Día 12 (22/04/2015) - Cusco (Saqsaywaman, Tambomachay, Pukapukara y Qenqo)
Cusco
A media noche nos despertamos porque de uno de los baños comunes de la planta baja, donde dormíamos, empezó a salir agua. Fuimos a ver que pasaba y buscamos una llave de paso para cortar el agua. Como no conseguimos encontrar ninguna llave de paso fuimos a despertar a uno de los dueños que también dormía en el hostal. Fue un poco complicado, para llegar a su habitación había que pasar por otra habitación. La llave de paso estaba en el exterior, fue a pararla y pudimos volver a dormir.
A la mañana siguiente despertamos y fuimos a pegarnos una ducha en una de las duchas comunes por turnos. Tomamos el desayuno en el hostal que hoy sí que entraba en la pensión. Desayunamos tostadas con mermelada y café con leche. Los chicos que llevaban el hostal nos dijeron que la persona que ocupaba nuestra habitación con baño privado ya se había ido, y que en aproximadamente una hora estaría preparada.
Para la tarde teníamos reservado el city tour para ver las ruinas de las ciudades. Por la mañana iríamos a hacer otra visita por el centro de la ciudad.
Lo primero que hicimos fue pasar por una de las calles que habíamos pasado el día anterior. En ésta había un edificio de construcción inca. Como era temprano no había mucha gente y aprovechamos para hacernos fotos con la piedra de las 12 caras. Las construcciones incas se caracterizan por encajar perfectamente piedras de diferentes formas y tamaños. En este edificio había una que tiene 12 caras, lo que hace muy difícil poder encajarla en la construcción.
La Piedra de los 12 lados
Queríamos visitar el mercado de San Pedro que el día anterior nos había recomendado Sandra, pero antes fuimos a buscar la agencia donde habíamos reservado el tour al valle sagrado y Machu Picchu. Al día siguiente salíamos hacia el valle sagrado y teníamos que ir a buscar nuestros billetes. En la agencia trabajaba una amiga de Sandra, Abigail de Travel Fast Cusco, que nos hizo la reserva personalmente y nos habían hecho un descuento. Para llegar a la agencia pasamos por la plaza regocijo, desde donde salían todos los tours como descubriríamos en los próximos días. En la agencia pagamos lo que faltaba del tour, nos dieron nuestros billetes y resolvieron todas nuestras dudas. Estábamos cerca del hostal de modo que decidimos volver para dejar todo en nuestra habitación que ya debería estar preparada.
Plaza Regocijo
Mercado de San Pedro
Todavía teníamos tiempo de visitar el mercado de San Pedro. Hicimos el mismo camino que el día anterior con Sandra hasta llegar al arco de Santa Catalina, lo cruzamos y en pocos minutos llegamos al mercado. Éste se encuentra en una plaza y está al lado de la iglesia de San Pedro, la cual da nombre al mercado. Desde fuera ya vimos que éste es mucho más grande que el de San Blas.
Iglesia de San Pedro
Mercado de San Pedro
Una vez dentro vimos que no solo era más grande que el mercado de San Blas, sino que también tenía más variedad. Lo primero que vimos al entrar fue un montón de tiendas de ropa. A continuación había tiendas de souvenirs y de juguetes. En esta parte los pasillos eran bastante estrechos. Después llegamos a otra zona con pasillos más anchos y llena de tiendas de alimentación. Aquí vendían fruta, verdura, carne y postres. Finalmente, había otra zona llena de puestos para comer un menú por 3 o 4 soles. Decidimos comer en el mercado como auténticos peruanos. Comimos una sopa de verduras con quinoa y de segundo arroz con pollo, algo sencillo pero bueno. Después de comer nos dirigimos a la plaza regocijo para empezar el tour de la tarde.
Mercado de San Pedro
Mercado de San Pedro
Qorikancha
La primera visita del recorrido era Qorikancha, el edificio que habíamos visto el día anterior desde fuera. Este edificio está en el centro de la ciudad de modo que el viaje en bus fue de unos pocos minutos. En la época incaica Qorikancha era el templo del sol y era uno de los más importantes de la época. Con la llegada de los españoles se construyó sobre el templo original el Convento de Santo Domingo. El recinto era conocido como el templo dorado y era el lugar sagrado donde rendían adoración al dios Inti (Sol en lengua quechua), el dios supremo para los incas.
No era mucho lo que quedaba en pie del templo original, pero en uno de los laterales del convento quedaba parte de una de las estructuras. Ésta era un conjunto de habitaciones en fila, formada por piedras que encajan perfectamente. En las habitaciones había una pequeña abertura que comunicaba las habitaciones entre ellas. Desde una de ellas y mirando por la ventana, pudimos ver en fila las ventanas de todas las habitaciones. Las ventanas y las puertas de cada habitación tenían la misma forma. Estas no eran rectangulares como tenemos en nuestra arquitectura actual. Los laterales estaban ligeramente inclinados de manera que la base era más ancha que la parte de arriba. La forma estaba construida de esta manera para resistir a terremotos.
