Día 7 (21/08/2018) - Kumaga ➞ Maun
Kumaga
Nos levantamos pronto como cada día, desmontamos nuestras tiendas y preparamos el desayuno. Ya estábamos hechos unos expertos y tardábamos menos de 10 minutos en dejar las tiendas recogidas.
Mientras sacábamos las cosas de la nevera, vimos que ésta tenía la temperatura algo elevada. El día anterior ya nos habíamos dado cuenta, pero pensamos que tal vez sería por el calor que hacía. Después de toda la noche con temperaturas más bajas y sin abrir la nevera, vimos que ésta no había enfriado mucho. Por la tarde llegaríamos a Maun, donde pasaríamos la noche en un camping. Aaron llamó a las oficinas de Bushlore para explicarles la problemática con la nevera. Quedaron en que por la tarde vendrían al camping de Maun para ver lo que le pasaba a la nevera y poder arreglarla.
Antes de abandonar Makgadikgadi pans fuimos a hacer un último game drive por este parque nacional. Nada más salir del campsite llegamos a una charca donde había algunas aves bebiendo agua. Entre ellas estaban la grey heron y el african openbill. Ambos tienen un cuerpo parecido, con unas patas y un cuello finos y largos. La mayor diferencia es que la grey heron es de color blanco con pequeñas zonas negras, mientras que el african openbill era de un color negro brillante.
Grey Heron
African Openbill
Sin detenernos demasiado, nos pusimos en dirección al río, donde la tarde anterior habíamos visto tantos animales. Por la mañana había menos, pero aun así había una buena variedad. Encontramos un grupo bastante numeroso de ñus, eran los que más presencia tenían a orillas del río esta mañana.
Ñu
Ñu
Como los días anteriores, vimos como a primera hora también había algún chacal. Estos animales salen temprano y los fuimos encontrando durante estos primeros días por la mañana. Nos sorprendió un poco ver a unos pocos chacales cerca de un grupo de herbívoros, pero Aaron nos explicó que éstos son carroñeros y no atacan a los ñus, que además, son mucho más grandes.
Chacal
No muy lejos empezamos a ver a las primeras cebras del día. Éstas van en grupos numerosos pero en esta ocasión los ñus ganaban en cuanto a número. También vimos a unas cuantas helmeted guinea fowl. Era muy curioso ver a estas especies tan indefensas viviendo en lugares como estos.
Cebra
Helmeted Guinea Fowl
Eran varias las aves que fuimos viendo durante el viaje y esta mañana no era una excepción. A las que ya habíamos visto, sumamos otro avestruz de nuevo en solitario, paseando cerca de los arbustos buscando comida. También vimos un lilac breasted roller, un pájaro muy pequeño. Mide menos de 40 centímetros contando la cola, pero con una gran variedad de colores. Ésta fue sin duda una de las aves que más nos gustó y es que su gran colorido es muy llamativo.
Avestruz
Lilac Breasted Roller
Antes de irnos de este fabuloso parque conocimos a una nueva especie de antílope. El kudu fue otro de este tipo de animales del que nunca habíamos oído hablar, pero que desde ahora jamás olvidaremos. Es más grande que el impala, miden más de 1,5 metros y pesan más de 200 kilos. El pelaje es de marrón claro y se distinguen sobre todo por las pequeñas rayas verticales y blancas que tienen en el costado. Las orejas del kudu también son muy peculiares, siendo estas redondeadas y muy grandes.
Kudu
Kudu
Con muy buen sabor de boca tocaba despedirse de Makgadikgadi pans. Habíamos visto muchos animales en este parque natural, algunos de ellos totalmente nuevos para nosotros. Para salir tuvimos que cruzar de nuevo el río. En esta ocasión, Aaron nos dijo que podíamos cruzar caminando por el puente, mientras él lo hacía con el coche por el agua.
El puente no parecía muy estable, pero suficiente para cruzarlo a pie. El problema fue que al llegar al otro lado un señor se nos acercó, pero no entendíamos lo que nos estaba diciendo. Cuando Aaron cruzó con el coche se acercó a hablar con él. Estuvieron unos pocos minutos discutiendo. En muchas ocasiones Aaron dejaba que la gente cruzara el puente y nunca le habían dicho nada, pero hoy el señor le decía que teníamos que pagar. Al final, pudimos subir al coche y nos fuimos sin pagar nada.
