Día 2 (12/07/2021) - Eira do Serrado ➞ Pico do Arieiro ➞ Santana
Funchal
Unas horas más tarde que el día anterior, y mucho más descansados, nos levantamos preparados para hacer nuestras primeras excursiones por la isla. Desayunamos en el apartamento, mientras tanto, fuimos mirando el tiempo de diferentes zonas de la isla para saber que íbamos a hacer hoy. Decidimos que recorreríamos el centro de Madeira, pasando por Eira do Serrado y el Pico do Arieiro, llegando finalmente a Santana. Preparamos la mochila en consecuencia a las visitas del día, así como la ropa que nos pusimos. Una vez tuvimos todo preparado, bajamos al parking para subir a nuestro coche de alquiler y empezar el recorrido de hoy.
Eira do Serrado
La isla de Madeira es muy montañosa, lo habíamos descubierto el día anterior nada más llegar. En Funchal la mayoría de calles tienen cuesta. La carretera que seguimos también fue subiendo por la montaña. Estuvimos un rato ascendiendo para llegar a Eira do Serrado. En este mirador hay un hotel con spa, pero también tienen un bar y una tienda de souvenires. Aparcamos nuestro vehículo y caminamos unos pocos minutos subiendo unas escaleras para llegar al mirador. Los 1.095 metros de altitud de Eira do Serrado le proporcionan unas vistas impresionantes. Se pueden ver unas grandes montañas y un río que las cruza por en medio. También el pueblo de Curral das Freiras, al que se puede bajar siguiendo la carretera que lleva al mirador.
Eira do Serrado
Pasamos un buen rato en el mirador hasta que decidimos que ya teníamos suficientes fotos. Antes de volver al coche, paramos en el bar de Eira do Serrado para tomar un café y pedir un irresistible pastéis de nata y otro de castaña muy típico de la zona. En nuestro viaje a Lisboa y Oporto del año anterior nos habían encantado los pastéis de nata y no queríamos perder la oportunidad. En el pueblo de Curral das Freiras es muy típica la castaña, y supusimos que por eso también tenían la variante de estos pastelitos hechos de castaña y quisimos probarlos. Aunque estaba muy bueno, nos quedamos con el tradicional pastéis de nata. Como supusimos, en este lugar no iba a ser barato y pagamos por dos cafés y los dos pastelitos un total de 8€.
Eira do Serrado - Pastéis de nata y castaña
Pico do Arieiro
Deshicimos la última parte del camino para ir a nuestro próximo destino. Nos equivocamos y cuando nos dimos cuenta estábamos bajando a Curral das Freiras. El indicar de gasolina nos indicaba que empezábamos a ir un poco justos. Nos debatimos entra dar la vuelta y no perder tiempo o acabar de bajar y ver si había una gasolinera en el pueblo. Nos decantamos por lo primero, suponíamos que encontraríamos alguna gasolinera por el camino.
Tardamos una media hora en llegar y el parking estaba prácticamente lleno. Tuvimos suerte que un coche se iba y pudimos estacionar el nuestro. Solo hay que subir unos pocos escalones y caminar un par de minutos para llegar al mirador. Desde aquí las vistas de la zona son espectaculares. El Pico do Arieiro es el tercer punto más alto de la isla con 1.861 metros de altitud. Desde aquí también empieza una ruta a pie que lleva hasta el Pico Ruivo, el más alto de la isla. La ruta no es sencilla y se necesitan algunas horas. Nosotros no estábamos preparados para hacer esa excursión y menos yendo con Liam.
Vistas desde Pico do Arieiro
Por nuestra parte, nos dedicamos a disfrutar de las vistas de los alrededores. Lo que pudimos hacer es subir a un pequeño montículo que hay en el mirador hecho con unas pocas rocas. Tuvimos que esperar nuestro turno, ya que, había bastante gente haciendo cola para subir y sacarse fotos. De vuelta al coche vimos que había un balcón desde el cual se veía otra zona de la montaña. Aprovechamos que aquí no había nadie para sacar fotos tranquilamente y que Liam pudiese correr un poco y jugar.
