Día 3 (02/12/2018) - Meknes ➞ Fez

Meknes

En el Riad Bab Berdaine no servían el desayuno hasta las 10 de la mañana. Para nosotros era un poco tarde porque queríamos visitar algo de la medina antes de irnos a Fez, nuestro próximo destino. Optamos por levantarnos a las 8 y salir a visitar la ciudad antes del desayuno.

Empezamos a caminar por la medina y comprobamos que las calles estaban desiertas a esta hora de la mañana. Los comercios estaban cerrados, tan solo unos pocos bares y panaderías estaban abiertos. Pudimos callejear tranquilamente por la medina de Meknes. Hicimos uso de Maps.me para no perdernos por las laberínticas calles de esta medina marroquí.

 

Medina de Meknes 1

Medina de Meknes

 

Llegamos hasta la muralla que delimita la medina con la ciudad nueva de Meknes. Aquí seguimos en paralelo al muro hasta llegar a Lahdim Square, la plaza principal de la medina. Era muy temprano y no se veía mucha actividad, seguramente más avanzado el día o entrada la noche habría más movimiento. Enfrente se encuentra una de las principales puertas de la ciudad, la Bab Laleuj. Estuvimos un rato contemplando tanto la plaza como la puerta y sacando algunas fotos.

 

Lahdim Square

Lahdim Square

 

Puerta Bab Laleuj

Puerta Bab Laleuj

 

Cruzamos por Lahdim Square y paseando de nuevo por las laberínticas calles regresamos al riad. Dejamos preparadas las mochilas antes de sentarnos en la mesa. El desayuno consistía en una crepe, una pieza de bollería, mermelada y un yogur, acompañado con un té con menta y un café con leche.

 

Desayuno

Desayuno

 

Después de desayunar preguntamos al chico del riad como llegar hasta Fez. Nos dijo que la opción más económica era llegar hasta una parada de taxis que estaba a unos 20 minutos caminando. Había que cruzar la medina para llegar. Salimos del riad y fuimos hasta la puerta que le da nombre, Bab Bardaine nos pareció más pequeña que Bab Laleuj. Desandamos los últimos metros y giramos por una de las calles para cruzar la medina y llegar hasta la parada de taxis que nos habían dicho.

 

Puerta Bab Berdaine

Puerta Bab Berdaine

 

Cuando llegamos vimos que había muchos taxis, en este caso eran grand taxis. Como nos había dicho Wissam eran más caros, pero los petit taxi no pueden salir de su ciudad. Preguntamos el precio y nos dijeron que para ir a Fez eran 25 dírhams por persona. Consideramos que era un buen precio y aceptamos. Subimos a un taxi de siete plazas con un señor marroquí que se sentó de copiloto y tres señoras que se sentaron detrás. A nosotros nos tocó en los asientos de la última fila.

Por el camino fuimos comentando que seguía asombrándonos lo verde que era la zona. Nos dimos cuenta de que el conductor nos iba mirando por el retrovisor. Al principio no le dimos importancia, pensamos que era curiosidad por llevar a turistas. En un momento nos dimos un beso y el taxista pegó un frenazo diciéndonos "don't kiss". Nosotros le dijimos que vale, pero no era necesario el frenazo que había dado. No íbamos solos por la carretera y había sido una maniobra un tanto peligrosa, detrás venían coches que podrían habernos golpeado. Por suerte no hubo ningún choque.

Cuando llegamos a Fez el taxista nos dejó cerca de la estación. Nosotros queríamos ir a la medina que estaba algo lejos, pero el recorrido se acababa allí. Tendríamos que buscar otro medio de transporte para llegar.

Medina de Fez

A pocos pasos había taxis pequeños y cogimos uno para que nos llevase a la medina. Nos dijo que a la medina no podían entrar y le pedimos que nos dejase lo más cerca posible. Fuimos hasta la plaza Rcif, una de las entradas a la parte antigua de la ciudad. Pagamos 12 dírhams al taxista y con la mochila a la espalda nos pusimos en marcha.

Todavía no habíamos llegado a la puerta que da acceso a la medina, cuando un chico nos dijo que por ahí no podíamos entrar, que era hora del rezo y había mucha gente que iba a la mezquita. Nos indicó que entrásemos por otra puerta que estaba muy cerca. No le hicimos caso porque supusimos que la intención era cobrarnos por llevarnos a algún sitio. Cruzamos la puerta principal y ciertamente estaba llena de gente, pero tanto locales como turistas. Otro chico nos dijo que por ahí no podíamos cruzar. Por no discutir salimos y entramos por la otra puerta, pero diciéndoles que nos dejaran tranquilos.

