Día 1 (11/07/2021) - Barcelona ➞ Funchal

Salida de Barcelona

Nuestro viaje a Madeira empezó muy temprano, eran apenas las 2:30 de la mañana cuando sonó el despertador. El avión salía a las 6:00 y teníamos que estar a las 4:00 en el aeropuerto. El día anterior habíamos dejado todo preparado y solo tuvimos que coger los cargadores del móvil y un par de cosas más. En menos de media hora estábamos en el coche de camino al aeropuerto para subir a un avión unos diez meses después del último.

Llegamos al aeropuerto y tal como habíamos quedado con el parking donde dejábamos nuestro coche, vinieron a buscarlo y nos lo devolverían a la vuelta en el mismo lugar. Aunque lo habíamos visto en nuestro último viaje, nos chocó ver que solo había habilitada una entrada. Solo se podía entrar enseñando la tarjeta de embarque, que nosotros llevábamos en nuestros móviles. Debido a la pandemia habían extremado las restricciones para acceder al aeropuerto y poder subir a un avión. Fuimos a las taquillas para que nos dieran los billetes impresos. A continuación, pasamos por el control rápido ya que íbamos con Liam y viajando con niños se puede pasar por este control.

Recorrimos el aeropuerto que estaba prácticamente desierto, en comparación con otras ocasiones en las que habíamos estado aquí. En parte debido a la hora tan temprana, pero sobre todo por las restricciones provocadas por la pandemia. Fuimos a la puerta de embarque y esperamos a que saliera nuestro avión con destino Lisboa. El viaje de ida no era directo y teníamos que hacer escala en la capital portuguesa, en cambio, la vuelta sería con un vuelo directo. Al poco rato subimos al avión que apenas duraría un par de horas para hacer escala en Lisboa. Liam que había estado el rato del aeropuerto despierto, alucinó al subirse al avión y estaba muy emocionado. Sin embargo, nada más despegar se quedó dormido durante casi todo el trayecto.

 

Avion 1

Avión

 

La escala en Lisboa era de hora y media, no llevábamos equipaje facturado, tan solo el carrito de Liam que dimos justo en la entrada del avión y nos devolvieron justo al salir. Así que solo tuvimos que esperar a que saliera nuestro próximo avión. Aprovechamos este rato para comer los bocadillos que traíamos de casa y tomar un café en una de las cafeterías del aeropuerto. Cuando anunciaron la puerta de embarque, nos dirigimos hasta ella y a los pocos minutos pudimos embarcar.

Este segundo vuelo era de nuevo de aproximadamente dos horas. En esta ocasión Liam ya no se durmió y estuvo un rato jugando y recorriendo el avión arriba y abajo. Las azafatas y azafatos le siguieron el juego y él se divirtió un rato, haciendo más ameno el viaje. Cuando nos acercábamos a nuestro destino, empezamos a ver las islas que componen el archipiélago y pudimos reconocer la isla de Madeira por su tamaño.

 

Avion 3

Avión - Vistas de Madeira

 

Al llegar al aeropuerto recogimos nuestras pertenencias y el carrito de Liam, que como en el anterior avión nos dieron justo al salir de éste. Recorrimos el aeropuerto hasta la salida, donde tuvimos que enseñar nuestro código QR que habíamos obtenido rellenando la aplicación del madeirasafe. En esta aplicación estaban nuestros datos personales y los resultados de una PCR negativa que nos habíamos hecho dos días antes.

Justo en la salida nos estaba esperando el señor con el que habíamos alquilado el coche para estos 7 días. Nos explicó algunos detalles del coche y nos dio algunos consejos para nuestra estancia en la isla. Realizamos el pago del alquiler y nos despedimos, poniendo rumbo a la capital.

Funchal

Llegamos a Funchal, pero hasta después de comer no podíamos hacer el check-in en el apartamento. De modo que nos fuimos a hacer las primeras visitas por la ciudad. Teníamos divididas las visitas a la capital en este y oeste para recorrerla en dos días. Para este primer día decidimos recorrer la zona oeste. Para ello fuimos a aparcar cerca del ayuntamiento de Funchal.

Dejamos el coche frente al Tribunal Criminal do Funchal, que era zona azul pero al ser domingo era gratuita. Caminamos unos pocos metros para llegar a la plaza del ayuntamiento. En ésta, como su propio nombre indica, se encuentra el ayuntamiento de la ciudad en uno de sus extremos. En otro de sus lados también pudimos ver la igreja do Colegio, en la cual estaban realizando una misa. Nos acercamos a la puerta y comprobamos que estaba llena de gente para escuchar la misa de los domingos. Nos limitamos a sacar algunas fotos desde la entrada y continuamos con nuestro recorrido.

 

Ayuntamiento de Funchal

Ayuntamiento de Funchal

 

Igreja do Colegio

Plaza del ayuntamiento - Igreja do Colegio

 

Seguimos caminando en dirección a la playa para encontrarnos con la Sé de Funchal, la que es la catedral de la ciudad. Nos acercamos para verla por dentro, pero para nuestra sorpresa el interior estaba lleno de andamios. Desde la entrada, poco se podía ver con la cantidad de hierros que conformaban los andamios que había en el interior. Solo pudimos vislumbrar un poco las imágenes que decoraban las paredes, pero de esta manera no valía la pena entrar y recorrerla.

 

Se de Funchal

Sé de Funchal

 

A los pocos minutos llegamos a la plaza do Povo que se encuentra junto al mar. Desde aquí se extendía un bonito paseo con mucha vegetación en ambas direcciones. Empezamos a caminar en dirección oeste, hasta que nos encontramos con el palacio de sao Lourenço. No sabíamos si se podía visitar, así que fuimos a buscar la entrada para ver si encontrábamos información. Al llegar vimos un letrero donde se indicaba que se podía visitar con reserva previa debido a las restricciones por la pandemia. Como no lo sabíamos previamente, no habíamos hecho ninguna reserva, de modo que continuamos con nuestro paseo.

