Día 2 (23/01/2020) - Lisboa

Lisboa

Despertamos por primera vez en la capital portuguesa y lo hacíamos con muchas ganas de empezar a recorrer sus calles. Lo primero que hicimos fue ir a buscar un lugar donde desayunar. Estábamos muy cerca de la plaza da Figueira y al llegar vimos que había varios locales. Entramos en Casa das Bifanas porque tenía buenos precios. Ya que estábamos en un bar con este nombre, no pudimos hacer otra cosa que pedir un par de bifanas. Se trata de un bocadillo de chuletas de cerdo marinadas. Están muy buenas y nos dieron energía para empezar fuerte el día. Durante el desayuno volvimos a comprobar que Liam seguía haciendo amigos en este viaje, en esta ocasión con el camarero del bar. Las dos bifanas y dos cafés nos costaron un total de 9,6€.

 

Desayuno

Bifana

 

A continuación fuimos caminando hacia la plaza de los Restaurados cruzando la plaza Rossio. Por ahora no hicimos mucho caso a las plazas, nuestro destino era el Palacio Foz. Este es uno de los lugares donde se puede obtener la Lisboa Card. Esta tarjeta sirve para poder entrar gratis, o con descuento, en varios monumentos de la ciudad y también se puede usar en el transporte público. Hay 3 posibilidades de Lisboa Card, está la de 24 horas, 48 horas y 72 horas. Nosotros teníamos 3 días por delante, de modo que compramos la de 72 horas por 42€ cada uno. Al salir hicimos una visita rápida por la plaza de los Restauradores antes de ponernos en dirección a nuestro próximo destino.

 

Plaza Rossio

Plaza Rossio

 

Plaza de los restauradores

Plaza de los Restauradores

 

Con nuestra Lisboa Card volvimos a la plaza da Figueira, desde aquí sale el tranvía 15 que lleva hasta el barrio de Belém. Éste queda bastante lejos del centro y para llegar la mejor opción es el tranvía. Además, con nuestra recién adquirida Lisboa Card teníamos el billete gratuito. El trayecto es de aproximadamente media hora, pero tuvimos que bajarnos a medio camino porque Liam tenía hambre. Hicimos un café rápido en un bar mientras Liam comía. Después volvimos al tranvía para llegar hasta Belém.

 

Tranvia

Tranvía

Monasterio de los Jerónimos

La parada está muy cerca del Monasterio de los Jerónimos, así que empezamos la visita al barrio por este edificio. El monasterio de la Orden de San Jerónimo fue mandado construir por el rey Manuel I de Portugal, para conmemorar el retorno de Vasco de Gama de India. Fue diseñado por el arquitecto Juan de Castillo y fundado en el año 1501. La construcción es muy grande y en 1850 se edificó anexo el Museo Nacional de Arqueología.

 

Monasterio de los Jeronimos 1

Monasterio de los Jerónimos

 

Con la Lisboa Card teníamos la entrada incluida para visitar el monasterio. Al acercarnos a la entrada vimos que había una puerta a la derecha que daba acceso a la iglesia. Entramos y nos encontramos con una gran sala muy iluminada. En la zona alta hay unas grandes vidrieras que dejan entrar la luz. La nave tiene unas dimensiones de 29 metros de largo por 19 metros de ancho. Dimos una vuelta completa por toda la iglesia, llegando hasta la capilla mayor.

 

Monasterio de los Jeronimos 2

Monasterio de los Jerónimos - Iglesia

 

Cuando salimos nos dirigimos a la puerta que había justo al lado y que daba acceso al claustro. Aquí pudimos ver en más detalle la arquitectura manuelina con la que estaba diseñado este monasterio. Recorrimos los cuatro lados del patio interior, parando para sacar fotos y entrando en algunas de las salas abiertas al público, como la sala capitular donde está la tumba de Alexandre Herculano.

 

Monasterio de los Jeronimos 5

Monasterio de los Jerónimos - Claustro

 

Monasterio de los Jeronimos 6

Monasterio de los Jerónimos - Claustro

 

En uno de los laterales encontramos unas escaleras que llevan a la segunda planta. Una vez arriba cruzamos una puerta que llevaba a una zona que queda sobre la capilla superior de la iglesia. Desde aquí podía verse el interior de la iglesia y unos bancos donde se sentaban los monjes. Seguimos recorriendo el claustro y entramos en varias salas como el refectorio, una gran sala con el techo abovedado.

 

Monasterio de los Jeronimos 7

Monasterio de los Jerónimos - Refectorio

 

Desde la segunda planta había unas vistas muy bonitas del claustro y nos entretuvimos un buen rato sacando fotos. Mientras dimos la vuelta completa a todo el patio interior fuimos sacando instantáneas desde diferentes ángulos. Desde algunas zonas se veía el claustro y parte de la iglesia detrás. Finalmente, volvimos a la primera planta y desde aquí a la calle.

