Día 6 (22/11/2021) - Beauval ➞ Loches ➞ Esvres

Zoo de Beauval

Hoy era un día completamente diferente al resto en este viaje. Después de cuatro días viendo castillos y recorriendo ciudades, hoy tocaba visitar el zoo de Beauval. Los primeros días de viaje Liam se lo estaba pasando bien, pero estábamos seguros que hoy se lo pasaría en grande. Habíamos planificado esta visita para más o menos la mitad del viaje, de modo que Liam no se agobiase visitando tantos castillos. Además, a nosotros también nos serviría para no cansarnos de ver castillos tantos días seguidos.

Desayunamos y después de dejar todo recogido fuimos a la entrada más cercana al parking. Descubrimos que en esta época del año solo está abierta la entrada norte y tuvimos que bordear parte del recinto para poder llegar. Después de caminar algo más de diez minutos acabamos llegando a las taquillas del zoo. Pagamos la entrada de 34€ por persona para un día, por suerte Liam no pagaba entrada al tener solo dos años.

Cruzamos la entrada y seguimos por un camino marcado que pasaba junto a la jaula de unos flamencos. Pocos metros después encontramos la entrada a una gran cúpula y decidimos entrar. En el exterior hacía bastante frío, en cambio, en el interior hacía calor y humedad. Descubrimos que aquí había todo tipo de animales autóctonos de zonas tropicales y por eso encontramos esas condiciones. Nos quitamos las chaquetas y empezamos a recorrer la cúpula. Desde el exterior no nos habíamos dado cuenta, pero una vez en el interior pudimos ver que la cúpula era muy grande. Empezamos a sospechar que íbamos a pasar mucho más tiempo recorriendo el zoo del que pensábamos en un principio.

Junto a la entrada de la cúpula había unas pequeñas cristaleras donde se encerraban pequeñas especies de ranas. Pasamos una a una, descubriendo que las había de diferentes colores llamativos como naranja, rojo o verde. Pocos metros más adelante llegamos a una inmensa pecera. Liam se acercó a la cristalera y no había manera de separarlo. No paraba de alucinar con los manatíes, tortugas y peces que nadaban en el interior. Los peces que había en esta pecera eran muy grandes, y verlos nadar era realmente hipnótico, de hecho, Liam no fue el único que se quedó varios minutos viendo como nadaban estos animales.

 

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Zoo de Beauval - Rana

 

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Zoo de Beauval - Pecera

 

Seguimos paseando por el interior de la cúpula, hasta que llegamos a un gran terrario donde había montones de tortugas. Tenían unos lugares con unos focos que daban calor y la mayoría se agolpaban en estas zonas. Otro grupo de tortugas se agolpaba junto a los trabajadores que habían entrado para alimentarlas. A nuestras espaldas quedó otra parte de la pecera gigante que estaba en el centro de la cúpula. Esta estaba internamente separada de la anterior y vimos que en esta parte había montones de peces pequeños de todos los colores. Si en la primera zona Liam alucinó con los peces, en esta donde había montones y de todos los colores, no paraba de decirnos los colores de los peces.

 

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Zoo de Beauval - Tortugas

 

Un poco más adelante encontramos a pequeños caimanes que nadaban y que de vez en cuando iban sacando la cabeza del agua. En la misma parte encontramos otros reptiles, como diferentes tipos de lagartos y serpientes. En la parte central también había una zona de rocas, donde algunos animales podían salir del agua, como algunos hipopótamos que pudimos ver. Estos animales pasan muchas horas dentro del agua, pero tuvimos suerte de ver como un hipopótamo pigmeo salió y estuvo unos minutos paseando sobre las rocas.

 

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Zoo de Beauval - Caimán

 

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Zoo de Beauval - Hipopótamo pigmeo

 

Había unas grandes jaulas a las que pudimos acceder a través de una doble puerta para que no pudieran salir las aves del interior. Cruzamos esta jaula y tuvimos la sensación de estar paseando por la selva, rodeados de vegetación y pequeñas aves. También había jaulas con diferentes tipos de monos como el mono ardilla boliviano o el tamarino león dorado. Aunque lo que más nos llamó la atención fue que algunas de las aves no estaban encerradas, estaban sueltas y volaban por el interior de la cúpula.