De nuevo dentro de la medina empezamos a caminar siguiendo la apliacación Maps.me. Si las medinas de Rabat y Meknes nos habían parecido un laberinto, la de Fez lo era más todavía. Estábamos intentando orientarnos cuando apareció un niño ofreciéndose a llevarnos a nuestro riad. Le dijimos lo mismo que a los otros chicos, pero el niño insistió. Nosotros no acabábamos de orientarnos porque la cobertura GPS dentro de la medina es muy mala por no decir nula. Las calles son muy estrechas y no llega señal. Como seguimos diciéndole que no, el niño dijo a Sergio que tenía el corazón negro por no querer ayudarlo. En otra situación no hubiéramos hecho caso al niño, pero veíamos que iba a ser imposible llegar sin ayuda. Después de su insistencia consiguió que le dijéramos que nos llevara hasta el riad.

Una vez le dijimos que nos guiase su comportamiento cambió y fue más simpático. Nos fue guiando por las calles laberínticas de la medina mientras nos explicaba que allí era muy fácil perderse. El niño hablaba bastante bien español y entre otras cosas nos dijo que ganaba algo de dinero guiando a la gente. El camino que hicimos no nos pareció muy recto, tuvimos la sensación de que nos estaba dando vueltas para que no pudiéramos orientarnos. Cuando llegamos al riad comprendimos que sin su ayuda no hubiéramos podido encontrarlo. Le dimos 20MAD y el niño nos dijo que le diéramos más, que sin su ayuda no hubiéramos llegado. Tenía razón, pero solo habían sido 10 minutos y entendíamos que era una buena propina. Sin entretenernos mucho le dijimos que así estaba bien y entramos.

El Dar el Karaweine era bastante grande, recorrimos la entrada hasta el patio interior. Desde aquí vimos que el edificio tenía 4 o 5 niveles. Una señora nos atendió y nos invitó a un té con menta mientras esperábamos al dueño. Cuando éste llegó hicimos el check-in y pagamos los 13€ que costaba la noche. Nos acompañó hasta nuestra habitación, en el último nivel. Subimos con nuestras mochilas por unas escaleras muy estrechas. Nos dijo que nos acomodásemos y que antes de irnos nos daría indicaciones para guiarnos. Dejamos todo y como no teníamos tiempo que perder, bajamos para que el dueño nos indicase. Nos dibujó un mapa con el que podríamos guiarnos. Comprendimos en seguida que tal como habíamos intuido el niño nos había hecho dar algunas vueltas para liarnos y que no pudiéramos guiarnos.

Curtidurías de Chauwara

Salimos del riad y nos encaminamos a hacer algunas de las visitas de Fez. Solo teníamos la tarde de hoy y sabíamos que se necesitaba mínimo un día para poder ver todo lo que queríamos. El primer lugar que visitamos fueron las curtidurías de Chauwara. Con el mapa que nos había hecho el señor del riad no nos costó llegar. Necesitábamos subir a una zona elevada para poder contemplar las curtidurías. Hay restaurantes que tienen la terraza con vistas a este lugar, pero obligaban a hacer alguna consumición. El dueño de una tienda de bolsos de piel nos dijo que desde su terraza se podían ver las curtidurías y que podíamos pasar, que no era necesario que le comprásemos nada.

Entramos en la tienda y nos guio por las escaleras mientras nos daba un poco de menta. El olor es un poco fuerte, sobre todo en verano, pero estábamos casi en invierno y no era demasiado fuerte. Le dimos las gracias, pero él se quedó para explicarnos el procedimiento que seguían con las pieles. El primer paso es ponerlas en cal viva para eliminar los restos de lana. A continuación, las ponen con caca de paloma, que es un amoniaco natural. En tercer lugar, las ponen en otros depósitos, separadas para teñirlas de diferentes colores. Utilizan la amapola para el rojo, el índigo para el azul, la menta para el verde y la cúrcuma para el amarillo. El último paso es estirarlas al sol para secarlas.

