Día 4 (14/07/2021) - Porto Moniz ➞ Seixal
Funchal
Como los días anteriores cuando despertamos miramos el tiempo en diferentes puntos de la isla. El día anterior habíamos ido a dormir un poco tarde, no queríamos despertar a Liam temprano. Sergio fue en un momento a buscar unos bocadillos de tortilla francesa y unos cafés a Grao de Farinha que teníamos muy cerca. El desayuno nos costó un total de 8,6€. Tomamos tranquilamente nuestro desayuno, mientras esperábamos que Liam se despertase para darle el suyo. Después preparamos las mochilas teniendo ya en mente que hoy iríamos a visitar la zona norte de Madeira, que va desde Sao Vicente hasta Porto Moniz.
Sao Vicente
Cuando estuvimos preparando el viaje, vimos que las cuevas de Sao Vicente estaban cerradas debido a las restricciones de la pandemia. Era una lástima porque era una de las visitas que más ganas teníamos de hacer en la isla. Según habíamos leído aquí se puede conocer el origen volcánico de Madeira. La carretera que cruza la isla de sur a norte, más rápida que la que habíamos tomado por la montaña para llegar a Santana días atrás, llegaba hasta Sao Vicente y desde allí podríamos ir hasta Porto Moniz. Así que de todos modos, teníamos que pasar por este pueblo y comprobar si las cuevas estaban realmente cerradas.
Salimos del apartamento y en pocos minutos llegamos a la vía rápida. Llegamos hasta Ribeira Brava, donde la carretera se bifurca para ir a Sao Vicente en dirección norte. Esta carretera era impresionante, íbamos cruzando un valle rodeado de unas grandes montañas verdes tanto a derecha como a izquierda. El paisaje era muy bonito y nos detuvimos en más de una ocasión. Al llegar a Sao Vicente nos detuvimos en un mirador donde había unas buenas vistas. Hacía un lado se veían las montañas que dejábamos atrás y hacía el otro las casas del pueblo distribuidas por el valle que se extiende hasta el mar. Desde aquí solo tuvimos que desviarnos un par de minutos para llegar al parking de las cuevas y comprobar que efectivamente estaban cerradas. Lamentándonos de no poder hacer una de las visitas que más ganas teníamos de hacer, nos pusimos en dirección a Porto Moniz.
Mirador de Sao Vicente
Mirador de Sao Vicente
La carretera continúa junto al mar, atravesando por largos túneles algunas de las montañas. La cantidad de túneles que vimos en la isla es algo que nos sorprendió, así como la longitud de algunos de ellos. El paisaje seguía siendo impresionante y no pudimos evitar detenernos en varias ocasiones. Una de las mejores paradas que hicimos fue en un mirador desde donde se veía el pueblo de Seixal, que teníamos pensado visitar por la tarde.
Mirador de Seixal
Porto Moniz
Cuando llegamos a Porto Moniz nos sorprendió ver que no había mucha gente por la calle. Buscamos parking y no nos costó mucho encontrar uno en la zona que queríamos visitar. Era zona azul y pagamos 4,7€ con lo que tendríamos hasta media tarde. Solo tuvimos que cruzar la calle para ver uno de los principales motivos para venir hasta este pueblo. Las piscinas naturales son uno de los mayores reclamos turísticos de Madeira. Por ahora nos limitamos a ver estas piscinas y esperar a bañarnos más tarde. Primero queríamos hacer otras visitas.
Porto Moniz - Piscinas naturales
Seguimos caminando cerca del mar para llegar en pocos minutos al puerto. Éste no era muy grande y las barcas que había en este puerto también eran pequeñas. De nuevo las vistas de los alrededores eran impresionantes. Los acantilados no dejaban de maravillarnos y pasamos unos minutos disfrutando de las vistas antes de continuar.
Porto Moniz - Puerto
A continuación, fuimos a ver el acuario de Porto Moniz que estábamos seguros que sería una buena visita para Liam. Pagamos 14€ en total para poder entrar. Nada más entrar, nuestro hijo ya empezó a disfrutar mirando los peces de las primeras peceras. Estas no eran muy grandes y para ver a los peces había que subir por unas escaleras que había en la misma roca que daba forma a la pecera.
Acuario
Seguimos con el recorrido y los tres nos sorprendimos al ver una gran cristalera que iba desde el suelo hasta el techo. Era la pecera más grande del acuario y había gran cantidad y variedad de peces. Había desde pequeños tiburones hasta estrellas de mar, pasando por pargos y jureles. Esta fue la zona del acuario donde más rato estuvimos. La pecera era impresionante y ver a todos esos animales nadando era hipnótico. Nos resistimos un buen rato a continuar, sobre todo Liam que parecía no querer irse nunca.
Acuario
Finalmente, conseguimos movernos y acabar con el recorrido. Volvimos a sorprendernos al ver otros peces curiosos como el pez globo. También porque había un pasillo que comunicaba dos cristaleras de la pecera grande, incluido el techo donde había varias manta rayas apoyadas en el cristal que hacía las funciones de techo. Pasamos bastante rato en el interior del acuario, sobre todo porque Liam estaba alucinando viendo tantos peces.