Pico do Arieiro
Vistas desde Pico do Arieiro
A los pocos minutos estábamos de nuevo en camino, esta vez en dirección a Santana. Seguíamos sin encontrar una gasolinera y empezamos a preocuparnos cuando el coche marcó la reserva. Todavía quedaban unos kilómetros para llegar, por suerte desde que salimos del pico casi todo era bajada y el trayecto era menos exigente para nuestro vehículo. Por el camino no pudimos evitar detenernos a sacar algunas fotos. Esta zona nos recordó mucho a algunas carreteras que vimos en nuestro viaje a Nueva Zelanda y quisimos sacar algunas instantáneas tal como hicimos en ese país. Otra cosa que nos llamó mucho la atención, es que en estas carreteras donde no hay ninguna población cerca, había varias barbacoas con bancos y mesas.
Carretera de Pico do Arieiro a Santana
Santana
Llegamos a Santana al límite de gasolina, pero pudimos llegar a una de las gasolineras del pueblo antes de quedarnos sin. Buscamos algún restaurante típico de Santana y que estuviera bien de precio y acabamos entrando en Caldeirao Verde. Pedimos una espetada mista y un plato del día, que era pollo a la brasa. Con los acompañamientos que tenían los platos tendríamos bastante para los tres. Junto con el bolo de caco, la bebida y el café, pagamos un total de 22,7€. Hoy habíamos encontrado un restaurante donde van a comer los madeirenses y habíamos pagado bastante menos que el día anterior.
Caldeirao Verde - Espetada mista
Caldeirao Verde – Pollo a la brasa
A continuación, nos dirigimos a la principal atracción turística de Santana. Las casas típicas madeirenses ya no se usan hoy en día, sin embargo, en este pueblo quedan algunas para que los turistas podamos ver como eran. El tejado de paja muy inclinado es lo más característico. También pudimos ver que no son muy grandes y el interior es una única habitación. Hay cinco en la zona y todas están pintadas con los mismos colores.
Santana - Casas típicas
Las primeras que vimos se utilizan como oficina de turismo y como tienda de souvenires. Entramos en la primera para hacer algunas preguntas. Después caminamos unos pocos metros para ver que había una tercera en construcción. Un poco más apartadas había otras dos, una de ellas estaba como incrustada en otro edificio más grande. La última estaba junto a un jardín lleno de flores con un banco de madera y un camino que lleva hasta la casa. Como las anteriores, vimos que se utiliza como tienda en la actualidad. No muy lejos hay un parque infantil y fuimos para que Liam jugase un rato.
Santana - Casas típicas
Pasados unos minutos y viendo que teníamos tiempo, fuimos a ver una levada. Por el camino pasamos por el parque de atracciones de Santana, que como nos habían dicho en la oficina de turismo, al ser lunes estaba cerrado. El parque era una visita que teníamos marcada como secundaria, de todos modos tampoco tendríamos tiempo de entrar si queríamos ver la levada. Tardamos algo más de diez minutos en llegar y dejar el coche en el parking que hay junto a la entrada.
Vimos que antes de empezar el recorrido había bastante gente en las mesas y bancos. Parecía que estaban comiendo después de la caminata por la levada. Justo al lado hay una caseta donde pagar después el parking para poder salir. Por ahora, nosotros íbamos a caminar por la levada de Caldeirao Verde.
Las levadas son unos antiguos canales que se utilizaban para llevar agua, generalmente del norte de la isla al sur porque en la primera zona llovía mucho y la segunda era más seca. En la actualidad se aprovechan los caminos que van junto a estos canales para hacer senderismo. Hay varias repartidas por la isla y la de Caldeirao Verde es una de las más conocidas.
