Día 4 (14/05/2019) - Budapest
Pest
El día amaneció lluvioso pero eso no iba a impedirnos realizar algunas visitas. Salimos a la calle y buscamos una cafetería donde poder desayunar mientras esperábamos a que parase de llover. Cuando acabamos el desayuno llovía menos y nos pusimos en dirección a Andrássy Út, junto a Váci Utca, la calle más importante de la ciudad. En ésta gran avenida se encuentran tiendas de grandes marcas, siendo el equivalente húngaro de los Campos Elíseos en París o el Paseo de Gracia en Barcelona. Nuestra intención era empezar el día visitando el Museo del Terror pero faltaba más de media hora para que abriesen. Decidimos coger el metro y llegar hasta el final de Andrássy Út para hacer otra visita.
Andrássy Út
Parque Városliget
Llegamos al Parque Városliget o parque de la ciudad en español. La avenida se extiende desde este parque hasta la Plaza Erzsébet. Antes de entrar cruzamos la Plaza de los Héroes donde se encuentra el Millennium memorial. Este monumento alberga estatuas de los líderes de las siete tribus magiares que fundaron el país y de otros personajes históricos del país. Entre otras, están las estatuas de Árpad, San Esteban I, Béla IV, Matías Corvino o Luis Kossuth. Se empezó a construir en 1896 coincidiendo con la celebración de los mil años de la fundación del país, pero no se finalizó hasta 1929.
Plaza de los Héroes - Millennium memorial
Plaza de los Héroes - Millennium memorial
Cruzamos la plaza y entramos en el parque de la ciudad. A nuestra derecha había un pequeño estanque y detrás se alzaba el Castillo de Vajdahunyad. Éste se construyó en 1896 como una copia del Castillo de Hunyad en la región de Transilvania en Rumania, considerado como el castillo de Drácula. En un principio se construyó en madera y cartón para la exposición de 1896. Tuvo tanto éxito que tuvieron que reconstruirlo en piedra para mantenerlo.
Castillo de Vajdahunyad
Castillo de Vajdahunyad
Pasamos por la entrada del recinto para poder ver de cerca el castillo. Hoy en día el edificio alberga el Museo de Agricultura y pudimos ver a un grupo muy numeroso de niños que iban de excursión a visitarlo. Nosotros nos limitamos a recorrer el camino que discurría junto al castillo para poder contemplarlo. Llegamos hasta la estatua del desconocido que representa a un cronista del siglo XII, se cree que puede ser el rey Béla II.
Castillo de Vajdahunyad
Castillo de Vajdahunyad - Estatua del desconocido
Continuamos nuestro recorrido por el parque mientras veíamos la cantidad de árboles que albergaba. Llegamos frente al Balneario Széchenyi, uno de los más famosos de la ciudad. No podíamos entrar a bañarnos, sin embargo, dimos una vuelta intentando ver si podíamos vislumbrar algo del interior pero fue imposible. De nuevo empezaba a llover y ya habíamos visitado el parque de modo que volvimos al metro.
Parque Városliget
Balneario Széchenyi
Museo del Terror
Volvimos al Museo del Terror y en esta ocasión ya habían abierto. Desde el exterior el edificio tenía un aire un tanto tétrico y gris. Justo enfrente había una escultura que consistía en un conjunto de cadenas dispuestas una al lado de otra de forma vertical, no llegamos a saber muy bien que significaba pero no presagiaba nada positivo. Este edificio era el cuartel general de la policía secreta. Nada más entrar vimos dos placas de mármol, una que hacía referencia a los nazis y la otra a los soviéticos, ambos invadieron el país durante el siglo XX.
Museo del Terror
Museo del Terror
Accedimos a las taquillas y pagamos 3.000HUF por persona para poder entrar. Además, tuvimos que dejar la mochila y la cámara ya que no dejaban hacer fotos en el interior. Empezamos el recorrido por este museo que a su vez es un monumento a las víctimas de ambos periodos. Durante el recorrido pudimos ver fotos y objetos que van desde la II Guerra Mundial hasta la década de 1980. Entre éstos había teléfonos, libros y uniformes militares entre otros objetos de la época, incluso había un tanque. Al principio respetamos la prohibición de no hacer fotos, pero cuando vimos que mucha gente hacía instantáneas sacamos nuestro móvil para hacer también algunas. En el sótano encontramos celdas y salas de interrogatorio. El edificio fue utilizado durante la época fascista y remodelado para convertirlo en museo, del original se conservan estas habitaciones para ver lo que tuvieron que sufrir las víctimas.
