razonable, 200B$, y lo contratamos. La vuelta del complejo arqueológico sería sobre las 3 o 4 de la tarde, con lo que decidimos que sería mejor quedarnos otra noche en Orange Walk. Le dijimos a la señora que nos reservara otra noche. Todavía quedaban un par de horas de sol, así que, salimos a la calle para aprovecharlas y dar una vuelta.
Empezamos a pasear por la ciudad y no nos pareció muy bonita. No parecía una ciudad acogedora, no estaba demasiado limpia y no había casi nada por visitar. Veníamos de un pueblo, con calles sin asfaltar, pero con mucho más encanto que esta ciudad. Solo habíamos venido hasta aquí para visitar el complejo arqueológico de Lamanai, esperábamos que valiese la pena.
Orange Walk
Orange Walk
Seguimos el paseo y encontramos una plaza, con una pequeña torre del reloj. Apenas había unas pocas tiendas alrededor. También encontramos una iglesia que estaba muy bien cuidada. Mientras paseábamos fuimos buscando algún sitio donde desayunar al día siguiente. Encontramos una panadería que abría a las 6 de la mañana, hacían pastas y café.
Orange Walk - Plaza
Orange Walk - Iglesia
Después de un rato paseando sin encontrar nada de gran interés volvimos al hostal. Cuando se acercaba la hora de la cena, preguntamos a la señora del hotel y nos dijo un par de sitios económicos para cenar. Uno era un puesto callejero y el otro era un pequeño restaurante. Optamos por la segunda opción que estaba a tan solo 5 minutos. Al llegar el restaurante parecía estar cerrado, pero al acercarnos nos dijeron que estaba abierto.
El lugar no era muy acogedor y éramos los únicos clientes. Dijimos que queríamos probar algo de la cocina beliceña. Nos recomendaron un plato que consistía en arroz con judías y acompañado con un poco de cerdo, patata y pasta. El plato era muy potente y sobre todo para cenar. Ninguno de los dos pudo acabárselo, pero la cena fue realmente económica. No había nada más que hacer en esta ciudad y al salir del restaurante volvimos al hotel.
Restaurante
Cena
Volver al menú Guatemala y Belice
Comments powered by CComment