Día 8 (17/05/2014) - Kyoto ➞ Hiroshima ➞ Miyajima ➞ Kyoto
Hiroshima
Como empezaba a ser habitual hoy tocaba madrugar. A las 7:20 teníamos que coger el tren en la estación de Kyoto, aproximadamente a media hora de nuestro hotel. Nos levantamos pronto y nos fuimos directos a la estación. El día anterior habíamos comprado algo para desayunar por el camino. Llegamos a la estación y cuando llegó nuestro tren subimos y nos pusimos cómodos. La distancia entre ambas ciudades es de más de 300 kilómetros y el viaje duraba algo más de hora y media.
Llegamos a Hiroshima sobre las 9 de la mañana. Hacía un día muy soleado y estaba claro que hoy íbamos a pasar mucho calor. Empezamos a caminar por la ciudad donde cayó la primera y más recordada bomba atómica durante la segunda guerra mundial. Vimos una ciudad muy limpia, muy bien cuidada y con verdor por todos lados. No parecía quedar ni rastro de la terrible catástrofe que había sucedido casi 70 años atrás.
Hiroshima
Jardín Shukkeien
La primera parada del día fue el Jardín Shukkeien. Cuando estuvimos preparando el viaje este jardín no nos pareció una visita imprescindible. Optamos por visitar este lugar por su localización geográfica, ya que, está a medio camino del castillo de Hiroshima desde la estación. Pagamos una entrada de 260 yenes cada uno para acceder. Cuando entramos supimos que habíamos hecho bien en incluir esta visita a nuestro recorrido. Este jardín está rodeado de altos edificios y solo hay que levantar la vista para ver los bloques de viviendas. Pero si no levantas la cabeza parece estar rodeado únicamente de naturaleza, se desvanece la sensación de estar en una gran ciudad.
Jardín Shukkeien
El Jardín Shukkeien tiene un gran estanque central, al cual cruza un puente de piedra y está rodeado de abundante vegetación. Hay árboles y plantas por todos lados. También contiene alguna pequeña cascada que pudimos encontrar caminando un poco. Cerca de la orilla del estanque hay pequeñas islitas unidas por puentes que se pueden cruzar. Hay pequeños porches repartidos por el jardín, donde pudimos cubrirnos del sol mientras hacíamos fotos. Dimos una vuelta por todo el jardín y vimos los peces, sobre todo carpas, y tortugas que hay en el estanque.
Jardín Shukkeien
Castillo Hiroshima
Caminamos un poco por las calles de Hiroshima e hicimos una parada en un seven eleven. Compramos algo para beber y también unas bolitas de arroz rellenas de atún para probar. Andamos un poco más y llegamos al segundo punto de interés de la mañana de hoy, al castillo de Hiroshima.
Este castillo fue destruido con la bomba atómica en 1945 y el edificio que puede verse actualmente es una réplica del original. Antes de llegar al castillo paseamos por el parque que lo rodea. Por todas partes vimos zonas donde antes había edificios y que ahora solo quedan restos de los cimientos. Cuando llegamos al castillo nos hicimos unas fotos y vimos que ahora es un museo de la historia de Hiroshima. Básicamente se muestran armas de la época de los samuráis, como además hay que pagar entrada declinamos visitarlo.
Castillo de Hiroshima
Antes de salir pudimos ver que se estaba celebrando una boda. Nos quedamos un rato viendo como paseaba toda la comitiva de gente. Delante iba un monje con los novios seguidos de los invitados. Iban en dirección al santuario que hay cerca del castillo.
Boda en el santuario del castillo de Hiroshima
Seguimos caminando hacía la salida y vimos que había unas personas que están pintando parte de la muralla en unos cuadros. Finalmente, llegamos al foso que rodea toda la zona del castillo y cruzamos el puente para salir.
