Día 7 (09/12/2022) - Friburgo ➞ Ravenna ➞ Friburgo
Friburgo
Despertamos en el apartamento que habíamos reservado para las dos noches que pasaríamos en Friburgo. No teníamos nada para desayunar, así que pusimos las cosas necesarias para pasar el día en una mochila y salimos a la calle. Al salir nos sorprendió ver que durante la noche había nevado un poco y había pequeñas zonas con algo de nieve. A los pocos minutos de empezar a caminar encontramos una cafetería y tomamos un desayuno. Unas pastas para los tres con café y zumo para Liam, por los que pagamos 9,95€. Continuamos caminando y tardamos en total una media hora en llegar hasta el centro. Cruzamos el río Dreisam para llegar finalmente al casco antiguo.
Friburgo – Río Dreisam
El día anterior habíamos recorrido casi todos los lugares importantes de la ciudad, pero teníamos la mañana para hacer más visitas. Pasamos de nuevo por Münsterplatz, hoy tenían montado un mercado donde vendían verduras y otros alimentos. También llegamos hasta Europaplatz, donde encontramos el monumento a la Victoria en conmemoración a la victoria de Alemania en la guerra franco-prusiana en 1871. El resto de la mañana lo pasamos callejeando y así encontramos una curiosa fuente formada por unas estatuas. A Liam le hicieron mucha gracia estas estatuas y quiso sacarse una foto con cada una de ellas.
Friburgo - Europaplatz
Friburgo
Teníamos que estar pronto en la estación de tren, así que también había que comer temprano. Eran poco más de las doce del mediodía cuando decidimos ir a buscar donde comer. Entramos en el restaurante Sherazade, un restaurante marroquí que nos recordó a nuestro viaje a Marruecos. Pedimos un tajine, un cuscús y unas costillas de cordero. Estaba todo súper bueno, así que si os gusta la comida marroquí os lo recomendamos. Junto con la bebida y los cafés pagamos en total 64,5€, no era barato pero había valido la pena.
Comida - Tajine
Comida - Cuscús
Después de comer fuimos a la estación central que estaba a unos cinco minutos. Preguntamos como llegar hasta Himmelreich donde teníamos que estar antes de las 15:30. Desde allí teníamos reservado un bus que nos llevaría hasta el mercado de Navidad de Ravenna. Compramos unos billetes de ida y vuelta para dos adultos por 12€ en total, Liam no pagaba.
Puente de Ravenna
Una vez en Himmelreich apenas tuvimos que esperar unos minutos para subir al autobús. Para poder ir al mercado de Ravenna hay que hacerlo en servicio de bus lanzadera, que partía desde uno de los puntos disponibles o ir en coche y dejarlo en el parking. En todo caso, hay que reservar entrada con antelación, que cuesta 5€ por persona, ya que tiene aforo limitado. Además, se dispone de aproximadamente dos horas para poder estar en el mercado.
Al llegar al parking de autobuses pudimos descender y ver que había una fina capa de nieve por todo el suelo. Tuvimos que caminar unos minutos por un camino marcado que cruzaba un río y una unos pocos edificios. Enseguida llegamos a una gran puerta con el nombre "Weihnachtsmarkt Ravennaschlucht" en la parte alta, que daba entrada al mercado de Navidad del puente de Ravenna.
Mercado de Navidad del Puente de Ravenna
Nada más cruzar la puerta empieza una pequeña cuesta desde la que puede verse el puente de Ravenna. La estampa era muy bonita con los alrededores ligeramente nevados, empezaban a aparecer los primeros puestos del mercado y decorados navideños, para rematarlo estaba el puente de Ravenna de fondo.
Mercado de Navidad del Puente de Ravenna
Mercado de Navidad del Puente de Ravenna
Nada más cruzar por debajo el puente entramos de lleno en el mercado. Vimos que el espacio no era demasiado grande pero había un buen un número de paraditas. Por todos lados había montones de luces y unos cuantos árboles, lo que daba un gran ambiente navideño al lugar. Pese a que habíamos entrado a primera hora de la tarde, había bastante gente en el mercado.
Mercado de Navidad del Puente de Ravenna
Mercado de Navidad del Puente de Ravenna
Antes de adentrarnos por completo en el mercado, desandamos unos pocos metros para volver a cruzar por debajo del puente. Había un camino que subía hasta un mirador y quisimos subir para ver las vistas. A mitad de camino, el suelo estaba resbaladizo y Sergio que subía con Liam en la mochila de porteo desistió de seguir. Con bastante dificultad Miriam consiguió subir y poder ver el mercado casi al completo, una de las mejores vistas del lugar.
Mercado de Navidad del Puente de Ravenna
Descendimos para volver al mercado y empezar a ver los diferentes puestos navideños. Paramos en uno para pedir un glühwein, con lo que entraríamos en calor y tendríamos la taza de este mercado. En el extremo opuesto a la entrada vimos que había otro camino, en este había repartidas unas cuantas figuras típicas de un pesebre, como los tres reyes magos o el niño Jesús con María y José.
Mercado de Navidad del Puente de Ravenna
Mercado de Navidad del Puente de Ravenna
A continuación, nos metimos de lleno en el mercado y pasamos el resto del tiempo disfrutando del lugar. En la zona central había un gran árbol de Navidad con sus respectivas luces. Conforme iba cayendo la noche, pudimos ver como iban destacando las luces del puente que cada pocos minutos cambiaban de color.
Mercado de Navidad del Puente de Ravenna
Mercado de Navidad del Puente de Ravenna
Después de nuestra visita al último mercado de la Selva Negra, podemos decir que el del puente de Ravenna es el que más nos gustó. A pesar del inconveniente de tener un tiempo limitado y la manera de acceder, el mercado es muy bonito y el entorno es súper bonito. Aunque se tenga que pagar entrada para entrar, no es un precio elevado y merece mucho la pena, así que consideramos que es muy recomendable.
Friburgo
Cuando volvimos de nuevo a Friburgo, aprovechando que la estación estaba cerca del mercado, fuimos a dar una vuelta para despedirnos de los mercados navideños. Al mismo tiempo, buscamos un puesto para cenar y en esta ocasión decidimos probar en uno que tenían diferentes tipos de salchichas alemanas. De este modo comimos uno de los platos más típicos para esta última cena en la Selva Negra. También pedimos un glühwein para tener la taza del mercado de Friburgo. Tampoco quisimos perder la oportunidad de pedir un Kürtőskalács de postre, lo que nos recordó a nuestro viaje a Budapest.
Friburgo - Kürtőskalács
Después de cenar empezamos a pasear en dirección a nuestro alojamiento. Cruzamos el casco antiguo, con lo que dimos un último vistazo al mercado navideño de Friburgo, así como a sus históricos edificios. Llegamos al apartamento cuando todavía no era demasiado tarde, pero tuvimos que dejar todo recogido para tenerlo listo para el día siguiente. Fuimos a dormir pronto porque al día siguiente tendríamos muchas horas de conducción, tocaba empezar el camino de vuelta a casa.
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