Día 5 (04/12/2018) – Erg Chebbi ➞ Todra ➞ Dades
Erg Chebbi
Los chicos del campamento nos habían dicho que vendrían a avisarnos para ver el amanecer, pero no vinieron. Por suerte, habíamos sido previsores y puesto la alarma del móvil para no quedarnos dormidos. Cuando vimos que empezaba a ser tarde, salimos de la haima y subimos a una duna para ver el amanecer.
No éramos los únicos que habían decidido salir, la pareja que habíamos conocido la noche anterior también había salido. Estuvimos hablando mientras veíamos el fantástico amanecer que nos estaba regalando este desierto. También salió el otro grupo que había en el campamento y decidimos caminar todos un poco por las dunas mientras veíamos la salida del sol.
Desierto de Erg Chebbi - Amanecer
Desierto de Erg Chebbi - Amanecer
Cuando nos cansamos de pasear fuimos al comedor y ya tenían preparado el desayuno. Había un buffet libre con tortitas, crepes, mermeladas, fruta, huevos, zumo, té y café. Tomamos un buen desayuno, sabiendo que era muy temprano y pasarían muchas horas hasta la hora de comer.
Uno de los chicos del campamento nos dijo que cuando acabásemos, podíamos ir a la entrada para que nos llevasen de vuelta al hotel. Fuimos a la haima a recoger las mochilas y como el día anterior nos las llevaron en coche. Nosotros volvimos a subir al camello con el mismo guía que la tarde anterior. El chico hablaba muy poco español, pero cuando le dijimos que éramos del Barça se puso a cantar el himno.
Desierto de Erg Chebbi
Llegamos cerca del hotel y cuando nos bajamos del camello, vimos que Hassan ya estaba esperándonos con el coche. La tarde anterior no tuvo tiempo de volver y había pasado la noche en otro lugar. Nos despedimos de nuestro guía del desierto y le dimos algo de propina. Subimos al coche para ponernos en marcha para hacer las visitas que teníamos programadas para hoy.
Risani
La primera parada del día fue para visitar el mercado de Risani. Tardamos menos de una hora desde Erg Chebbi. Nos detuvimos justo delante del mercado y entramos para visitarlo. De entre todas las tiendas que había, la que más nos llamó la atención fue una de especias. Tenían más de 40 diferentes de todo tipo de colores. El señor de la tienda nos explicó un poco que productos tenía y en todo momento nos dijo que no teníamos por qué comprar nada. Nosotros queríamos comprar algunas especias y decidimos comprar una mezcla que tenían de 44 especias diferentes, 100 gramos por 40 dírhams.
Mercado de Risani - Especias
Continuamos paseando por el interior del mercado, viendo otras tiendas de comida y ropa. Salimos por el otro extremo y llegamos a otra zona donde vendían cabras. Aquí se juntaban unos cuantos ganaderos con sus animales. Nos dejaron entrar y sacarnos algunas fotos. Fue curioso ver como venden a estas cabras.
Mercado de Risani
Erfoud
A poca distancia está Erfoud, también conocida como la ciudad de los fósiles. Aquí tienen varias tiendas que trabajan piedras traídas de las canteras. Hace miles de años esta zona había estado sumergida bajo el mar y hay infinidad de fósiles en las rocas. Hacen todo tipo de piezas con estas piedras, desde mesas o muebles para el baño hasta pequeñas figuras de decoración. Un chico nos hizo la explicación de como extraen las rocas de la cantera y como las trabajan con algunas máquinas. Después de la explicación pasamos a la tienda donde compramos el fósil de un caracol marino por 35 dírhams.
Erfoud – Tienda de fósiles
Erfoud – Tienda de fósiles
Tinghir
Tocaba pasar varias horas en la carretera por la provincia de Tinghir. Queríamos llegar hasta Dades pasando por la garganta del Todra. A medio camino paramos a comer en un restaurante para turistas. Volvimos a decir a Hassan que preferíamos uno donde fuese la gente local, pero nos dijo que siempre llevaban allí a los turistas. La comida no estaba mal, pero no tan buena como la que habíamos comido días atrás. Además, fue algo más cara, pagamos 190MAD.