Castillo de Hiroshima
Parque de la Paz
Después de un corto paseo llegamos al Parque de la Paz. Este parque está situado cerca de la zona 0 donde cayó la bomba atómica y hay varias estatuas en memoria de las víctimas por la bomba. Lo primero que vimos al llegar es la cúpula de la bomba atómica, considerado Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO. Es el único edificio que quedó en pie después del desastre, y como pudimos comprobar quedó semiderruido, únicamente queda en píe la zona central con la cúpula y parte de la pared exterior.
Cúpula de la bomba atómica
Continuamos paseando por este parque donde se conmemora a las víctimas. Vimos una estatua de hormigón con dos figuras que representan a niños hechos de cobre. Esta estatua conmemora a los niños que murieron con la bomba atómica. Vimos otras figuras, pero no llegamos a identificar que conmemora cada una de ellas, hoy ya no disponíamos de un guía al que poder preguntar.
Estatua de los niños de la bomba atómica
Finalmente, llegamos al Cenotafio, el monumento más importante de este parque. Cada año, el 6 de agosto, los japoneses se congregan para rememorar el aniversario de la caída de la bomba atómica. Además, el Cenotafio hace memoria a las más de 220.000 personas que perdieron la vida ese trágico día. Está compuesto por una estructura de piedra que contiene los nombres de todas las víctimas que fueron identificadas. A la derecha del Cenotafio, hay una figura que simboliza un reloj señalando la hora en la que cayó la bomba, las 8:15 de la mañana.
Cenotafio
Reloj con la hora en que cayó la bomba atómica
Museo de la Paz
Al final del parque se encuentra el Museo de la Paz. En este museo se explica todo lo relacionado con el desastre de la bomba atómica. A diferencia de los precios más altos de los templos, la entrada a este museo es solo de 50 yenes por persona.
En la sala principal hay dos grandes maquetas de la ciudad de Hiroshima, una con el antes y otra con el después del desastre. Con esta maqueta pudimos llegar a hacernos una ligera idea de lo que provocó la bomba atómica. En esta planta también hay unos paneles que explican un poco la historia de la ciudad antes y después de la bomba atómica.
Maqueta de Hiroshima antes de caer la bomba atómica
Maqueta de Hiroshima después de caer la bomba atómica
Durante el recorrido se nos cayó el alma a los pies. Encontramos diferentes artículos recogidos después del desastre, como un reloj que se paró al caer la bomba o un casco y una bicicleta pequeña, que seguramente perteneció a un niño y que quedaron medio fundidas y destruidas después del desastre. También pudimos ver un mapa del mundo donde se representan el número de cabezas atómicas que tienen los diferentes países.
Bicicleta y casco después de caer la bomba atómica
Antes de acabar la visita hay un libro de firmas en el cual se puede firmar y pedir un deseo, no nos lo pensamos dos veces y firmamos en el libro.
Miyajima
Hoy teníamos un día muy completo, de modo que compramos unos sándwiches para comer por el camino. Como ya habíamos visto por la mañana hoy iba a ser un día caluroso y ya empezábamos a sufrirlo. Ésta iba a ser la ciudad más al sur que visitaríamos en nuestro viaje a Japón y además hacía un día de verano, lo cual nos hacía entender la alta temperatura que teníamos.
Nuestra siguiente parada era el muelle, para subirnos a un ferry que nos llevaría directos a la isla de Miyajima. La idea inicial cuando estuvimos preparando el viaje fue quedarnos a dormir en esta isla. Estuvimos buscando donde dormir pero los precios estaban muy altos. Entonces, decidimos que la visita a Hiroshima y Miyajima sería de un día de ida y vuelta desde Kyoto.
El viaje en ferry dura aproximadamente 25 minutos y aprovechamos para comer los sándwiches. Por el camino pudimos ver criaderos de ostras, son unas plataformas que parecen flotar en el mar.
Ferry a Miyajima
Cuando estábamos llegando a la isla empezaba a verse el Torii flotante, el santuario Itsukushima y algunos otros edificios que íbamos a poder visitar esta tarde. ¡Ya teníamos ganas de bajarnos!
