Día 13 (25/02/2016) - Mirissa ➞ Galle ➞ Unawatuna ➞ Koggala ➞ Mirissa

Mirissa

Despertamos en Mirissa donde nuestro viaje volvía a dar un giro. Hasta ahora habíamos visitado las ciudades antiguas, las tierras altas y realizados safaris en parques nacionales. Ahora tocaba visitar algunas de las mejores playas del país. Para hoy teníamos planeado visitar la ciudad colonial de Galle y las playas de Unawatuna y Koggala.

Antes de empezar nuestro recorrido de hoy habíamos quedado para desayunar con nuestros amigos. Ellos llevaban un día más en Mirissa y ya conocían un poco la ciudad, así que dejamos que nos llevarán a un restaurante que ya conocían. Pedimos unos hoppers (típico desayuno esrilanqués parecido a una tortita) con huevo frito. También pedimos un batido de frutas al que ya estábamos aficionados y un café con leche para acabar bien el desayuno. En total nos costó 1.100 LKR, no era barato para ser Sri Lanka, pero no nos pareció caro con lo que habíamos tomado. Ya estábamos preparados para empezar nuestra ruta del día. Nuestros amigos también iban a Galle pero ellos habían alquilado motos y solo Dani y Nacho sabían conducirlas. De modo que les dijimos que ellos hicieran a su ritmo que nosotros iríamos en autobús. Para el próximo viaje no cometeríamos el error de no saber conducir una moto ya que se gana mucho tiempo.

Galle

Después del desayuno fuimos a buscar un autobús que nos llevase hasta Galle. Decidimos empezar por esta ciudad por ser la más alejada de Mirissa entre las que queríamos visitar hoy. De vuelta a Mirissa pararíamos en las playas de Unawatuna y Koggala.

La ciudad antigua de Galle fue una colonia portuguesa, holandesa y británica. Fue bajo el dominio holandés cuando se construyó la fortificación que todavía hoy mantiene. Esta parte de la ciudad todavía conserva las antiguas fortificaciones y está considerada Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO. En la actualidad la ciudad ha crecido extendiéndose fuera de los antiguos muros, nosotros nos centraríamos en visitar la parte de la ciudad que había dentro de las fortificaciones.

La ciudad antigua de Galle tiene dos entradas, la antigua y la nueva. El autobús nos dejó cerca de la puerta nueva, de modo que empezamos nuestro recorrido por esta parte de la ciudad. Nada más entrar ya vimos que esta ciudad tenía un aire europeo. Los edificios eran diferentes a los que habíamos visto hasta ahora en Sri Lanka y se podía pensar que estábamos en un pueblo de Europa. A la derecha de la puerta nueva estaba la torre del reloj así que, decidimos dar la vuelta a la ciudad en esta dirección. La torre del reloj estaba con obras de restauración pero todavía marcaba perfectamente la hora, eran las 10:30 de la mañana.

 

Galle Torre del reloj

Galle - Torre del reloj

 

Continuamos nuestro recorrido en esta dirección siguiendo los muros de la fortificación. Llegamos al bastión de la Estrella y subimos a los muros. Desde aquí podía verse el océano, la ciudad antigua de Galle y la ciudad nueva de Galle. Caminamos por encima del muro pasando por el bastión del Eolo y llegando hasta el bastión de Clippenberg. Tras este bastión había una pequeña playa, donde dependiendo de la época pueden llegar a verse tortugas que se acercan a este punto a desovar. Estos tres bastiones no estaban muy alejados uno de otro y desde todos ellos pudimos ver parte de la ciudad de Galle.