Después de comer empezamos a entrar en zona montañosa, teniendo algunos de los picos más altos del Atlas de fondo. El paisaje continuaba siendo desértico, pero ya empezaban a verse algunos brotes verdes, nos estábamos alejando del desierto. A medio camino volvimos a detenernos por problemas con el coche. Se había sobrecalentado como el día anterior. Repetimos la operación de echar agua para rebajar la temperatura y poder continuar.
Camino de Tinghir - Atlas
Cuando llegamos a Tinghir tuvimos unas magníficas vistas, que nos recordaron a las del día anterior en el valle del Ziz. En medio de un paisaje desértico había una zona verde que seguía el curso del río, donde había árboles, campos de cultivo y casas. Hicimos una parada para sacar unas cuantas fotos, disfrutar del paisaje y estirar un poco las piernas. Habíamos pasado más de dos horas de coche desde que paramos la última vez.
Tinghir
Tinghir
Garganta del Todra
Tuvimos que desviarnos unos pocos kilómetros de la carretera que lleva a Dades para llegar a la garganta del Todra. Cuando llegamos Hassan dijo que bajáramos y disfrutásemos de la garganta, él nos esperaba en el otro extremo. El espacio que había dentro de la garganta era suficientemente ancho para una carretera por donde pasaban dos coches y una zona por donde bajaba el agua del río. Pasamos un rato en la entrada sacando algunas fotos y maravillándonos con la altura de estas montañas rocosas.
Garganta del Todra
Fuimos caminando y deteniéndonos cada pocos metros para contemplar esta magnífica garganta. No fue hasta que giramos en una curva que vimos el final de la garganta del Todra. En realidad no era excesivamente larga, pero el paseo por su interior es impresionante y muy agradable para huir del sol. Nos resistimos un poco en llegar hasta el coche, donde nos esperaba Hassan. Cuando consideramos que habíamos disfrutado suficiente del lugar, nos dirigimos al final del camino para subir de nuevo al 4x4.
Garganta del Todra
Garganta del Todra
Garganta del Dades
Antes de llegar al hotel pasamos por la garganta del Dades, ésta no nos impresionó tanto como la anterior, pero también tenía sus curiosidades. En esta ocasión tuvimos que conformarnos con verla desde un mirador, no se podía bajar y cruzar caminando. Lo curioso de la garganta del Dades es que en la zona central, las rocas tienen la forma de unos dedos.
Garganta del Dades
Garganta del Dades
El sol empezaba a caer y continuamos hasta llegar al hotel. Este alojamiento venía incluido en el tour que teníamos contratado y fue el mejor de los que estuvimos en Marruecos.
Habitación
Hassan volvió a irse para ver si podía ir a un taller y que le revisasen el coche. Nos dijo que nos veríamos en la cena, pero la noche anterior también nos lo había dicho y no apareció. Tuvimos un rato para descansar y tomar una ducha antes de bajar a cenar.
Cuando bajamos al restaurante nos dijeron que tenían un menú. Nos sentamos en nuestra mesa y empezaron a traernos los platos. La comida no era típica marroquí, era una cocina bastante elaborada pero más bien de carácter internacional. De todos modos estaba todo muy bueno.
Cena
Cena
Al rato apareció Hassan y nos dijo que no había conseguido que le arreglasen el coche. Se sentó con nosotros y sacó unas cervezas. Pensábamos que al ser musulmán no bebía alcohol, pero nos dijo que en la intimidad podía beber. Tomamos dos cervezas cada uno mientras unos chicos tocaban música bereber. Habíamos cenado muy bien y con un buen espectáculo, era buen momento para ir a dormir.