Acuario - Pez globo
Acuario - Manta raya
Cuando salimos era mediodía y fuimos a comer a O Cachalote, uno de los restaurantes más recomendados de Porto Moniz. El local es muy grande y se encuentra junto a las piscinas naturales. Como fuimos pronto pudimos elegir mesa junto a la ventana y tener unas buenas vistas mientras comíamos. Una de las especialidades del O Cachalote era el arroz con lapas, que además, como indicaba un letrero de la entrada, tenían el record del arroz con lapas más grande del mundo con 687 kilos. Pedimos unos caramujos de entrante, que son unos caracoles de mar, y un cóctel de gambas. De segundo pedimos sardinas a la brasa y un arroz con lapas. Aunque los caramujos hemos de decir que eran un poco sosos, era como comer pipas. En general estaba todo muy bueno y pagamos un total de 45,2€.
O Cachalote - Caramujos
O Cachalote - Arroz con lapas
Después de comer nos pusimos nuestros bañadores y fuimos a las piscinas naturales. Estas están formadas por el agua que queda entre las rocas que hay junto a la costa. Las pequeñas zonas que no cierran de forma natural la piscina, tienen un pequeño muro artificial. El agua estaba muy fría y tardamos un poco en meternos en el agua. Una vez dentro se estaba muy bien. Había una pequeña piscina, que aunque comunicaba con el resto, apenas tenía un palmo de agua y Liam disfrutó mucho, porque no dependía de nosotros para pasearse dentro de esta piscina. Estuvimos una media hora en el agua, pero como hacía un poco de aire y el agua estaba fría decidimos volver al coche a cambiarnos.
Porto Moniz - Piscinas naturales
Porto Moniz - Piscinas naturales
Antes de abandonar Porto Moniz dimos un paseo en la dirección contraria al puerto, donde ya habíamos estado esta mañana. En esta otra parte del pueblo vimos que había otras piscinas, aunque tenían más partes artificiales de las que habíamos estado. También vimos que en esta zona había más gente y más locales. Sin duda esta zona era más turística que cerca del acuario. No pudimos evitar sacarnos una foto con un marco con el nombre de Porto Moniz, aunque tuvimos que esperar unos pocos minutos a nuestro turno.
Porto Moniz
Porto Moniz
Cuando nos dimos por satisfechos con la vuelta que habíamos dado, fuimos a un mirador que había en la montaña. Cruzamos el pueblo y subimos por la carretera que serpentea mientras asciende por la montaña. Llegamos a un parking desde donde había unas maravillosas vistas de todo Porto Moniz. Desde aquí arriba podíamos distinguir las piscinas naturales, tanto en las que nos habíamos bañado como las que vimos después. Con estas vistas en la retina, descendimos de nuevo hasta el pueblo y empezamos a deshacer el camino que habíamos hecho durante la mañana.
Porto Moniz - Mirador
Seixal
Hicimos una última parada antes de volver a Funchal. Nos detuvimos en el pueblo de Seixal. Por la mañana lo habíamos visto a lo lejos desde un mirador. En esta ocasión llegamos hasta un parking que hay junto a la playa. En Seixal tienen una playa de arena negra que no queríamos perdernos. La tarde no acompañaba y nos limitamos a ver la playa desde el muro que hay junto al parking. Desde aquí también pudimos ver que la vista de los alrededores era espectacular. De nuevo había acantilados y hasta alguna cascada que caía directamente en las aguas del océano.
Seixal – Paya negra
Seixal
Al otro lado del parking vimos que había otra piscina, aunque ésta nos pareció completamente artificial. De todos modos estaba llena con agua del mar y tendría una pequeña obertura para que el agua se fuese renovando. Vimos que cerca había un bar y fuimos a tomar algo y que Liam merendase. Pedimos un bikini y dos cortados mientras disfrutábamos del bonito paisaje que había a nuestro alrededor.
Seixal
Volvimos al coche y nos pusimos en dirección a Funchal. Apenas llevábamos unos minutos de camino cuando vimos otro mirador. Como nos suele pasar, no pudimos evitar detenernos y sacar algunas fotos. Las vistas merecían hacer una parada y no habíamos sido los únicos en hacerlo, había otros cuatro coches. Desde aquí volvimos a ver acantilados mirando en una dirección y el pueblo de Seixal mirando en la otra dirección. Estuvimos unos pocos minutos antes de continuar el camino.
Seixal - Mirador
Funchal
Cuando llegamos a Funchal hicimos una parada en un supermercado Continente que estaba justo al salir de la autopista. Teníamos que comprar agua, fruta y alguna cosa más. Aprovechamos que justo al lado estaba la pizzería Aromi para pedir dos pizzas para llevar. De este modo pudimos cenar tranquilamente en el apartamento y Liam podría moverse libremente y jugar con sus juguetes. También pudimos ir a dormir un poco más temprano que el día anterior y descansar.