Ferry a Miyajima
Bajamos del ferry y a los 5 minutos ya nos habíamos enamorado de esta acogedora isla. Pese a la cantidad de turistas que estaban visitando Miyajima se respiraba una paz increíble. Otra cosa que nos impresionó cuando empezamos a pasear fue encontrarnos con ciervos en libertad. Estos ciervos están muy acostumbrados a la gente y se les veía muy tranquilos rodeados de turistas. Además, los ciervos aprovechan cualquier oportunidad para coger la comida la gente.
Miyajima
Puerta O-Torii
Después de un corto paseo llegamos a la puerta O-Torii, también conocida como torii flotante. Realmente el O-Torii no flota, se le llama así porque cuando el nivel del mar sube, parte del torii queda sumergido y de este modo parece que flote. En cambio, cuando el nivel del mar está bajo puede llegarse hasta la base del torii. Esta puerta pertenece al santuario Itsukushima y en su conjunto están considerados Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Puerta O-Torii
Cuando llegamos era hora en que el nivel del mar era bajo. Cuando nos acercábamos con el ferry vimos que todavía no se podía llegar hasta el torii, pero ahora ya se podía caminar hasta la base. Por todo el suelo había zonas con pequeños charcos pero aun así llegamos a tocar el O-Torii. En la base puede observarse una marca que indica hasta donde llega el nivel del mar, aproximadamente debe de ser hasta los 2 metros. Empezamos a hacer montones de fotos pero debido a los charcos no había donde poner el trípode de la cámara, así que le pedimos a unos chicos franceses si nos podían hacer una foto. Para nuestro asombro el chico dominaba un montón la cámara y nos hizo cantidad de fotos en un momento.
Puerta O-Torii
Puerta O-Torii
Santuario Itsukushima
El O-Torii o Gran Puerta, es la entrada al santuario Itsukushima. Este santuario está construido sobre una estructura de madera, la cual queda cubierta de agua cuando sube el nivel del mar. De este modo el suelo del santuario y sus pasarelas exteriores quedan a pocos centímetros por encima del agua. Desde el santuario hay una magnífica vista del torii flotante, donde pueden verse la playa una vez ha bajado el nivel del mar y como la gente se acerca a ver este inmenso torii. De fondo pueden verse el mar y los edificios de Hiroshima más cercanos a la costa con las montañas al fondo.
Santuario Itsukushima
El santuario Itsukushima es un edifico construido en madera de una sola planta. Este lugar debe de ser un lugar donde se respira una gran tranquilidad por las noches, cosa que ahora rodeados de turistas y con un sol abrasante no podíamos disfrutar. Lástima que el precio de los hoteles fuese tan caro. Dimos un paseo por este santuario donde vimos pequeñas habitaciones para rezar y habitaciones para dejar escritos los deseos. En este santuario vimos que se estaba celebrando otra boda, la segunda que veíamos este día.
Santuario Itsukushima
Pagoda Tahoto y Momijidani Park
Nuestro siguiente destino estaba a unos minutos caminando. Por el camino pasamos primero por la Pagoda Tahoto. Una pequeña pagoda de 2 pisos, la más pequeña que habíamos visto hasta ahora. Está situada en una zona solitaria de la isla, pero el camino pasa cerca de ella y nos acercamos a verla. Desde esta ubicación hay una bonita vista del santuario Itsukushima y la pagoda de 5 pisos, la cual visitaríamos más tarde.
Vistas desde la pagoda Tahoto
Continuamos nuestro ascenso por el camino y pasamos por el Momijidani Park. Este parque es una pequeña zona donde hay un merendero y los ciervos pasean tranquilamente. Está lleno de árboles pero con varios claros donde los ciervos se agrupan en busca de comida. También hay un pequeño río que cruza el parque.
Momijidani Park
Templo Daishoin
Finalmente, llegamos a nuestro último destino del día, el templo Daishoin. Cuando estuvimos preparando el viaje no teníamos grandes referencias de este lugar, pero hay que decir que nos sorprendió positivamente.
El templo budista Daishoin se encuentra a los pies del Monte Misen. Es uno de los templos más importantes del budismo shingon y Kobo Daishi, el fundador, fue el que llevó el budismo a Miyajima.
