Día 1 (10/03/2018) - Barcelona ➞ Londres ➞ Los Ángeles
Salida de Barcelona
Había pasado casi un año desde nuestro último viaje. Habíamos pasado los últimos meses preparando el día más especial de nuestras vidas, nuestra boda. Después de tanta preparación necesitábamos un poco de desconexión y que mejor manera que un gran viaje. Teníamos muchas ganas de emprender una nueva aventura y habíamos elegido el más lejano de los destinos para pasar nuestra luna de miel.
Por delante teníamos muchas horas de vuelo. Nos habíamos mentalizado que íbamos a pasar más de 24 horas de viaje para llegar hasta Christchurch, la ciudad más importante de la isla sur de Nueva Zelanda, desde donde empezaríamos nuestro recorrido por este país. Para comenzar, fuimos al aeropuerto de Barcelona desde donde salía nuestro primer avión del trayecto que tenía como destino Londres.
Como hacemos siempre para evitar problemas, llegamos con algo más de dos horas de antelación. Facturamos las mochilas grandes y fuimos a pasar el control del aeropuerto. Cuando estábamos pasando el control a Miriam le tocó el control aleatorio. No era la primera vez que nos tocaba pasar uno, el año pasado en Belice ya le había tocado a Sergio. Solo te hacen coger tus pertenencias y te llevan a parte para revisar más a fondo tu equipaje. En un par de minutos revisaron la mochila de Miriam y nos dejaron pasar.
Aeropuerto de Barcelona
Quedaba bastante tiempo para embarcar, dimos una pequeña vuelta por el aeropuerto y nos dirigimos cerca de la puerta de embarque de nuestro avión. Esta espera siempre se nos hace larga, son muchas las ganas de llegar al destino y empezar a descubrir un nuevo país, el reloj parece moverse más despacio. Pasada la larga espera anunciaron nuestro vuelo y nos pusimos a la cola para subir al primero de los aviones del viaje.
Escala en Londres
Tardamos algo más de dos horas en llegar a Londres. Lo primero que hicimos fue ir a buscar la taquilla de Air New Zealand. La compañía del vuelo Barcelona-Londres había sido British Airways y el resto del viaje, hasta Christchurch, lo haríamos con la compañía neozelandesa. De modo que en Barcelona solo nos habían dado la tarjeta de embarque hasta Londres. Ahora teníamos que pedir que nos dieran las tarjetas de embarque para los dos vuelos que nos quedaban para llegar hasta nuestro destino final.
No nos costó mucho encontrar la taquilla de Air New Zealand dentro del aeropuerto de Heathrow. Cuando le dimos los pasaportes y nos dieron nuestras tarjetas de embarque, el señor de la taquilla nos dijo que a Sergio le había tocado el control aleatorio. Para no habernos tacado prácticamente nunca, en este viaje ya era el segundo que nos tocaba. De todos modos nos extrañó porque ya estábamos dentro del aeropuerto y no teníamos que pasar por ningún control.
Billetes de avión
Todavía faltaba un rato para subir al siguiente avión y era hora de comer. Paramos en uno de los restaurantes del aeropuerto y comimos algo rápido antes de dirigirnos a la puerta de embarque.
El primer vuelo había sido corto y nos había servido de calentamiento para lo que quedaba. El siguiente era Londres-Auckland, aunque con parada técnica en Los Ángeles. Un total de 26 horas para llegar a Nueva Zelanda. Al llegar a la puerta de embarque empezamos a emocionarnos. En las pantallas ya ponían Auckland y por la enorme cristalera podíamos ver el avión de Air New Zealand. Faltaban muchas horas para llegar, pero ya faltaba menos para empezar nuestra aventura.
Panel informativo del aeropuerto
Cuando empezaron a llamar para embarcar nos dirigimos a la puerta. Al ver la tarjeta de embarque de Sergio, donde ponía lo del control aleatorio, dijeron que él tenía que ir por otro sitio. Hicieron pasar a Sergio por una habitación, donde revisaron a fondo la mochila que llevaba. Ahora entendimos que aunque no tuviéramos que pasar el control del aeropuerto, si te toca el aleatorio, te revisan todo el equipaje justo antes de subir al avión. De todos modos, el control no duró más de dos minutos y pudimos subir al avión.
Pantalla del avión
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