 

Monasterio de los Jeronimos 10

Monasterio de los Jerónimos - Claustro

Comida

Al salir del monasterio vimos que se había hecho tarde y tocaba ir a comer. Nos pusimos en dirección a nuestro próximo destino mientras buscábamos un restaurante. Acabamos entrando en O Paulino, a medio camino entre el monasterio y la torre, por tanto, alejado de las zonas más turísticas. Tenían un menú que incluía primero, segundo y bebida. Comimos ensalada y el famoso bacalhau com natas. Estaba muy bueno y seguro que volveríamos a probarlo durante el viaje. Aunque el postre no venía incluido, pedimos dos pastéis de nata y un café, con lo que la comida nos costó 20,5€. Estos pasteles son muy típicos de la zona y en todo Portugal. Aunque se llaman pastéis de nata en realidad van rellenos de crema.

 

Comida 1

Comida – Bacalhau com natas

 

Comida 2

Comida – Pastéis de nata

Torre de Belém

Después de comer fuimos a ver uno de los monumentos más conocidos de la ciudad, la Torre de Belém. Para llegar tuvimos que cruzar una carretera por un paso elevado y una vía del tren. Esta torre se encuentra a orillas del río Tajo. Su utilidad era con fines militares durante la época de los Descubrimientos de Europa. Servía como fortaleza y puerto desde donde salían los barcos portugueses para establecer el comercio con India y China. Pasada esta época se utilizó como prisión, faro y como centro de recaudación de impuestos.

Al llegar a la torre nos impresionó y decidimos pasar unos minutos viendo el exterior del edificio antes de entrar. La Torre de Belém está un poco separada de la orilla, con lo que para poder acceder hay que cruzar una pasarela de madera que lleva a la entrada. Vimos que había mucha gente y tuvimos que separarnos un poco para poder sacar unas cuantas fotos.

 

Torre de Belem 1

Torre de Belém

 

A los pocos minutos decidimos cruzar el puente y entrar en el edificio. Enseñamos nuestra Lisboa Card y entramos directamente sin necesidad de pagar nada. En la planta baja hay una sala con aberturas alrededor de toda la pared y con un cañón en cada una de ellas. Para continuar la visita había que subir por unas escaleras estrechas. Llevábamos a Liam en el carrito y decidimos subir por turnos y quedarnos uno de los dos con Liam en la planta baja.

 

Torre de Belem 2

Torre de Belém – Interior

 

En la primera planta hay un balcón donde se pueden ver un poco las vistas de los alrededores, pero desde arriba serían mejores. Desde aquí pudimos ver mejor la arquitectura del edificio. Como el monasterio, esta torre fue mandada construir por Manuel I de Portugal. Por tanto, la arquitectura era de estilo manuelino, una variante del gótico. También pudimos ver de cerca la parte alta de la torre.

 

Torre de Belem 4

Torre de Belém

 

Para llegar a la parte más alta, hay que subir por unas escaleras de caracol reguladas por un semáforo. De este modo solo se podía subir o bajar en cada turno. Desde arriba estaban las mejores vistas de Belém. Hacia el interior podíamos ver como se extendía el barrio. Mirando hacia el río podíamos ver el Monumento a los Descubrimientos, el puente 25 de abril, que recuerda al famoso puente de San Francisco, y el santuario nacional de Cristo Rei, que recuerda al Cristo Redentor.

 

Torre de Belem 6

Torre de Belém - Vistas

 

Una vez que los dos habíamos podido hacer la visita volvimos al exterior. No queríamos irnos sin antes ver la Torre de Belém desde otro ángulo. Nos fuimos a otra zona donde hay unos pocos escalones y menos gente. Aquí estábamos más tranquilos y pudimos sacar todas las fotos que quisimos antes de irnos.

 

Torre de Belem 7

Torre de Belém

Monumento a los Descubrimientos

A continuación, seguimos paseando por la ribera del río Tajo hasta llegar al Monumento a los Descubrimientos. Se trata de un edificio de 52 metros de altura construido en 1960, para conmemorar los 500 años de la muerte de Enrique el Navegante. El monumento tiene forma de carabela con 33 personajes famosos de la Época de los Descubrimientos.

 

Monumento a los descubrimientos 1

Monumento a los descubrimientos

 

En la parte delantera hay una gran espada dinastía Avís que cubre toda la fachada. Enfrente, en el suelo, hay un gran mapamundi con una rosa de los vientos. También es posible acceder al interior y subir al mirador. La entrada cuesta 6€ y las vistas deben ser parecidas a las que acabábamos de ver en la Torre de Belém. Decidimos que no valía la pena entrar y volver al centro de la ciudad.