 

Galle Bastion de la Estrella

Galle - Bastión de la Estrella

 

Galle Bastion Clippenberg

Galle - Bastión de Clippenberg

 

Desde el muro pudimos ver el templo Sudharmalaya y bajamos de la fortificación para visitarlo. Empezaba a llover un poco así que nos vino bien entrar en el templo para no mojarnos demasiado. Fuera del templo había una pequeña dagoba pintada de blanco. En el interior pudimos ver algunas habitaciones curiosas. En una habitación pudimos ver un conjunto de imágenes y estatuas que representaban algún momento importante en la vida de Buda. En otra sala pudimos ver diferentes estatuas de Buda, cada una de ellas en una posición diferente. Aquí se representaban todas las posiciones de las estatuas de Buda como son las de meditación o enseñanza. Salimos del templo y casi no llovía. Paseamos por las calles de Galle hasta que volvimos al muro de la ciudad.

 

Galle Templo Sudharmalaya 1

Galle - Templo Sudharmalaya

 

Galle Templo Sudharmalaya 2

Galle - Templo Sudharmalaya

 

El siguiente punto de interés fue el faro de Galle, que estaba muy bien conservado. Viendo como era la costa de la ciudad, este faro tuvo que ser muy importante para que los barcos no atrancaran con las rocas. Cerca del faro pudimos ver una mezquita y un gran grupo de chicas musulmanas que se dirigía a rezar.

 

Galle Faro

Galle - Faro

 

Seguimos caminando por la fortificación hasta llegar a un gran edificio que, en tiempo de los holandeses fue utilizado como hospital. Actualmente la parte baja del edificio estaba utilizada por varios locales, como restaurantes o tiendas.

 

Galle Hospital Holandes

Galle - Hospital Holandés

 

Caminando por la calle pegada a la fortificación llegamos a la puerta antigua de la ciudad. Esta puerta era más pequeña que la nueva y no pasaban vehículos altos. Continuamos caminando y empezó a llover de nuevo, pero esta vez con más intensidad. Entramos en un bar musulmán y tomamos un batido de fruta mientras esperábamos que parase de llover.

 

Galle Puerta antigua

Galle - Puerta antigua

 

Cuando parecía que había parado de llover, volvimos a la calle para ver una iglesia de la época colonial que estaban restaurando. Mientras pasábamos por delante de un banco se puso a llover de nuevo y aprovechamos para entrar y sacar dinero en efectivo. Esperamos a que parara de llover y después buscamos un restaurante para comer.

 

Galle 1

Galle - Iglesia

 

Después de comer caminamos un poco por las calles de Galle y cuando volvíamos a la puerta nueva se puso a llover de nuevo. Estaba claro que hoy no habíamos tenido suerte con la lluvia. Nos cobijamos en el porche de la oficina de correos junto a otros turistas. Cuando solo chispeaba salimos y volvimos a la estación de autobuses.

Playa de Unawatuna

Llegamos a Unawatuna y la parada de autobuses estaba un poco lejos de la playa. Tuvimos que andar por una calle estrecha y serpenteante, llena de tiendas y locales hasta llegar a la playa. De esta playa esperábamos mucho porque habíamos leído que era una de las mejores de Sri Lanka. Quizás fue porque teníamos unas expectativas muy altas o porque el día estaba muy nublado, pero esta playa no sería de nuestras favoritas. Estuvimos un rato sentados en una terraza que había sobre la arena, pero nadie vino a preguntarnos si queríamos tomar nada. El día no acompañaba para bañarse así que decidimos ir a nuestro siguiente destino a ver si nos gustaba más.

 

Playa de Unawatuna 1

Playa de Unawatuna

 

Playa de Unawatuna 2

Playa de Unawatuna

Playa de Koggala

Nuestro siguiente destino fue la playa de Koggala. Cuando nuestro autobús paró en la parada de Koggala pensamos que nos habíamos equivocado. A un lado todo eran casas y un parque bastante grande que rodeaba un edificio gubernamental. Al otro lado, donde debería estar la playa, todo era un continuo de hoteles protegidos por un pequeño muro con seguridad en las entradas, para que la gente no se colase. Empezamos a caminar para ver por donde podíamos acceder a la playa. Preguntamos a unos señores que vendían algo y justo donde estaban ellos había un pequeño callejón. Éste separaba dos hoteles y se podía llegar hasta la playa.