 

Curtidurias de Chauwara 2

Curtidurías de Chauwara

 

Estuvimos un rato sacando fotos y viendo como trabajaban las pieles. Debía ser un trabajo duro, con los olores, los productos que utilizaban y tantas horas al sol. A los pocos minutos decidimos bajar y el señor nos dijo si queríamos comprarle algo. No teníamos intención de comprar nada, pero preguntamos el precio de algún bolso ya que nos había hecho algunas explicaciones. Le dijimos que lo sentíamos pero que no queríamos gastar tanto dinero. Le dimos 10MAD como propina por habernos dejado subir a su terraza y nos fuimos.

 

Curtidurias de Chauwara 3

Curtidurías de Chauwara

 

Curtidurias de Chauwara 4

Curtidurías de Chauwara

Medina de Fez

Volvimos a callejear por las estrechas calles de la medina de Fez, hasta aparecer en la plaza Seffarine. Antes de llegar empezamos a escuchar el sonido del golpeo de un martillo contra algún tipo de metal. Las tiendas que hay en este lugar venden todo tipo de utensilios hechos de metal. Seguimos paseando, encontrando todo tipo de tiendas a nuestro paso por las calles de la medina, la mayoría eran de productos artesanos pero también había de diferentes tipos de alimentos. Nos dirigíamos a la puerta Bab Boujloud, cerca de ésta había diferentes puntos que queríamos visitar.

 

Medina de Fez 1

Medina de Fez – Plaza Seffarine

 

Medina de Fez 2

Medina de Fez

 

Pasamos por delante de una mezquita muy grande. Solo se veían unas escaleras y había algunos turistas por la zona. Empezamos a subir sin saber si se podía y cuando llegamos arriba no nos atrevimos a entrar. Teníamos entendido que solo podían entrar los musulmanes y efectivamente se acercó un vigilante que muy amablemente nos dijo que no estaba permitida la entrada a los no creyentes. Le dimos las gracias y empezamos a descender. Estábamos llegando abajo cuando un señor se acercó y chillando nos dijo que no podíamos entrar, de muy malas maneras. Le dijimos que ya nos habían avisado arriba y nos estábamos yendo.

Por el camino fuimos buscando un lugar donde comer, llevábamos apuntados algunos nombres recomendados en algunos blogs. Pasamos por delante de una tienda y un señor nos preguntó que buscábamos. Le dijimos que buscábamos un restaurante y nos dijo que él nos llevaba a uno de comida local a buen precio. A cambio pedía que después pasásemos por su tienda a comprar especias. Teníamos pensado comprar algunas, así que en esta ocasión no nos importó que nos guiaran.

Comida

El señor nos llevó al restaurante Ali Baba. Tuvimos que subir unas estrechas escaleras para subir a la terraza. Pedimos un tajine y un cuscús para compartir. Estaban cocinados de diferente manera a los de la noche anterior. El cuscús venía acompañado de zanahoria, patata, calabacín, garbanzos y pollo. El tajine venía cocinado en salsa, con olivas y rodajas de limón. Estaba todo muy bueno, nos estaba gustando mucho la cocina marroquí. Antes de acabar aparecieron dos niños, uno de ellos era el hijo del señor que nos había traído. Pagamos 154MAD por la comida y bajamos para que el niño nos llevara a la tienda de su padre.

 

Comida Tajine

Comida – Cuscús

 

Comida Cuscus

Comida - Tajine

Medina de Fez

Dejamos que el chico nos llevase hasta la tienda de su padre para comprar especias. Cuando llegamos no había nadie y él mismo nos atendió. Preguntamos un poco por las diferentes especias que tenían y finalmente compramos una bolsita de pimentón picante por 25MAD.

 

Tienda de especias

Tienda de especias

 

De nuevo en la calle, nos pusimos en dirección a la puerta Bab Boujloud. Ésta es una de las principales entradas a la medina y estéticamente nos gustó mucho. Los detalles de los artesanos de la época eran impresionantes. Pasamos unos minutos por la zona, buscando un buen ángulo para sacar fotos sin que el sol molestase demasiado.

 

Bab Boujloud

Bab Boujloud

 

Entremos de nuevo en la medina y empezamos a buscar la Madrasa de Bou Inania, una de las visitas estrellas de Fez. De camino paramos a comprar unos dulces típicos marroquíes. Pasamos por una pequeña calle muy colorida y que nos llamó mucho la atención. La madrasa tenía que estar por los alrededores pero no éramos capaces de encontrarla. Finalmente, tuvimos que preguntar y nos dijeron que era una de las puertas que había justo al lado, pero que era la hora del rezo y no se podía entrar. Teníamos que esperar a que acabasen. Dimos unas vueltas por los alrededores y volvimos pasados unos minutos. Cuando regresamos, la puerta estaba cerrada y nos dijeron que por hoy ya habían cerrado. No nos podíamos creer que nos fuéramos a quedar sin ver una de las mejores visitas de la ciudad.