Qorikancha
Pasadas las habitaciones había otra zona llena de piedras sueltas. Aquí pudimos ver varios ejemplos de las piedras que se usaban para la construcción. Nuestro guía nos explicó que estas piedras tienen agujeros o salientes que sirven para encajar las piedras. En aquella época no conocían el cemento ni ningún otro material para enganchar piedras y encajaban las piedras para aguantar las estructuras.
Qorikancha
A continuación fuimos al patio interior del convento, donde pudimos comparar las diferencias arquitectónicas. La principal diferencia estaba en como estaban construidas las puertas y ventanas en la arquitectura inca con los arcos de la arquitectura de la época colonial. La arquitectura en arco es menos resistente a terremotos.
Qorikancha
Seguimos recorriendo el recinto y pasamos por una placa dorada en la que había dibujadas varias figuras que representaban diferentes dioses. Finalmente, llegamos a una zona exterior en la parte trasera. En este patio exterior vimos varias piedras repartidas por el césped. Se cree que estas eran restos de la construcción original.
Qorikancha
Saqsaywaman
Nuestra siguiente visita estaba a unos dos kilómetros de la ciudad. Llegamos a Saqsaywaman, las ruinas incas que más nos impresionaron de las que visitaríamos este día. Nuestro guía nos explicó algunas de las curiosidades de estas ruinas. Este lugar se llama en quechua Saqsaywaman y su traducción literal es "Lugar donde se sacia el halcón". Era una fortaleza ceremonial inca que se construyó bajo el gobierno de Pachacútec. En la época incaica la ciudad de Cusco tenía la forma del cuerpo de un puma y Saqsaywaman era la cabeza.
Lo que más nos llamó la atención fueron los tres muros y lo inmensamente grandes que eran las piedras que formaban la construcción. Algunas de las piedras de los dos muros inferiores de esta construcción eran de unas dimensiones enormes. Algunas de ellas medían más de 3 metros de alto y otros tantos de acho. La más grande de todas las piedras llegaba a tener 8,5 metros de altura y pesaba unas 190 toneladas.
Saqsaywaman
Después de la explicación, nuestro guía nos dejó unos minutos para que recorriéramos el lugar a nuestras anchas. En frente de los tres muros había otra zona elevada, desde donde había una vista completa de toda la fortaleza. Desde este lugar la construcción nos pareció todavía más impresionante.
Saqsaywaman
Seguimos recorriendo el recinto y volvimos a los muros. Subimos por unas escaleras que había en uno de los laterales y observamos las vistas de la ciudad de Cusco. Al lado de la fortaleza estaba el cristo blanco, parecido al Cristo de Corcovado de Río de Janeiro pero a pequeña escala.
Saqsaywaman
Tambomachay
Seguimos la carretera y subimos hasta las ruinas que estaban más arriba. Veríamos el resto de ruinas de bajada. Nuestra siguiente visita fue Tambomachay. Este sitio arqueológico era bastante más pequeño que Saqsaywaman y ya no nos impresionó tanto. Este recinto estuvo destinado al culto al agua y para que el jefe del imperio pudiese descansar.
En estas ruinas lo más curioso era el sistema de canalización del agua. Había varios acueductos, canales y cascadas por las cuales discurría el agua. Había una cascada principal y de ésta salían otras dos secundarias. Lo curioso es que si se ponen dos botellas a la vez, cada una bajo una de las cascadas secundarias, se llenan a la vez. Es decir, las dos cascadas secundarias tienen exactamente el mismo flujo de agua.
Tambomachay
Tambomachay
Pukapukara
Cerca de Tambomachay estaban las ruinas de Pukapukara. Su traducción es "Fortaleza Roja", debido al color rojizo que adquieren las rocas durante la puesta de sol. Ésta era una construcción militar que estaba compuesta por grandes muros. Desde esta zona podía verse todo el valle de alrededor y fue un lugar perfecto para la defensa de la ciudad de Cusco.
Pukapukara
Pukapukara
Fuera de esta construcción había señoras que vendían varios artículos. Era hora de merendar y compramos una humita, que es un alimento muy típico en la zona de los Andes. Consiste en una pasta de maíz levemente aliñada, envuelta en las propias hojas de la mazorca y cocida. Tenía un sabor dulce y estaba bastante bueno.
Qenqo
Empezaba a oscurecer y todavía quedaba por visitar la última de las ruinas incas del tour. Llegamos a Qenqo y apenas quedaba luz, de modo que hicimos una visita bastante rápida. Este centro arqueológico estaba dedicado al rito. En la entrada vimos que había una gran piedra. Pero lo realmente interesante era que en la inmensa roca que había detrás, había una abertura por la que pudimos pasar y acceder al interior. Dentro había una serie de pasillos, nosotros cruzamos el interior por el pasillo principal para salir por el otro extremo. Ya era de noche y al salir pudimos ver una magnífica vista de una ciudad de Cusco, iluminada por las luces de las farolas.
Qenqo
Qenqo
Nos dejaron en la plaza regocijo y fuimos directos al hostal a dejar la mochila. Volvimos a la calle y fuimos a buscar un sitio donde cenar. Al día siguiente salíamos rumbo al valle sagrado y queríamos estar descansados. En dos días visitaríamos el Machu Picchu, la visita estrella de este viaje y queríamos estar en plenas condiciones.