Salida de Makgadikgadi pans
Maun
Nuestro próximo destino era Maun, pero por lo visto habíamos calculado mal la gasolina. Aaron nos dijo que podíamos intentar llegar. Si no poníamos el aire acondicionado y no íbamos demasiado rápido, podríamos economizar combustible y seguramente llegar. Pero no quisimos apurar tanto y volvimos a Rakops, donde el día anterior habíamos comprado agua. Este pueblo estaba a unos pocos kilómetros de la entrada a Makgadikgadi pans. Perderíamos una hora entre ir y volver, pero de esta manera no tendríamos problemas con la gasolina.
Una vez en Rakops fuimos directos a la gasolinera. Ésta era una pequeña caseta en medio de la nada con un par de surtidores. Nos recordó a las que aparecen a veces en las películas americanas, cuando están en un pueblo del lejano oeste. Llenamos el depósito por cerca de 800 pulas y nos pusimos en dirección a Maun.
Repostando en Rakops
Con la tranquilidad de ir con suficiente gasolina, conducimos rápido para llegar a la hora de comer a Maun. El primer tramo de carretera era bueno, pero a medio camino ésta cambió. Tuvimos que conducir por un tramo de varios kilómetros lleno de socavones, donde era imposible ir a más de 50 o 60 km/h. Incluso fuimos esquivando baches cuando no venían coches de cara.
Finalmente, llegamos a Maun cerca de las 2 de la tarde. Lo primero que hicimos fue ir a buscar un restaurante donde comer. Llevábamos 3 días apartados de la civilización y preparándonos todas las comidas. No hay mucho donde elegir en este país y acabamos comiendo en un Wimpy, como en nuestra llegada a Johannesburgo. Estos últimos días también habíamos estado incomunicados y aprovechamos el Wi-Fi del establecimiento para comunicarnos con nuestra familia y amigos.
Después de comer fuimos a un supermercado Spar a hacer la compra. Aaron nos dijo que contásemos que íbamos a pasar 6 días hasta llegar a Kasane, así que tendríamos que comprar bastante para todos estos días. En los parques que íbamos a estar no habría posibilidad de comprar nada. Hicimos una buena compra, sobre todo de lo más imprescindible como el agua. Gastamos más de 1.200 pulas, pero no queríamos quedarnos sin comida para el último día.
Con el coche bien cargado nos fuimos a buscar la agencia Major Blue Air, con quienes habíamos contratado el vuelo sobre el delta del Okavango. Al día siguiente por la mañana íbamos a realizar esta actividad y teníamos que ir a las oficinas a pagar la reserva que habíamos realizado desde España. En realidad el vuelo sobre el delta del Okavango lo harían Miriam, Alba y Laura. Sergio se marea y no quería que le pasase lo mismo que tres años atrás sobrevolando las líneas de Nasca en Perú, donde no vio casi nada porque después se mareó. Pagamos las 890 pulas que costaba y confirmamos la hora para la mañana siguiente.
Fuimos a buscar nuestro camping, el Island Safari Lodge, que nos había costado 264 pulas pasar la noche. No estaba demasiado lejos y no tardamos demasiado en llegar. Hicimos el check-in en la recepción, donde nos explicaron el funcionamiento del camping y nos dijeron que tuviéramos cuidado con los monos, porque había muchos y podían robar.
Cuando llegamos a nuestra parcela, Aaron llamó de nuevo a las oficinas de Bushlore para que vinieran a arreglar la nevera. Mientras tanto, nosotros disfrutamos de las vistas del río que pasaba junto al camping. También dimos una pequeña vuelta por las instalaciones y vimos que teníamos una piscina y un restaurante.
Vistas desde el camping en Maun
Al poco rato llegaron unos chicos de la agencia de Bushlore. Comprobaron que el problema era que la batería que alimentaba la nevera se había gastado. Cambiaron la batería y de paso arreglaron la ventanilla del copiloto que también había dejado de funcionar. Empezaban a ser unas cuantas averías las que teníamos con nuestra casa con ruedas. Los cojinetes, la batería de la nevera y la ventanilla del copiloto.
Cambiando batería al coche
Quedaban unas horas para la cena y decidimos ir al restaurante que tenía Wi-Fi gratuita. Estuvimos una hora aproximadamente en internet, redes sociales y hablando con la familia. Habíamos estado 3 días desconectados y todos coincidíamos que era una gozada, pero fue tener conexión y ésta nos absorbió. Además, sabíamos que íbamos a pasar otros 5 o 6 días desconectados del mundo y había que aprovechar este momento.
Cuando conseguimos desengancharnos del móvil, fuimos a montar las tiendas. Teníamos que empezar con la rutina de cada noche. Fuimos a la ducha y después empezamos a preparar la cena. Aaron nos dijo que se iba a cenar con un amigo, hoy cenaríamos sin nuestro guía. Al día siguiente había que madrugar de nuevo para la excursión, así que tampoco nos fuimos a dormir muy tarde.
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