La playa de Koggala estaba completamente desierta. El día había mejorado y hacía bastante sol, pero en esta playa había mucho oleaje y no nos atrevimos a bañarnos. Estuvimos un rato paseando por la playa y escribiendo frases en la arena que desaparecían con las olas. Esta playa nos gustó muchísimo y fue una pena no poder bañarnos por culpa del oleaje. Vimos que no había nadie tomando el sol en la arena, pero sí que había mucha gente en las tumbonas de su hotel y que a ratos se acercaba al agua. Nadie se atrevía a meterse en el agua y volvían a sus tumbonas.

 

Playa de Koggala 2

Playa de Koggala

 

Playa de Koggala 3

Playa de Koggala

 

Estuvimos paseando un buen rato y cuando nos dimos cuenta estábamos bastante lejos del callejón por el que habíamos accedido a la playa. Preguntamos a un chico que parecía trabajar en un hotel y nos dijo que podíamos cruzar por el hotel sin problemas. Empezaba a ser un poco tarde así que volvimos a coger un autobús para volver a Mirissa.

Mirissa

El autobús de vuelta a Mirissa iba como loco, como el resto de autobuses que habíamos cogido en este país. En un momento hizo un adelantamiento a una moto y casi la tira. En la siguiente parada del autobús, el señor de la moto se paró justo delante del autobús y se acercó a la ventana para echarle bronca al conductor. Después de una pequeña discusión continuamos nuestro camino hasta llegar a Mirissa. Nos equivocamos de parada y bajamos en una antes de la que tocaba. No había una gran distancia y decidimos hacer el trayecto caminando. Por el camino pasamos por un puesto donde un señor vendía cocos. Paramos a comprar uno porque Sergio llevaba días viendo cocos y quería probar uno. A Miriam que no le gusta el coco no quería, pero el señor le regaló uno pequeño. El coco lo abren por un lado y con una pajita se bebe el agua del interior. El agua de coco estaba muy buena y además era refrescante.

 

Mirissa Cocos 1

Mirissa - Cocos

 

Mirissa Cocos 2

Mirissa - Cocos

 

Todavía era pronto así que después de dejar las cosas en la habitación, fuimos a la playa de Mirissa a ver un bonito atardecer. Paseamos un rato por la playa y vimos que en uno de los restaurantes tenían "happy hour" de cócteles y paramos para probarlos. Pedimos un daiquiri y una piña colada que estaban bastante buenos. Se notaba que la fruta con la que hacían los cócteles era fruta natural. Cuando vimos que se hacía algo tarde volvimos al hostal para pegarnos una ducha antes de ir a cenar.

 

Playa de Mirissa Atardecer

Playa de Mirissa - Atardecer

 

Cockteles en Mirissa

Cócteles en Mirissa

 

Habíamos quedado con Isa, Nacho y Dani para ir a cenar. Cuando acabamos todos de arreglarnos volvimos a la playa y nos sentamos donde habíamos cenado la noche anterior. Era el primer restaurante que había al acceder a la playa y el que tenía mejor pinta. Dejamos que Nacho eligiera tres pescados grandes diferentes para compartir entre los 5. No dejaba de llamarnos la atención como tenían el mostrador con todos los pescados junto a la terraza. Nacho hizo una buena elección y los tres pescados estaban buenos. El que más nos gustó fue un pez rojo llamado red snapper.

 

Cena en Mirissa 1

Cena en Mirissa - Mostrador

 

Cena en Mirissa 2

Cena en Mirissa

 

Después de cenar fuimos a otro local de la playa, donde habían puesto una pequeña pista de baile y ponían música. Era la última noche con nuestros amigos, ellos al día siguiente se iban hacia Colombo para coger el avión de vuelta a Madrid. Estuvimos un rato con ellos pero nos fuimos a dormir porque estábamos cansados. Nos despedimos de ellos por si acaso no nos veíamos a la mañana siguiente.

 

Día 12Día 14

 

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