 

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Zoo de Beauval - Flamenco

 

Habíamos pasado unas dos horas en el interior de la cúpula y solo era una pequeña parte del zoo. El resto del recinto es mucho más grande, aunque las jaulas son zonas abiertas bastante extensas donde los animales tienen más espacio. En la siguiente parte del recorrido, pudimos ver algunos animales que se pueden ver en un safari por África como son el suricato, el pumba o el kudu, pero sin duda el que más nos llamó la atención fue el león. En el rato que pasamos frente a estos animales vimos como tenían unas pequeñas peleas, no sabemos cual era el motivo, pero se les veía rugir amenazadoramente entre leones y leonas.

 

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Zoo de Beauval - Suricato

 

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Zoo de Beauval - León

 

Continuamos paseando por el zoo y entre los animales que fuimos viendo seguían destacando los felinos. No tardamos mucho en llegar a las jaulas del leopardo, el puma y el tigre. En concreto nos quedamos asombrados con el tigre blanco. A diferencia de los leones donde estaban juntos unos cuantos miembros de una manada, el leopardo y el tigre estaban solos.

 

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Zoo de Beauval - Leopardo

 

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Zoo de Beauval – Tigre blanco

 

Llegamos frente a la jaula de los pingüinos, uno de los animales que más le gustaron a Liam. Nos sorprendió ver a los pingüinos en esta parte del parque y al aire libre, nos los hubiéramos imaginado en un recinto cerrado aclimatado a sus condiciones autóctonas. Es verdad que era prácticamente invierno y hacía bastante frio, pero si en verano los mantenían en esta zona, los pingüinos no lo pasarían nada bien. Pasamos varios minutos frente a estos animales, sobre todo porque no había manera de llevarnos a Liam de delante de los pingüinos.

 

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Zoo de Beauval - Pingüinos

 

Seguimos paseando por esta parte del zoo con animales autóctonos de la sabana africana. Los siguientes animales que pudimos ver fueron los rinocerontes, las cebras y los guepardos. En esta zona del parque también estaban las jirafas, pero no conseguimos verlas, supusimos que estaban dentro de algunos de los edificios. A diferencia de lo que vimos con el leopardo que estaba solo, los guepardos eran un grupo de cuatro o cinco.

 

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Zoo de Beauval - Rinoceronte

 

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Zoo de Beauval - Guepardo

 

Cuando acabamos de ver esta parte del parque era mediodía. Habíamos leído que era posible recorrer el zoo en unas cuatro horas, pero en este tiempo apenas habíamos visto la mitad. Así que sin tenerlo previsto, tuvimos que quedarnos a comer dentro del zoo. Encontramos un restaurante cuando acabamos de ver la zona africana y viendo la hora decidimos entrar. Era un self-service y cogimos un menú infantil para Liam, una ensalada para compartir, un plato de pollo al horno, otro de pechuga de pavo con salsa y un postre. Pagamos en total 36,4€, teniendo en cuenta que estábamos dentro del zoo, pensamos que sería más caro.

Después de comer continuamos la visita entrando en una especie de invernaderos. En el interior encontramos un clima parecido al que había en la gran cúpula que hay cerca de la entrada. Aquí pudimos ver de nuevo animales típicos de zonas tropicales. En este caso vimos varias aves sueltas que se iban cruzando a nuestro paso, aunque la mayoría estaban encerradas en sus jaulas. Entre las aves podemos destacar el tucán y el cálao rinoceronte. También había una gran zona acristalada con varios primates como chimpancés y orangutanes. En esta zona pasamos bastante rato porque a los tres nos llamaron mucho la atención y eso que parecía que estaban en su hora de la siesta.

 

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Zoo de Beauval - Tucán

 

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Zoo de Beauval - Orangután

 

También había una zona dedicada a todo tipo de reptiles. Encontramos diferentes especies de serpientes, lagartos, tortugas y algunos camaleones. Aunque a nosotros los que más nos llamó la atención, así como a la mayoría de turistas que había en el recinto, eran los grandes cocodrilos. En el rato que estuvimos observándolos estuvieron muy tranquilos y apenas se movieron. Después de recorrer las diferentes salas del invernadero volvimos al frio del exterior.