 

Monumento a los descubrimientos 3

Monumento a los descubrimientos

 

Primero tuvimos que cruzar la carretera y la vía del tren, en esta ocasión lo hicimos por un paso a nivel subterráneo. Fuimos a parar a un parque justo delante del Monasterio de los Jerónimos. Antes de volver a subir al tranvía quisimos comprar unos pasteles en la auténtica Pastéis de Belém. Aquí es donde crearon los famosos pasteles. En la zona de cafetería había mucha cola y decidimos comprar una caja de seis unidades para llevar por 6,9€. Después subimos al tranvía para volver al centro de la ciudad.

 

Pasteis de Belem

Pastéis de Belém

Lisboa

Todavía era temprano cuando llegamos a la plaza da Figueira, así que decidimos seguir con las visitas. Fuimos en dirección al barrio de Chiado para ver el Convento do Carmo. Primero pasamos junto al Elevador de Santa Justa. Con éste se puede llegar cerca del convento, pero hay que pagar para poder subir en el ascensor y además había mucha cola. Decidimos que era mejor ir caminando aunque hubiera algunas cuestas.

 

Elevador de Santa Justa 1

Elevador de Santa Justa

 

Mientras íbamos hacia el convento vimos que era más problemático no perdernos por las calles que las cuestas. Tardamos más de la cuenta porque en un par de ocasiones nos equivocamos de calle, aunque acabamos llegando. El Convento do Carmo son en realidad las ruinas de la mayor iglesia gótica de Lisboa. El gran terremoto de 1755 dejó el convento en su estado actual. La entrada son 4€ por persona y la visita consiste en recorrer los restos del edificio y un pequeño museo que hay en la zona más alejada de la entrada. La estructura del edificio es impresionante y es una pena que se perdieran gran parte de los detalles góticos en aquel terremoto.

 

Convento do Carmo 1

Convento do Carmo

 

Convento do Carmo 2

Convento do Carmo

 

Cuando salimos del convento fuimos a hacer un café en la plaza que hay justo delante. Al salir ya era de noche y parecía que iba a empezar a llover en cualquier momento. Vimos que mucha gente bajaba por la calle lateral al convento y decidimos probar si por ahí era más rápido. Para nuestra sorpresa llegamos directos al elevador de Santa Justa, pero justo empezaba a llover. Esperamos un rato bajo el balcón de un edificio contiguo, la lluvia no duró más que unos pocos minutos. Aprovechando que ya estábamos en la parte alta del mirador disfrutamos un poco de las vistas nocturnas. Desde aquí podían verse entre otros lugares, la plaza Rossio y el Castillo de San Jorge.

 

Elevador de Santa Justa 2

Vistas desde el elevador de Santa Justa

 

Elevador de Santa Justa 3

Vistas desde el elevador de Santa Justa

 

Aunque era de noche, era algo temprano para ir a cenar y fuimos paseando hasta la plaza do Comercio. Es una de las plazas más importantes de la ciudad, aquí estuvo el palacio real hasta que fue destruido en el gran terremoto de 1755. En tres de sus lados hay edificios porticados y el restante, el que da al río, está abierto. Entre los puntos importantes de la plaza se encuentran el Arco del Triunfo de Rua Augusta y la estatua ecuestre de José I.

 

Plaza del comercio 1

Plaza do comercio – Arco del Triunfo de Rua Augusta

 

Plaza del comercio 2

Plaza do comercio – Estatua ecuestre de José I

 

Empezaba a hacerse hora de cenar y fuimos a buscar un restaurante. Fuimos dando una vuelta por el barrio de La Baixa y acabamos entrando en Cataplana LX. Haciendo honor al nombre del restaurante, pedimos una cataplana. Consiste en una cazuela esférica metálica donde se cocinan varios pescados y mariscos, que también pueden ser con salsa como el que nos trajeron. Sabíamos que este tipo de platos nos iba a costar un poco más caro, pero estábamos de vacaciones. La cataplana está muy buena, una recomendación que hacemos si os gusta el pescado y el marisco. Pagamos en total 47,5€ contando la comida y la bebida. También nos invitaron a un chupito de ginjinha, licor de cereza típico de Portugal.

 

Cena

Cena - Cataplana

 

Después de cenar tardamos apenas unos minutos en volver al hotel. Al día siguiente queríamos levantarnos pronto para ir a visitar Sintra. De modo que volvimos a la habitación para descansar.

 

Día 1Día 3

 

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