Museo del Terror
Museo del Terror - Celda
Comida
Después de este golpe de realidad y conocer lo que sufrió el pueblo húngaro durante estas dos etapas del siglo XX, fuimos a buscar un lugar donde comer. Llegamos al Lángos Papa donde obviamente se dedicaban básicamente a hacer lángos, uno de los platos más típicos de la gastronomía húngara. Como nos habían dicho varias veces, son churros salados con forma de pizza y realmente es una definición bastante acertada. Pedimos un menú que consistía en un goulash de primero y de segundo había para elegir varios lángos, escogimos uno de queso con crema agria y otro de carne para probar. De postre había lángos dulces y más pequeños, pedimos uno de chocolate con plátano y otro de nata con arándanos. Pagamos un total de 7.720HUF por una comida abundante y que estaba muy buena.
Comida en Lángos Papa – Lángos con carne
Comida en Lángos Papa – Lángos con queso y crema agria
Isla Margarita
El día anterior habíamos comprado los billetes del crucero para poder utilizarlos durante 24 horas. Volvimos al muelle para subir de nuevo a un barco y recorrer unos metros sobre el Danubio. En esta ocasión el objetivo no era el de contemplar la ciudad desde el río al atardecer. Al llegar a la Isla Margarita bajamos del crucero para inspeccionar esta pequeña porción de tierra que hay en medio del Danubio.
Ésta fue una de esas visitas que siempre hay en todos los viajes y que se marcan en la planificación por si hay tiempo, pero que acaban siendo una de las mayores sorpresas del viaje. A nosotros nos gustó mucho más de lo que hubiéramos imaginado en un principio y eso que nos llovió durante gran parte de la visita. Después de nuestro viaje a Budapest situamos la Isla Margarita entre uno de los imprescindibles de la ciudad.
Empezamos a recorrer la isla de sur a norte, lo primero que pudimos ver y que nos sorprendió gratamente fue una fuente musical. Ésta era bastante grande y con diferentes chorros de agua, que iban sacando agua siguiendo el ritmo de la música que iba sonando. Además, hay un cartel con los horarios de todas las canciones que suenan a lo largo del día. Alrededor de la fuente había muchos árboles y zonas llenas de flores distribuidas por todo el terreno.
Isla Margarita – Fuente musical
Isla Margarita
Fuimos siguiendo el camino de la orilla este y llegamos a un pequeño zoológico donde tienen varias especies de aves. Una valla separaba el camino de los animales y a través de ésta pudimos ver algunas de las aves. A continuación, estaban las ruinas del Convento de las Dominicas del siglo XIII donde vivió Santa Margarita, la hija de Béla IV. Un poco más adelante encontramos un gran claro en medio de los árboles con forma de hipódromo y con muchas flores. Nos quedó la duda de si se habría utilizado alguna vez para una carrera de caballos o era solo decorativo.
Isla Margarita - Hipódromo
Continuamos por el camino del centro y a pocos metros llegamos a un teatro. Nos sorprendió ver que hubiera un teatro en medio de esta gran zona verde que era toda la Isla Margarita. Además, había una gran torre en el centro. Al norte de la isla llegamos al punto que más ganas teníamos de ver y que se trataba de un pequeño jardín japonés. Pudimos rememorar un poco nuestro viaje a Japón cinco años atrás, en un jardín con plantas típicas de ese país, puentes sobre el agua, carpas y lámparas de piedra. Desde aquí fuimos a buscar una parada de autobús que había en esta zona de la isla para volver a Pest.
Isla Margarita - Teatro
Isla Margarita – Jardín japonés
Pest
Llegamos hasta la estación central que es un antiguo edificio, pero que no nos llamó mucho la atención y decidimos seguir caminando. Fuimos hasta la gran Sinagoga Dohany y entramos en algunas tiendas de souvenires. Comparamos los precios con los que habíamos visto por la mañana en Váci Utca, vimos que aquí estaban mucho mejor y decidimos comprarlos en los alrededores de la sinagoga. Vimos que volvía a llover y entramos en una cafetería que hay frente al templo a tomar un café y un chocolate para hacer tiempo. Cuando la lluvia nos dio un poco de tregua volvimos a la guesthouse a esperar la hora de cenar.
Después de descansar en la habitación salimos de nuevo a la calle cuando ya era de noche. Buscamos cerca de la guesthouse y encontramos el restaurante Puli, al lado del Lángos Papa donde habíamos comido al mediodía. Pedimos un plato de pato y uno de túrós csusza, que viene a ser la versión húngara de la carbonara italiana. La cena estaba muy buena y pagamos un total de 7.425HUF. No era muy tarde pero el restaurante ya cerraba. Volvimos a la guesthouse para empezar a preparar la maleta ya que mañana sería nuestro último día en Budapest.
Cena en Puli - Pato
Cena en Puli – Túrós csusza