 

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Zoo de Beauval - Cocodrilos

 

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Zoo de Beauval - Serpiente

 

Una vez fuera vimos dos de los animales que más ganas teníamos de ver. Primero vimos al gran gorila de espalda plateada, un animal que siempre nos ha fascinado. Tenemos en mente hacer un safari en un futuro a la selva africana para verlo en libertad. El segundo fue el elefante africano. Llevábamos gran parte del día pensando que nos daba mucha pena ver a muchos de estos animales encerrados. Hace tres años hicimos un safari en nuestro viaje a Botsuana, donde pudimos ver varios de estos animales en libertad. Los elefantes fueron los que más lástima nos dieron, seguramente porque debido a su tamaño, son los que nos dieron más sensación de que el zoo se les quedaba muy pequeño.

 

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Zoo de Beauval – Gorila de espalda plateada

 

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Zoo de Beauval - Elefante

 

A continuación, cruzamos un puente que pasaba sobre una carretera y llegamos a una parte del parque donde había animales de otra parte del planeta. Entre otros encontramos animales típicos de Australia como el canguro o el koala. Más adelante vimos animales típicos de países asiáticos como el oso panda gigante, panda rojo y el rinoceronte indio. Liam volvió a quedarse alucinado con uno de los animales, en este caso con el panda gigante. Tuvimos trabajo para poder llevárnoslo de delante de la cristalera que nos separaba de este oso.

 

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Zoo de Beauval - Canguro

 

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Zoo de Beauval – Oso panda

 

Se nos estaba haciendo tarde porque cerraban a las cinco de la tarde y todavía nos quedaban varios animales que ver. Recorrimos la zona que nos quedaba un poco rápido, viendo entre otros al camello y oso hormiguero. Al final del camino había animales más típicos de zonas nórdicas como son el oso pardo o el lobo ártico.

 

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Zoo de Beauval – Lobo nórdico

 

Estábamos en el extremo sur del zoo y teníamos que llegar hasta la entrada norte. Había mucha distancia y por suerte hay un teleférico que cruza el parque. Volvimos hasta la jaula del oso panda gigante y Liam aprovechó para verlo una última vez. El teleférico se encontraba cerca de este animal. De este modo tardamos unos cinco minutos en cruzar todo el parque y además tuvimos ocasión de verlo desde otra perspectiva. Antes de salir pasamos por la tienda de souvenires para comprarle un peluche a Liam. El día había sido muy excitante para él y no había querido hacer siesta a su hora, justo al entrar en la tienda se quedó dormido. Le elegimos un peluche de pingüino para llevarse de recuerdo, porque era uno de los animales que más le habían gustado.

 

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Zoo de Beauval

Loches

Tardamos poco más de media hora en llegar a nuestro próximo destino. Nos detuvimos para visitar el pueblo de Loches, concretamente su ciudadela. Cuando llegamos era de noche y tuvimos que dejar la autocaravana a las afueras del pueblo. Empezamos a pasear y vimos que no había nadie por la calle, además había poca iluminación. Llegamos a la puerta de la ciudadela y cruzamos para recorrerla. Nada más entrar encontramos un letrero informativo donde se detallaban varias rutas para recorrer el interior. Hicimos la más corta para ver si se veía algo, a esta hora estaba todo muy solitario y vimos que los edificios estaban cerrados. Viendo que no íbamos a poder ver gran cosa al ser de noche, decidimos salir y pasear por el pueblo.

 

Loches 2

Loches

 

Como nos pasó en la ciudadela, las calles del pueblo estaban desiertas aunque algo más iluminadas. Las tiendas estaban cerradas y solo se veía algún pequeño bar abierto. Recorrimos algunas calles del centro esperando encontrar alguna cosa interesante para visitar, pero pasados unos minutos desistimos. Pensamos que lo mejor era volver a nuestra casa con ruedas.

 

Loches 3

Loches

Esvres

Al día siguiente queríamos empezar el día visitando la ciudad de Tours. Estuvimos mirando y no encontramos ninguna zona habilitada para hacer noche con autocaravana en la ciudad. Lo más cercano era en el pueblo de Esvres y decidimos detenernos en este lugar para pasar la noche. Apenas eran las siete de la tarde pero hoy ya no teníamos nada más que hacer. Pasamos un rato tranquilo en nuestra casa con ruedas y descansamos antes de cenar e irnos a dormir. Hoy habíamos caminado mucho recorriendo el zoo de Beauval y queríamos estar descansados para el día siguiente.

 

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