 

Plaza do Povo

Plaza do Povo

 

Palacio de Sao Lourenzo

Palacio de Sao Lourenço

 

A continuación, nos encaminamos hasta el jardim municipal do Funchal. En este jardín nos dimos cuenta de que estábamos en una isla con un clima tropical. Había gran variedad de árboles y plantas, muchos de ellos no los habíamos visto nunca. Aprovechamos para dar un confortable paseo a la sombra de los árboles. La mañana estaba siendo calurosa y el sol apretaba un poco. Este rato caminando a la sombra lo agradecimos. Al salir nos sorprendió que justo enfrente hubiera una iglesia escocesa. Era un edificio muy pequeño y en la entrada había una placa donde indicaba que era de origen escocés.

 

Jardim municipal do Funchal 1

Jardim municipal do Funchal

 

Jardim municipal do Funchal 2

Jardim municipal do Funchal

 

Se acercaba la hora de comer y fuimos a buscar uno de los restaurantes que teníamos apuntados para comer en Madeira. Por desgracia, cuando llegamos vimos que estaba cerrado y decidimos volver cerca de la Sé, donde habíamos visto varios restaurantes. Después de mirar varios locales, acabamos entrando a comer en el Café Funchal. Pedimos unos mejillones para compartir, nos sorprendieron porque eran muy grandes, pero era algo normal en la isla como veríamos en los próximos días. También nos trajeron bolo de caco, el pan típico de Madeira y que está muy bueno. De segundo pedimos un bife de ternera con huevo y una espetada regional para probar uno de los platos típicos. Estaba todo muy bueno, aunque nos pareció un poco caro para estar en Madeira, pagamos en total 43,4€ incluyendo las bebidas.

 

Cafe Funchal 1

Café Funchal – Bife de Ternera

 

Cafe Funchal 2

Café Funchal – Espetada regional

 

Cuando acabamos de comer dudamos entre si ir al apartamento o hacer una última visita que nos quedaba por la zona. Al final nos decidimos por lo segundo. Fuimos caminando hasta Santa Catarina Park. Antes de entrar ya vimos que nos iba a gustar este parque. Desde fuera se veían muchos árboles y plantas. También vimos gran cantidad de lagartijas, algo que era normal en la isla. Cerca de la entrada hay una pequeña capilla, aunque estaba cerrada pasamos unos minutos en esta zona. Desde aquí había unas buenas vistas de Funchal y Liam estuvo jugando dando vueltas a la capilla y saltando por los escalones de la entrada.

 

Santa Catarina Park 1

Santa Catarina Park

 

Santa Catarina Park 2

Santa Catarina Park

 

A continuación, nos dispusimos a recorrer el parque que es bastante grande. Hay una gran zona central de césped y un camino a ambos lados por los que se puede ir ascendiendo hasta un estanque que hay en la zona alta. Esta parte fue la que más nos gustó, sobre todo a Liam, que se pasó un buen rato llamando a los cisnes que estaban sobre el agua. Pasamos un buen rato rodeando el estanque y disfrutando de este parque.

 

Santa Catarina Park 3

Santa Catarina Park

 

Santa Catarina Park 4

Santa Catarina Park

 

Todavía teníamos que ir al apartamento y cuando salimos del parque fuimos para hacer el check-in. Cuando llegamos nos recibió el dueño, un chico venezolano. Nos explicó todo lo que teníamos en el apartamento, así como el parking para nuestro coche. También nos recomendó algunas cosas para hacer y lugares donde comer. A los pocos minutos nos despedimos y pudimos descansar un rato mientras Liam hacía la siesta.

Después de descansar decidimos ir a una tienda que estaba cerca del apartamento para comprar algunas cosas básicas, como agua, pan y algo para desayunar al día siguiente. Dejamos las cosas en el apartamento y nos dispusimos a hacer alguna otra visita.

Fuimos hasta la Fortaleza do Pico, que a esta hora estaba cerrada. Aunque no podríamos entrar, desde aquí hay unas vistas muy bonitas de toda la ciudad. Pasamos unos minutos disfrutando de las vistas y sacando fotos. Vimos que el horario de visitas era muy reducido y que no podríamos cuadrarlo en los próximos días. Junto a la entrada había un parque infantil y un bar. Dejamos que Liam jugase un buen rato mientras tomábamos algo en el bar.

 

Fortaleza do Pico

Vistas desde Fortaleza do Pico

 

Pasado un rato decidimos que era hora de ir a buscar un lugar donde cenar. Nos decidimos por ir cerca del mercado de los Lavradores, esta zona la visitaríamos más adelante pero por ahora iríamos a cenar. Encontramos la rua de Santa María, donde hay una gran cantidad de locales. Miramos en varios hasta que llegamos al restaurante Embaixador Madeirense que tenían un menú por 9,5€. De primero pedimos sopa verde y de segundo filete de espada con plátano, uno de los platos más típicos de la isla. También pedimos una tortilla para Liam. Durante la cena la camarera fue muy simpática y Liam no paraba de sonreírle. Pagamos en total 29€ y habíamos cenado muy bien, un restaurante muy recomendable regentado por un canario.

 

Embaixador Madeirense 1

Embaixador Madeirense - Sopa verde

 

Embaixador Madeirense 2

Embaixador Madeirense - Espada con plátano

 

Volvimos al apartamento deseando ir a la cama a descansar, nos habíamos levantado muy pronto y teníamos ganas de dormir. Teníamos que reponer fuerzas para las visitas de los próximos días.

 

Día 2

 

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