Como en otros grandes templos que habíamos visitado hasta ahora está lleno de figuras. Hay figuras para llamar al dinero, para la fertilidad, para proteger a los niños, etc. Lo más curioso son las estatuas con un aspecto similar al muñeco de un niño. No era el primer templo que veíamos con figuras con un aire infantil.
Templo Daishoin
Templo Daishoin
Éste era el templo con más figuras de budas que habíamos visto hasta ahora. Por todas partes pueden verse estas figuras, ya fuesen de piedra o de cobre, fuesen grandes o pequeñas, y estuviesen en estanterías o en medio de una pequeña charca. Pero mirásemos donde mirásemos nos encontrábamos con budas por todos lados.
Templo Daishoin
Templo Daishoin
El recinto de este templo es más grande de lo que cabía esperar. Hay un gran jardín donde además de las figuras está lleno de verdor, rodeado de plantas y árboles, además de pequeños estanques. En las muchas escaleras que hay, encontramos una estructura central llena de rodillos con escrituras en japonés, estos son sutras Dai-hannyakyo. Dicen que si se hacen rodar los sutras mientras uno pasea por estas escaleras esta persona tendrá buena suerte.
Templo Daishoin
Antes de coger de nuevo el ferry de vuelta a Hiroshima paramos en un puesto de la calle y compramos algo para merendar. Comimos un pequeño bollo relleno de carne, llamado nikuman, marcado con una letra japonesa, supusimos que la letra significaba "carne".
Bollos rellenos de carne (nikuman)
De camino al muelle pasamos por la pagoda de 5 pisos que habíamos visto desde la pagoda Tahoto. Es parecida a las que ya habíamos visto en otros templos, pero no dejaba de sorprendernos esta estructura.
Pagoda de 5 pisos
Era hora de subir al ferry y volver a Hiroshima para coger el tren de vuelta a Kyoto. Teníamos que recorrer de nuevo los más de 300 kilómetros que hay hasta Kyoto. Nos habíamos enamorado de esta magnífica isla, seguro que no nos olvidaremos jamás de este maravilloso lugar. Si alguna vez volvemos al país del sol naciente seguro que volvemos y haremos noche en Miyajima para disfrutar de la paz nocturna.
Restaurante SOU (13º aniversario)
Este día era muy especial ya que era nuestro 13º aniversario y había que celebrarlo como se merece. Al llegar al hotel nos duchamos y fuimos a un restaurante que había cerca, al que ya le habíamos echado el ojo la noche anterior. El restaurante SOU era un poco más caro comparado con los que habíamos ido hasta ahora, la cena nos costó 5.800 yenes, pero la ocasión lo merecía. Este restaurante es muy elegante y tiene zonas privadas separadas por unas cortinas.
Pedimos y nos trajeron un pequeño entrante. Primero comimos unas verduras en tempura con un poco de salsa de soja.
Verduras en tempura
Después compartimos un pollo al limón súper jugoso y muy rico. Por último, comimos un pato que estaba buenísimo acompañado con mostaza y un poco de ensalada. La cena estaba deliciosa, fue todo un acierto entrar a cenar en este restaurante, aunque era un poco más caro valió la pena. Nos estábamos enamorando del país y de su cocina.
Pollo al limón
Pato
Hoy era un día muy especial y además era sábado. De modo que fuimos a buscar un lugar donde poder tomar algo. Buscábamos algo típico japonés, pero desgraciadamente no conseguimos encontrar ningún sitio donde acostumbrasen a ir los japoneses. Hay que decir que los japoneses son bastante cerrados en este sentido y van en grupos cerrados. Encontramos un pub y entramos a tomar algo. En Japón el alcohol es bastante caro y no nos apetecía beber algo fuerte, de modo que tomamos una cerveza que también eran caras ya que pagamos 2.120 yenes. El local estaba bastante vacío vimos que solo había 4 o 5 chicos en la barra. Después del poco éxito en la búsqueda de un local donde hubiera más japoneses decidimos volver al hotel.