Levada de Caldeirao Verde
Levada de Caldeirao Verde
Empezamos el camino con Liam en la mochila de porteo porque se había quedado dormido en el coche. La levada es muy verde y nos enamoró nada más empezar el recorrido. El canal de agua no era muy grande, pero iba bien cargado de agua que fluía en dirección contraria a la que llevábamos en ese momento. Por el camino había mucha vegetación, no era de extrañar con la cantidad de agua que había. También había gran cantidad de rocas, que aprovechamos para sacar algunas fotos.
Levada de Caldeirao Verde
Levada de Caldeirao Verde
Cuando llevábamos unos 4 kilómetros según nuestros cálculos, Liam se despertó de la siesta. Llevábamos aproximadamente la mitad del recorrido y viendo la hora que era vimos que no íbamos a poder continuar. Además, Liam no aguantaba más en la mochila de porteo y quiso bajar, con lo que caminar así iba a ser muy complicado. Lamentándonos por no haber planificado el viaje para hacer la levada al completo dimos la vuelta. Esta ruta nos había gustado mucho más de lo esperado y a nuestro pesar no podríamos completarla. Tardamos un poco en llegar a la salida porque Liam saco a relucir su curiosidad y se paraba cada pocos metros, pero disfrutó muchísimo de la ruta.
Levada de Caldeirao Verde
Levada de Caldeirao Verde
Cuando llegamos a la salida, vimos que ahora ya casi no había nadie. Fuimos a las taquillas para pagar el ticket del parking y vimos que estaba cerrado. Miramos hacia el parking y vimos que las vallas estaban levantadas. A cierta hora deben de cerrar las taquillas y dejan libre acceso al parking fuera de las horas puntas. Cuando nosotros salimos eran aproximadamente las siete de la tarde. Subimos al coche y nos dispusimos a volver a Funchal, pero esta vez no cruzaríamos la isla por la carretera de montaña, si no que iríamos bordeándola por la carretera que era bastante más rápido.
Garajau
Tardamos poco más de media hora en recorrer la carretera. Poco antes de llegar a Funchal vimos que era temprano y decidimos parar en el pueblo de Garajau, que se encuentra poco antes de llegar a la capital. Esta era una visita que teníamos marcadas para el último día, pero como nos venía de camino pensamos en parar y aprovechar para cenar en este pueblo que sería más fácil que hacerlo en Funchal.
Aparcamos directamente cerca del Cristo Rei, el motivo por el cual decidimos detenernos en Garajau. Nada más salir del coche empezamos a ver unas vistas impresionantes de la costa madeirense con sus acantilados. Unas pocas casas están construidas cerca de estos acantilados donde el acceso a las playas es impracticable.
Garajau
No tuvimos que caminar mucho para llegar hasta la estatua del Cristo Rei. Es una réplica del Cristo Redentor que se encuentra en Rio de Janeiro, aunque es bastante más pequeña. El camino continúa descendiendo una gran cantidad de escalones para llegar hasta el final de la ponta de Garajau. Bajamos unos cuantos escalones y vimos que las vistas no iban a ser mejores por llegar hasta el final. Sacamos fotos de la estatua y de las vistas hasta que decidimos que era hora de ir a cenar.
Garajau - Cristo Rei
De camino al Cristo Rei habíamos circulado por la estrada de Garajau y habíamos visto que había varios locales. Fuimos hasta esta calle y después de mirar en los diferentes restaurantes, decidimos sentarnos en el café brites para cenar un bocadillo. Pedimos un bolo de caco de bife de ternera con huevo y dos de bifana. Liam se comió más de medio bolo de bifana. Los tres bocadillos y dos cervezas nos costaron en total 11,7€, un precio más que razonable con el que compensábamos el precio de la comida del día anterior.
Café Brites - Bocadillo de bife de ternera
Café Brites - Bifana
Después de cenar volvimos a nuestro apartamento. Aunque habíamos parado a cenar en Garajau, apenas tardamos unos quince minutos en llegar. Cenar fuera de la capital nos había salido mejor por precio y por tiempo. Fuimos a dormir esperando que al día siguiente el tiempo acompañase para ir a algunas de las playas que teníamos planificadas.