 

Medina de Fez 4

Medina de Fez

 

Un poco decepcionados por ver que nos estábamos perdiendo varias de las visitas de Fez, fuimos al riad a descansar un poco. Todavía teníamos la posibilidad de subir a un mirador que hay por encima de las tumbas benimerines.

Al rato volvimos a la calle, empezamos a caminar y al principio nos perdimos un poco. Durante el día habían sido muchas las personas que habían intentado guiarnos o vendernos algo, algunos poniéndose pesados. Un chico nos dijo, como muchos otros antes, que por ahí estaba cerrado y que íbamos a perdernos. A Sergio se le acabó la paciencia y le dijo que nos dejara tranquilos, que él no sabía donde íbamos y por tanto no sabía si estábamos perdidos.

Sin muchos más problemas conseguimos llegar al norte de la medina y así hasta las tumbas benimerines. Cruzamos por este cementerio lleno de lapidas blancas. Caminando por una carretera que era toda cuesta arriba, llegamos hasta el mirador. El último tramo discurría por un camino de tierra para llegar a la zona más elevada.

 

Tumbas benimerines

Tumbas benimerines

 

El camino había sido un poco cansado debido a la cuesta, pero las vistas eran impresionantes. Se veía toda la medina de Fez. Entre tanto edificio pequeño destacaba la gran mezquita, que nos recordó un poco a la de Mulay Idris. El sol empezaba a caer y pudimos disfrutar de un gran atardecer. Antes de que fuese completamente de noche, decidimos empezar a descender y volver a la medina. En esta ocasión lo hicimos por otro camino y fuimos a parar la puerta Bab Boujloud.

 

Mirador de la Medina de Fez 1

Vistas de la Medina de Fez

 

Mirador de la Medina de Fez 2

Vistas de la Medina de Fez

 

A estas horas la medina estaba muy animada y las calles estaban llenas de gente. Faltaba un rato para la cena y fuimos a tomar algo para hacer un poco de tiempo. A estas horas poco se puede hacer por la calle aparte de comprar y no teníamos intención de llenar nuestras mochilas al principio del viaje. Cuando salimos del bar vimos que venía mucha gente que parecía celebrar algo. Esperamos a que pasasen y vimos que era una boda, llevaban en alto a la novia y tocaban música. Fue una escena muy curiosa.

 

Medina de Fez 5

Medina de Fez

 

De noche, con más tranquilidad conseguimos encontrar el restaurante Sekaya, que recomendaban "viajeroscallejeros" en su blog. Nos llevaron hasta el terrado donde tenían unas cuantas mesas. Estábamos solos en el restaurante y las vistas de la ciudad eran fantásticas. Pedimos unas brochetas y una pastilla para compartir. La pastilla es una masa de hojaldre rellena de carne y especias. Estaba todo muy bueno, había sido una buena recomendación y no había sido muy caro, la cena nos costó 180 dírhams.

 

Cena Brochetas

Cena - Brocheta

 

Cena Pastilla

Cena - Pastilla

 

Una tarde perdiéndonos por las calles de la medina había sido suficiente para empezar a orientarnos. Sabíamos por donde teníamos que ir para volver al riad. El camino pasaba por el zoco, pero que a estas horas de la noche estaba cerrado. Teníamos un problema porque teníamos que rodear el zoco y no sabíamos como hacerlo. Un chico se ofreció a llevarnos, pero le dijimos que nos bastaba con que nos indicase por donde teníamos que ir. Él insistió y nos acompañó. En varias ocasiones le dijimos que ya sabíamos llegar, pero él siguió. Cuando llegamos a la puerta le dimos 8MAD, era lo único suelto que llevábamos encima. Le dijimos que le habíamos dicho que no siguiera porque ya sabíamos volver, que había sido él quien había querido venir. Nos dijo que eso era propina para niños y que éramos unos racistas. Entramos en el riad sin discutirnos más y no perder más tiempo. No habíamos tenido un buen primer contacto con esta ciudad, tendríamos que volver en alguna ocasión. Con un sabor agridulce por las horas pasadas en la medina nos fuimos a dormir, esperando a que el resto del viaje mejorase.

 

Día 2Día 4

 

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